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COMO DESCUBRIR SI UNA PERSONA MIENTE
















¿Cuán bueno eres a la hora de descubrir una mentira? Una investigación realizada en la Universidad de California afirma que nuestros instintos son la mejor herramienta que tenemos para descubrir una mentira, que son un mecanismo ancestral perfectamente engranado. Sin embargo, a menudo fallamos porque ponemos en marcha nuestra mente racional y esta nos juega malas pasadas.

No obstante, la buena noticia es que nuestro lenguaje extraverbal desvela muchísimas pistas sobre la veracidad de lo que decimos por lo que solo debemos mantenernos atentos a estas señales. Lillian Glass, uno de los mayores expertos en lenguaje corporal de nuestros días, nos da algunas pistas sobre cómo detecta las mentiras en su trabajo cotidiano entrevistando a criminales, grandes ejecutivos o personas comunes y corrientes.


¿Cómo descubrir si una persona miente?


1. Cambia la posición de la cabeza rápidamente. Si realizas una pregunta y notas que la persona mueve inmediatamente la cabeza, es probable que quiera ocultar algo. Se trata de un movimiento inconsciente con el cual nuestro interlocutor pretende esconderse o escapar. 

2. Su respiración se agita. Cuando una persona miente normalmente el ritmo de su respiración es más entrecortado, como si le costará más trabajo respirar. Se trata de una reacción automática provocada por el aumento del ritmo cardiaco y de la circulación, estos cambios hacen que el cuerpo se tense y, como resultado, nos cuesta más respirar.

3. Permanece muy quieto. Todos somos conscientes de que al decir una mentira tenemos la tendencia a movernos nerviosamente. Por eso, algunas personas intentan controlar este reflejo y permanecen muy quietas. Sin embargo, en una conversación distendida, lo normal es que nos movamos para resaltar nuestro mensaje, no que permanezcamos inmóviles. 

4. Repite palabras o frases. Como la persona sabe que está mintiendo, intenta convencernos de lo que dice y lo hace repitiendo varias veces sus frases o palabras. Esta tendencia también puede indicar que está intentando validar el mensaje en su mente o que está ganando tiempo para estructurar mejor la mentira.

5. Proporciona demasiada información. Cuando haces una pregunta y una persona te brinda demasiados detalles, que ni siquiera vienen al caso, es probable que esté mintiendo. Lo hace para reforzar la información y parecer sincera y abierta. Sin embargo, casi nunca hay detalles temporales, espaciales o sensoriales ya que estos son más difíciles de inventar.

6. Se toca la boca. Cuando las personas mienten, tienen el impulso a llevar sus manos a la boca. Se trata de un signo automático muy revelador que nos indica que nuestro interlocutor no quiere hacerle frente a esa pregunta y prefiere cerrarse a la comunicación o mentir. En otras ocasiones la persona se lleva la mano al cuello, una reacción inconsciente para calmar el hormigueo nervioso provocado por la tensión muscular. 

7. Parpadea mucho. Solemos parpadear a intervalos regulares, si notas que de repente una persona comienza a parpadear más rápido, probablemente está contando una mentira. Esto se debe a que para mentir necesitamos emplear más recursos cognitivos, lo cual activa el reflejo del parpadeo.

8. Le resulta difícil hablar. Si la persona miente durante varios minutos seguidos, podrás notar que cada vez le resulta más difícil hablar, lo cual se debe a que el estrés que provoca la mentira activa el sistema nervioso simpático y disminuye el flujo de saliva por lo que las membranas de la boca se secan y se hace más difícil mantener el ritmo del discurso.

9. Mueve demasiado los pies. En muchas ocasiones las personas logran controlar los movimientos de las manos pero se olvidan de los pies, los cuales se mueven cuando estamos muy nerviosos o nos sentimos incómodos. Por tanto, también pueden ser una señal reveladora que nos permita descubrir una mentira.

