Cuando somos niños estamos repletos de sueños. Recuerdo cuando en mi infancia quería recorrer el mundo con amigos y quedarme a vivir en Alaska. Sí, me llamaba mucho la atención ese país. Recuerdo cuando miraba las películas de Bruce lee, donde disfrutaba viendo a una persona que parecía invencible, haciéndome soñar con las artes marciales. También recuerdo cuando quería ser cantante y convertirme en una estrella del rock, como aquellas que se veían en los años 80.
Sin duda esa ilusión es indispensable para crear y proyectarte en el futuro, es la energía y combustible que todo buen proyecto en la vida necesitaría, la ilusión. Pero a pesar de ello, llega un momento en que nos encontramos con obstáculos que deciden quitarnos, la bella luz del sol que iluminaba el camino a seguir. Estamos hablando de otras personas que se encargan de sabotearte para que no brilles tanto como deberías, algunas veces incluso seres cercanos que te aprecian (lo hacen inconscientemente) y en otras ocasiones, simples desconocidos que tan solo desean que muerdas el polvo y seas alguien común como el resto de los terrícolas.
En consecuencia, absorbes y aceptas la realidad de otros, junto a sus creencias que limitan tu percepción del mundo, destinándote a experimentar la vida que han elegido para ti. Mi intención con este artículo, no es hacerte sentir que no tienes ninguna posibilidad, que más vale que te rindas a lo inevitable. Es más, mis palabras están destinadas a convertirse en un llamamiento, a la parte de ti, que sabe íntimamente que puede elegir y vivir desde la responsabilidad.
Dentro de la complejidad de la vida tenemos tanto lo bueno como lo malo, existen personas con grandes sueños y otras tantas que se encargan de devorarlos. Hay que saber convivir con ambas partes, tomar consciencia de que están ahí, pero que poco tienen que ver contigo algunas de ellas. Que tendrás que estar preparado si tus padres no te apoyan en un proceso de separación. Que deberás prepararte para cuando tus “amigos” estén deseando que tu proyecto fracase estrepitosamente para ellos sentirse más cómodos. Y es fantástico que sepas de su existencia, para no quedar desvalido como el inocente niño que se aventura en este mundo lleno de estímulos que vale la pena vivir.
Porque simplemente sabes que cada ser humano tiene su personal punto de vista y no has de llevarte bien ni satisfacer a todos. Tan solo que, ahora crees en el poder de tus sueños. En esa energía e ilusión que te hace levantar con un brillo diferente. Porque por fin comprendes que eres el único protagonista y guionista de tu vida, que tan solo se te da una oportunidad y has decidido que sea un libro digno de recordar.
No permitas que los miedos e inseguridades de otros te invadan, tan sólo sé agradecido y sigue hacia delante, rodéate de personas que te iluminan de tal forma, que te hagan sentir en un mar de estrellas. Cultiva tus creencias y celebra los pequeños éxitos. Sin duda ese, es el camino que te llevará a cumplir tu sueños.
Photo by: Cris McBrien