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CUANDO SE HABLA DE MALTRATO

Mujer triste mirando hacia el suelo por situación de maltrato
Cuando se habla del maltrato en los medios muchas veces se hace referencia al número de denuncias que ha habido en un período concreto de tiempo o a la cantidad de personas que han muerto a manos de sus parejas. Pero el maltrato no es solo eso. Conlleva mucho más para quienes lo sufren, que por otro lado no son todas las personas que aparecen en las cifras (falsos positivos y falsos negativos).
No se suele hablar de las palizas o los moratones, menos aún de las heridas que no se ven. Porque no solo se lastima el cuerpo. Cuando se está en una situación de maltrato es normal que aparezca un gran malestar psicológico que está ahí y al que hay que ponerle remedio, empezando por ponerle esa voz tantas veces silenciada.

El trastorno de estrés postraumático en las víctimas de maltrato

Cuando hablamos del trastorno de estrés postraumático solemos asociarlo a desastres naturales, robos, asesinatos o atentados. Pero no al maltrato, cuando puede aplicarse también a este ámbito. De hecho, este trastorno se caracteriza por la re-experimentación del suceso, la intranquilidad y el intento infructuoso de olvidarlo, síntomas que se observan muchas veces en las víctimas de violencia de género.
El trastorno de estrés postraumático en estas personas tiene unas características muy específicas. Por un lado, es normal volver a sufrir los hechos traumáticos en cualquier momento, y encima por su pareja. Esto hace que esté alerta y en constante vigilancia, ya que quien le infringe daño es quien se supone que debería apoyarla y protegerla.
Por otro lado, el trauma va erosionando el estado emocional de las personas que lo sufren poco a poco, ya que suelen tardar años en pedir ayuda. De hecho, es común que se continúe con el agresor para evitar una nueva agresión, por lo que la víctima muchas veces percibe que no hay solución posible a su situación (indefensión aprendida, abandono).
mano tras el cristal

El síndrome de la mujer maltratada

El hecho de percibir que no hay solución a lo que les ocurre, es decir, entrar en indefensión aprendida puede derivar también en el síndrome de la mujer maltratada. Esta se adapta a la situación que está viviendo y minimiza el dolor. Pero no solo eso, también distorsiona la realidad, negando o disminuyendo la gravedad del problema que sufre.
Además, puede cambiar la forma en la que percibe tanto a los demás como a sí misma. En este sentido, puede autoengañarse e idealizar al maltratador, autoconvenciéndose de que dejará de agredirla porque está enamorado de ella. De hecho, puede llegar a exculparle a él y culpabilizarse a sí misma de la situación que está viviendo, llegando a pensar que es justo el trato que recibe.

El maltrato y la depresión

Las víctimas de maltrato suelen tener una baja autoestima. Pero también se suelen ver aisladas, lo que hace que no obtengan apoyo social ni refuerzo emocional positivo. Todo esto va debilitando aún más a la persona, lo que puede conllevar en que caiga en una depresión.
Este trastorno hace, a su vez, que aparezca dificultad para tomar decisiones y concentrarse, además de producir un deterioro en el rendimiento laboral y un aumento de su inseguridad. Entra la mujer así en un círculo vicioso en el que cada vez le cuesta más salir de la situación de maltrato.
Pero la depresión tiene otra consecuencia: el suicidio. En diversos estudios, se ha observado que el 29% de las mujeres ingresadas en urgencias por intento de suicidio eran víctimas de maltrato. De hecho, la probabilidad de suicidio entre mujeres maltratadas es cinco veces mayor que en la población general.
mujer tras un cristal manchado

La ansiedad asociada al maltrato

Como es de imaginar, también los trastornos de ansiedad tienen una prevalencia mayor entre las personas maltratadas que entre las que no lo son. A parte del trastorno de estrés postraumático ya mencionado, se ha encontrado que también son mayores las fobias, la agorafobia, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo compulsivo.
Este último parece que surge como un intento por manejar la ansiedad que surge ante una situación tan impredecible. De esta manera, aparecen pensamientos obsesivos sobre el maltratador, así como conductas compulsivas para tratar de reducir la ansiedad que se genera con estas frases que aparecen en su mente.
“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”
-Elie Wiesel-
El maltratador ejerce su poder y fuerza sobre su víctima de una manera tal que termina por destruir al otro, y lo hace tanto por fuera como por dentro. A nivel psicológico, el maltrato deja una huella en la persona maltratada que puede tener consecuencias nefastas, por lo que es importante prestarles atención y brindarles una salida posible para la situación en la que se encuentran.
Imágenes cortesía de Chris Lawton, Tertia Van Rensburg y Rene Bohmer.

