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RECETA - Caldereta de rape con almejas

Caldereta de rape con almejas

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Hoy preparamos como segundo plato una caldereta de rape con almejas y gambas, utilizando el toque inconfundible del Pimentón de la Vera con denominación de Origen Las Hermanas que nos vino en la última caja de Disfrutabox.
calderetarapeIngredientes para 4 personas:
  • 1 litro caldo de pescado o marisco
  • 4 dientes de ajo
  • 2 rebanadas de pan
  • Un puñadito de avellanas
  • 250 g gambas
  • 500 g colas de rape
  • Harina
  • 500 g almejas
  • 2 cucharadas Pimentón de la Vera Dulce Las Hermanas
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Perejil fresco
  • Pimienta blanca molida
Elaboración:
  1. Lo primero de todo es limpiar bien las almejas. Sumérgelas en agua fría con un puñado de sal y déjalas reposar unas dos horas en la nevera. Ellas solas irán soltando la arena.
  2. Haz las colas de rape en una sartén (previamente pasadas por harina), vuelta y vuelta, con un toque de perejil fresco. Reserva a un lado.
  3. En una olla, echa el aceite que ha sobrado de freír el rape y añade los ajos aplastados sin piel y las avellanas. Cuando estén casi dorados, incorpora las rebanadas de pan desmigadas.
  4. Aparta la olla del fuego. Sácalo todo y ponlo en un mortero. Machaca bien todo y reserva a un lado.
  5. En una cazuela, pon las almejas para que se abran, a fuego fuerte, con un poco de sal y pimienta blanca molida.
  6. Cuece las gambas o langostinos en la olla junto al caldo de pescado o de marisco, a fuego lento. Echa un poco de sal y pimentón de la Vera.
  7. Tras unos 5 minutos, añade el majado que dejaste en el mortero e incorpora las almejas y las colas de rape. Si es necesario, añade un poco más de caldo y rectifica de sal. En unos 5 minutos tendrás ya preparado el guiso.
  8. Sirve el rape en un plato hondo y riégalo con el guiso. Puedes añadir un poco más de perejil o unos canónigos para decorar

Tu niño interior te grita que vuelvas a acercarte a él


 Cristina Roda Rivera 12, julio 2016 en Emociones3529 compartidos
niña sujetando un farol
Cuando a una persona le cuesta recordar cómo fue en su infancia y qué quería ser de mayor, inevitablemente ese niño que fue está olvidado y mermado, y por tanto su personalidad adulta está de alguna forma un tanto sometida. No sabe cómo amar, a qué mirar y ha dejado de encontrar la gracia en sí mismo.
De tanto diferenciarse para calmarse, de tanto mezclarse con lo que los demás esperan de él, el niño se ha quedado huérfano. Y esto no hace más que complicarle la vida al adulto y ser una copia falsa sin saber muy bien de quién.
La amargura es lo único que ha cristalizado de esta lucha entre tu esencia y el mundo. Pudo ser un bello encuentro, pero buscando el éxito olvidaste que eso solo ocurre a los que realmente son fieles a sí mismos. Ya sea en una cabaña de cartones o en un gran palacete. La tristeza no tiene márgenes ni moldes, traspasa cualquier material por mucho que la disfraces.
Es el momento de parar y escuchar; tu niño interior te grita que vuelvas a acercarte a él.

Yo Padre, Yo Adulto y Yo niño

Eric Berne propuso en su teoría del análisis transaccional que las personas interactúan entre sí mediante transacciones psicológicas, con sus estados del yo: Padre, Adulto y Niño.
Aprendiendo a utilizar el padre para dar cuidados, el adulto para individualizarse y el niño para buscar y recibir cuidados y cariño. Es decir, si la transacción del niño desaparece….¿Cómo puede una persona individualizarse y dar cuidados si ha olvidado de demandar el suyo propio?
Y es que creemos que la vida nos va definiendo y las experiencias nos cambian, pero realmente cabría plantearse si la prueba psicológica que cada uno de nosotros tenemos que pasar es vivir todas esas alegrías y amarguras, sintiendo que nuestro niño interior nos mira y nos reconoce.
Pero la mayoría de la gente ha encontrado más interesante desconectarse de sí mismo y amoldarse a lo que cree que puede resultarle más útil y menos doloroso para vivir. Ha dejado de ser niño y ha pasado a ser copia.
niño

¿Por qué nos negamos a nosotros mismos?