10. Te devuelve tus palabras. Cuando una persona miente asume una actitud defensiva y hostil por lo que es muy probable que si le realizas una pregunta, te la devuelva o que te responda usando prácticamente tus mismas palabras.

Una pequeña advertencia: recuerda que muchas de estas señales también son signo de nerviosismo por lo que no siempre indican una mentira. Un solo signo no basta para descubrir una mentira, es necesario evaluar el comportamiento en su conjunto y en el contexto en el que se desarrolla. 

Copiado de El Rincón  de la Psicología 
Fuentes:
Brinke, L. et. Al. (2014) Some Evidence for Unconscious Lie Detection.Psychological Science; 25(5): 1098-1105.
Glass, L. (2014) The Body Language of Liars. New Jersey: Career Press

El gran amor de María Esteve, su madre Pepa Flores


MARISOL CUMPLIÓ 65 AÑOS EN FEBRERO

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Siempre discreta en todo lo relacionado con su vida, María Esteve ha compartido una tierna fotografía en su cuenta personal de Twitter. En ella, la actriz aparecedando un beso a su madre, Pepa Flores, más conocida como Marisol. “Querida mamá…. Gracias!!!! Te amo”, escribe junto a ella.
Hacía tiempo que no se veía una imagen de Pepa Flores. Una de las últimas fue en mayo de 2012 cuando acudió al estreno como fotógrafa de María Esteve junto a sus otras dos hijas, Celia y Tamara y su nieto Curro y en febrero de este año, en su Málaga natal, para ver a Celia entonar la nueva versión del himno del Carnaval.
Retirada del mundo del cine desde hace casi tres décadas, Pepa Flores no tiene una vida hermética como muchos consideran, sino privada. Junto a su marido, Máximo Stechinniha hecho de Málaga su pequeño fortínen el que pasea a diario con la casi inseparable compañía de sus gafas de sol.“Se pone las gafas para ocultarse un poco. Si la gente la para, ella suele ser muy amable pero es un hecho que prefiere pasar desapercibida”, relató el pintor Antonio Montiel, amigo de la actriz, a Vanitatis en el mes de febrero.“Vive como una persona normal, atendiendo a su madre y a las cosas más cotidianas”.
Después de muchos años de llevar el éxito dentro de los bolsillos, basta con echar la mirada hacia atrás para ver que su vida sobre el escenario ha sido, cuanto menos, asombrosa. Idílico espejo patrio, la niña de Un rayo de sol se convirtió con apenas doce años en una alegría nacional. Era guapa, rubia, marisabidilla y sabía cantar y bailar como ninguna. Este hecho excepcional, proviniendo de una familia malagueña muy humilde, transformó a una niña en una mujer que apenas pudo disfrutar de una feliz adolescencia. Mucho se ha escrito sobre las angustias que pasó una de las niñas prodigio del cine español y de los traspiés que la vida, y quienes la rodeaban, le obligaron a sufrir.
Tras ser descubierta por Manuel Goyanes en una actuación infantil, Pepa Flores apenas volvió a poner un pie en su casa. Desde entonces, el productor sólo vivía por y para que Marisol fuera la protagonista indiscutible de una decena de películas -en su etapa infantil y adolescente- que aún hoy están en la memoria colectiva de muchos españoles, incluso de aquellos que ven el Franquismo como algo que sólo aparece en los libros de texto. Con el objetivo de convertirla en la Judy Garland en versión española, la mano de Goyanes fue más allá que el de mero productor de cine. La casó a los 21 años con su hijo en 1969, con el que sólo estuvo tres años, en una boda que fue el acontecimiento más importante desde que Massiel ganara el Festival de Eurovisión y donde no faltaron toreros y folclóricas, a la imagen y semejanza del régimen franquista.
En 1973 contraería matrimonio con el bailarían Antonio Gades en Cuba con Fidel Castro como padrino de bodas. A pesar de que con él tuvo a sus tres hijas, se divorció de él 13 años más tarde, en 1986. Por aquel entonces, Marisol ya era Pepa Flores y se había cortado la trenza rubia para hacerpelículas “de mujer” –como dijo el periodista y ensayista español Haro Tecglen en la revista Triunfo en 1972- con Carlos Saura (Bodas de Sangre, Carmen) o Juan Caño (Caso Cerrado). Años antes, ya trabajó con Mario Camus y Juan Antonio Bardem (La corrupción de Chris Miller).
Poco después, Pepa Flores decidió no aparecer más delante de las cámaras. A pesar de tener ya 65 años, edad para jubilarse, ella ya lo hizo tras su última película en 1985. Desde entonces, vive la vida que siempre ha querido vivir. 

