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Hay personas rápidas en juzgar y lentas para corregirse a sí mismas

Hay personas rápidas en juzgar y lentas para corregirse a sí mismas


Hay personas capaces de juzgar a los demás a la velocidad del sonido. Sin piedad y sin anestesia. Se guían por una mirada ciega y un corazón vacío, sin un hálito de empatía. Aún más, sus mentes están sembradas por esa semilla del egocentrismo que tantas secuelas siembran en nuestros escenarios más próximos.
El arte de educarnos a nosotros mismos a partir de los errores, los sesgos o las malas interpretaciones cometidas, es un mecanismo muy complicado de aplicar. Lo es en primer lugar porque requiere romper, efectivamente, la barrera del “ego” antes citada. Algo así, supone reestructurar los cimientos de nuestra identidad. ¿Cómo admitir que me he equivocado al juzgar a esa persona si me han educado para desconfiar de lo que no conozco?
Vivimos en una sociedad donde imperan los juicios de valor, es algo que todos sabemos. A veces, no importa cuánto te esfuerces en demostrar algo, porque siempre habrá alguien que coloque gustoso sobre tu persona un alfiler para encasillarte en medio de este mundo de compleja flora y fauna. Ahora bien, no importa que esta realidad sea tan caótica como una selva, no importa cuántas veces nos juzguen o coloquen sobre nosotros la etiqueta de la falsedad.

Son solo palabras, actos vacíos, ruido ambiental. Porque ante un mundo complejo lo único que vale es la autenticidad, y eso es lo único el lo que deberíamos preservar cada día y en cada momento.
dos mujeres cuchicheando

Juzgar: algo que todos hacemos con mejor o peor intención

Todos lo hacemos. Todos, en nuestra cotidianidad y en nuestras relaciones hacemos uso de los juicios de valor. Ahora bien, lejos de ver este recurso psicológico como algo negativo hemos de asumirlo como lo que es en verdad: una necesidad natural por evaluar y controlar aquello que aún no conocemos.

Juzgamos como mecanismo de supervivencia. No obstante, el modo en el que lo hacemos se nutre directamente de nuestra personalidad, de nuestros sesgos inculcados y de nuestra flexibilidad de pensamiento. Según un trabajo llevado a cabo por la Universidad de Harvard, las personas tardamos poco más de unos segundos en “evaluar a una persona”. De hecho, lo hacemos en base a dos cuestiones muy básicas:
  • ¿Puedo confiar en esta persona?
  • ¿Merece mi respeto?
Los psicólogos de Harvard resumen estas preguntas en dos dimensiones: la cercanía y la competencia. Si estamos en un contexto laboral la competencia será sin duda un factor esencial. ¿Puede esta persona garantizar que podamos ser productivos?, ¿es un líder respetuoso?, ¿es creativo y me motivará?, ¿podré trabajar en equipo con él/ella?
flor saliendo de un ojo representando el arte de juzgar
Por otra parte, la dimensión de la cercanía o la confianza es sin duda uno de los aspectos más importante en nuestras vidas. De hecho, es crucial para nuestra supervivencia: confiar es poder compartir, vincularnos, crecer. Por tanto, juzgamos en base a lo que vemos y nos hacen sentir para saber si podemos o no confiar en esa persona.
No obstante, queda claro que no siempre acertamos…

El mal juicio y el valor de la corrección

Si juzgar forma parte nuestro mecanismo de supervivencia, es necesario saber asumir el mal juicio para integrar el aprendizaje. Sin embargo, como ya sabemos, esa actitud no abunda demasiado. Cada categorización que emitimos parte de lo más profundo de nuestro ser, de nuestra educación, valores, experiencias e interpretaciones más o menos acertadas.
El mal juicio requiere actuar con humildad para aceptar el error. Porque la sabiduría llega precisamente de aquel que es capaz de reconstruir esquemas de pensamiento para mejorar así la convivencia. Implica, ante todo, un cambio: si uno es capaz de juzgar a los demás también debe saber jugzarse a sí mismo.
gif chisme

Cómo aprender a controlar los juicios dañinos

Sabemos ya que emitimos juicios de forma casi instintiva. Un primer paso para evitar caer en el sesgo o en el estereotipo más burdo es asumir una actitud más reflexiva. Antes de llegar a una conclusión sobre algo o alguien, vale la pena poner en práctica lo siguiente:
  • Cada juicio que emitas refleja una parte de ti mismo. Pregúntate qué te hace pensar de ese modo para emitir ese juicio, para poner esa etiqueta.
  • Despersonaliza. No relaciones comportamientos con “tipos de personas”. Cada uno de nosotros somos entidades únicas, así que no pongas las cadenas del juicio a quien como tú, ha nacido para ser libre y diferente al resto.
  • Busca la bondad en cada persona. Aunque no lo creas, aunque te cueste verlo en un principio, esa persona que te causa desconfianza por su imagen puede esconder aspectos de los que aprender, grandezas que imitar y noblezas que te pueden inspirar.
Por último y no menos importante, procura sentirte bien contigo mismo. Porque quien se siente en armonía, satisfecho por lo que es y lo que tiene, no juzga. Quien llena sus vacíos con la certeza de una buena autoestima, no ve defectos donde no los hay. No busca víctimas donde proyectar sus carencias.
Copiado de LaMenteesMaravillosa

MORALEJA DE LA CARRETA VACÍA

Posted: 07 Jan 2017 06:08 AM PST

Un día salí de paseo con mi padre… De pronto, él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:





  -Además del cantar de los pájaros, ¿Oyes algo más?