En todo lo que hicimos de niños está el germen de lo que somos ahora. No se trata de hacer una terapia freudiana de 50 sesiones de regresión a la infancia, cada uno de nosotros recordamos muchas cosas sin necesidad de transportarnos a aquella época.
Quiénes eran las personas que nos caían bien instantáneamente, los que nos sorprendían con su humildad, los que solo miraban abajo para tender la mano y dar una sonrisa. Cómo eran los paisajes que nos emocionaban y como nos apasionaba sumergirnos en ellos.
Qué era lo que nos gustaba, las actitudes que nos ahuyentaban de forma espontánea y qué música y arte nos impresionaba. Nuestra creatividad y habilidad para detectar lo auténtico estaba a flor de piel.
Luego crecimos y nos empezaron a decir que estábamos equivocados. Los sensibles se replegaron, los valientes se tornaron demasiado prudentes, los talentosos se volvieron huidizos y demasiado escépticos y los bondadosos temerosos de todo lo que veían alrededor.
Asumimos que soñar estaba mal y que es mejor tener “los pies en el suelo”; aunque a veces lo único que nos apetecía era despegar. Primero la autoridad, luego el miedo al rechazo social, después la dura lucha por la aprobación de los demás y por último la idea de poder, dinero y estabilidad.
Nos transformaron de tal forma que de vivir para fuera, cada vez vivíamos más para dentro. Desconfiando de nuestros sentidos y tiranizados por la mente.
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Cinco claves para desarrollar la resiliencia en niños

Cómo volver a conectar con tu niño interior

Es tan difícil encontrar pistas que nos den algunas respuestas sobre el porqué de nuestra actual forma de ser, que la mejor forma de hacerlo no es seguir las huellas, sino colocarnos en el punto de partida:
  • Trae a tu mente el mejor recuerdo de tu infancia: ¿Por qué lo fue?
  • Busca los libros y películas que te apasionaron cuándo eras pequeño: ¿Cómo es posible que siendo complejas te apasionaron?, ¿qué había de universal en ellas que lo había también en ti?
  • Recuerda quién te hizo daño y por qué: ¿Has evitado a esas personas en tu vida adulta?, ¿te han seguido provocando rechazo?, ¿qué hay en ellas qué rechazas? Recuérdalo, es la pista para saber quién nunca tendrá que ver contigo y en quién nunca deberás convertirte, pues es tu antítesis espiritual. Lo supiste desde siempre.
  • ¿Cómo te imaginabas de mayor? Quizás ya de pequeño sabías que eras alguien complejo y sensible. ¿Luchar contra eso tiene sentido, aunque digan que no debes ser así para ser feliz?
  • Si no te gustaban las personas que al crecer se volvían grises, ¿por qué consientes que se apague tu luz?
  • ¿Te enseñaron que no eras digno de ser amado?, ¿lo sigues creyendo? Pero, sobre todo, ¿pensabas que llevaban razón?
  • Y por último, si siempre te consideraste especial, ¿por qué has dejado de creerlo?
A veces el mundo se empeña en arrebatarnos la ilusión y las ganas, pero la forma de afrontarlo no puede ser otra que sacando tu verdadera esencia, aunque sufras y duela. La felicidad no debe ser una imposición constante, pero la paz y un espíritu sano son unos buenos compañeros de viaje.
Seguro que puedes superarlo, mira esa foto de cuando eras pequeño cada día e intenta que él/ella esté orgulloso de ti. A pocas personas más le debes ese favor, porque a pocas les importas tanto. Tu niño interior te pide a gritos que vuelvas a acercarte a él, no vuelvas a darle la espalda.