La ex novia de Di Stéfano, "desaparecida" mientras él lucha por su vida

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Las alarmas se disparaban este fin de semana. La salud de Alfredo di Stéfano, presidente de honor del Real Madrid y mítico exjugador del mismo equipo, le jugaba una mala pasada al sufrir una parada cardiorespiratoria que lo mantiene en la UCI del hospital Gregorio Marañón de Madrid desde el pasado sábado y que hace que muchos teman por su vida. Según ha declarado su círculo más íntimo a Vanitatis, en estos momentos la prioridad es que “él no sufra”. Entre las ausencias más notables de todos aquellos que han acudido a visitar este fin de semana a la ‘saeta rubia’ al hospital, (Florentino Pérez ha sido uno de ellos), está la de Gina González, la novia cincuenta años menor que di Stéfano que despertó el recelo de sus propios hijos, que solicitaron su incapacidad para proteger su patrimonio. Los tribunales les dieron la razón.
El círculo más íntimo de Di Stéfano asegura que esperaban el “desinterés” de Gina si llegaba a empeorar el frágil estado de salud del exjugador blanco. “Está ocurriendo lo que siempre imaginamos. Cuando ya no tiene nada que hacer ni puede cumplir sus objetivos, ha desaparecido”, afirman. El pasado mes de octubre, se daba a conocer que la custodia del presidente de honor del Madrid pasaba a sus hijos, al igual que sus bienes, algo que habían solicitado el 24 de abril de 2013 ante las sospechas que despertaba el inesperado romance entre la ‘Saeta Rubia’ y la joven.
El entorno del Real Madrid fue el primero en conocer los singulares planes de boda de Di Stéfano con Gina González, de 35 años, conocida por su familia al ser su secretaria personal y representante desde hacía varios años. Tras la incapacitación de Di Stéfano, sus hijos se han preocupado por su salud al detalle, ya que se han turnado para estar cada quince días con él a pesar de que ni siquiera viven en Madrid (Elena vive en Barcerlona y Alfredo Junior en Valencia, por ejemplo). De Gina, según sus allegados “no se ha sabido nada desde hace seis meses, cuando apareció en un restaurante para llevarse  a Alfredo  y los amigos que compartían mesa con él se lo impidieron”.
Una situación delicada
Con Raúl González, en una cena de 2007Con Raúl González, en una cena de 2007
La salud de Di Stéfano es delicada desde que el sábado sufriese un infarto cerca del estadio Santiago Bernabéu, en el número 9 de la calle Juan Ramón Jiménez, a la salida del restaurante donde estaba celebrando su 89 cumpleaños. Inmediatamente después, fue atendido por personal del SAMUR, que tuvo que practicarle maniobras de reanimación cardiopulmonar tras 18 minutos de parada cardíaca. Durante todo el sábado, y según cuentan sus allegados, las expectativas sobre su salud eran “malas”. Sin embargo, parece que durante el domingo su estado fue remontando dentro de la gravedad y esperan bajarle la sedación.
Aunque en estos momentos la prioridad es la salud del exfutbolista hispano-argentino, que ya sufrió un infarto en diciembre de 2005 en Valencia, su círculo de amistades se despreocupa de lo que pueda ocurrir con la que fuese novia de la ‘Saeta Rubia’. “Desde que el juez lo incapacitase, cualquier firma suya puede quedar invalidada. Ella no puede hacer nada ante esta situación”; aseguran.
Con un largo historial de problemas cardiológicos a sus espaldas, el que sigue siendo uno de los mejores futbolistas de la historia se enfrenta ahora, a sus 89 años, al partido más difícil de su vida, uno en el que no estará presente la joven que estuvo a punto de llevarlo al altar.

