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LAS CUATRO VELAS



Historia de las 4 velas

Al mirar la vida de cierta manera, nos damos cuenta de que hay muchas pérdidas que experimentamos a diario. A veces perdemos la paz cuando nos peleamos o guardamos rencores; a veces perdemos el amor, por el odio que dejamos entrar; y a veces perdemos nuestra preciosa fe. Sin embargo, hay una cosa que aún permanece a pesar de todas las pérdidas. Acompáñanos en esta historia y lo descubrirás...


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Había una vez cuatro velas que se consumían lentamente en una habitación oscura. Brillaban tan suavemente que podías oírlas hablar.

La primera vela dijo: "estoy en paz, pero en estos días, nadie quiere mantenerme encendida". Entonces, la llama de Paz lentamente disminuyó y se extinguió por completo.

La segunda vela dijo: "soy la fe, pero en estos días, la gente cree que ya no me necesita". Entonces, la llama de la fe lentamente disminuyó y se extinguió por completo.

Tristemente, la tercera vela habló: "yo soy amor, y no tengo la fuerza para permanecer encendida por más tiempo. La gente me pone a un lado y no entiende mi importancia. A veces incluso se olvidan de amar a los que están más cerca de ellas".

Y como no podía esperar más, la llama del amor se extinguió por completo.

Un niño entró a la habitación y vio las tres velas que ya no ardían. Preguntó en voz baja:
"¿Por qué no están ardiendo? Se supone que deben permanecer encendidas para siempre".
Luego, la cuarta y última vela le habló amablemente al niño: "no tengas miedo, porque yo soy la Esperanza, y mientras aún esté encendida, podremos volver a encender las otras velas".
Con ojos brillantes, el niño tomó la vela de la Esperanza, encendió las otras tres velas gracias a su llama y dijo:

"Entonces nunca dejemos que la llama de la Esperanza se apague"

Es por eso que con la esperanza en nuestras vidas, la paz, la fe y el amor pueden brillar una vez más.


"Volverás a confiar porque tendrás esperanza; y rodeado de paz podrás dormir tranquilo". (Job 11:18)

5 hábitos que convierten tu casa en un “hogar tóxico”


Posted: 13 Aug 2018 06:57 AM PDT

Un hogar equilibrado es fuente de bienestar, un sitio al que siempre nos apetece regresar porque encontramos el refugio y apoyo que necesitamos.



  Sin embargo, un hogar tóxico genera malestar y nos convierte en personas más vulnerables a enfermar, tanto a nivel físico como psicológico, es un sitio donde nos sentimos mal y del que sólo quisiéramos huir.

Entornos mentalmente tóxicos


  El concepto de “entornos mentales tóxicos” fue propuesto por Kalle Lasn. Hace 30 años, se produjo un fuerte movimiento “verde” motivado por la creciente preocupación de las personas por el hecho de que la toxicidad del medioambiente pudiera enfermarlas. 


  Algunos psicólogos indican que muchas de las dificultades emocionales, depresiones, estrés, tienen su causa en un estilo de vida marcado por caos, el consumismo, la falta de Inteligencia Emocional, dificultad para mantener relaciones interpersonales asertivas, donde los hogares suelen ser el entorno donde todo comienza, o donde se perpetúan esos comportamientos tóxicos.

  La convivencia no está exenta de conflictos. Sin embargo, no deberíamos permitir que ciertos comportamientos terminen haciendo que nuestro hogar se convierta en un entorno mentalmente tóxico.


LAS ACTITUDES Y HÁBITOS QUE DEBEMOS DESTERRAR DE LOS HOGARES


1. Los gritos


  Los gritos comienzan siendo excepcionales pero pueden convertirse en la norma. Sucede sin que nos demos cuenta. Un día gritas porque crees que no te entienden, al día siguiente porque piensas que no te escuchan y al otro porque quieres tener la razón a toda costa. 

 Así se convierten en pan cotidiano. Sin embargo, los gritos esconden el germen de la violencia. Implican el deseo de imponer el poder y avasallar al otro. Sus consecuencias para los niños son aún peores. 