La culpa, una emoción aprendida desde niños


 Cristina Tabernero Neira 14, diciembre 2016 en Psicología937 compartidos
Cara de niña enfada detrás de un árbol
La culpa es una emoción muy poderosa. Y muy dañina. Señala también que somos responsables de nuestros actos. En ese sentido podemos tomar conciencia de lo que ha pasado y cómo hemos actuado. Si nos juzgamos, nos señalamos como culpables y nos quedamos anclados en esa emoción, sin actuar, puede llegar a arrastrarnos hasta lo más profundo de pozo, donde nos espera el malestar emocional y físico.
Te propongo una reflexión sobre lo que te hace sentir culpable. Comienza por comprender qué es sentirte culpable. Para mí, sería más saludable analizar de qué te sientes responsable. Porque si comienzas con la connotación negativa que introduce el sentimiento de culpabilidad, probablemente aparecerán también otras emociones poco saludables en principio, como la rabia. A partir de ahí, determina lo que depende de ti y lo que es responsabilidad de los demás.

Cómo surge la culpa

La culpa surge cuando haces algo que sabes que no está bien. Una voz interior te lo remarca. Te sientes mal y ese estado emocional al que te precipitas va a depender de lo que hayamos aprendido, es decir, de la educación que hayamos tenido. Los sentimientos que acompañen a la culpa, como la vergüenza, también van a depender de lo que hayamos aprendido.
Las situaciones que pueden generar culpa son muchas: nos sentimos culpables por no ser buenos padres, buenos hijos, buenos amantes, buenos amigos… Nos torturamos por no haber cumplido las metas que nos fijamos, por engordar, por no llegar a todo… Nos sentimos culpables por lo que hacemos y por lo que no hacemos…Culpables por ser así o pensar esto, sentir aquello o desear lo otro…
¿Cómo vive una persona con culpa?
Las creencias que tenemos, la educación de nuestros padres y nuestros aprendizajes determinarán en cada situación cómo nos sentimos. Desde niños, el peso de la culpa se adquiere desde la familia y el colegio. Los padres contribuyen a este sentimiento de culpa a través de algo tan sencillo como hacer creer al hijo que es la causa de su malestar y sus emociones.

Culpa o responsabilidad

Lo importante es diferenciar entre culpa útil, separada de la culpa asfixiante, estéril y patológica, que tortura. Los sentimientos de culpa que nos permiten rectificar los errores o faltas que hayamos podido cometer resultan útiles. Se entiende así la culpa como responsabilidad. Los otros sentimientos de culpa, suponen un lastre que agota nuestra energía y generan inútiles y profundos sentimientos de malestar. La culpabilidad patológica no tiene nada que ver con la culpabilidad sana o responsable, que sanciona una falta.
Al hilo de esto, Luis Rojas Marcos, prestigioso psiquiatra andaluz afincado en EEUU, habla de una actitud positiva y no sentirse culpable para mejorar en las enfermedades crónicas.

