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CUENTO SOBRE EL AMOR Y EL EGO - OSHO


RECETA - PIMIENTOS ASADOS

Por Maryam
 
Deseo os gusten con estas variaciones

Ingredientes

- 6 pimientos
- 3 dientes de ajo picados
- un puñado de perejil picado
- 5 cs de aceite de oliva virgen extra

Preparación

PASO 1

Asar los pimientos en el horno hasta que empiecen a ponerse negros. Meterlos en una bolsa de plástico y cerrarla para que suden. Dejar que se enfríen.

PASO 2

Sacar los pimientos de la bolsa y pelarlos. Cortarlos a tiras y alinearlas en una fuente.

PASO 3

Espolvorear de ajo y perejil. Rociar de aceite de oliva y sazonar.

PASO 4

Dejarlo reposar una hora para que los sabores se potencien. Servir.

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Viviendas colaborativas, envejecer entre amigos

Viviendas colaborativas, envejecer entre amigos

Comenzamos con este artículo una serie centrada en el modelo residencial denominado “cohousing”, “covivienda” o “jubilar”. En este y los siguientes posts queremos difundir y debatir sobre este tipo de entorno, favorecedor de una forma de vida que recupera valores solidarios y de colaboración mutua entre personas que viven en proximidad.
Escribiremos desde la Asociación Jubilares, entidad socia sectorial de UDP, junto a nuestras amigas y amigos de Cohousing Verde. Un espacio que quiere hablar de cooperación y amistad sólo puede hacerlo coherentemente trabajando de la misma forma. Esperemos que sirva para despejar dudas, para seguir aportando confianza a agentes clave (administración, entidades financieras…) y para animar a la reflexión sobre un futuro digno, sostenible, próspero, amigable y, en definitiva, feliz.
¿Conoces el “cohousing”?
Aunque este anglicismo (CO-llaborative HOUSING) o incluso la traducción como “vivienda colaborativa” pueda aparentar lejana en nuestras latitudes, lo cierto es que el concepto empieza ya a ser bien conocido. Cuando hace un año la UDP publicó el informe  “EL COHOUSING Y LAS PERSONAS MAYORES” ya no nos sorprendió que 6 de cada 10 personas mayores de 65 años supieran de este modelo residencial y un 40% se plantearía ir a vivir a uno de estos lugares. Cuántas veces hemos escuchado en la comida familiar del domingo, o entre unas cañas en el bar: “¿y si nos jubilamos juntos?”…
La motivación para el cohousing en el grupo poblacional de mayor edad es variada… A menudo nace en oposición a un futuro no deseado (“no quiero ser una carga para mis hijos”, “no voy a poder pagar los cuidados si los necesito”, “no quiero que nadie decida por mí dónde o cómo voy a vivir”…). Estas reflexiones pueden resultar impulsoras en un primer momento pero la idea realmente se consolida y se hace fuerte cuando la persona – el grupo embrionario – comprende el cohousing como un vasto nicho de oportunidades: envejecimiento activo, soporte emocional de una comunidad en la que me siento incluida, ahorro económico, un entorno capacitante donde emprender proyectos y adaptable a mis necesidades cambiantes, mucha diversión…
Origen del cohousing
El cohousing nace en los años 70 en Dinamarca y Holanda, partiendo de las necesidades de familias jóvenes. En oposición al modelo “comunal”, el cohousing permitía, conservando en todo momento una economía propia y la vivienda de uso privativo, compartir labores domésticas, crianza de niñas y niños, etc. Rápidamente se extendió en estos países y muchos otros (Suecia, Alemania, EE.UU., Canadá…). En los 80, cuando algunos de aquéllos pioneros comenzaron a envejecer descubrieron que sus necesidades eran diferentes que las de las personas más jóvenes y empezaron a crear comunidades “senior”. Es una opción personal: hay quien quiere encontrarse entre personas afines y piensa que un rango similar de edad ayuda. En todo caso la vida en estas comunidades es verdaderamente intergeneracional, puesto que está abierta al barrio o comunidad más amplia.
En nuestro país el “senior cohousing” se adelantó al de jóvenes familias. Aquí está naciendo desde la iniciativa de personas mayores que buscan una oportunidad de vida más rica, activa y con más futuro que la jubilación como mero “retiro”. Como en tantas ocasiones, las personas mayores son las que han venido a traer innovación y emprendimiento.
¿Pero qué es el cohousing?
La definición es empírica. Esto es, el modelo se ha ido definiendo a partir de los cientos de casos de éxito en todo el mundo. Así, las características invariantes son las siguientes:
  • Es autopromovido, de iniciativa y diseño del grupo.
  • Es co-diseñado, con un enfoque intencional para favorecer la relación vecinal.
  • Existen zonas comunes significativas, que se comprenden como extensión de las viviendas (no de gestión externa).
  • Autogestionado, con organización colaborativa de las tareas comunes (comisiones).
  • No hay jerarquías,  y los roles se reparten de forma natural.
  • La economía es privada, y las viviendas cuentan con todos los elementos que aseguran la independencia de los residentes.
En el imaginario colectivo las comunidades de senior cohousing (o jubilares) se asocian erróneamente a un cierto modelo derivado de las “residencias” de personas mayores: a menudo se confunden con “apartamentos con servicios”, “senior resorts” o “apartamentos tutelados”, donde no encontramos las seis características mencionadas anteriormente, principalmente en lo que se refiere a la autopromoción, autogestión y falta de jerarquía (suele haber “tutela” externa). Tampoco el cohousing se define por su configuración arquitectónica, pero sí por su diseño social.
Realmente el cohousing se asemeja más a un pequeño barrio o a una comunidad de vecinas y vecinos bien avenidos (porque lo crearon con esa intención de vida colaborativa y mutualismo comunitario). El proceso de creación de comunidad, previo a la creación del complejo exige metodologías participativas y herramientas de inteligencia colectiva. Y es que ese deseo de “formar parte” (= participación, en mayor o menor medida) es una de las grandes claves. La otra, muy importante especialmente cuando nos referimos a colectivos en riesgo de fragilidad o exclusión, es la autonomía que da la plena inclusión en la comunidad. El cohousing es entorno físico y social que, construido de forma colectiva, facilita que esto ocurra.