DIA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA














Recuerdos dolorosos: ¿Por qué siguen lastimando aunque pase el tiempo y cómo desactivarlos?

Rincón de la Psicología


Posted: 03 Oct 2017 02:02 AM PDT

Nuestras experiencias se registran en la memoria, pero antes pasan por una serie de filtros, tanto emocionales como cognitivos. Esa es la razón por la cual dos personas que hayan vivido la misma situación pueden tener recuerdos muy diferentes.

La carga emocional asociada a cada recuerdo es lo que le brinda su potencia. De hecho, los sucesos sin carga emocional, como ver pasar a un desconocido por la calle, no generan recuerdos significativos. Sin embargo, si se trata de un evento que ha provocado daño, dolor, angustia, ira u otros sentimientos intensos, dejará una huella más profunda en la memoria.

Sin embargo, lo más interesante es que normalmente la carga emocional de un recuerdo proviene principalmente de la historia que creamos acerca de esa experiencia. Por ejemplo, podemos afrontar una situación dolorosa pensando: “Sucedió, me ha dolido pero ya no puedo hacer nada para solucionarlo así que es mejor que siga adelante con mi vida”. Sin embargo, otra persona podría afrontar esa misma situación de manera completamente diferente pensando: “Es un desastre, estoy devastado, nunca me recuperaré de esto”. 

¿Qué efecto tendrán esas diferentes perspectivas sobre los recuerdos dolorosos? Es probable que ninguna de esas dos personas olvide lo ocurrido, pero la primera logrará pasar página más rápido mientras que la segunda se quedará bloqueada en el dolor y el sufrimiento que genera esa experiencia, que seguirá cargando sobre sus espaldas como si estuviera ocurriendo en su presente.

Los recuerdos no son fijos


Muchos piensan que los recuerdos son como instantáneas o cintas de vídeo pero en realidad la memoria cambia continuamente, de manera que las experiencias almacenadas también se modifican. Podemos olvidar detalles, suavizar su impacto, reordenarlas o incluso reeditarlas para crear nuevas versiones con efectos añadidos.

Lo usual es que los hechos se mantengan bastante estables, pero la carga emocional asociada se puede "editar" según cambiemos la historia narrativa sobre el suceso. Algunas personas necesitan un poco de tiempo para editar sus recuerdos dolorosos. De hecho, es probable que en alguna ocasión te hayan ocurrido cosas ante las cuales simplemente dices: “ahora mismo no puedo lidiar con esto”. 

Está bien, cada cual tiene su propio ritmo de afrontamiento, pero es importante que la evitación no se convierta en tu estrategia de afrontamiento preferida ya que los recuerdos dolorosos necesitan ser reprocesados o no podrás disipar el sufrimiento que generan.

¿Cómo “desactivar” los recuerdos dolorosos?


Debemos ser conscientes de que la incomodidad y la angustia son inevitables cuando atravesamos por una situación adversa, pero a medida que la reconocemos, suelen atenuarse. Al contrario, si nos sumimos en el pozo de la desesperación, el sufrimiento no hará sino aumentar.

Es importante que no violentes tu ritmo de sanación, pero en cierto punto tendrás que decidir que ha llegado el momento de afrontar la situación dolorosa. A muchas personas les ayuda llevar a cabo una especie de ritual, hay quienes van a un sitio especial relacionado con el evento doloroso, por ejemplo, se permiten revivir lo ocurrido y luego se sienten liberados. No obstante, cada quien debe encontrar la estrategia que mejor le funcione.