Niños educados en la culpa o en la responsabilidad

Culpabilizar a los niños para tratar d ejercer el control sobre ellos es una estrategia muy peligrosa. Un niño educado en la culpa desarrolla una sensibilidad particular hacia esa moción: será más fácil de manipular y también habrá una mayor probabilidad de que actúe como manipulador. Cada vez que los padres atribuyen al hijo la causa de sus estados de ánimo, contribuyen  a reforzar su sentimiento de omnipotencia al hacerle creer que él es el responsable de sus emociones. Cuando las emociones son desagradables, directamente el niño se siente culpable.
En cambio, los padres que ayudan a sus hijos a reflexionar sobre sus faltas de una manera constructiva y no acusatoria o condenatoria estarán ayudando a sus hijos a enfrentarse de otra manera a sus errores. Después de un comportamiento, los niños pueden reflexionar sobre lo que han hecho y sus consecuencias. A la vez, pueden repararlas y no quedarse estancados en la culpabilidad. Recordemos que una vez que ha señalado el daño y motivado su reparación, este sentimiento debería marcharse.
Es tan fácil contribuir al sentimiento de culpa en un niño como hacerle creer que es el causante del malestar emocional del adulto. Así los padres que atribuyen a los hijos la causa de sus estados de ánimo, les hacen sentir culpables de su enfado o tristeza. Frases como Menos mal, tu hermana no nos ha salido como tú… Estoy muy triste por tu culpa… Con el dinero que nos cuesta el colegio, mira cómo lo aprovechas… Nos da vergüenza que te comportes así… El mensaje es totalmente equivocado: los niños tienen que comprender que cada uno es el responsable de gestionar sus emociones.
Es habitual que el sentimiento de culpa consciente o inconsciente no se gestione bien desde la infancia y pueda llegar a condicionar toda la vida de la persona, generándole aprensiones, miedos, autorrecriminaciones, inseguridades… a veces sin el propio afectado se de cuenta.
Niño llorando

Aprender a gestionar la culpa

La culpa nos hace angustiarnos, torturarnos y despreciarnos. El problema no radica en sentirla, sino en cómo manejar la culpa. Para mejorar su gestión te proponemos estos sencillos pasos:

1.- Examina si eres responsable de lo que ha pasado

La clave de la intervención en la culpa patológica consiste en delimitar tu parte de responsabilidad con la ajena. Para liberarnos de ella es necesario saber cómo afrontamos la responsabilidad. Bajo los efectos de los sentimientos de culpa asumimos responsabilidades que no nos corresponden.

2.- Reconoce la culpa

El psicoanalista Sigmun Freud decía que solo se puede vence al enemigo en su presencia. Acoger el sentimiento de culpa supone asumir su presencia y ponerle palabras. Pensamiento y lenguaje entran en juego para reconocer las emociones.

3.- Expresa la culpa

Si reprimimos y ocultamos la culpa, nos encerraremos en la soledad y el silencio, y en la duda. Las palabras permiten romper ese aislamiento. Contarle a alguien lo que nos hace sentir culpables y cómo nos sentimos ayudará a aliviar el sentimiento.
Madre hablando con su hija adolescente

4.- Reconoce tus propias limitaciones

Disminuir nuestro nivel de exigencias y exceso de responsabilidades de asuntos o sufrimientos ajenos, ayuda a no sentirnos culpables por todo. Renunciar al control, aceptar la existencia de situaciones que se nos escapan, y saber que no podemos llegar a todo, es muy importante.

5.- Elimina los auto-reproches

Los auto-reproches sirven de muy poco. Por el contrario generan dolencias de todo tipo y estados de ansiedad que potencian círculos viciosos de pensamientos negativos. Unos ciclos que a su vez alimentan el sentimiento de culpa.

6.- Pide disculpas

Reflexiona sobre tu modo de actuar, y si sientes que has obrado mal o con desgana, no le des más vueltas. Busca alternativas para reparar el daño, y si no, pide disculpas a la persona afectada. Proporciona un gran alivio y sobre todo abre las ventanas a emociones más positivas.
-¡Pero no hay a quien juzgar! -exclamó el principito.-Te juzgarás a ti mismo -le respondió el Rey-. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo, eres un verdadero sabio.
-Antoine de Saint-Exupery. El principito-

Fukushima: Japón declara Estado de Emergencia, reactor nuclear a punto de caer al Océano


Posted: 18 Feb 2017 07:20 AM PST
Fukushima: Japón declara el estado de emergencia, por fugas de radiación en el océano
Los científicos de la central nuclear de Fukushima Daiichi en Japón han declarado el estado de emergencia cuando uno de los reactores está a punto de caer en el océano. Niveles letales de radiación se han detectado alrededor de la zona que según los científicos se deriva de un agujero causado por el combustible nuclear fundido.