 Un estudio realizado en la Escuela de Medicina de Harvard reveló que los gritos pueden alterar de forma significativa y permanente la estructura del cerebro infantil afectando la integración entre las dos mitades del cerebro, lo que puede provocar problemas de personalidad y afectar su equilibrio emocional.

¿Cómo solucionarlo? En la casa debe haber una norma muy sencilla: no gritar. Cada miembro debe recordar que gritar no le dará más razón. 

 Es importante cultivar la empatía y la asertividad. Los gritos siempre son una muestra de la incapacidad para gestionar la situación.


2. La hostilidad


  Si entras en casa y de repente sientes como si un peso cayera sobre tus hombros, es probable que se deba a que se respira un ambiente de hostilidad.

  Hay hogares en los que no hay entusiasmo, donde las personas casi nunca se dedican una sonrisa sino que, al contrario, muestran actitudes hostiles y actúan como si los demás fueran sus adversarios.

  En estos hogares prima la ley del más fuerte, por lo que es muy difícil encontrar reposo y tranquilidad.

¿Cómo solucionarlo? Cuando el hogar se convierte en un campo de batalla, no hay ganadores, todos pierden porque se rompe el equilibrio. 

 Por eso, es importante centrarse en solucionar los problemas, más que en buscar culpables. 


3. El drama


  En la vida atravesamos momentos dramáticos. Sin embargo, cuando el hogar se convierte en un drama cotidiano, la desesperanza, la frustración y la depresión no tardan en sentar casa. 

 Ese dramatismo suele provenir de personas que siempre encuentran un problema para cada solución, que se centran solo en los aspectos negativos de la vida y que han hecho de las quejas  su modo de vida. 


 Esas personas terminan “contagiando” el hogar, haciendo que flote sobre el ambiente una bruma de pesimismo.


¿Cómo solucionarlo? Adoptando una actitud más positiva, que también terminará siendo contagiosa y puede contrarrestar las actitudes negativas de los demás.

  Es importante hacerle ver a esa persona, sin atacarla ni criticarla, cómo sus actitudes dañan a todos y crean un clima emocional muy negativo.


4. El caos


  El espacio donde pasas varias horas al día termina influyendo en tu estado de ánimo. Por eso, un espacio desorganizado y caótico puede terminar provocando ese mismo caos mental, es un espacio donde no apetece estar y que genera estrés. 

  Se ha apreciado que cuando estamos inmersos en entornos desorganizados y caóticos, nuestro cerebro tiene más dificultades para procesar la información, lo que produce una sensación de sobrecarga, afecta nuestra productividad y aumenta la ansiedad y el estrés. 

   No obstante, esa confusión no se refiere únicamente al espacio físico sino también a la falta de reglas que garanticen una convivencia fluida entre los miembros del hogar. 

 ¿Cómo solucionarlo? Es importante que en todo hogar reine el orden y que existan unas normas de convivencia, aunque sean implícitas, de manera que cada quien conozca los límites que no debe traspasar.


5. La desvalorización


  Si en el seno del hogar no se valora, aprecia y respeta a sus miembros, es difícil que estos logren desarrollar una buena autoestima y tengan la seguridad necesaria para afrontar la vida.

  Existen muchas formas de desvalorización, desde no reconocer los esfuerzos de la persona hasta minimizar continuamente sus logros o incluso pasarlos por alto.

  En algunos hogares se crean dinámicas muy nocivas en las que se etiqueta a uno de los miembros como la "oveja negra" de la familia o el chivo expiatorio. 


 Obviamente, esas dinámicas no solo son negativas para quien carga con las culpas sino también para el resto de los miembros ya que les impide asumir sus responsabilidades y madurar como personas.

¿Cómo solucionarlo? Cada persona es única, y la debemos valorar por ello. No debemos pedirle peras al olmo sino aprender a centrarnos en sus puntos fuertes y en lo que las hace especiales. 

 Cada quien brilla con luz propia, debemos cerciorarnos de alimentar esa luz, no de apagarla.