Existen tres técnicas sencillas de aplicar que pueden ayudarte a procesar los recuerdos dolorosos y seguir adelante. 

1. El cuerpo como reflejo del recuerdo

Con esta técnica no nos focalizamos directamente en la memoria y su carga emocional sino en su reflejo corporal. Esto significa que aunque el recuerdo se mantenga, sus efectos en el cuerpo cambiarán, por lo que es muy útil para eliminar los síntomas físicos que generan ciertos recuerdos dolorosos, como la tensión muscular, las palpitaciones o los problemas para respirar.

Todo lo que debemos hacer es traer a la mente el recuerdo doloroso y fijarnos en las respuestas reflejas que genera en nuestro cuerpo. Una vez que las detectemos, debemos centrarnos en esa parte, respirar profunda y suavemente y relajar los músculos, hasta que sintamos que la tensión se desvanece.

Cuando sintamos que esa sensación ha desaparecido por completo, podemos pasar a otra parte del cuerpo. Este ejercicio se debe repetir varias veces a lo largo del tiempo, no debemos esperar resultados inmediatos ya que se trata más bien de un entrenamiento a través del cual le indicamos a nuestro cerebro que aunque se trata de un recuerdo doloroso, no debe provocar sensaciones corporales puesto que es una vivencia pasada.

2. La sala de cine de la memoria

Se trata de una técnica de visualización que consiste en cerrar los ojos e imaginar que lo que nos ha ocurrido es como una película. Podemos visualizar una pantalla en la que ocurran los hechos o verlo directamente en nuestra mente. El objetivo es desarrollar una actitud desapegada hacia lo ocurrido, de manera que podamos restarle parte de su impacto emocional.

Es probable que mientras veamos esa “película” afloren sentimientos muy intensos, es fundamental no dejar que estos nos atrapen y seguir adelante. Este ejercicio también es importante porque solemos tender a focalizarnos solo en las partes del evento que confirman nuestra manera negativa de pensar, obviando el resto de los detalles, que nos brindan un cuadro más completo y veraz de lo sucedido.

Al final, debemos imaginar que estamos rebobinando la película a velocidad rápida, hasta llegar al punto en el que nos sentíamos bien. Entonces debemos dejar que nuestras emociones se reestablezcan y darnos cuenta de que aunque hemos pasado por una situación traumática, todavía estamos vivos y podemos continuar adelante.

3. Dejar ir los pensamientos automáticos negativos

La mayoría de los recuerdos dolorosos se mantienen activos porque los alimentamos con pensamientos automáticos negativos. Si no tuviésemos esos pensamientos, nos resultaría muchísimo más sencillo procesar la experiencia traumática y deshacernos del sufrimiento. De hecho, si escrutas tu mente te darás cuenta de que no solo vives una y otra vez esos recuerdos dolorosos sino que además, piensas continuamente lo mismo.

Si tienes pensamientos que te hacen sentir culpable, te devalúan como persona o simplemente alientan el sufrimiento, una técnica muy sencilla consiste en escribirlos en tiras de papel. El simple hecho de escribirlos ya significa darse cuenta de su existencia e identificarlos como pensamientos desadaptativos.

Luego, cuando hayamos decidido que es el momento de seguir adelante y dejar en el pasado la experiencia dolorosa, tomamos esas tiras de papel y las quemamos, una a una. Mientras se queman podemos concientizar que se trata de un pensamiento negativo que solo nos hacía daño. Otra alternativa de esta técnica consiste en escribir directamente esos pensamientos en globos y dejarlos ir. Mientras se alejan, podemos sentirnos liberados del influjo negativo que ejercían sobre nosotros.

RECETA - CARRILLERAS CON BOLETUS

Saca el Cucharón


Posted: 03 Oct 2017 02:00 AM PDT

Con el otoño entramos en temporada de setas y todos los años me gusta preparar alguna receta con ellas. Aunque este año por la falta de lluvias no va a ser muy bueno, yo he tenido la suerte de recibir unos poquitos boletus con los que preparar un plato fantástico.

La combinación de la gelatina de las carrilleras y la gelatina del boletus nos va a dar como resultado una carne tierna y sabrosa, y una salsa melosa, para mojar pan.



