Posted: 09 Dec 2013 12:01 AM PST
Si tecleáis Frida Kahlo en Google, obtendréis nada más y nada menos que 4.470.000 de entradas. Dicho lo cuál, poco o nada queda por decir sobre ella, que no se haya escrito ya. Aún así no me puedo resistir a hablar de una de las mujeres más increíbles de la historia, Frida Kahlo, la vida desde una cama...
Y curiosamente me ha dado por hacerlo hoy, cuando se cumplen 127 años del nacimiento de Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, Diego de Rivera.¡Casualidades que tiene la vida podríamos decir!
Siempre que recuerdo a esta gran mujer siento una mezcla de gran admiración y profunda tristeza. Una mujer marcada por un grave accidente, de esos que la vida nos pone delante haciendo añicos nuestros anhelos. Y postrada en una cama gran parte de su existencia, sin embargo desde ella, traspasó la pequeña cárcel de su cuerpo maltrecho para inspirar a millones de mujeres y hombres, a través de su incalificable obra dura, desgarradora y personal.Primeros años.Margaret Carmen Frida Kahlo Calderón, nacía el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, México. Hija del fotógrafo alemán, Guillermo Kahlo y de Matilde Calderón, fue la tercera hija del matrimonio que aún tendría un hija más, Cristina la inseparable compañera de Frida. Nació en la famosa Casa Ázul, que fue donada por su marido para convertirla en un museo a los cuatro años de su muerte.El sufrimiento y la enfermedad acompañaron a Frida desde su infancia. A los seis años sufrió poliomielitis que le dejó secuelas en la pierna derecha y la obligó a guardar cama nueve meses. Con esa gran fuerza de carácter y decisión que la caracterizaban, Frida intentó compensar sus limitaciones físicas, siguiendo una curiosa rehabilitación, ya que su padre le animada a practicar deportes como el fútbol o el boxeo.No se conoce mucho de la primera escuela de Frida, pero sí se sabe que en 1922 entró en la prestigiosa Escuela Nacional Preparatoria de Ciudad de México, que por aquel contaba con tan solo 35 mujeres de entre sus más de dos mil alumnos. Era una adolescente vida, intelectual, independiente y rebelde, pertenecía a los Cachuchas, conocidos así por las gorras que llevaban y soñaba con estudiar medicina. El extraño accidente.
Digo extraño, porque testigos oculares del mismo así lo describieron, se produjo a poca velocidad, casi a cámara lenta, pero con una fuerza demoledora que hizo que un tranvía arrollase el autobús en el que viajaba Fridaal regreso de la escuela, y lo aplastara como si de una simple lata se tratase. Un fatídico, 17 de septiembre de 1929, en el que comenzó el tormento de Frida. Enumerar las heridas y múltiples lesiones que sufrió en ese accidente, produce una gran impresión (a mí me pone la carne de gallina); su columna facturada en tres partes, dos costillas y clavícula rotas, tres fracturas más en el hueso púbico, el pie derecho dislocado, el hombro izquierdo descolocado y una perforación que iba desde la cadera hasta su vagina por un pasamanos, que literalmente atravesó su cuerpo.Su madre recibió tal impresión, al recibir la noticia del estado en el que quedo su hija, que no se atrevió a visitarla hasta pasado un mes desde que la ingresaran. Su padre sufrió un ataque y no pudo verla hasta tres semanas después. Frida se rompió, se desintegró, y comenzó un calvario que la acompañaría siempre. Una muerte en vida, lenta y atroz en la que su cuerpo se convirtió en instrumento de dolor y sufrimiento. 32 intervenciones quirúrgicas, casi treinta corsés que tuvo que sufrir durante toda su vida; verdaderos armazones de yeso o metal, que le impedían incluso sentarse postrándola irremediablemente sobre una cama, espeluznantes ejercicios de estiramiento y dolores que combatía con morfina y en sus últimos años con botellas diarias de coñac.
"Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar" Frida Kahlo.
La pintura y Frida.
Su rehabilitación fue larga e insoportable y aunque nunca pudo llevar una vida normal a los dos años retomó su rumbo. Fue durante esos largos meses de recuperación, tumbada en su cama cuando la pintura irrumpió con fuerza en su destino. Se sabe que en 1925, antes del accidente ,asistía a clases de dibujo en el taller de Fernando Fernández Domínguez y que existe un autorretrato anterior a esas fechas. Pero fue solo entonces, cuando autor y objeto se convirtieron en la misma cosa, cuando la pintura entró en su vida y su vida entro en la pintura. Ella misma dirá...