Un culé, un madridista y el barbero | Los Morancos


Sacsayhuamán: Descubren un sistema de escritura oculto de 30.000 años


Posted: 18 Jul 2017 05:41 AM PDT
Sacsayhuamán: Descubren un sistema de escritura oculto de 30.000 años
Sacsayhuamán: Descubren un sistema de escritura oculto de 30.000 años
De acuerdo con el investigador, hay un viejo sistema de escritura oculto de 30.000 años en el sitio megalítico de Sacsayhuamán.
Muchas personas creen firmemente que las sociedades altamente complejas y avanzadas existían en nuestro planeta hace miles de años. Estas antiguas civilizaciones desarrollaron sistemas de escritura altamente sofisticados y tecnologías que se pierden en la opinión dominante de la historia.

La antigua fortaleza megalítica de Sacsayhuamán se encuentra a una altura de más de 12.000 pies en la periferia norte de la ciudad de Cusco, Perú. Sacsayhuamán cuenta con piedras cortadas con precisión, pero no toda se le atribuye al Inca. Lo que es un hecho interesante aquí es que se cree que el sitio fue construido por una raza sin nombre anterior al las personas lideradas por un poderoso Dios que descendió de los cielos.
La construcción de Sacsayhuamán sigue siendo un profundo misterio para los investigadores que no han podido entender cómo los pueblos antiguos lograron transportar y colocar estas piedras megalíticas.
La construcción de Sacsayhuamán sigue siendo un profundo misterio para los investigadores que no han podido entender cómo los pueblos antiguos lograron transportar y colocar estas piedras megalíticas.
A pesar de que numerosos estudios que se han realizado en el sitio; Sacsayhuamán sigue siendo un misterio. Sigue siendo un misterio en cuanto a cómo las culturas antiguas lograron transportar las piedras megalíticas que vemos hoy en Sacsayhuamán.
Estos poderosos bloques de piedra han llamado la atención de numerosos investigadores de todo el mundo, que han tratado desesperadamente de resolver el misterio detrás de este complejo antiguo. Entre ellos se encuentra el Dr. Derek Cunningham, un investigador que ha propuesto una controvertida teoría que podría explicar -al menos parcialmente- los gigantescos bloques de piedra en Sacsayhuamán.

