Cada día necesitas comer y beber para que tu organismo pueda cumplir con sus funciones y tener fuerzas para realizar las actividades de la vida cotidiana. En este proceso, interviene todo el aparato digestivo, y especialmente el intestino, que es el encargado de extraer los nutrientes de lo que ingieres para hacer llegar a cada parte de tu cuerpo lo que necesita, y poder eliminar los deshechos que no sirven.
Aunque esto no debería ser ningún problema para el organismo, hay veces que la digestión no se realiza de forma tan fluida como nos gustaría, debido en muchas ocasiones, al estrés de la vida moderna que nos afecta, a no llevar una dieta demasiado saludable, y a no respetar los horarios que nuestro cuerpo necesita porque supeditamos lo que nos pide el cuerpo a otras cosas que corren más prisa.
Por eso, es habitual que aparezcan algunos problemas relacionados con el proceso digestivo las digestiones pesadas, el estreñimiento, el síndrome del intestino irritable o las hemorroides, entre otros, y que para algunas personas se conviertan en problemas más o menos habituales.
Puedes encontrar muchos productos que prometen aliviar tu digestión y hacerla menos pesada, pero lo cierto es que muchas veces puedes revertir estos problemas poniendo un poco de atención a lo que comes y a la forma en que comes, además de realizar pequeños cambios en tus hábitos diarios que te ayudarán a mejorar tu digestión y a que desaparezcan o al menos disminuyan, estos problemas que pueden aparecer asociados.
Por eso, hoy te voy a dar 9 pequeños consejos que pueden significar un gran cambio en tus digestiones que harán que te sientas mejor día a día.
¿Cuáles son esos consejos?
Toma buena nota de estos consejos que no te costará mucho trabajo poner en práctica y te ayudarán a mejorar tus digestiones y los problemas que pueden aparecer relacionados con los procesos digestivos pesados:
1. Comienza el día con agua y limón
Aunque quizás lo primero que quieras hacer nada más levantarte es tomarte una buena taza de café o té y acompañarla de algo sólido para llenar tu estómago, si centras tu atención en comer nada más levantarte, obligarás a tu sistema digestivo a centrarse en la comida que entra en lugar de ayudar a tu aparato digestivo a eliminar todo lo que comió ayer, que sería lo más conveniente.
Una muy buena opción es cambiar tu primera taza de café o té por un vaso de agua templada con
limón recién exprimido, que
te ayudará a darle un impulso a tu proceso digestivo y a eliminar mejor las toxinas. Además de aportar a tu organismo una buena dosis de Vitamina C, vas a proporcionarle hidratación, algo que es esencial para lograr buenas digestiones. Por eso,
con este gesto le estarás dando a tu aparato digestivo el tiempo y el momento que necesita para comenzar a moverse, depurarse y eliminar lo que le sobra.
2. Alimenta las bacterias buenas de tu intestino
En tu intestino habitan bacterias beneficiosas, llamadas bifidobacterias, que son necesarias para la buena salud intestinal, y ayudan a aliviar trastornos digestivos como el estreñimiento o el síntoma del intestino irritable. Para que se encuentren en óptimas condiciones, te conviene tomar alimentos ricos en probióticos, que aportan bacterias vivas, y alimentos prebióticos, que son directamente el alimento para estas bacterias.
Los probióticos se encuentran en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir o el chucrut, y los prebióticos naturales los puedes encontrar en alimentos como el
ajo, los espárragos, las
cebollas y los puerros.
3. Elimina la comida basura de tu dieta
Todos los carbohidratos procesados, como las harinas refinadas, la harina de avena instantánea, el azúcar blanco y los jarabes de frutas que se utilizan en muchos productos procesados, son grandes enemigos de tu flora intestinal, dado que te producen un gran desequilibrio entre las bacterias beneficiosas de tu intestino y las no tan buenas, creando una situación desfavorable para tu organismo.
Por eso, debes decir adiós a todos los productos elaborados con harinas o azúcares refinados, y a todos los snacks que no contienen ni una pizca de fibra y demasiadas calorías que lo único que te traerán es un aumento de peso y una privación de los verdaderos nutrientes de la comida real.
