Pareja y Sexualidad
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En una relación a largo plazo, nuestra identidad se entrelaza cada vez más con la de nuestra pareja. Elizabeth Barrett Browning lo resumió perfectamente cuando le dijo a su marido Robert Browning: “Te amo no sólo por lo que eres, sino por lo que soy cuando estoy contigo. Te amo no sólo por lo que has hecho de ti mismo, sino por lo que estás haciendo de mí. Te quiero por la parte de mí que sacas a la luz”.
De hecho, en algunos casos esa sincronización es tal que podemos acabar confundiendo nuestros rasgos con los de nuestra pareja. Por eso, es válido preguntarse qué ocurre cuando rompemos. ¿Significa que nuestra personalidad cambiará? ¿Nuestra personalidad influye en la manera en que afrontamos la ruptura haciendo que permanezcamos solos durante más tiempo o nos impulsa a buscar inmediatamente otra relación?
Las transformaciones en la personalidad al poner punto final a una relación de pareja
Hombres y mujeres no suelen reaccionar igual ante una ruptura de pareja. Un estudio realizado en el Instituto Nacional del Envejecimiento en Baltimore encontró que los efectos del divorcio difieren según el género. Estos psicólogos analizaron la personalidad de más de 2.274 personas de más de 40 años y luego los volvieron a encontrar entre 6 y 9 años más tarde. Entonces les preguntaron cuáles habían sido los acontecimientos más importantes que habían ocurrido en sus vidas y comprobaron cuánto habían cambiado sus personalidades.
Descubrieron que las mujeres que habían pasado por un divorcio mostraban mayores signos de extraversión y apertura a las nuevas experiencias, lo cual puede atribuirse al efecto liberador de la ruptura. Al contrario, los hombres divorciados parecían ser menos conscientes y más inestables emocionalmente, probablemente porque asumieron la ruptura como un evento desmoralizador.
Sin embargo, todos los estudios no han encontrado este patrón. Un grupo de investigadores alemanes analizó los rasgos de personalidad de más de 500 hombres y mujeres de mediana edad tres veces a lo largo de 12 años.
Descubrieron que los hombres y las mujeres que se divorciaron se habían vuelto menos extravertidos. Sin embargo, es probable que esto se deba a que a raíz de la ruptura de pareja perdían muchos de los amigos que compartían con su cónyuge, lo que implica tener menos oportunidad para socializar. Curiosamente, estas personas también mostraron una reducción en el nivel de confianza, quizá porque ya no tenían que apoyar continuamente al otro.
Vale aclarar que aunque los efectos sobre la extraversión no son muy grandes, pueden tener repercusiones significativas en la vida de una persona, sobre todo teniendo en cuenta que las personas extrovertidas tienen mayores probabilidades de volver a encontrar pareja y contraer segundas nupcias.
Cuán rápido logres pasar página dependerá de tu personalidad
Una ruptura de pareja no solo cambia ligeramente nuestra personalidad sino que nuestros rasgos y forma de ver la vida también también influyen en cómo reaccionamos ante esa situación. Un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Lovaina analizó la personalidad de más de 2.000 personas que habían pasado por un divorcio con el objetivo de descubrir qué tipo de nuevas relaciones formaron durante los siete años siguientes.
Se apreció que las personas extrovertidas tenían más probabilidades que otros tipos de personalidad de volver a casarse rápidamente. Quienes tenían tendencia al neuroticismo, al contrario, eran más propensos a permanecer solos durante los siete años o a ir de una relación a otra sin encontrar a la persona adecuada para establecer una relación sólida. Sin embargo, las personas que puntuaron alto en conciencia eran más propensas a formar una relación seria y esta duraba mucho más.
Una de las razones por la que las rupturas son tan angustiantes es que pueden hacer que nos preguntemos quiénes somos, sobre todo cuando se trata de una relación larga ya que nuestra identidad se entrelaza con la de nuestra pareja, por lo que cuando la perdemos, es como si perdiéramos una parte de nosotros mismos. Esto significaría que nuestro autoconcepto se contrae y podemos tener la sensación de que no sabemos exactamente quiénes somos, qué queremos o hacia dónde nos dirigimos. Esas sensaciones pueden ser particularmente angustiantes para algunas personas.
Curiosamente, psicólogos de la Universidad de Stanford encontraron que quienes tienen una visión rígida de sí mismos tendían a tomar el rechazo como algo más personal, sintiendo que la ruptura revelaba algo malo sobre su carácter y, como resultado, la experiencia era aún más angustiosa.
La buena noticia es que nuestra personalidad cambia a lo largo del tiempo, por lo que es posible encontrar una forma positiva de interpretar la ruptura, sobre todo recordándonos que somos personas complejas y multifacéticas capaces de aprender de los errores y seguir adelante. Esa perspectiva puede aliviar hasta cierto punto los efectos angustiosos del rechazo.
Fuentes:
Sodermans, A. K. etl. Al. (2016) Effects of personality on postdivorce partnership trajectories. Journal of Social and Personal Relationships: 10.1177/0265407516665250.
Howe, L. C. & Dweck, C. S. (2016) Changes in Self-Definition Impede Recovery From Rejection. Pers Soc Psychol Bullan; 42(1):54-71.
Allemand, M. et. Al. (2015) Divorce and personality development across middle adulthood. Personal Relationship; 22(1): 122–137.
Costa, P. T. et. Al. (2000) Personality at Midlife: Stability, Intrinsic Maturation, and Response to Life Events. Assessment; 7(4): 365-378.