Después de estudiar la antigua fortaleza, el Dr. Cunningham propone que los ángulos misteriosos formados por los bloques megalíticos de piedra revelan el conocimiento antiguo de alineaciones astronómicas de la Luna, el sol y nuestro planeta, así como los eclipses lunares y solares.
Es bien sabido que muchas culturas antiguas construyeron sus monumentos y ciudades sobre la base de las alineaciones astronómicas.
Pero el Dr. Cunningham fue más allá de las teorías ortodoxas y propuso una hipótesis que gira en torno a la idea de que las antiguas civilizaciones -como los constructores de Sacsayhuamán- han desarrollado un sistema de escritura complejo que se remonta por lo menos 30.000 años atrás. Esta antigua forma de escritos era la base de formas geométricas, teniendo en cuenta el movimiento tanto de la luna y el del sol.

Sacsayhuamán no es el único lugar donde se encuentra un sistema de este tipo de escritura comentó el Dr. Cunningham. Curiosamente, los investigadores afirman que un antiguo sistema de escritura astronómica se puede encontrar tanto en las cuevas de Lascaux y Chauvet en Europa, Ishango de África y otros sitios antiguos.
«Ahora, la evidencia sustancial también se ha descubierto que se utilizó esta escritura, tal vez de manera casi continua, hasta hace 500 años», afirma Cunningham.
Arriba: vista de dibujo de arriba de los valores angulares que muestra compleja de Sacsayhuamán. Dibujo cortesía de Derek Cunningham
Arriba: vista de dibujo de arriba de los valores angulares que muestra compleja de Sacsayhuamán. Dibujo cortesía de Derek Cunningham
Según el Dr. Cunningham, se fascinó con el antiguo sitio cuando observó patrones extremadamente inusuales en otros sitios arqueológicos en Europa. El hallazgo lo llevó a buscar más sitios antiguos, con la esperanza de descubrir similitudes entre ellos. Para su fortuna, se encontró con que la colocación y ángulos de las piedras megalíticas en Sacsayhuamán revelaron un antiguo secreto extraordinario.
Un ejemplo de la pared Sacsayhuamán. Dibujo cortesía de Derek Cunningham
Un ejemplo de la pared Sacsayhuamán. Dibujo cortesía de Derek Cunningham
«Cada valor astronómico (hay 9 valores estándar en total) fue elegido por los antiguos astrónomos para ayudar a la predicción de los eclipses. Estos términos astronómicos son una mezcla de los valores científicos que usan para medir el tiempo (mes sideral 27,32 días) y los valores para determinar cuando la luna, la tierra y el sol se alinean en los nodos. Esto incluye el uso del ciclo de 18,6 años nodal de la luna, el período de 6.511 meses dracónicos entre las temporadas de eclipses, y también el ángulo de 5,1 grados de inclinación de la órbita de la luna. Los valores restantes normalmente son o bien los valores de la mitad de los diversos términos lunares, o valores vinculados a la diferencia de 11 días entre el lunar y años solares», dice el Dr. Cunningham.
Un ejemplo de la pared Sacsayhuamán. Dibujo cortesía de Derek Cunningham
Un ejemplo de la pared Sacsayhuamán. Dibujo cortesía de Derek Cunningham
«Sinceramente, no me importa si estoy bien o mal acerca de esto», concluye. «Todo lo que he encontrado hasta ahora es que los datos es lo que es. El potencial de la idea de explicar algunas cosas sobre tantos sitios de las pirámides de Egipto hasta el Gigante de Atacama en Chile es, obviamente, muy controvertido, y que debería serlo. Pero si es correcta, se podría reescribir algunos aspectos de nuestra comprensión no sólo de la edad de piedra, sino también de la historia del mundo. Lo que es más intrigante es que una ventana completamente nueva puede haber sido abierta en el pasado. », dice el doctor Cunningham en un artículo en Popular Archaeology.

Abandonar la “zona de confort”

MUSICA - HAY AMORES Shakira [El amor en los tiempos del cólera]


No busques la felicidad en el mismo sitio donde la perdiste


“Una tarde la gente vio a una anciana buscando algo frente a su choza. Algunas personas se acercaron para intentar ayudarla.

– ¿Qué has perdido? 

– Mi aguja – les respondió.

Todos se pusieron a buscarla pero pasado un rato, alguien le preguntó:

– La calle es muy larga y la aguja muy pequeña, ¿puedes indicarnos el sitio donde cayó?

– Dentro de mi casa – respondió la anciana.

Las personas la miraron asombrados. Algunos incluso se molestaron.

– ¿Acaso te has vuelto loca? ¿Por qué buscas la aguja en la calle si está dentro de tu casa?

La anciana les respondió:

– Porque dentro de la casa no hay luz.

– Entonces lo más sensato es encontrar una lámpara y buscar adentro.