Un cometa errante llamado Eladio - Rosa Montero


Eladio es como un agujero negro de gusano, un túnel temporal que va entrando y saliendo de mi vida

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Esta es una historia que sucede en el tiempo. Una historia que es tiempo. Que es vida. Hace unos días recibí un e-mail de un tal Eladio; me decía que, aunque “lógicamente” yo no le recordara, nos conocíamos desde los 17 años cuando nos cruzábamos en la avenida de Reina Victoria de Madrid, él bajando hacia el colegio del Buen Consejo y yo subiendo la calle, y que incluso le había dedicado una columna tras encontrarnos en una fiesta de un amigo común; y que me escribía para mandarme “un vídeo de Ana, que es nuestra alegría”. Y, en efecto, adjuntaba un pequeño vídeo doméstico grabado en un jardín, con perros y adolescentes y un bebé que supuse que era Ana. Un pellizco de pura felicidad.
La carta no decía más y me dejó curiosa e inquieta. Curiosa, porque no recordaba a Eladio y por consiguiente tampoco recordaba la columna, e inquieta exactamente por lo mismo, por mi fastidiosa y habitual falta de memoria. Tengo una cabeza calamitosa a la que no acabo de acostumbrarme. De manera que le contesté pidiendo más datos; rogándole que me mandara el artículo, si lo tenía; preguntándole si Ana era su nieta. Enseguida recibí otro e-mail; me adjuntaba la foto de una dedicatoria que le hice, en 1990, en una Feria del Libro en donde, al parecer, me recordó por vez primera que era él; luego la columna, que se titulaba Ayer y era de 1998; luego una foto actual con su nieta (sí, su nieta) en brazos. Todo cayó sobre mí como una lluvia de años, una de esas lluvias finas pero apretadas que enseguida te calan. Leí la columna, vi su cara de hoy junto a la de la nena y súbitamente el pasado emergió en mi cabeza. Le recordé entonces, nos recordé claramente, a los 16 o 17 años, él bajando al colegio, yo subiendo al metro para ir al instituto. Y cómo nos cruzábamos y nos mirábamos ruborosos, enamorados del amor, con el corazón dando pequeños brincos en el pecho. O al menos mi corazón los daba. Y así día tras día durante todo un invierno. Le veo como si lo tuviera aquí delante: un chico delgadito recién crecido, de brazos y piernas demasiado largos por el estirón, la piel muy blanca, el pelo negro, carita de bueno. Nunca llegamos a hablarnos.
Es como un agujero negro de gusano, un túnel temporal que va entrando y saliendo de mi vida”
Y con el recuerdo de aquel lejano Eladio ha llegado todo lo demás, la vívida sensación de aquellos años. La imagen de los largos pasillos del metro de Cuatro Caminos tal y como eran entonces, revestidos de azulejos blancos. Mi casa de la niñez, los suelos de baldosas hidráulicas, el ruido del batir de los huevos en el patio. Las deprimentes tardes de invierno tras regresar del instituto, con la noche apretándose como un mal augurio contra las ventanas. Mi cuerpo de adolescente. Mi desasosiego e inseguridad de adolescente dentro de ese cuerpo.
Pero lo más impresionante es que todo esto que acabo de expresar es más o menos lo que venía a contar, con otras palabras, en aquella columna titulada Ayer. Quiero decir que Eladio es como un agujero negro de gusano, un túnel temporal que va entrando y saliendo de mi vida, conduciéndome en cada ocasión al mismo momento del pasado. Supongo que la primera vez que se presentó, en la Feria del Libro de 1990, ya debí de evocar aquel invierno de mi adolescencia con igual claridad que ahora. Y luego lo olvidé de nuevo. Ocho años más tarde, tras reencontrarnos en la fiesta del amigo común, reviví una vez más aquellos embobados cruces de miradas y rescaté su recuerdo… ¡para volver a olvidarlo! Y ahora me manda el vídeo con su nieta… porque ya tenemos edad de ser abuelos. Su vida va punteando la mía en una especie de dimensión paralela. Es un espejo mágico al que me asomo de cuando en cuando para rememorarme en el comienzo de la vida, un tiempo que cada vez se va alejando más y más, arrastrado por la corriente de los años. En ese ir y venir de las cosas, en ese fluir, hemos recorrido ya una existencia entera.
Me pregunto cuándo será el próximo contacto de ese cometa errante que es Eladio. Ya no queda tanto tiempo por delante. Quién sabe, puede que el siguiente cruce de nuestros destinos sea el definitivo: él leyendo sobre mi muerte en un periódico, yo recibiendo la noticia de la suya en un e-mail de su viuda. No me estoy poniendo lúgubre: la vida es así. Y espero que aún nos falte mucho. “La cuna se mece sobre el abismo, y la razón nos dice que nuestra existencia no es más que una breve grieta de luz entre dos eternidades de tinieblas”, dice una célebre y maravillosa frase de Nabokov. Pero cuánta luz tiene esa grieta. Deslumbra.
@BrunaHusky
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ASHWAGANDHA, el potente remedio anti-stress y rejuvenecedor de la medicina ayurvédica