***Existen ciertas señales que nos indican que necesitamos ayuda, esto es cuando se presentan manifestaciones que son intensas o tiene demasiada permanencia en el tiempo, afectando a la calidad de vida personal y de su núcleo familiar, siendo conveniente consultar a un especialista***


"En las redes sociales nosotros somos el Gran Hermano", según un famoso filósofo coreano

La indignación en redes no sirve para nada porque preferimos teclear a actuar.



  "Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”. Con esta frase titulaba EL PAÍS su crónica de la conferencia en Barcelona del filósofo surcoreano Byung Chul-Han. 

 No se trata de una frase provocadora pensada para llamar la atención de los asistentes, sino de una de las ideas que se repiten en sus libros.

  Ha publicado ya una decena de títulos, centrados en la sociedad actual y en los efectos de la tecnología. El último es La expulsión de lo distinto. Todos ellos son breves, densos pero no difíciles, y con muchas ideas en común.


  Uno de los temas que trata a menudo es el de las redes sociales, con las que es muy crítico.

   Cuando habla de estos asuntos, “a Han no le interesa tanto el análisis de las causas como el cambio que han producido en nuestras vidas, con lo que es muy fácil que el lector sintonice inmediatamente”, explica a Verne Manuel Cruz, catedrático de Filosofía y director de la colección Pensamiento, de la editorial Herder, que ha publicado los libros de Han en español.


  Así, en La sociedad de la transparencia habla de la inclinación a exponernos en las redes, un hábito que Han compara a la pornografía y que es “contagioso y ficticio”. Porque esta transparencia en realidad es engañosa. 

 En línea con la teoría del filtro burbuja, de Eli Pariser, Han recuerda que las redes solo quieren presentarnos aquellas secciones del mundo que nos gustan. 

  Es decir, al final esta interconexión digital no facilita el contacto con otros, sino que sirve “para encontrar personas iguales y que piensan igual, haciéndonos pasar de largo ante los desconocidos y quienes son distintos”, escribe en La expulsión de lo distinto.

  La consecuencia es que nuestro horizonte de experiencias “se vuelve cada vez más estrecho”.


Nos vigilamos unos a otros


 Otro efecto de esta exposición constante es que hemos creado un panóptico digital. Con su panóptico, Jeremy Bentham propuso un diseño de prisión en el que el vigilante siempre podía observar a todos los presos. 

  En cambio, en su versión digital todos nosotros somos vigilantes y vigilados a la vez: “El Big Brother digital traspasa su trabajo a los reclusos”.

  Las redes “generan un efecto de conformidad, como si cada uno vigilara al otro, y ello previamente a cualquier vigilancia y control por servicios secretos”, escribe en Psicopolítica. 

 No necesitamos a la NSA estadounidense para buscar y exponer tuits ajenos que nos parezcan fuera de lugar y someterlos al que en su opinión es el “auténtico fenómeno de la comunicación digital”, los linchamientos.


La indignación sin discurso

  Esta vigilancia acaba generando olas de indignación que “son muy eficientes para movilizar y aglutinar la atención”. 

 Pero que también son “demasiado incontrolables, incalculables, inestables, efímeras y amorfas” como para “configurar el discurso público”, escribe en En el enjambre.

  En esta movilización no hay comunicación real ni ninguna identificación con la comunidad. Tampoco se desarrolla “ninguna fuerza poderosa de acción”.



  Genera mucho ruido, pero ninguna voz, ningún público articulado. Las multitudes indignadas son fugaces y dispersas, “enjambres de puras unidades”.

  La indignación queda en nada porque “el nuevo hombre teclea en lugar de actuar”. Somos consumidores y ante la política o los movimientos sociales solo reaccionamos de forma pasiva. 

 Y, como si se tratara de cualquier servicio o producto, nos limitamos a refunfuñar y a quejarnos, sin ir más allá.



Una sucesión de instantes


  En redes compartimos toda clase de información: nuestras opiniones, nuestras fotos, nuestro currículum… “Sin saber quién, ni qué, ni cuándo, ni en qué lugar se sabe de nosotros”, recuerda en Psicopolítica. 