"La pintura ha llenado mi vida. He perdido tres hijos y otra serie de cosas que hubiesen podido llenar mi horrible vida. La pintura lo ha sustituido todo..." Frida Kahlo.
Imaginaos a Frida con un corsé de yeso que le impedía sentarse, tumbada en su cama, viendo pasar las horas con terribles dolores. Solía decir que vivía el mundo desde una cama..., y así lo hizo pero pintando. Su madre mandó hacer un caballete que se acoplaba a la cama para que pudiese pintar, y junto a ella un espejo en el que Frida se veía y podía copiarse como modelo para sus autorretratos.
"Me retrato a mi misma porque soy el motivo que más conozco" Frida Kahlo.
El elefante y la paloma.
Con secuelas y dolores intolerables de por vida, Frida con un coraje y una fuerza increíbles, poco a poco fue retomando su actividad social. Frecuentando ambientes políticos e intelectuales, conoció a Tina Modotti y Julio Antonio Mella, miembros del partido Comunista, y a través de ellos a él, a Diego de Rivera, militante también del partido. Lo había visto en alguna ocasión, pero nunca llegaron a hablar, fue en 1928 cuando se atrevió a visitarle para enseñarle su obra. Digo atrevió porque Frida siempre dijo que cuando conoció a Diego, le asustó. Diego supo ver enseguida el talento de Frida y quedó impresionado por su obra y fuerza.
Él ya era el pintor más famoso de México, un hombre diferente, amante de las mujeres y con gran éxito entre las mismas, amantes como Paulette Godard, María Félix y hasta... ese es un suceso que veremos después, ¡volvamos!. Y ella una joven de apenas 22 años, muy delgada y con una pesada carga. Se casaron en 1929, fue el primero de sus matrimonios, y aunque no estaba hecha a la vieja usanza fue una gran historia de amor, a ellos les gustaba decir que se había casado un elefante con una pequeña paloma.
Vivieron diez años de un amor difícil y tormentoso. Diego fue su cara y su cruz, su gran apoyo y su gran ausencia, su valedor y su infiel esposo. Fue una infidelidad al regreso de una estancia del matrimonio en los Estados Unidos en 1933, con Cristina, la hermana de Frida, el punto de inflexión de su matrimonio. Ya que Frida inició otras relaciones amorosas tanto con hombres como con mujeres, mientras Diego continuaba con sus conquistas. Se divorciaron en 1939, convivieron como amigos apoyándose mutuamente en el desarrollo de su obra, se volvieron a casar en 1940, se amaron, se odiaron... vivieron años tormentosos.
Autorretrato aborto.
Frida tenía el dosel y la parte frontal de su cama, su mundo, decorados con objetos y fotos de sus amigos y seres queridos. Pero también guardaba en su habitación un objeto que simboliza muy bien el sufrimiento de esta mujer; conservaba en un frasco en formol, un feto humano.
La maternidad, mejor dicho la imposibilidad de ser madre fue un duro castigo para ella. Sufrió tres abortos, el primero de ellos inducido por el propio médico ante la posición anómala del feto y las graves lesiones que tenia en la pelvis. Fue un duro golpe y un tema presente en muchas de sus obras, como en Autorretrato Aborto, que pintó en Detroit dónde sufriría un nuevo aborto. En el cuadro se aprecia una evolución de Frida y un estilo arrollador, el mismo Rivera dirá de él...
"Frida empezó a trabajar en una serie de obras maestras..., pinturas que exaltan la cualidad femenina de la verdad, la realidad, la crueldad y la pena. Nunca antes una mujer había puesto semejante atormentada poesía sobre la tela." Diego Rivera
La despedida y el final.
Desde que cumplió 35 años, Frida escribía regularmente en un diario, dónde recogió las vivencias de sus últimos años y también las de su infancia y juventud. Gracias a él conocemos como fueron sus últimos días, e incluso su frase de despedida a este mundo.
"Espero alegre la salida y espero no volver jamás" Frida Kahlo.
