CASA REAL ESPAÑOLA
Felipe Juan Froilán de Todos los Santos es nieto y sobrino de rey. Tiene sangre azul, pero sobre todo la tiene caliente. A sus 16 años de edad, Pipe, como le llaman cariñosamente en casa, ha protagonizado todo tipo de polémicas: se ha pegado con varios compañeros de colegio, ha suspendido varias veces un mismo curso, ha ejercido de algo parecido a un relaciones públicas en una discoteca madrileña a cambio de prebendas para él y sus amigos y, como traca final, se ha disparado en un pie con una escopeta de caza.
Todos los que le conocen coinciden en una cosa: “Es un chaval inquieto, casi hiperactivo”. Así le describe una persona que le ha tratado con asiduidad en conversación con Vanitatis. Pero enseguida matiza: “Es rebelde, pero tiene gancho y por eso todos quieren estar con él: sus primos, la Reina Sofía, que lo adora. Posee un don de gentes espectacular que le ha llevado a ser tambiénel rey de su clase y el rey de la discoteca”.
Jaime de Marichalar, con sus dos hijos por las calles de Madrid (Gtres)
Tras un 2013 ajetreado a causa de sus malas notas y sus polémicas fiestas en Joy Eslava, donde se codeó con otros niños royal como Andrea Janeiro, hija de Belén Esteban, el 2014 está siendo un año de cierta madurez para el hijo mayor de la infanta Elena y Jaime de Marichalar. Su paso por el internado de la SAFA (Colegio Episcopal Sagrada Familia), situado en Sigüenza, comienza a dar sus frutos. A Froilán se le ve más tranquilo últimamente. Incluso su expediente académico ha mejorado.
En la misma línea de sentido, Pipe va creciendo, ya es todo un adolescente y empieza a tener las primeras citas con amigas. Una joven en concreto le roba gran parte de su tiempo. Hace unos días, sin ir más lejos, Pipe se dejó ver por la Milla de Oro madrileña en compañía de esta joven de su edad. Tras dar un paseo por el barrio, en el que la pareja de amigos estuvo muy pendiente el uno del otro, terminaron la tarde en el restaurante VIPS de la calle José Ortega y Gasset.
Tortitas con siropeLa infanta Elena y Froilán (Gtres)
Según testigos presenciales, gente asidua al local, acostumbrados a verle desde que era pequeño –la casa de Jaime de Marichalar se encuentra a escasos metros–, Froilán parece otro. Antes de pasar a merendar, el joven y su amiga se detuvieron unos momentos en la zona de librería. La estampa fue de lo más simpática cuando el primo mayor de la princesa Leonor ojeaba, junto a su entrañable acompañante, un gran libro de la escudería Ferrari, su marca de coches favorita.
Una vez pasaron a la zona de comedor, Felipe Juan y su amiga, una bella joven vecina de la zona, de la misma edad, casi tan alta como él y de pelo castaño claro y algo ondulado, optaron por compartir unas tortitas con sirope y unos refrescos. Froilán sacó su monedero y educadamente invitó a la chica. Ambos iban con ropa informal. Ella, más estilosa, llevaba unos pantalones vaqueros pitillo, un cárdigan azul marino y un fular en tonos azules más claros, que la protegía del frío.
No es la primera vez que se les ve juntos. Frecuentan de vez en cuando los locales más conocidos de su barrio buscando una mesa donde charlar.En otra ocasión, también muy cercana en el tiempo, pasaron un buen rato en el Starbucks de la zona.
En su última cita, tras salir del restaurante, el hijo de la infanta acompañó a su amiga hasta el portal de su casa y se fue corriendo al domicilio de su padre, ya que llegaba tarde a misa, donde se le vio poco después. En definitiva, el ya no tan pequeño Felipe está irreconocible.