 Todo lo que publicamos es susceptible de empaquetarse y venderse en forma de datos. Es decir, no solo nos explotan durante el tiempo de trabajo, “sino también a toda la persona, la atención total, incluso la vida misma”. Lo hacemos además de forma voluntaria y gratuita.


  El big data puede ser incluso peor que el Gran Hermano, ya que no olvida nada. Cualquier error o indiscreción seguirá apareciendo en Google dentro de décadas.

  Quizás no pensamos en lo que ocurrirá dentro de décadas porque también ha cambiado la forma en la que experimentamos el tiempo. 

  No es que se haya acelerado, como se dice en ocasiones, sino que se trata de un tiempo atomizado, en el que “todos los momentos son iguales entre sí” y en el que se “destruye la experiencia de la continuidad”, explica en El aroma del tiempo. 


 Vivimos en un “shock del presente”, como apuntaba el ensayista Douglas Rushkoff: nuestro día a día se organiza alrededor de las notificaciones del móvil, sin permitirnos ni un solo momento vacío.


30 Frases impactantes que te harán ver la vida con otros ojos



Rincón de la Psicología

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Posted: 13 Aug 2018 05:13 AM PDT

Hay personas que, incluso estando al borde de la muerte, no aprenden a valorar la vida. A otras puede bastarles un simple detalle, una frase impactante que resuene en su interior, para dar el salto cualitativo que les permita crecer y valorar lo que tienen. De hecho, en la filosofía budista se dice que cuando el discípulo está preparado, llega el maestro. Al contrario, si la mente se mantiene cerrada, ni las experiencias más extremas consiguen abrirla. 

En realidad, las palabras pueden tener un poder enorme, si nos mantenemos abiertos y reflexionamos sobre su mensaje, intentando encontrar cómo pueden aportarnos algo en el momento de la vida que estamos viviendo. Haz la prueba: lee estas frases ahora y vuelve a leerlas dentro de seis meses o un año, verás que las frases impactantes que se te quedan grabadas son otras, puesto que son aquellas que han hecho resonancia con tus problemas y forma de ver la vida :)

Frases impactantes para abrir la mente y vivir de forma más plena 


1. “Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años” - Abraham Lincoln 

Muchas personas se contentan con morir lentamente, consumiéndose en su zona de confort, un sitio donde ni siquiera están al resguardo del miedo ya que viven permanentemente asustadas con todo lo diferente que represente un cambio en su rutina o forma de ver las cosas. Sin embargo, al final, lo que cuentan no son los años sino la vida que hubo en ellos. 

2. “La vida comienza donde termina la zona de confort” - Neale Donald Walsch 

No hay que vivir continuamente en la zona de confort, esta también es útil para reponer fuerzas y reencontrar el equilibrio. Sin embargo, debemos asegurarnos de que esta sea cada vez más grande, de manera que ampliemos nuestro pensamiento y experiencias, desarrollando una actitud más inclusiva y abierta. 

3. “La vida es como una bicicleta, para mantener el equilibrio tienes que seguir adelante” - Albert Einstein 

Con esta frase impactante por su enorme sencillez y veracidad, el físico nos advierte de que, por muy duro que sea el pasado, por muy traumáticas que sean las situaciones que hayamos experimentado, si queremos vivir debemos pasar página y seguir adelante. Si no lo hacemos perderemos nuestro equilibrio psicológico pues nos mantendremos atados a un pasado que ya no podemos cambiar, inmovilizados por la culpa. 

4. “Si te encuentras solo cuando estás solo, estás en mala compañía” - Jean Paul Sartre 

En el mundo donde la mayoría de las personas huye de la soledad refugiándose en la tecnología, que les sirve como excusa para no estar a solas consigo mismo, esta frase impactante de Sartre cobra aún mayor relevancia. Si de repente descubrimos que nos aburrimos cuando estamos solos, tenemos un problema. En su lugar, debemos asegurarnos de construir un munod interior tan rico que seamos capaces de disfrutar de nuestra propia compañía. 