Ingredientes:

1 Kg. de carrilleras de cerdo.

400 gr. de boletus edulis.

1 cebolla.

3 dientes de ajo.

3 cucharadas de tomate triturado.

300 ml. de vino fino de Jerez.

Aceite de oliva virgen extra.

Pimienta negra.

Sal.



Elaboración:

En una cazuela con aceite de oliva salteamos la cebolla, cortada en juliana, y los dientes de ajo, picados. Dejamos a fuego suave hasta que tomen un color dorado.

Seguidamente añadimos las cucharadas de tomate triturado, mezclamos y déjanos un par de minutos rehogando.

Después añadimos las carrilleras, limpias y enteras, salpimentadas. Regamos con el vino y dejamos cocer a fuego fuerte hasta que prácticamente se haya consumido.

Incorporamos los boletus, limpios y cortados en trozos finos. Cubrimos con caldo de carne y llevamos a hervir. Cuando rompa a hervir, quitamos la espuma que pueda subir a la superficie y dejamos cocer a fuego lento durante 2 horas, hasta que estén tiernas.

Transcurrido este tiempo, subimos el fuego y reducimos un poco la salsa del guiso, para que espese y quede melosa.

Después ya podemos servir.


*Yo he acompaño además este plato de unas patatas asadas.

4 estrategias budistas para manejar la ansiedad


Posted: 08 Oct 2017 09:05 AM PDT

El budismo es una filosofía de vida que nos ayuda a estar en paz con nosotros mismos. Descubre en este artículo cómo esta corriente puede ayudarte en tu día a día



  El budismo es el conocimiento de lo espiritual. Podríamos decir que es una interesante filosofía de vida, capaz de ofrecernos un acercamiento hacia nosotros mismos, para enseñarnos grandes y adecuadas estrategias para el día a día en numerosos aspectos que enfrentamos cotidianamente. Una fuente de sabiduría y serenidad que no podemos dejar pasar.

  No importa si eres escéptico con respecto a este tipo de corrientes, no se trata en absoluto de tener que asumir conceptos como la reencarnación o esos procesos kármicos implícitos en este sentido, sino más bien de una concepción filosófica de la vida.

  Lo interesante del budismo es que nos ofrece todo un compendio de visiones y estrategias que podemos aplicar en cada momento de nuestra vida para hacer frente a aspectos tan complejos como la ansiedad y el estrés.

 ¿Sabes de qué manera conseguirlo? ¿Te hemos despertado quizá ya el interés sobre el tema? Entonces, no lo dudes. En los siguientes consejos se aplican muchos interesantes principios que te serán muy útiles.


1. Eres responsable de ti mismo


  Algo que parece tan sencillo y elemental que, en ocasiones, solemos pasarlo por alto. Muchos de nosotros responsabilizamos a los demás de nuestros problemas: “Si yo padezco estrés es porque mi jefe no tiene piedad y me exige demasiado, o porque mi pareja es muy egoísta y siempre me deja a un lado en sus decisiones”.

  ¿Somos quizá marionetas con hilos que guían los demás? En absoluto. Para el budismo, el acto de liberación depende de uno mismo. En esta corriente, en esta religión si quieres tomarlo de tal modo, no hay un “salvador”que venga a ayudarnos, sino que somos nosotros quienes, con nuestra fuerza interior, nuestra decisión y motivación, hemos de ser capaces de hacer frente a los problemas diarios. A nuestras propias limitaciones.

  Hazte responsable, vístete con la armadura de la valentía y con determinación, esfuerzo y disciplina, haz frente a tus problemas, sabiendo siempre que la persona más importante en tu vida eres tú.


2. La importancia del “aquí y ahora”


  En ocasiones, vivimos nuestros días recordando el ayer, evocando lo que sucedió en el pasado e incluso en lo que hemos hecho esta misma mañana. 

 Y aún más, esos recuerdos se centran generalmente en errores cometidos, en lo que hemos perdido, en las personas que nos hicieron daño o incluso tendemos a focalizar nuestra atención en todos esos elementos estresantes, que nos generan aún más ansiedad.