El Blog Alternativo

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Posted: 05 Jul 2014 12:16 AM PDT
ASWAGANDHA
Las plantas medicinales siguen desempeñando un papel muy importante en el sistema de salud de grandes poblaciones mundiales, tal es el caso de la India con el Ayurveda, un antiguo sistema de medicina tradicional que junto con la medicina tradicional China, es considerado por la OMS como uno de los sistemas médicos vigentes más antiguos del mundo.
En este marco, nos encontramos el Ashwaganda ( Whitania somnífera) una  hierba exótica originaria del sudeste de Asia y que ha crecido especialmente en la India, utilizada por miles de años en su medicina tradicional por sus potentes  propiedades para aliviar el estrés que han sido comparadas clínicamente con las de fármacos usados habitualmente para tratar la depresión y la ansiedad. La administración oral de Ashwagandha durante cinco días aliviaba la ansiedad de la misma manera que fármacos como el Lorazepan (ansiolítico químico) o la imipramina (un antidepresivo).
Además de sus excelentes efectos protectores sobre el sistema nervioso, la Ashwagandha puede ser una prometedora alternativa para el  tratamiento de una variedad de enfermedades degenerativas como el Alzheimer y el Parkinson (actualmente ya hay publicaciones científicas que lo confirman).
Ashwagandha tiene poderosas propiedades en la captación de radicales libres, (propiedades antioxidantes), moléculas que están directamente implicadas en el proceso de envejecimiento y de muchas enfermedades.
El estrés, nuestro ritmo de vida, todos los contaminantes ambientales a los que nos encontramos expuestos, los malos hábitos de alimentación, la exposición a radiaciones no ionizantes (telefonía móvil, wifi…),  todos tienen un impacto negativo en nuestro sistema nervioso.
Ashwagandha no sólo es capaz de aliviar el estrés,  también protege las células del cerebro contra los efectos nocivos de nuestro estilo de vida moderno.
El estrés crea un medio tóxico en nuestro interior, que es un caldo de cultivo perfecto para muchas enfermedades, aumenta la acumulación de radicales libres, que produce la peroxidación de los lípidos de nuestras células, y disminuye los niveles de una serie de enzimas antioxidantes que forman parte de nuestro propio sistema de defensa (catalasa y glutatión peroxidasa).
MEDICINA NATURAL
Los efectos anti-estrés de  Ashwagandha se han comprobado con numerosos estudios.
Uno de ellos se realizó con  ratones a los que durante 21 días se les estresó induciéndoles una pequeña descarga eléctrica en la planta del pié. Como resultado, se observó que había un aumento en los niveles de SOD (superóxido dismutasa) y de peroxidación lipídica, lo que indicaba que se estaba produciendo una respuesta al estrés.
Sin embargo, un grupo de ratones, al los que una hora antes del estímulo eléctrico se les administraba diferentes dosis de Ashwagandha, mostró una reversión de los efectos del estrés¹.