Sus últimos años fueron muy duros, en 1950 tuvo que ser hospitalizada casi un año. Su salud se deterioraba rápidamente y los dolores eran inhumanos. En 1953 además perdió una pierna que le fue amputada por debajo de la rodilla, lo que la postró en una silla de ruedas y le causó una gran depresión. Su diario se lleno de poemas de dolor, sufrimiento e intentos suicidas. Intentos que quiso hacer realidad, tuviendo que ser hospitalizada por ello, al menos en dos ocasiones, durante 1954. Murió finalmente a los 47 años en la cama desde dónde vio la vida pasar, una semana después de cumplir 47 años, un 13 de julio, por la noche sin hacer ruido, sin autopsia.
Pese a ello, su último cuadro, un bodegón de sandías, no exhibe ese dolor y desgarro, tiene colores muy vivos y muestra varios cortes de sandía, en uno de ellos junto a su firma se puede leer "Viva la Vida. Coyoacán, 1954, México". Esta frase optimista inspiró la conocida canción, del mismo nombre, del grupo británico Coldplay, y contrasta con las últimas palabras escritas en su diario...
La obra... "atormentada poesía" y el legado de Frida
200 cuadros, 55 de ellos autorretratos, aunque se sabe que circulan por el mercado de arte unas 400 obras falsas de Frida. La mayoría de sus pinturas son de formato pequeño, un diario gráfico de la vida de esta gran mujer, ya que casi toda la obra de Frida es autobiográfica, cuadros que muestran su dolor, su sufrimiento, su visión de la vida, y todo ello con una simbología muypersonal, claras influencias del arte popular mexicano, sus costumbres, tradiciones, toques surrealistas y un uso del color como protagonista de sus cuadros.
Mucho se ha hablado sobre si Frida Kahlo fue una pintora surrealista o no. Fue en 1938, cuandoAndré Bretón realizó una visita a México en la que Frida y Diego fueron sus anfitriones. Bretón quedo prendado de su obra y talento, y en el ensayo que escribió para su exposición en la Galería Julien Leuy de Nueva York la calificó de surrealista. Frida siempre bromeó con que no sabía que era surrealista hasta que André Bretón llegó a México y se lo dijo, pero realmente nunca se sintió identificada con ese movimiento:
"Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños, pinté mi realidad" Frida Kahlo.
Su amistad con Bretón, la llevó a exponer en París, convirtiéndose en la primera autora mexicana de la que el Louvre haya adquirido un cuadro, allí conoció a Picasso, Kandinski o Marcel Duchamp, y fue portada de la revista "Vogue".
"Ni tú, ni Derain, ni yo somos capaces de pintar un rostro como los que pinta Frida Kahlo de Rivera" Pablo Picasso
Tuvo fama y éxito pero el reconocimiento internacional a su obra no se produjo hasta años después de su muerte, en los años 70. Su legado es incalculable, para mí ha traspasado con creces al de su marido porque Frida convirtió su obra en una mensaje mudo, sus cuadros hablaban de vida, energía, fantasía, amor, afecto, sentimientos, pero también de la desintegración de su cuerpo, de pérdidas, dolor, muerte, sufrimiento y sangre... un lenguaje universal que ha calado en su público.
"Mi pintura lleva el mensaje del dolor" Frida Kahlo.
Objeto y sujeto unidos en un personaje construido con mimo por la autora, que se ataviaba con trajes populares y aparatosa bisutería muy llamativa. Con un físico impresionante, unos ojos negros profundos y eternos, rasgos fuertes incluso masculinos como su poblado entrecejo y el apreciable bigote que tanto gustaba a Diego. Incluso mentía con el año de su nacimiento para hacerlo coincidir con el año de la Revolución Mexicana. Una mujer que lejos de vivir supeditada a la figura del varón dominante en su época se mostró fuerte, transgresora de normas y convencionalismo, independiente, autosuficiente, marcando sus reglas y creando su identidad desde su óptica como mujer.Su legado va más allá de su obra, porque Frida Kahlo es un símbolo que ha conquistado la literatura, el cine, la música y a millones de personas a las que inspira no con la vida en sí que le tocó vivir, sino con lo que fue capaz de hacer con ella y en ella, desde su refugio, su altar, su cárcel, su cama...
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