Posted: 27 Jul 2017 07:56 AM PDT
Estamos en medio de la temporada típica de bodas, algunas de ellas nos pillan muy de cerca como puede ser la de un hermano o nuestro mejor amigo. Queremos obsequiarles con algo especial pero seguimos dudando qué puede ser esto. Tal vez lo mejor sea regalar tiempo porque teniendo en cuenta la sabiduría popular, “el tiempo es oro”.
Más allá de los típicos regalos para la casa, joyas, obras de arte, su perfume favorito, hay otros que responden a la pregunta casi del querer ser o tener. En un mundo hiperconectado unos días de desconexión pueden resultar un regalo reparador, donde lo que importa es la experiencia y no tanto el objeto que se obtiene. Una de esas vivencias puede ser claramente lo que viene siendo la luna de miel, que en vez de elegirla los propios novios, podemos preparársela nosotros mismos, y así de paso les demostramos que sí conocemos sus gustos.
O simplemente puede ser que nuestros amigos tienen su luna de miel reservada, o no quieren salir de la península pero son personas muy interesadas en la gastronomía. Si es así, están de suerte porque si de algo podemos alardear en España es justamente de sus chefs de cocina, su gastronomía y todo lo que rodea a eso de la denominada “degustación”.
Asimismo, decir que dentro del llamado movimiento slow hay una variante que es la del “slow food” o “comida lenta”. El término resalta claramente lo de lento cuando en el fondo no es más que recuperar la tradición familiar de disfrutar de lo que se comía y de la compañía. Esta tradición ha pasado a formar parte de una exquisita forma de comer porque justamente lo que nos falta es tiempo para disfrutar de los nuestros y con los nuestros. ¿No merece la pena invertir en este tipo de regalo?
Más allá de los típicos regalos para la casa, joyas, obras de arte, su perfume favorito, hay otros que responden a la pregunta casi del querer ser o tener. En un mundo hiperconectado unos días de desconexión pueden resultar un regalo reparador, donde lo que importa es la experiencia y no tanto el objeto que se obtiene. Una de esas vivencias puede ser claramente lo que viene siendo la luna de miel, que en vez de elegirla los propios novios, podemos preparársela nosotros mismos, y así de paso les demostramos que sí conocemos sus gustos.
Poder parar, un lujo en nuestros días
“Vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir” es lo que nos dice Carlos Honoré en su libro Elogio a la Lentitud. Honoré, que fue de alguna manera el que ha ayudado a consolidar las bases del movimiento slow o “lento” en este libro, puede que tenga cierta razón, sobre todo cuando dice: “creo que vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir. Nuestra cultura nos inculca el miedo a perder el tiempo, pero la paradoja es que la aceleración nos hace desperdiciar la vida”. Pero es que la rueda de hámster en la que vivimos muchos de nosotros no es fácil de parar. No obstante, ¿podemos entonces regalar tiempo para conseguir parar el reloj de nuestros amigos por unos cuantos días? Puede ser esa la cuestión…Regalar tiempo está de moda
Y es que siendo realistas no disponemos en muchas ocasiones de este bien tan preciado para poder desconectar. Por ello, regalar tiempo con sets como estos de Regalos.es para disfrutar de él de forma lenta, pueda ser de lo mejor que podamos ofrecer. Porque tal vez el presupuesto que tenemos entre todos los amigos no nos da para comprar un billete y una estancia de hotel en Tailandia.O simplemente puede ser que nuestros amigos tienen su luna de miel reservada, o no quieren salir de la península pero son personas muy interesadas en la gastronomía. Si es así, están de suerte porque si de algo podemos alardear en España es justamente de sus chefs de cocina, su gastronomía y todo lo que rodea a eso de la denominada “degustación”.
Asimismo, decir que dentro del llamado movimiento slow hay una variante que es la del “slow food” o “comida lenta”. El término resalta claramente lo de lento cuando en el fondo no es más que recuperar la tradición familiar de disfrutar de lo que se comía y de la compañía. Esta tradición ha pasado a formar parte de una exquisita forma de comer porque justamente lo que nos falta es tiempo para disfrutar de los nuestros y con los nuestros. ¿No merece la pena invertir en este tipo de regalo?