  “Hoy he hecho esto mal en el trabajo”. “Ayer esta persona me contestó mal”. “No puedo olvidar la traición de esta persona…”.

 ¿Has usado estas frases habitualmente? ¿Las has oído de alguien más? Este tipo de pensamientos generan un malestar constante en el que nos hallamos anclados, casi arrastrados en una marea de sufrimiento interminable del que no podemos apartarnos.

  ¿De qué te sirve centrarte en el pasado, en lo que ya no está? Tu oportunidad está en el presente, en el “aquí y ahora”. En este mismo instante tienes la oportunidad de cambiar cosas para ser feliz. ¿A qué esperas?


3. La importancia del no-apego 

  No llenes tu vida de apegos obsesivos, no concentres tus objetivos en conseguir cosas, en tener una casa más grande, en tener un móvil de última generación. Tampoco centres tu felicidad en lo que los demás hagan o dejen de hacer. 

  Desde el momento en que fijas tu existencia a cosas o personas, eres menos libre y estarás casi condenado al sufrimiento.

  Lo ideal es establecer un apego saludable. Ama a tu pareja, pero fomenta también tu libertad, tu autoestima, tu crecimiento personal. No permitas que un apego excesivo vulnere tu autoestima, porque todo ello nos genera a su vez una alta sensación de estrés.

  El miedo a defraudar a los demás, de no llegar a las expectativas de lo que espera tu familia, tu pareja, o tus amistades, son ideas que vetan nuestras libertades, que nos ponen cadenas y no apegos saludables donde poder ser nosotros mismos.


4. Caerás en los mismos errores hasta que logres aprender de ellos


  Esta es una interesante idea del budismo que define lo que es el karma. Esta palabra tiene su origen en el sánscrito y significa “acción, hacer o causa”. 

  ¿Qué nos enseña esta idea? Que nosotros mismos, con nuestras acciones, pensamientos y palabras vamos creando nuestra existencia, nuestra verdadera esencia.

 Si nuestras acciones no son las correctas estaremos creando un “karma” negativo y, para el budismo, toda persona tiene la oportunidad de enmendar esos errores en nuevas vidas, hasta que enfoque adecuadamente ese problema, aplicando una acción adecuada, es decir, generando un buen karma.

  Así pues, debemos tener en cuenta que el principal error que tenemos las personas es no ver precisamente que estamos haciendo algo mal. Si no lo vemos, si no le damos importancia, tropezaremos una y otra vez con la misma piedra. 

 Si tú, por ejemplo, sufres estrés en estos momentos y no eres capaz de aislar las razones que lo originan y te responsabilizas de afrontar el problema, lo habitual es que dicha situación se agrave con el tiempo.

  Si no te detienes a analizar tu “aquí y ahora”, no verás el problema, aquello que estás haciendo mal y, si no lo ves, lo repetirás una y otra vez. Así que, toma aire y párate un instante.

  ¿Qué cambios podrías hacer para encontrarte mejor? ¿Qué tal si a partir de ahora enfocamos las cosas de otro modo? ¿Qué te parece si nos priorizamos más a nosotras mismas y generamos “karma” positivo?

  No lo dudes, tú eres el motor de tu vida, tú quien debe ser el artífice de tu propio bienestar. Lógralo con optimismo y con energía. ¡Lo mereces!


Fuente: Mejor con salud

QUE ES LO PRIMERO QUE VES EN ESTA IMAGEN Y TE DIRE CUAL ES TU MAYOR FORTALEZA


Posted: 08 Oct 2017 10:26 AM PDT

Los seres humanos somos fuertes por naturaleza. Día a día vivimos muchísimas situaciones duras, y logramos salir adelante. 



  Incluso ante situaciones límite, las personas son capaces de encontrar algo a lo que aferrarse, y seguir peleando hasta el final. 


  El tema es descubrir  cuáles son nuestras fortalezas, ya que no son las mismas para todos. Aprender a reconocer qué es lo que nos hace fuertes, nos ayudará a poder usar esa fuerza en momentos de crisis. 