La explosión nuclear de Fukushima no deja de causar estragos en el medio ambiente y parece que sólo va a empeorar las cosas. Se implantó un estado de emergencia en la planta de energía de Japón después de que las autoridades registraron un nivel anormalmente alto de radiación proveniente principalmente del agujero creado a partir del combustible nuclear derretido bajo la planta. Y amenaza con empezar a filtrarse en el océano.


De acuerdo con RT.com, la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO) informó niveles de radiación de hasta 530 Sieverts por hora dentro del reactor 2 inactivo en el complejo nuclear de Fukushima Daiichi que fue dañado durante el terremoto y tsunami de 2011. Igualmente medios japoneses informaron sobre este desastre global.

TEPCO informó que hay un agujero de aproximadamente un metro cuadrado de tamaño debajo del recipiente de presión del reactor. Los expertos dicen que el agujero en la rejilla metálica de uno de los tres reactores que habían explotado en 2011, probablemente fue causado por el combustible nuclear derretido que cayó a través del buque. El marco de hierro tiene un punto de fusión de 1.500 grados, agregó TEPCO, explicando que es posible que algunos desechos de combustible hayan caído, creando el agujero.

Además, TEPCO añade que han encontrado restos de combustible en el equipo en la parte inferior del recipiente a presión, justo sobre el agujero. Con la ayuda de una cámara controlada a distancia, los científicos pudieron ver dentro del reactor nuclear y vieron los residuos del material nuclear y el agujero.
Fukushima: Japón declara el estado de emergencia, por fugas de radiación en el océano
El ambiente dentro del reactor es tan tóxico que los intentos previos para ir debajo de la planta con robots especialmente diseñados no tuvieron éxito. Los robots funcionaron mal debido a altos niveles de radiación. Pero TEPCO tiene planes de enviar más robots autopropulsados ​​para evaluar el daño causado por la explosión del reactor nuclear.

En una entrevista con RT, Yosuke Yamashiki, doctor en ingeniería de la Universidad de Kioto, dijo que la fuga localizada es un gran descubrimiento. «Esto es una especie de progreso. Hay un agujero muy pequeño… y una cantidad muy pequeña de radiación todavía está escapando del reactor.». Sin embargo no se tiene en cuenta la gran cantidad de radiación que ya escapó desde el año 2011 al océano Pacífico.

Añade que: «No es el nivel fatal, pero está sucediendo. Sin embargo, no han establecido un medio adecuado de cómo descomponer el reactor de fusión aún. No hay tantas maneras de descomponerlo». También mencionó que junto con sus colegas están probando una técnica especial de hielo y los resultados pronto se verán, pero la técnica aún no ha sido aprobada. Si tienen éxito quizás el gobierno permitirá su uso.

Yamashiki subrayó que se necesitarán cientos y miles de años para eliminar por completo la radiación en la zona. Pero, por el lado positivo, dijo, «ahora mismo, el nivel de radiación es mucho menor, ya que el reactor no ha estado activo por un tiempo». Al comienzo de la semana, había grandes esperanzas de una limpieza eficiente en Fukushima, después de que el operador de la planta admitió que podría haber encontrado finalmente parte de los desechos de combustible nuclear que creen es la causa de una gran parte de la contaminación persistente de hace seis años.

A principios de esta semana, las esperanzas de una purificación más eficiente en Fukushima eran altas, ya que el operador de la planta, anunció que una parte de los residuos de combustible nuclear responsable de una gran parte de la contaminación persistente desde hace seis años, finalmente puede haber sido encontrada.

