Todo empezó con un WhatsApp. Hace seis meses, en septiembre de 2014,
el psicólogo Jorge Fresco le envió un mensaje a una de sus pacientes para recordarle cuándo tenían la próxima sesión. Para su sorpresa, ella le contestó que estaba planteándose dejar la terapia a pesar de que estaba consiguiendo resultados positivos. Le confesó que no podía seguir porque ya no podía permitírselo económicamente.
"En ese momento yo pensé 'La quiero atender, quiero ayudarla", recuerda Fresco en conversación telefónica con
El Huffington Post. Para él ese WhatsApp fue el detonante. Comentó lo ocurrido con su socio,
Antoni Martínez, y ambos se plantearon una pregunta: ¿cómo llegar a todas esas personas que necesitan terapia pero no pueden costeársela?
Al poco, dieron con una solución: inaugurar
los Lunes Positivos en su consulta, el centro
Psicología en Positivo de Valencia. Consisten en que ese día de la semana atienden gratuitamente a aquellas personas que necesitan acudir a terapia pero atraviesan una difícil situación económica. "Intentamos que esa gente que no se quiere levantar los lunes tenga un motivo de alegría", explica el psicólogo.
"Empezamos con clientes que sabíamos que podían tener más problemas para pagar, luego empezamos a darle difusión y hemos tenido muchas solicitudes. Hasta el momento hemos podido atender a unas veinte personas", apunta Fresco. Lo que ofrecen no es una consulta, sino una terapia completa igual que la de pago que realizan tanto presencial como
online para quienes residan en otros lugares de España. La única particularidad es que para poder acogerse a los Lunes Positivos, hay que cumplir
una serie de criterios de admisión. Algunos de estos son acreditar que se está en el paro, que se tiene trabajo pero una vez descontados los gastos indispensables para vivir no se puede pagar la terapia o que se depende de una persona que tampoco pueda costearla.
Los dos psicólogos están al frente de la iniciativa, pero cuentan también con un equipo de profesionales en formación coordinados por la terapeuta
María Cartagena. Empiezan siendo coterapeutas de un psicólogo experimentado y a medida que van formándose pasan a ser terapeutas bajo supervisión hasta que están preparados para volar solos, y más adelante, empezar a formar ellos mismos a otras personas. "Además, después de las sesiones, hacemos todos una reunión de equipo en la que comentamos los casos y los de más experiencia van orientando a estos psicólogos en formación", detalla Fresco.
Entre los pacientes que atienden está Eva (nombre ficticio). Es una valenciana de 32 años que lleva tres meses acudiendo a los Lunes Positivos. "Estuve hace tiempo yendo a un psicólogo por una situación traumática y por ansiedad", cuenta. Estaba en paro y no podía costeárselo, así que este profesional le derivó a la consulta de Jorge Fresco y Antoni Martínez. "Ellos evaluaron mi caso y se pusieron en contacto conmigo. Al ser gratuito no sabía cómo iba a ser, pero en cada sesión están implicados al máximo". Para Eva, la experiencia está siendo enriquecedora: "Cada vez que voy se lo digo, tengo mucho que agradecerles. Yo he cambiado muchísimo... me ha cambiado la vida", cuenta a El Huffington Post.
Yolanda los conoció a través de las redes sociales. De 42 años, valenciana y en paro, vio un mensaje que hablaba sobre los Lunes Positivos en el Facebook de una amiga. "Estaba pasando un mal momento y casualmente vi que acababan de empezar y que yo cumplía los requisitos". Se decidió a ir porque sentía "turbulencias" en su vida y no sabía exactamente por qué. "Estaba bloqueada y no daba pasos hacia delante. En la terapia fui descubriendo que mi baja autoestima era la causa de todo. Poco a poco fui conociéndome y viendo que todos mis límites los había puesto yo", relata esta paciente.
Tras unas diez semanas de tratamiento, Yolanda está en la fase final. Asegura que su paso por los Lunes Positivos "le ha abierto un mundo". Tanto que incluso acaba de salir del paro: "Una cosa ha llevado a la otra, reforcé mi autoestima, me encontré un poco más fuerte y ahora ¡he encontrado trabajo!".
El balance que hace el psicólogo Jorge Fresco también es positivo. "Teníamos un poquito de miedo porque en ocasiones si no hay transacción económica, hay riesgo de que el paciente abandone la terapia, pero en nuestro caso el abandono ha sido muy escaso". Según este especialista, eliminar el componente económico hace "más auténtico" su trabajo. "Siempre he sido muy vocacional. Le decía a mi madre que si fuera millonario, yo lo haría igual".