  Por eso te traemos este sencillo test. Mira la foto y responde rápidamente ¿Qué es lo primero que viste? 

Te sorprenderá descubrir la respuesta.



Dos caballos


  Si lo primero que viste fueron dos caballos, tu mayor fortaleza es tu  determinación y tu orgullo. Eres una persona a la que no le cuesta tomar decisiones, pues eres muy seguro de ti mismo. 

  Cuando quieres algo de verdad, te empecinas en lograrlo. Por eso, también es una gran fortaleza tu perseverancia. No bajarás los brazos aunque tengas todo en contra. Puede que a veces eso te convierta en una persona un tanto caprichosa y obstinada. 

  Pero lo importante es que puedas usar esas características a tu favor. Tu convicción y falta de dudas te ayudará siempre a ir hacia adelante. Incluso si en algún momento descubres que te has equivocado, al menos no te habrás quedado en el mismo lugar. 



La cara de una mujer


  Si lo primero que notaste en la imagen fue la cara de una mujer, es porque tu mayor fortaleza es tu empatía y tu mente. Eres una persona muy racional e inteligente, pero también tienes sentimientos profundos, que no dudas en utilizar en tu favor. 

  Cuando las cosas se ponen difíciles, te aferras a tu cabeza. Eres capaz, incluso, de recluirte en tus mundos propios, pero eso te permite tomar distancia de las cosas y mirar con claridad. 

  Además tu capacidad para relacionarte con los demás hará que nunca te sientas solo. Siempre te rodeará gente increíble, dispuesta a darlo todo por ti, así como tantas veces tú lo has dado por los demás.

  Tal vez, la desventaja de esa forma de ser es que a veces eres muy susceptible cuando a tu alrededor las personas no la están pasando bien. Ahí es cuando debes usar tu capacidad mental y creativa para encontrar la mejor manera de mantenerte en pie. 


Los pequeños detalles

  Descubrir estos detalles habla de que tu poder de observación puede darte la oportunidad de tener éxito, aunque originalmente no tuvieras todas las de ganar. No tengas miedo de probar algo nuevo, porque la suerte está de tu lado.


LAS 4 ETAPAS DE LA VIDA QUE ATRAVESARÁS SEGÚN CARL JUNG


Posted: 08 Oct 2017 12:10 PM PDT

Mientras nos hacemos preguntas en esta jornada que es la vida, atravesamos cambios fundamentales que en ocasiones no sabemos cómo manejar...




  Algunas personas utilizan términos como “La Crisis del cuarto de vida” o “Crisis de mediana edad” para definir dónde es que creemos que nos encontramos en nuestras vidas a lo largo del camino. 

  Y es que en realidad, no hay destinos en la vida. Hay hitos sin duda alguna, pero con frecuencia podemos regresar a los mismos lugares en los que estuvimos antes. Eso es lo que amo de las 4 etapas de la vida de Psicología Suiza de Carl Jung.

  Como él las describió, estas etapas tienen que ver con quienes somos como personas y nuestras motivaciones. No tienen nada que ver con la edad o los logros, y a través de nuestras vidas constantemente vamos hacia atrás y hacia adelante de estas fases. Como Jung una vez lo dijo:

   “Completamente sin preparación, damos el paso a la tarde de la vida”. Peor aún, damos este paso con la falsa presunción de que nuestras verdades e ideales nos servirán hasta ahora.

  Pero no podemos vivir la tarde de la vida de acuerdo al programa de la mañana de la vida, ya que lo que fue grande en la mañana será poco en la noche y lo que en la mañana fue cierto, en la noche se habrá convertido en mentira”.

 Según Jung estas son 4 las etapas esenciales en el desarrollo de nuestra personalidad: Hércules, Apolo, Sacerdote y Hermes.

1. Hércules o El Atleta

  En esta etapa estamos principalmente preocupados por nuestra apariencia, por la forma en que nuestro cuerpo se ve. Durante esta etapa podríamos permanecer horas mirándonos y admirando nuestro reflejo en el espejo. En esta etapa nuestro cuerpo y aspecto son la cosa más importante para nosotros, nada más.