5. “No te preocupes tanto por lo que ocurre a tu alrededor, preocúpate más por lo que ocurre en tu interior” - Mary Frances Winter 

En sintonía con la frase anterior, esta escritora nos anima a girar los reflectores hacia adentro. En vez de dirigir el dedo acusador hacia afuera, buscando continuamente culpables, deberíamos practicar más el examen de conciencia. Por desgracia, muchas personas están tan ocupadas quejándose por lo que les sucede que no se dan cuenta de cómo contribuyen a esas circunstancias. Otras están tan preocupadas mirando la paja en el ojo ajeno, que no son capaces de ver la viga en el propio. 

6. “Muchos problemas comienzan cuando empezamos a pensar lo que otros piensan de nosotros” - Bryant McGill 

Este escritor va un paso más allá: no se trata únicamente de practicar la introspección sino de lograr que las opiniones de los demás no influyan en nosotros hasta tal punto que lleguen a convertirse en un problema. Nos alerta de los peligros de volverse dependendientes de la aprobación, lo cual no solo hará que perdamos el contacto con nuestro “yo” más auténtico sino que además nos sumirá en una motaña rusa emocional en la que nuestra autoestima oscila según la aprobación o desaprobación de las personas cercanas. 

7. “Piensa por ti mismo y deja a otros que también disfruten de ese privilegio” – Voltaire 

Este filósofo francés nos anima a vivir y dejar vivir. Nos exhorta a pensar por nosotros mismos y tomar nuestras propias decisiones, intentando que la influencia de los demás sea mínima. No obstante, también nos anima a hacer lo mismo y dejar que las otras personas sean libres para tomar sus decisiones, nos incita a no intentar imponer nuestras creencias y puntos de vista, así como a no juzgar y criticar a los demás. 

8. “Sé tú mismo y expresa lo que sientes porque aquellos que se molestarán no cuentan y a los que cuentan no les molestará” - Theodore Seuss Giesel 

Aunque siempre es conveniente medir el alcance de nuestras palabras para no convertirnos en kamikazes de la verdad, también debemos hallar un equilibrio, de manera que podamos expresarnos con autenticidad sin herir a los demás. No obstante, no es menos cierto que a menudo las personas que se detienen únicamente en las formas, no son aquellas que querríamos tener a nuestro lado en los momentos difíciles. Y aquellas que nos conocen y aceptan plenamente, pueden entender esa forma de expresarse con autenticidad. 

9. “El mundo es una tragedia para aquellos que sienten, pero una comedia para aquellos que piensan” - Horace Walpole 

Este escritor británico se refiere a la necesidad de repensar nuestra manera de reaccionar. Si nos dejamos llevar únicamente por las emociones, es probable que la mayoría de las veces terminemos irritados, enfadados, frustrados o tristes pero si reflexionamos sobre lo ocurrido, si somos capaces de ir un paso más allá de la primera reacción emocional, es probable que incluso seamos capaces de encontrar el lado cómico al asunto. Ese es el verdadero autocontrol. Y nadie nos lo puede arrebatar. 

10. “Tómate tu tiempo para reflexionar, pero cuando llegue el momento de la acción, para de pensar y continúa” – Napoleón 

En boca de Napoleón, esta frase tiene un mayor impacto emocional. Nos alerta de un error que muchos podemos cometer: quedarnos atascados en nuestros pensamientos, en la fase de decisión, sin pasar jamás a la acción. Sin embargo, las palabras sin acciones suelen quedarse vacías, condenándonos a un círculo vicioso de indecisión. Por eso, tan importante como reflexionar es saber cuándo ha llegado el momento de tomar la decisión y ponerla en práctica. 

11. “Cuando empiezas a andar, el camino aparece” – Rumi 

Cuando nos quedamos atascados en el proceso de decisión, muchas veces es porque no tenemos claro el camino, porque queremos tener certezas antes de tomar una u otra dirección. Sin embargo, generalmente el que quiere encuentra el camino y el que no quiere inventa excusas. Eso significa que a veces solo tienes que plantearte el objetivo y lanzarte, los medios se irán desvelando a medida que camines. 