La anciana rió y les dijo:

– Sois muy inteligentes para las cosas pequeñas, ¿cuándo vais a usar esa inteligencia para vuestra vida?”

Muchas veces nos comportamos de manera ilógica sin darnos cuenta, como indica la anciana de esta fábula. Y repetir ese comportamiento una y otra vez nos lleva a un callejón sin salida donde solo nos aguarda la frustración.

Uno de esos comportamientos ilógicos, y probablemente uno de los más extendidos, consiste en buscar la felicidad en el mismo sitio donde la perdimos, como si se tratara de una aguja o un objeto físico. 

¿Por qué buscamos la felicidad donde no la vamos a encontrar?


- Miedo a salir de la zona de confort. La zona de confort es ese espacio en el que nos sentimos relativamente cómodos. No siempre significa que sea un espacio seguro, sino tan solo conocido. Por tanto, la zona de confort nos brinda una falsa sensación de seguridad, porque en realidad solo nos sirve para evitar la incertidumbre puesto que ya sabemos lo que puede pasar en el futuro cercano, aunque sea malo. De hecho, muchas personas se acostumbran a vivir en zonas de confort tóxicas que dañan su salud física y emocional. Aún así, el miedo a la incertidumbre les hace mantenerse dentro de esa zona y, por ende, perpetúan los comportamientos y actitudes negativos.

- Apego a los hábitos. Los hábitos nos brindan seguridad, le dan un orden a nuestro mundo. Por eso nos apegamos a ellos, aunque sean negativos. De hecho, abandonar un mal hábito es tan complicado, como en el caso de fumar, no por la dependencia física que puede generar la nicotina sino por los hábitos que hemos construido en torno al cigarrillo. En las relaciones interpersonales sucede lo mismo, nos apegamos a ellas y las costumbres que las rodean aunque sean negativas. En esos casos, realmente no se trata de amor hacia la persona sino de una dependencia emocionala las rutinas construidas con ella.

- Falta de autocococimiento. Las circunstancias de la vida nos van cambiando, por lo que si no “actualizas" tu "yo” constantemente, de repente un día puedes descubrir que la persona que habita en tu interior es un perfecto desconocido. Para esa nueva persona, tus viejos hábitos, ilusiones y vínculos no son adecuados o han dejado de ser suficientes, pero si no realizas un ejercicio de introspección no lo sabrás, y te quedarás atrapado en un bucle negativo de insatisfacción. 


¿Por qué es casi imposible que halles la felicidad donde la perdiste?


La respuesta es muy sencilla: porque la felicidad ya no está ahí. Y dado que la felicidad es fundamentalmente un estado interior, significa que ya no eres la misma persona y no volverás a sentirte igual de pleno y satisfecho con lo que en el pasado te hacía feliz.

La primera señal suele llegar cuando te das cuenta de que las cosas que antes te motivaban, ya no lo hacen. Hay quienes deciden probar nuevos horizontes en la búsqueda de esas sensaciones que les hacían sentirse vivos y hay quienes se convierten en una especie de hámster que corre sobre la rueda, con la esperanza de que eso le reporte alguna satisfacción en algún momento.

Sin embargo, cuando una relación de pareja se ha deteriorado hasta el punto que ya no queda ilusión, cuando un puesto de trabajo te llena de hastío o cuando un lugar ha dejado de ser fuente de inspiración y descubrimiento; es hora de hacer las maletas y cambiar.

Esto puede estar causado por dos factores: las circunstancias han cambiado tanto que ya no te hacen feliz o tu has cambiado tanto que, aunque las circunstancias son las mismas, no te hacen feliz.

En el primer caso puedes preguntarte si puedes hacer algo para que esas circunstancias vuelvan a ser ideales. Pero debes tener cuidado de no autoengañarte porque cuando las cosas degeneran dejan marcas en nuestro interior y nos cambian, por lo que aunque las circunstancias vuelvan a ser ideales, es probable que para ti ya no lo sean.

Un ejemplo clásico es la infidelidad de la pareja. Para perdonarla y volver a ser felices no basta con que esa persona vuelva a ser fiel, es importante que te asegures que ese desliz no ha dejado una huella demasiado dolorosa que empañe la felicidad.

Por eso, es casi imposible encontrar la felicidad en el mismo sitio donde la perdiste y tendrás que prepararte para explorar nuevos horizontes, tanto dentro de ti como fuera. Después de todo, la felicidad también es búsqueda, asombro, curiosidad y descubrimiento.