 Es la fase en nuestras vidas cuando somos mas egoístas. Hay personas in nuestras vidas que nunca han salido de esta fase, o constantemente regresan a ella. De las 4 etapas, ésta tiende a ser la menos madura. 

 Es caracterizada por estar obsesionados con nuestros cuerpos físicos y apariencia. Como ejemplo de esta fase, mira los adolescentes pasar por un espejo. La fase de Atleta puede ser narcisista, complicada y hasta ambas.


2. Apolo o El Guerrero

  Durante esta etapa nuestra principal preocupación es salir y conquistar el mundo, hacerlo lo mejor posible, ser el mejor y conseguir lo mejor, para hacer lo que hacen los guerreros y actuar como los guerreros actúan.

  Avanzando en nuestras vidas llegamos a esta fase. Esta es cuando empezamos a tomar responsabilidades y adquirimos el deseo de conquistar el mundo. Bueno, tal vez no el mundo para algunos de nosotros, pero es cuando nos orientamos mas a las metas.


  De pronto vemos objetivos que queremos alcanzar y la fase del atleta empieza desvanecerse. La fase del guerrero esta realmente caracterizada por las dificultades en nuestras vidas que la adultez nos puede enviar. Esta fase es también el lugar mas común en que las personas se devuelven a lo largo de sus vidas para reinventarse a si mismos.

3. Sacerdote o La Declaración


  Cuando la fase del guerrero va llegando a su fin en nuestras vidas, nos encontramos preguntando: “¿Qué he hecho por otros?” El enfoque cambia de los logros personales a la consecución de objetivos basados en tener en cuenta la vida de otras personas. 

 En esta etapa te das cuenta de que lo que has logrado hasta ahora no es suficiente para que puedas sentirte realizado y feliz, ahora estás buscando maneras de hacer una diferencia en el mundo, maneras de servir a los que están a tu alrededor. 

 Esta fase es con frecuencia relacionada con la paternidad, porque el enfoque se convierte en proveer una mejor vida para los hijos y lo que necesitas para hacerlo.

  Para muchas personas es mas que una correlación con la crianza de los hijos y mas con dejar un legado o una huella en la vida. Esta etapa es un tiempo para reflexionar sobre lo que haz alcanzado y como puedes continuar avanzando – no solo por ti mismo, sino por las otras personas en tu vida. 

 En lo que se trata la madurez, la fase de declaración es un gran paso hacia adelante, incluso de la fase del guerrero.

4. Hermes o el escenario del Espíritu


  La etapa final de la vida es esta. En ella nos damos cuenta que somos mas de lo que hemos acumulado – ya sea dinero, amigos, posesiones, buenos actos o hitos en la vida. Somos seres espirituales. Seres divinos en una jornada de vida que no tiene un real comienzo o final.

  La fase espíritu es caracterizada por un sentido de “salir de la mente” y enfocarse en lo que nos espera mas allá de nuestros seres físicos. El filosofo Lao Tzu propuso una pregunta cerca de 2500 años atrás que describe perfectamente esta fase: “Puedes salirte de tu propia mente y entonces entender todas las cosas? 

 Dar a luz y nutrir, teniendo sin poseer, actuando sin expectativas, guiando sin tratar de controlar: esta es la virtud suprema”

  Según Jung, esta será la última etapa del animus, una etapa en la que nos damos cuenta de que ninguna de estas etapas son realmente quién o qué somos. Nos damos cuenta de que somos más que nuestro cuerpo, somos más que nuestras posesiones, más que nuestros amigos, nuestro país y así sucesivamente.

   Llegamos a la conclusión de que somos seres divinos, seres espirituales teniendo una experiencia humana y no seres humanos teniendo una experiencia espiritual. Ahora somos capaces de observarnos a nosotros mismos desde una perspectiva diferente. 

 Ahora somos capaces de salir de nuestra propia mente, fuera de nuestro propio cuerpo y entender lo que realmente somos, para ver las cosas como son. Nos convertimos en el observadores de nuestras vidas.


Fuente Original: I Heart Intelligence, Simplecapacity

LA OLLA EMBARAZADA