12. “Nos convertimos en lo que pensamos” – Buda 

Debemos cuidar nuestros pensamientos porque estos dan forma a nuestro mundo. Debido a las profecías autocumplidas, muchas veces aquello que pensamos se vuelve realidad, simplemente porque influimos en el mundo a través de nuestra actitud, sin darnos cuenta de ello. Si creemos que no somos lo suficientemente capaces para llevar adelante un proyecto, no vislumbraremos las oportunidades o las dejaremos pasar, convencidos de que la meta final es el fracaso. Al contrario, si apostamos por nosotros y creemos que tendremos éxito, es más probable que no solo estemos a la caza de oportunidades sino que las creemos. 

13. “La vida es el 10% lo que ocurre y el 90% cómo reaccionamos a ello” - Charles R. Swindoll 

Muchas veces, no tenemos el control sobre las cosas que suceden ni podemos cambiarlas, pero siempre podemos elegir cómo reaccionar ante ellas. De hecho, en la mayoría de los casos lo que más nos daña psicológicamente no son los hechos en sí sino nuestras reacciones emocionales. Según la importancia que le demos, le permitiremos desequilibrarnos psicológicamente o, al contrario, seremos capaces de mantener la serenidad. 

14. “Cambia la manera en que miras las cosas y las cosas que miras cambiarán” - Wayne Dyer 

Para minimizar el impacto emocional de las cosas, a menudo solo basta cambiar la perspectiva. Eso no significa que los problemas desaparecerán como por arte de magia, pero quizá dejen de ser problemas para transformarse en oportunidades. La manera en que vemos las cosas determinan nuestras reacciones y, en última instancia, pueden mantenernos atrapados en un círculo vicioso. Por eso, cuando no puedes cambiar lo que te molesta, debes cambiar tu actitud ante ello. 

15. “Si algo no te gusta, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia tu actitud” - Mary Engelbreit 

Ese es precisamente el consejo de esta escritora e ilustradora: afrontar lo que podemos cambiar y cambiar nuestra actitud respecto a aquello que no podemos cambiar. Los principales beneficiados seremos nosotros mismos. No se trata de resignación, sino de preguntarnos cómo podemos mejorar con las circunstancias actuales o cómo podemos sacarles provecho. Se trata de asumir una actitud proactiva y dejar de quejarnos pues los lamentos solo empeorarán nuestro estado de ánimo y nos harán sentir aún más miserables.

16. “La manera más peligrosa de engañarse a sí mismo es creer que solo existe una realidad” - Paul Watzlavick

Este psicólogo afirma que existen innumerables versiones de la realidad, a veces contrapuestas entre sí, y que todas ellas no son el reflejo de una verdad inmutable sino fruto de la comunicación y nuestra subjetividad. Por eso, afirma que uno de los mayores autoengaños consiste en aferrarnos a una idea, creencia o visión del mundo ya que automáticamente excluimos el resto. Eso implica que nos convertiremos en personas rígidas y que nos resultará mucho más difícil lidiar con los problemas ya que no tendremos la flexibilidad mental necesaria para valorar diferentes alternativas que se alejen de lo que consideramos "real".

17. “La genialidad radica en la idea, pero el impacto proviene de la acción” - Simon Sinek 

Este escritor inglés nos alerta de que podemos tener muy buenas intenciones o ideas brillantes, pero si no las llevamos a la práctica, no provocarán un cambio significativo. No podemos quedarnos atascados en la fase de la idea, en algún momento debemos traducirla en acciones que puedan promover cambios positivos en nuestra vida o en la de los demás. 

18. “Para lograr grandes cosas no solo debes actuar, también debes soñar; no solo debes planificar, también debes creer” - Anatole France 

Este Premio Nobel de Literatura pone el énfasis en la importancia de soñar y alimentar las ilusiones para alcanzar una meta. Sin esa ilusión y la confianza en que alcanzaremos lo que nos propongamos, es probable que nos rindamos a mitad del camino. Es precisamente la motivación intrínseca y la capacidad para imaginar el futuro, lo que alimenta la perseverancia, sin la cual cualquier meta se vuelve elusiva. 

