Meryl Streep es una de mis actrices favoritas. ¡Seguro que una de las tuyas también! Espero con ansias que gane un Oscar y que no sea una nominación más de su extensa lista (tiene 21 nominaciones, el doble casi que Jack Nicholson y Katherine Hepburn, los siguientes en el ranking con 12 postulaciones cada uno). Me la imagino volviendo a las tantas de la gala, con uno de sus vestidos estupendos (¿recordáis aquel dorado de 2012 --era de Lanvin-- cuando se llevó la estatuilla por La Dama de Hierro?), tacones en mano y radiante de felicidad, mientras camina por este jardín, en los altos de California. ¡Guau!
La actriz se ha comprado esta casa de tres dormitorios y dos baños, de los años cincuenta, que a diferencia de otras propiedades no ha pasado de mano en mano, sino que ha tenido un solo dueño hasta ahora. Qué suerte tiene esta vivienda si Meryl la llenará ahora con su luz. No quiero ser injusta, porque sé que las fotos son de antes de que ella viva aquí, pero en serio, ¿no creéis que necesita una estilista? Yo le mando una de El Mueble ¡ya! Entonces sí que tendría una casa de Oscar.