Con comida real me refiero siempre a frutas y verduras frescas, y a ser posible, de todos los colores, además de granos integrales, sin olvidarte de las carnes magras y pescado, a ser posible fresco, que te aporten todos los nutrientes que tu organismo necesite.
4. Aumenta tu consumo de fibra
Las mejores fuentes de fibra son las frutas, verduras y los granos enteros, por lo que tienes otro motivo más para optar por los productos frescos y olvidarte de las comidas procesadas o precocinadas. La fibra, no sólo te ayudará a sentirte más saciado, evitando que comas en exceso, sino que te ayudará a ir al baño con regularidad evitando el estreñimiento.
Algunos ejemplos de alimentos ricos en fibra que puedes incluir en tu dieta son las frambuesas, peras, manzanas, judías, semillas de girasol, almendras, y especialmente, las
semillas de lino y de chía que puedes incorporar, por ejemplo, añadiendo una cucharadita a tus ensaladas o batidos naturales.
5. Bebe jugo de áloe vera
Al igual que el
áloe vera alivia la piel cuando tienes una quemadura, también
es muy beneficioso para tu intestino, ya que lo alivia y lo calma, favoreciendo el proceso digestivo y proporcionando así tranquilidad a todo tu cuerpo.
6. Añade especias a tus comidas
Las especias se han utilizado desde la antigüedad, no sólo para aromatizar y dar sabor a los guisos, sino también por sus beneficios para favorecer la digestión.
El
jengibre te puede ayudar especialmente a mejorar tus procesos digestivos, al mismo tiempo que aportará un sabor peculiar a tus platos. Otras especias que pueden resultarte de gran utilidad para mejorar tus digestiones y que deberías añadir a tus platos son la
cúrcuma, el
hinojo y la
menta, por lo que, siempre que te resulte posible, no dudes en incorporarlas a algunos de tus guisos.
7. ¡Muévete!
Esto es una realidad, ya que si no mueves tu cuerpo por fuera, difícilmente se va a mover por dentro. Si estás todo el día sentado en la oficina, te desplazas en coche, y cuando llegas a casa, te sientas en el sofá, difícilmente se va a mover tu intestino como necesita para realizar el proceso digestivo y eliminar lo que le sobra.
De hecho, el ejercicio beneficia las bacterias buenas de tu intestino, mientras que la inactividad siempre se ha asociado a problemas como el estreñimiento y otros problemas digestivos.
Los ejercicios que mejor pueden ayudarte son andar al menos 30 minutos al día a buen ritmo, montar en bicicleta, ejercicios en los que haya que saltar o rebotar, como el aerobic o el aerodance, yoga y pilates. Las posturas de yoga que impliquen una suave torsión son especialmente recomendables para mejorar los problemas que aparecen cuando hay poco movimiento intestinal y las digestiones se vuelven pesadas.
8. Bebe mucha agua
El agua es esencial para la vida, y en este caso, juego un papel muy importante en el proceso digestivo. Tienes que beber entre un litro y medio y dos litros de agua a diario, y si tienes problemas de digestiones pesadas, no se te puede olvidar esta recomendación. Además, si consigues beber un litro de agua antes del mediodía, estarás contribuyendo a que tu cuerpo elimine mejor lo que no necesita y favorecerás el proceso digestivo.
Si no te gusta beber agua sin más, prueba a añadirle un poco de zumo de naranja, unas gotas de limón, unas rodajas de pepino o incluso unas frambuesas, para que te resulte más apetecible cumplir con el objetivo.
Además, recuerda que si incorporas fibra en tu dieta, pero no bebes el agua suficiente, puedes provocar el efecto contrario, y en lugar de favorecer la digestión la estarás dificultando.
9. Toma infusiones de hierbas
Hay
algunas infusiones que te ayudarán a mejorar notablemente la digestión, sobre todo después de comer o cenar. Las infusiones más digestivas son la
manzanilla, la
hierbabuena, el
jengibre, el
anís y la
melisa, por ejemplo, y además, te ayudarán a relajarte mejorando tu bienestar.