19. “No te ahogas por caer el agua, te ahogas por quedarte en ella” - Edwin Louis Cole 

Esta frase impactante nos deja una gran lección: podemos hacernos daño al caer, pero lo que realmente nos aniquila es mantenernos en tierra. La vida siempre nos depara golpes, tras cualquier esquina puede esperarnos la adversidad, pero debemos asegurarnos de no quedarnos durante demasiado tiempo llorando sobre la leche derramada porque, a la larga, eso es lo que más daño nos puede hacer. 

20. "Incluso la mejor espada se oxide si se mantiene durante mucho tiempo dentro de agua salada” - Sun Tzu 

Es importante trabajar las herramientas psicológicas para la vida, pero también es importante no confiarse demasiado, pensando que somos personas fuertes y resilientes, y salir cuanto antes de la situación que noe está drenando emocionalmente porque, como afirmaba este filósofo chino, hasta la mejor espada termina oxidándose si se expone continuamente a elementos que la afectan. 

21. “Perdona a los demás, no porque merezcan tu perdón sino porque tú mereces paz” - Jonathan Lockwood Huie 

Muchas personas se aferran al odio y el rencor pensando que de esa manera le harán daño a quien les hizo mal, pero en realidad esa actitud es como un boomerang que se vuelve en su contra. El perdón es, básicamente, una herramienta para permitirnos pasar página, para que logremos seguir adelante y dejemos atrás el pesado fardo del odio, que al final termina consumiéndonos a fuego lento. 

22. “Las cosas que haces por ti mismo desaparecen cuando te has ido, pero las cosas que haces por los demás se convierten en tu legado” - Kalu Ndukwe Kalu 

En un mundo cada vez más narcisista, esta frase impactante cobra un significado especial. Este politólogo nos anima a buscar la trascendencia a través de las interacciones con los demás, ayudando a los otros, un mensaje que encuentra resonancia en muchas filosofías antiguas que nos indican que el camino hacia la felicidad en realidad radica en ayudar a los demás. Por eso, debemos asegurarnos de crear huellas a nuestro paso, no cicatrices. 

23. “Por cada minuto que pasas enfadado, pierdes 60 segundos de felicidad” - Ralph Waldo Emerson 

Cada vez que nos enfadamos, perdemos una maravillosa oportunidad para cultivar la serenidad y la felicidad. En su lugar, deberíamos ver cada situación que genera la ira como una oportunidad para crecer y poner en práctica una gestión emocional más asertiva. Ese es el mayor logro, el único que realmente nos puede aportar la serenidad y protege nuestro equilibrio psicológico. 

24. “Todo lo que he aprendido en la vida lo puedo resumir en dos palabras: Todo pasa” - Robert Frost 

Muchas veces, agobiados por las circunstancias, nuestra mente se ofusca y no logramos ver más allá del problema. Sin embargo, las personas más resilientes no solo son aquellas que confían en su capacidad para salir de la adversidad sino que saben que todo pasa. Son conscientes de que tarde o temprano esa racha de mala suerte quedará en el pasado y podrán retomar su vida. Saber que todo pasará nos permite lidiar mejor con una situación difícil porque nos ayuda a fijarnos en un futuro mejor. 

25. “La vida no es un problema a ser resuelto sino una realidad a experimentar” - Soren Kierkegaard 

Muchas personas se enfrentan a la vida como si se tratara de un enemigo que debe ser derrotado o un problema continuo que deben solucionar. Esa actitud solo les traerá más dificultades y las condenará a un estado de insatisfacción crónico. En su lugar, esta frase impactante nos anima a aprender a fluir con la vida, abriéndonos a todo lo que nos trae, para intentar sacar el máximo provecho de las experiencias.