Otro estudio realizado mostró que el 85 % de las células del cerebro de animales sometidos a un elevado estrés de forma permanente, presentan algún tipo de degeneración, que a largo plazo puede conducir a problemas cognitivos u otro tipo de enfermedades. La administración de Ashwagandha en estos animales, redujo el número de células cerebrales degenerativas en un 80 % ²
En uno de los estudios más completos que se ha hecho utilizando extracto Ashwagandha en  personas, ( se midió la capacidad de la planta para revertir los efectos del cortisol. El cortisol es la hormona del estrés, se encuentra en elevada concentración en la sangre de personas estresadas y muchos de los efectos adversos del estrés se deben al aumento de cortisol), se obtuvieron resultados espectaculares: Los participantes informaron que tenían más energía, estaban mucho menos cansados, dormían mejor, y tenían una intensa sensación de bienestar . Se observó que la planta podía reducir los niveles de cortisol hasta un 26%.
Esta maravillosa planta podría  resolver muchos de los problemas psicológicos y de salud  que afectan a la sociedad actual, y que están muy relacionados con el estrés.
El  Instituto de Medicina Natural de la facultad de farmacia y medicina de la Universidad de Toyama en Japón, desde hace años, está llevando a cabo una  amplia investigación sobre los beneficios para el cerebro de la Ashwagandha, en su búsqueda de maneras de conseguir la regeneración neuronal en personas con lesiones cerebrales por traumas físicos, o deterioro cognitivo o neurodegenerativo como  la demencia o el Alzheimer.
Los resultados son espectaculares, y de momento se ha visto que Ashwagandha  es capaz de regenerar zonas dañadas de las neuronas,  y de reconstruir  las redes neuronales que permiten la comunicación entre células (sinapsis) ³ .
Pues además de los efectos neuroprotectores documentados, tiene actividad anticancerígena. Se ha comprobado que inhibe el crecimiento de células tumorales en cáncer de mama, pulmón. Lo más increíble es que la inhibición que conseguía el extracto de Ashwagandha era comparable con el de medicamentos utilizados en quimioterapia (doxorrubicina) pero va más allá, el estudio clínico publicado confirma que el contenido en witaferina de la planta, (un compuesto específico extraído de Ashwagandha), era incluso más eficaz en la inhibición del crecimiento de las células malignas tanto en diferentes tipos de cáncer de mama como de colon.⁴
¿Milagro? no, realidad, esta planta existe, puedes comprarla en tu herbolario. Yo la tomo. Es maravillosa, pero no deja tantos beneficios para la industria Farmacéutica, es mucho más barata que cualquier tratamiento químico convencional.
El estrés se cobra un precio muy alto sobre  nuestros cuerpos y nuestras mentes.
Muchas enfermedades degenerativas, así como el envejecimiento prematuro, se asocian con una tensión nerviosa crónica, así que tenemos mucha necesidad de prevenir esto.

Ashwagandha es un regalo de tantos que nos hace la naturaleza.

Lorena S.

