MUERTE DE LA DUQUESA DE ALBA
Me dicen que cuente mis recuerdos contigo. Lo que fuiste para mí, para mis hijos y para Curro en unas líneas. Y me parece imposible, porque no puedo hablar en pasado, porque no me hago a la idea de que ya no estés.
Eres mi amiga, mi confidente y has sido mi apoyo cuando otros me dieron la espalda. Me decías que era como esa hermana pequeña que no tuviste y yo siempre te consideré también mi hermana mayor.
Recuerdo que tú y Luis, tu primer marido, erais amigos de mis padres y, cuando viajabais a Sevilla en primavera, veníais casi siempre a casa. Posteriormente te quedaste viuda y seguías manteniendo esa amistad.Cuando me casé con Miguel Solís, me invitaste a uno de los primeros rastrillos solidarios que se organizaron en la ciudad. Me sentí muy agradecida por esa deferencia y desde ese momento conectamos.
Me contabas tus cosas y yo a ti las mías. A pesar de la diferencia de edad, nos entendíamos de maravilla. Una de las cosas que más me gustaba de ti es que nunca juzgabas a las personas, eras humilde y no te importaba de dónde viniera cada cual, sino solo que fueran buenas personas.
Carmen Tello y Curro Romero, junto a la duquesa (Vanitatis)
Cuando me separé de mi marido, al que apreciabas, me preguntabas que si no podía arreglar el matrimonio, que por qué no lo intentábamos. Cuando te expliqué que no podía ser, no volviste a insistir. Mientras otras personas que pensaba que me querían me dieron la espalda, tú estuviste siempre conmigo.Sabías que lo estaba pasando mal y me arropaste. Esa intimidad entre ambas ya nunca desapareció.
Eras muy lista y sabías reconocer a los que se acercaban por interés y así me lo decías. "Carmen, tú nunca quieres nada". Y así era, porque entre nosotras solo hubo lealtad y cariño. El mismo que tú nos brindaste a Curro, a mí y a mis hijos, sobre todo a mi niña Carmen, porque teníais gustos comunes. A las dos os entusiasmaba el campo, los animales, los caballos...
Como bien sabes, a Curro no le gusta escribir, pero me dicta y te dedica estas palabras: "Eras una mujer buena, generosa, culta y amiga de sus amigos; una mujer que siempre defendió la fiesta nacional y apoyó la cultura”.
Ahí queda, querida hermana. ¡Cuánto te vamos a echar de menos!
*El torero Curro Romero y su esposa Carmen Tello fueron durante los últimos años de la vida de Cayetana de Alba dos de sus más fieles amigos.