26. “De poco sirve esforzarse por blindar lo incognoscible” - Zygmunt Bauman 

Este sociólogo nos anima a reflexionar sobre nuestra obsesión por la certidumbre y nuestro pavor a lo incognoscible, lo cual nos lleva a vivir buscando asideros que nos hagan sentir seguros respecto al futuro. Sin embargo, dado que el futuro es en gran parte incierto y no podemos preverlo, en muchas ocasiones esa búsqueda de certezas solo sirve para generar ansiedad. Eso no significa que no debamos prepararnos, pero en esa preparación debemos incluir una predisposición a aceptar el cambio y lo incierto.

27. “Los hechos no pueden ser alterados por un deseo, pero pueden destruir al que desea” - Ayn Rand

Esta frase impactante se refiere a nuestras contradicciones internas. La filósofa explica que los deseos contrapuestos, como los impulsos que provienen de nuestro "yo" más profundo, en contraposición con lo que se supone que deberíamos hacer, terminan desintegrando nuestra conciencia, convirtiendo nuestra vida interior en una guerra civil de fuerzas ciegas donde el único perdedor somos nosotros mismos. La solución radica en descubrir lo que realmente queremos, deshaciéndonos en la medida de lo posible de los influjos sociales que nos maniatan.

28.  “La libertad es la medida en que presiono al mundo, y el destino el grado en que el mundo me presiona” - Alan Watts

Este estudioso de las filosofías orientales llama la atención sobre la dualidad entre el individuo y la sociedad. Consideraba que ser libres implica ser capaces de desligarse de las ataduras sociales porque, cuanto más nos pleguemos a ellas, más tendremos la sensación de estar atados a un destino sobre el que no tenemos ningún grado de control.

29. “Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar” - Bertrand Russell

El Premio Nobel de Literatura hace referencia a uno de los aprendizajes más valiosos, pero también más complejos de la vida: saber cuándo es momento de arriesgarse, dar una segunda oportunidad o, al contrario, cortar los lazos y seguir adelante, sin tener la necesidad de volver la vista atrás.

30. “Un viaje de mil millas comienza con un solo paso” - Lao Tzu 

A veces, la enormidad de la tarea que tenemos delante nos abruma, por lo que nos resulta mucho más tentador quedarnos recluidos en nuestra zona de confort. En esos casos, debemos pensar que todo cambio comienza con el primer paso, con pequeñas acciones. No es necesario hacer todo a la vez ni alcanzar el objetivo corriendo. Después de todo, la vida no es una carrera de velocidad sino de resistencia. Dando pequeños pasos a la vez se puede llegar muy lejos y, sobre todo, manteniendo la paz interior.

RECETA - Espaguetis a la carbonara de calabacin



Plato
5 porciones
15 min
10 min
Fácil
o


Espaguetis a la carbonara de calabacin

Los spaghetti alla carbonara di zucchine es un plato muy fácil y rápido de hacer y por supuesto buenisimo. Es la versión vegetariana de la carbonara.




Ingredientes




5 porciones
320 g de spaghetti

2 calabacines medianos

1 diente de ajo

2 huevos grandes

parmesano rallado

Aceite de oliva v. e.

Sal / pimienta negra

Preparación



PASO 1

En una sartén con aceite de oliva sofreír el diente de ajo, cuando este bien dorado desecharlo e introducir el calabacín cortado en juliana, sazona y cocinalo a fuego medio durante 10 minutos o hasta que este hecho.

PASO 2

Mientras tanto cocer la pasta en abundante agua hirviendo con sal.

PASO 3

En un bol o recipiente romper los huevos y batirlos, salpimentar y añadir el parmesano rallado.
Cuando la pasta este al dente, escurrirla e introducirla en el bol con los huevos, añadir el calabacín y mezclar bien todos los ingredientes.

PASO 4

Servir inmediatamente con mas parmesano rallado por encima.

PASO 5

Nosotros para potenciar el sabor del plato lo hemos servido sobre un pesto rápido de calabacin introduciendo en una batidora calabacín, piñones, pecorino rallado, una pizca de sal y aceite de oliva v. e., esto es opcional.