Lorena es Licenciada en Biología. Tiene formación en Yoga, meditación, Sintergética, Bioenergética, Medicina vibracional,  Marmaterapia ayurvédica, Chakras y cuerpos energéticos,  Biodescodificación, y terapias orientales. Además administra su propio blog donde trata  temas relacionados con el  desarrollo personal, espiritualidad, conciencia, filosofía, psicología, física cuántica, medicina alternativa, alimentación… Un blog que acompaña su propio proceso de crecimiento: 
www.energizate.net
lorena

Los mejores ejercicios para los abdominales inferiores


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  • Aunque hoy en día hablar de abdominales superiores o inferiores pertenece al pasado; son legión las personas que siguen (o seguimos) buscando ejercicios para eliminar la molesta capa de grasa que se nos aloja en la parte baja del abdomen. Una disposición que en realidad está programada en nuestros genes (al igual que la grasa de caderas y glúteos) y que es muy difícil de eliminar... Al menos totalmente. Pero nadie dijo que fuera imposible reducirla. ¿Quieres (re)descubrir tu abdomen?  
Antes de empezar hay que señalar que los abdominales inferiores no existen. El músculo recto mayor del abdomen es todo uno y comprende desde la caja torácica hasta la pelvis y, aunque no lo puedas ver, es uno de los más poderosos de nuestro cuerpo junto a los glúteos. 
Así que no es correcto, en puridad, hablar de abdominales inferiores. Así que olvídate de los ejercicios que ejercitan sólo esa zona del músculo abdominal. No conseguirás que la capa de grasa que los oculta 'desaparezca' simplemente con el ejercicio. Para ello necesitarás completarlo con descanso, una correcta alimentación y ejercicio cardiovascular.
La cuestión es trabajar el músculo abdominal como un todo. Evidentemente, hay ejercicios que trabajarán más la parte baja del músculo; pero también trabajaremos la parte de arriba y viceversa. Estos son los 5 mejores ejercicios para incidir en la parte inferior de nuestros abdominales.
1. Elevaciones de piernas en cuatro tiempos. Acostado boca arriba sobre una esterilla, con las palmas apoyadas en el suelo, elevaremos nuestra pierna derecha ligeramente doblada hasta formar un ángulo de 90º con nuestro tronco. La mantenemos y ejecutamos el mismo movimiento con la izquierda hasta que las dos estén juntas. Entonces bajamos la pierna derecha al suelo con el movimiento inverso hasta tocar (o no, si quieres puedes mantener) el suelo. Repetimos con la pierna izquierda y volvemos a comenzar.
2. Rodillas al pecho. Tumbado boca arriba, apoyamos los brazos en el suelo y recogemos ambas piernas hacia el pecho, doblándolas por las rodillas. El final del movimiento debería ser con las rodillas prácticamente tocando el pecho y la parte baja de la espalda levantada. Volvemos a la posición inicial y repetimos.
3. Tijeras. Uno de los ejercicios de abdominales más populares. Tumbado sobre tu tronco, con la cabeza ligeramente levantada, levantamos nuestras piernas ligeramente dobladas en un ángulo de unos 30º y comenzamos a alternar movimiento de arriba a abajo como si fuera una tijera. 
4. Encogimientos en V. Recostados sobre nuestro tronco, extendemos los brazos con las palmas hacia abajo y levantamos a la vez espalda y piernas dejando apenas los glúteos apoyándose sobre el suelo. No es necesario levantar mucho. Procura hacerlo lentamente las primeras veces hasta dominar la técnica. Regresa a la posición inicial.
5. Crunch inverso. Un movimiento que requiere de una gran técnica, ya que concentra de mucha tensión en el cuello y nos podemos lesionar. Con el tronco recostado sobre una esterilla, levantaremos ligeramente la nuca del suelo mirando hacia nuestras piernas, que estarán levantadas en ángulo de 90º con respecto a nuestro tronco y dobladas por las rodillas en ángulo de unos 60º. Encoge las rodillas hacia el pecho y vuelve a la posición inicial.