Revive Con Este Video La Destrucción De Pompeya



En el año 79 antes de Cristo, la ciudad de Pompeya fue destruida por una erupción volcánica. La historia de ese horrible día captó la atención de la humanidad quizás más que cualquier otro desastre natural. Todos los días miles de turistas visitan la ciudad de Pompeya y reflexionan sobre lo terrible que esta inesperada experiencia supuso para los habitantes. Ahora, gracias a las impresionantes imágenes de las computadoras, podemos ver lo qué realmente ocurrió durante ese día.






El campo geomagnético de la Tierra está fluctuando


El campo geomagnético de la Tierra está fluctuando

Jarro del levante con sello de Judea (TAU)
Una serie de fragmentos de jarros de arcilla cocida con el registro de los sellos reales del gobierno de Judea -Jerusalén y sus alrededores- permitió a un equipo de investigadores internacionales datar en manera cronológica y con gran exactitud la disminución de la intensidad del campo magnético de la Tierra, iniciada en el siglo VIII a.C.
Estos resultados, más los datos de estudios anteriores permitieron postular que la Tierra tiene un Campo magnético variable, que ha fluctuado en el último milenio, lo que aclara de paso uno de los grandes enigmas de Einstein.
El reciente descenso de la fuerza del campo, aparentemente no sería un fenómeno único del que preocuparse, ya que “el campo se ha debilitado y se ha recuperado a lo largo de los últimos milenios”, indicó el Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, el 15 de febrero.
“Albert Einstein consideró el origen del campo magnético de la Tierra uno de los cinco problemas no resueltos más importantes de la física. El debilitamiento del campo geomagnético, que se extiende desde el núcleo del planeta hacia el espacio ultraterrestre y fue registrado por primera vez hace 180 años, ha suscitado preocupación por parte de algunos, por el bienestar de la biosfera”, destacó la Academia.

LA FELICIDAD


RECETA - TORRE DE PAPAS AL AJO CON PIMIENTOS

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4 Porciones
Ingredientes
  • 3 papas grandes
  • 3 cucharadas de aceite vegetal
  • 2 cucharadas de perejil picado
  • 2 dientes de ajo picados
  • 4 pimientos italianos

Preparación. Rebana las papas y colócalas en una olla con agua y sal. Hiérvelas hasta que suavicen, pero que no estén totalmente cocidas. Reserva.
Calienta en una sartén dos cucharadas de aceite a fuego alto. Dora las papas.
Cuando estén casi listas, añade el ajo, salpimienta y, justo antes de retirarlas, agrega el perejil.
Corta el pimiento  en tiras. Saltéalo en una sartén con el aceite restante a fuego alto. Salpimienta.
Distribuye las papas para formar cuatro torres. 

André Rieu - Greatest Moments


Esto es lo que ocurre cuando mantienes la mirada 4 minutos (experimento social)

Instituto MensalusCentro de Psicología, Coaching y Crecimiento Personal
El psicólogo y filósofo Dr. Arthur Aron, profesor de la Universidad de Stony Brook (Nueva York), lleva 40 años estudiando el amor, la amistad, la intimidad y todos aquellos elementos que refuerzan e inducen a la cercanía interpersonal. 
Con este objetivo, Arthur realizó un estudio en el que diferentes personas debían sostener la mirada en los ojos de su pareja durante 4 minutos. Anteriormente, todas ellas habían respondido a 36 preguntas creadas especialmente para profundizar en las conexiones emocionales.
Esta semana, el equipo del Instituto de Asistencia Psicológica Mensalus nos presenta este interesante vídeo en el que observamos los resultados del experimento y constatamos el enorme poder de la mirada.

