Posted: 23 Apr 2014 03:00 PM PDT
¡De este agua no beberé!... ¿Seguro?, piensa que el camino es largo y puede darte sed. ¿Cuántas veces hemos podido utilizar esta frase?, ésta u otra similar, no contestéis porque no hace falta. Hasta el más pintado, la habrá empleado más de una vez. Ahora sí podéis contestar, ¿cuántas de esas veces deberíamos haber dicho algo como... dónde dije digo, digo Diego? O lo que es lo mismo, tragarnos nuestras propias palabras. Seguro que os suena, ¡pobres de nosotros! hasta nuestras convicciones más férreas se desmoronan ante nuestras propias narices. Capitulan frente a nuevas necesidades, nuevos intereses, o simplemente a una nueva forma de ver las cosas. Y no sé como lo veréis vosotros, pero para mí es una evolución, ese es el aprendizaje de cada día, no considero estos cambios de criterio, errores, sino pequeños avances.La resistencia que mostramos al cambio, en más de una ocasión nos bloquea y nos impide avanzar. Cada uno tendrá su linea de cambio a diferente nivel, pero casi siempre la inercia esconde, unas veces falta de empatía, otras veces prejuicios, innombrables miedos... Y en algunas personas es síntoma de una absoluta ceguera, que no les permite ver cómo cambia el mundo a su alrededor. No todos estamos dispuestos a abandonar nuestra zona de seguridad, para dar una oportunidad a lo nuevo, a lo desconocido.
¿Seguro?, el camino es largo puede darte sed.
"A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que son una dieta equilibrada",Winston Churchill.
Una dieta equilibrada, no sé..., pero que es algo que hemos tenido que hacer cada uno de nosotros, seguro. Porque, ¿en cuántas ocasiones habríamos tenido que mantener el pico cerrado?, en lugar de olvidarnos de que las palabras nos hacen esclavos. Bueno solo hasta que tenemos el valor de reconocer que nos equivocamos, y de aceptar que hay otras maneras de hacer las cosas y otros puntos de vista.
Por eso voy a hacer un divertido ejercicio con vosotros, recordando unas cuántas situaciones #DEANB (¡De este agua no beberé!), y me gustaría que me ayudaseis con vuestros comentarios a completar la lista:
1. Os suena eso de... ¡yo casarme ni loca! Un alma libre que no quiere, ni puede atarse a nadie, y que por lo general (algunos incluso de un día para otro) acabará no solo casada o casado sino con varios retoños. Y muy feliz por cierto.
2. ¡El verde para las vacas! Tras recibir los resultados del análisis médico que no ofrecen ningún tipo de duda, mal que nos pese, iniciamos una dieta rica en fruta y verdura (que deberían ser al menos la mitad de lo que comemos al día). Y aunque no lo queramos reconocer, hasta les cogemos el gusto a esos benditos vegetales. Eso sí acompañados de otras muchas cosas, decía un conocido, que una ensalada es una buena excusa para comer un poco de todo, y qué razón tenía.
3. ¡A mí, a mí no verán con eso puesto! Aguantas el primer envite, el de la avanzadilla que casi parece comprar las cosas antes de que lleguen a las tiendas, porque más rapidez no se puede tener. Pero luego como si de una fijación se tratase, no dejas de verlo por todas partes, y casi sin darte cuenta, no solo has sucumbido... ¡vaya si te lo ven puesto!, sino que no hay forma de que te lo quites. ¿Os ha pasado con alguna prenda de ropa o accesorio?, seguro que sí.
4. ¡Tener un perro yo jamás, cada uno en su casa y Dios en la de todos! Precisamente estas personas se convierten en los mayores amantes de los animales cuando uno de estos maravillosos seres se cruza en sus vidas por casualidad, y les enseñan el amor que son capaces de darnos sin pedir nada a cambio. ¿A qué conocéis más de un caso?
5. ¡Con ese, ni aunque fuese el último hombre de la tierra! Dicen que a veces es cuestión de afinidad, pero otras veces ocurre todo lo contrario. La primera impresión es como un choque de trenes, y si algo crees tener claro es que jamás podrías estar con una persona como la que acabas de conocer, ¿seguro? Mira que hasta los enemigos más acérrimos han acabado capitulando, no será que ese rechazo visceral a veces esconde sentimientos que ni nosotros mismos queremos aceptar. Me juego lo que queráis a que conocéis más de una pareja que pasaron de ser como el agua y el aceite, a ser el aliño perfecto.
"Personalmente siempre estoy dispuesto a aprender, aunque no siempre me gusta que me den lecciones", Winston Churchill.
6. En política... Aquí sí que es muy, pero que muy difícil decir de este agua no beberé. Impuestos que no se iban a subir, tasas que nunca se tocarían, puestos de trabajo a crear, etc... Y sin embargo, unos y otros, da igual el color, posición o lugar, no paran de hacernos promesas, que nunca van a cumplir, y no tienen ningún reparo, porque cuando acaban haciendo lo contrario de lo que dijeron, no pasa nada, nadie lo recuerda, ni ellos mismos, sus propias promesas.
7. Tu amigo fiel. Ojo con ese que nunca te va a fallar, que presume de ser tu mayor apoyo y que daría todo por ti. Si es que la vida nos pone muchas trampas, muchos obstáculos y no siempre somos capaces de superarlos, unas veces por miedo, otras porque nos superan y otras porque mudamos de piel como de vestido. Y sino que se lo digan al fiel Pedro, al que Jesús anunció que le negaría tres veces antes de que cantase el gallo, el juró y perjuró que nunca lo haría, pero así fue.
8. ¡Dímelo tú...!
"Never say never..."
Así que no seáis muy categóricos, que luego ya sabéis lo que pasa, la certidumbre absoluta no existe y es muy fácil emitir juicios sobre lo que nunca hemos vivido. Dicen que la ignorancia es muy atrevida, y luego claro el universo pone a cada uno en su sitio. Esta vida nos hace girar y girar, a veces hasta 361º, y mantener una postura inamovible, sin hacer pequeños avances será muy difícil.
Ya lo dijo nuestro famoso hidalgo... «Pero el hombre pone y Dios dispone, y Dios sabe lo mejor y lo que le está bien a cada uno, y cual el tiempo, tal el tiento, y nadie diga ‘desta agua no beberé”, así lo recoge Miguel de Cervantes Saavedra en la "Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha". Siglos de sabiduría popular encerrados en esta frase, que tiene diferentes formas, ¡nunca digas de esta agua no beberé, por muy turbia que esté, o ni este cura no es mi padre! Pero que guardan la misma y cristalina verdad, lo fácilmente que valoramos, opinamos o juzgamos las cosas, imponiéndonos nosotros mismos muchos límites, que solo percibimos cuando experimentamos esos cambios de opinión espontáneos que nos liberan de prejuicios e ideas preconcebidas.
El problema no esta en cambiar de opinión, sino saber cuando hacerlo, porque a veces un tema está más que agotado y lo más sensato seria hacer borrón y cuenta nueva.
"Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema", Winston Churchill.
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