ME VOY AL PUEBLO: razones y resultados de los que deciden abandonar la ciudad (El País) 2/3
“Esa no es la pregunta. Plantear cuáles son las ventajas e inconvenientes de los pueblos es errónea. Yo no hablaría de pros y contras, no compararía a la ciudad con el pueblo. Nosotros reivindicamos EL DERECHO A VIVIR DONDE QUERAMOS porque pagamos impuestos como todos los ciudadanos. Solo queremos y necesitamos los mismos servicios que los demás”
María del Mar Martín, presidenta de Abraza la Tierra
María del Mar Martín, presidenta de Abraza la Tierra
“Al pueblo hay que llegar con una “idea clara de ocupación”, siendo conscientes de que también hay facturas por pagar. La gente que vivimos en los pueblos no tenemos por qué dar nada. La pregunta es al revés, ¿QUÉ VIENES TÚ A APORTAR? Cuando mi madre me envió a Madrid a estudiar con 13 años, nadie le pagó mi manutención ni la residencia ni los libros. Nada de nada”
Eva González de la organización Abraza la Tierra
Eva González de la organización Abraza la Tierra
Serie de 3 posts con reportajes aparecidos en los medios de comunicación sobre el aumento del neo-ruralismo:
- 1. Vuelta al campo: revista FHM, noviembre 2012
- 2. Me voy al pueblo: El País, 9 diciembre 2012
- 3. Volver al campo: revista Integral nº 393, septiembre 2012
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“La vuelta al campo es un fenómeno extendido en las sociedades avanzadas” pero los expertos y los datos demuestran que tampoco se puede hablar de éxodo rural. Recientemente El País publicó un reportaje realizado en cuatro provincias de España (Segovia, Soria, Cáceres y Madrid) en el que entrevista a varias familias que se mudaron de la ciudad al campo por motivos diferentes, y también con resultados diferentes, y a estudiosos sobre el tema.
Merece la pena leerlo porque desmitifica el mundo rural tipo Heidi, mostrando que no todo el mundo encuentra lo que busca -probablemente porque muchos tienen falsas expectativas-, que el campo per se no eleva tu calidad de vida, ni te regala nada (tampoco lo hace la ciudad) y que hay que ser conscientes de las decisiones que tomamos.
En el reportaje podemos leer reflexiones como estas que muestran distintas sensibilidades de los cambios:
“El único peligro de vivir en un pueblo pequeño es caer en la inercia de ir encerrándote”“Para dejar la ciudad hay que tener claras las ideas. Puede ser bonito, pero también duro”“Estaba harto. En la ciudad eres un individuo. Aquí eres una persona dice. Solo echo de menos Internet (…) Aquí llega a velocidad jurásica. ¿Telefónica? iCon la Iglesia hemos topado! Tienen el monopolio y no les interesa montar una infraestructura para 15 vecinos”“En la ciudad, uno poco a poco se desgasta, casi sin darte cuenta. La calidad de vida no es comparable a la que tenemos aqu픓Regresar no es un fracaso. Estoy mejor emocionalmente que antes”“He cambiado la M-30 por este paisaje, es un lujo (…) No volvería a Madrid. Allí tengo amigas queme dicen: `¡Qué envidia!’, pero sé que no todas se adaptarían. Para venir al pueblo hay que tener la mente muy asentada. Porque puede ser duro”“Recibimos de la tierra lo que necesitamos. En el bosque cogemos la leña y en casa tenemos un aljibe para recoger el agua de lluvia’ (…) Nunca habíamos trabajado en la hostelería ni en el huerto. Pero hay que transformarse”“El medio rural facilita compartir más con la gente. A mí, el hecho de que me conozca todo el mundo no me agobia. De hecho me gusta tomar un café y saber quiénes están sentados en la mesa de al lado”
Unos huyen de la ciudad, otros regresan a sus orígenes, unos lo hacen voluntariamente y otros forzados por situaciones límite a nivel personal o laboral, unos emprenden con éxito y otros con menos, … pero el testimonio de todos en digno de tener en cuenta.
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