El poder de una simple mirada

Antes de nada, puedes visualizar el contenido audiovisual a continuación:

¿Por qué 4 minutos resultan tan reveladores?
La comunicación alcanza su máximo esplendor en el momento en que hacemos uso de todos los sentidos. Esta puesta en marcha no necesariamente debe ser simultánea, lo importante es que demos protagonismo a cada uno de ellos en el momento preciso y prestemos atención a su idiosincrasia.
De hecho, ofrecer exclusividad a un sentido, por momentos, puede convertirse en un potente amplificador de la interacción. Y no solo eso; puede, en cuestión de segundos, llegar a profundizar en conceptos que van más allá de las palabras.
En nuestro día a día, ¿miramos?
Miramos pero no siempre contemplamos. En realidad, nos extraña hacerlo e, incluso, nos sentimos incómodos (“me pones nervioso”, “por qué me miras y no dices nada”, “me cuesta aguantar la mirada tantos segundos”, etc.). 
Los 4 minutos sirven a los participantes del experimento para justamente eso, contemplar a la persona en su plenitud y hacer un reconocimiento mutuo. El resultado son preguntas y respuestas desde el silencio que encuentran un hilo conductor: la complicidad.
El diálogo que se establece es apasionante. Unos ojos dicen “háblame de ti” y los otros responden “hablo de lo que soy cuando estoy contigo”. 
Unos definen “esto es lo que nos une” mientras los otros responden “esto es lo que nos convierte en la pareja que somos”. Unos piden “dime qué es lo que deseas” y los otros contestan “seguir escuchando todo aquello que, hasta ahora, no habíamos dedicado tiempo a decirnos”. Parece que las conversaciones no tienen fin.
¿Cómo podemos potenciar la mirada en la comunicación?
Para empezar, integrándola en todos los contextos, no únicamente en aquellos espacios más íntimos. La mirada es, tal y como señalábamos, un acto de reconocimiento mutuo. Evitar el contacto ocular es signo de distancia y desconexión (desligamos la persona que tenemos en frente de nuestro mensaje). Si no contemplamos al otro, restamos importancia a su posición. Por ello es tan importante transmitir su valía a través de mirar y ser mirado. 
La mirada “que habla” va acompañada de la escucha activa, de la atención plena. Estar presentes en el aquí y el ahora conlleva una mirada que fluye al son de las palabras: una mirada atenta pero no fija.
Muchas veces, miramos al otro pero no escuchamos, únicamente oímos...
Cierto. Miramos, sí, pero estamos pensando en aspectos ajenos a la conversación. Esta mirada es claramente distinta: pierde consistencia, es vacía, inexpresiva. Mirar con detenimiento incluye un “baile ocular” que acompaña el ritmo de las palabras. En ese instante la mirada se alimenta de la emoción que evoca el discurso y la comunicación ofrece y recibe, no es estática. Es así como consigue acercar ambas partes.
¿De qué otros modos podemos “acortar las distancias”?
La cercanía en las relaciones personales depende por supuesto de diversos factores, pero existen dos elementos que especialmente son determinantes en la comunicación. Hablamos del tono de voz y el lenguaje corporal.
Aprender a escuchar el tono y el cuerpo es algo que trabajamos desde la Psicología y el Coaching. Por ejemplo, en aquellas ocasiones donde el paciente expresa incomprensión o manifiesta sentirse incomprendido, no únicamente analizamos el discurso explícito, también leemos el formato, tanto el que se ve como el que se escucha. Resulta revelador cuando, en futuras conversaciones, dichos formatos cambian y las sensaciones son totalmente distintas (“nos hemos dicho lo mismo pero esta vez no me he sentido solo/a”).
¿La emoción es la protagonista del acercamiento?
Exacto. Aquél sentimiento que se desprende de la interacción es el que, la mayor parte de las veces, marca el rumbo de las siguientes. Por este motivo es tan importante leer nuestro lenguaje y aprender a empatizar con el lenguaje del otro. 
¿Con qué mensaje podemos quedarnos hoy?
La comunicación es compleja y precisa de ser atendida como se merece. Dicho esto, quizás podemos quedarnos con un valioso mensaje que lanza el experimento que hoy hemos compartido:
“En la comunicación, disfruta y siéntete poderoso de mirar y ser mirado”.