HA SIDO ESCOLTADA POR LA GUARDIA CIVIL
Isabel Pantoja ya está en la cárcel. La tonadillera ha ingresado este viernes en el centro penitenciario de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) custodiada por la Guardia Civil para cumplir con su condena de dos añosde prisión impuesta por blanqueo de capitales.
Este jueves recibía la notificación de la Audiencia de Málaga en la que se le daba un plazo máximo de 72 horas (hasta el domingo) para su ingreso voluntario. Finalmente, hoy, a las 7:54 horas, cruzaba el umbral que pone fin a su libertad después de que a primera hora de la mañana Isabel Pantoja saliera de la finca Cantora, un trayecto de poco más de hora y media en coche que le aleja de los suyos durante una temporada.
Isabel Pantoja entrando en el módulo de ingreso junto a dos funcionarias (Gtres)
A su llegada, en el asiento trasero de un Mercedes clase A de color gris, decenas de periodistas, fotógrafos y cámaras captaron un momento que estaba medido al milímetro por el importante y amplísimo despliegue policial apostado en las inmediaciones y en la entrada del centro penitenciario desde este jueves y que se ha intensificado a primera hora de la mañana.
Agustín Pantoja (Gtres)Una vez en el recinto penitenciario, Pantoja se ha dirigido al módulo de ingreso, donde ha entregado el DNI y el auto que su abogado recogió este jueves, un trámite que le ha llevado 20 minutos y en el que ha estado acompañada en todo momento por su hermano Agustín, nuevo cabeza de familia, que se ha dirigido solo hacia el coche entre lágrimas, donde le esperaba Juan Antonio, amigo íntimo de la tonadillera y propietario de la clínica estética Dermanova.
Después de este trámite, Isabel Pantoja se ha dirigido en compañía de dos funcionarias del centro a otro de los edificios de la prisión realizarle un reconocimiento médico, ser cacheada y hacerse una fotografía para su carné de presidiaria.Consigo llevaba sus pertenencias: ropa cómoda y un neceser con lo básico.
Isabel, “paradigma de la ilegalidad criminal"
Fue este miércoles cuando la cantante se quedó sin margen de maniobra después de que la Sección Segunda, que enjuició y sentenció los hechos, rechazara el recurso de súplica que presentó para intentar suspender la pena. El auto le concedía un plazo “improrrogable” de tres días y le avisaba que de no producirse ordenarían su “inmediata” busca y captura.
No ha sido hasta este viernes cuando se ha confirmado cuál sería el centro penitenciario escogido por la tonadillera para cumplir la condena. Desde hace varios días, Pantoja ya lo tenía decidido, aunque solo su círculo más íntimo lo sabía. “La decisión ya está tomada”, pero “por motivos de seguridad” no quieren que trascienda, indicaban este jueves fuentes cercanas a la tonadillera. No obstante, en los últimos días todo apuntaba a que pudiera ser la prisión de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). La cercanía con su madre y su hermano, que residen en Triana (Sevilla), y el perfil de la población reclusa, en gran parte de etnia gitana, hacían pensar que esta podría ser el centro que cobije a la rea Pantoja durante los próximos meses.
Isabel Pantoja y Julián Muñoz en 2004 (Gtres)La entrada de Pantoja en prisión se une a la de Julián Muñoz y Mayte Zaldívar, los tres vértices de un triángulo partícipe de la corrupción en las arcas públicas marbellíes. El auto de la Audiencia Provincial de Málaga dijo de la artista que era el “paradigma de la ilegalidad criminal en el aprovechamiento privado y torticero del patrimonio público” y que, por ello, el cumplimiento de la pena de cárcel tenía “un carácter ejemplar, que no ejemplarizante, en la medida en que suponen un patrón de conducta que todos debemos seguir”.
Su apoyo incondicional también lo han demostrado durante los últimos días que Isabel ha disfrutado de libertad. Recluida en Cantora, la tonadillera ha contado con sus hijos y con sus familiares y amigos más cercanos para sobrellevar las horas más amargas antes de su inminente ingreso en prisión. Con todos ellos se ha encargado de dejar atados todos los asuntos, que como madre de familia, debía solucionar antes de pasar fuera de casa varios meses. El más importante era su madre, doña Ana, a la que han decidido no contar toda la verdad de lo sucedido para evitar un disgusto que, a su edad, pudiera desembocar en fatales consecuencias para su salud.