 Agudicé mis oídos y después de unos segundos le respondí:


  -Sólo escucho el ruido de una carreta.
  -Eso es, dijo mi padre. Es una carreta vacía.

Entonces le pregunté con curiosidad: 
-¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si no la vemos?


  -Es muy fácil, sé que está vacía por el ruido. Cuanto más vacía está la carreta, más ruido hace.

  Crecí y me hice un hombre. Cada vez que escucho a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de los demás, presumiendo de lo que tiene o de lo que sabe, prepotente y menospreciando al resto de las personas que lo rodean, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: Cuanto más vacía está la carreta, más ruido hace.

  La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas.        
  Piensa que existen personas tan pobres, que lo único que tienen es dinero y soberbia...

 Recuerda que: “Si las palabras no son mejores que el silencio...lo mejor es callar..."
 Por lo tanto, no hagas ruido  como una "carreta vacía".

“Cuando las palabras no son mejores que el silencio...lo mejor es callar... ¡No hagas tanto ruido!”

Enséñales a los niños cómo pensar, no qué pensar

Copiado de Naxio

Enséñales a los niños cómo pensar, no qué pensar
Un maestro sufí tenía la costumbre de contar una parábola al terminar cada lección, pero los alumnos no siempre entendían el mensaje de la misma.
- Maestro – le dijo en tono desafiante uno de sus estudiantes un día -, siempre nos haces un cuento pero nunca nos explicas su significado más profundo.
- Pido perdón por haber realizado esas acciones – se disculpó el maestro-, permíteme que para reparar mi error, te brinde mi rico durazno.
- Gracias maestro.
- Sin embargo, quisiera agradecerte como mereces. ¿Me permites pelarte el durazno?
- Sí, muchas gracias – se sorprendió el alumno, halagado por el gentil ofrecimiento del maestro.
- ¿Te gustaría que, ya que tengo el cuchillo en la mano, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?
- Me encantaría, pero no quisiera abusar de su generosidad, maestro.
- No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo complacerte en todo lo que buenamente pueda. Permíteme que también te lo mastique antes de dártelo.
- ¡No maestro, no me gustaría que hicieras eso! – se quejó sorprendido y contrariado el discípulo.
El maestro hizo una pausa, sonrió y le dijo:
- Si yo les explicara el sentido de cada uno de los cuentos a mis alumnos, sería como darles a comer fruta masticada.
Desgraciadamente, muchos maestros y padres piensan que es mejor darles a los niños las frutas perfectamente cortadas y masticadas. De hecho, la sociedad y las escuelas están estructuradas de tal forma que se enfocan más en la transmisión de conocimientos, de verdades más o menos absolutas, que en enseñarles a los niños a pensar por su cuenta y sacar sus propias conclusiones.

Los padres, educados en este esquema, también lo repiten en casa ya que todos tenemos la tendencia a reproducir con nuestros hijos las pautas educativas que utilizaron con nosotros, aunque no siempre somos conscientes de ello. 
Sin embargo, enseñarle a un niño a creer a ciegas en supuestas verdades sin cuestionarlas, enseñarles lo que deben pensar implica arrebatarles una de sus capacidades más valiosas: la capacidad para autodeterminarse.

Educar no es crear sino ayudar a los niños a crearse a sí mismos

La autodeterminación es la garantía de que, elijamos lo que elijamos, seremos nosotros los protagonistas de nuestras vidas. Podremos equivocarnos. De hecho, es muy probable que lo hagamos, pero aprenderemos del error y seguiremos adelante, enriqueciendo nuestro kit de herramientas para la vida.
Desde el punto de vista cognitivo, no existe nada más desafiante que los problemas y los errores ya que estos no solo demandan esfuerzo sino también un proceso de cambio o adaptación. Cuando nos enfrentamos a un problema se ponen en marcha todos nuestros recursos cognitivos y, a menudo, esa solución implica una reorganización del esquema mental.
Por eso, si en vez de darles verdades absolutas a los niños les planteamos desafíos para que piensen, estaremos potenciando la capacidad para observar, reflexionar y tomar decisiones. Si enseñamos a los niños a aceptar sin pensar, esa información no será significativa, no producirá un cambio importante en su cerebro sino que simplemente se almacenará en algún lugar de su memoria, donde poco a poco se irá difuminando.
Al contrario, cuando pensamos para solucionar un problema o intentamos comprender en qué nos equivocamos se produce una reestructuración que da lugar al crecimiento. Cuando los niños se acostumbran a pensar, a cuestionar la realidad y a buscar soluciones por sí mismos, comienzan a confiar en sus capacidades y enfrentan la vida con mayor seguridad y menos miedos.
Los niños deben encontrar su propia manera de hacer las cosas, deben conferirle sentido a su mundo e ir formando su núcleo de valores. 

¿Cómo lograrlo?

Una serie de experimentos desarrollados en la década de 1970 en la Universidad de Rochester nos brinda alguna pistas. Estos psicólogos trabajaron con diferentes grupos de personas y descubrieron que las recompensas pueden mejorar hasta cierto punto la motivación y la eficacia cuando se trata de tareas repetitivas y aburridas pero pueden llegar a ser contraproducentes cuando se trata de lidiar con problemas que demandan la reflexión y el pensamiento creativo. 
Curiosamente, las personas que no recibían premios externos obtenían mejores resultados en la resolución de problemas complejos. De hecho, en algunos casos esas recompensas hacían que las personas buscaran atajos y asumieran comportamientos poco éticos ya que el objetivo dejaba de ser solucionar el problema, para convertirse en obtener la recompensa.
Estos resultados llevaron al psicólogo Edward L. Deci a postular su Teoría de la Autodeterminación, según la cual para motivar a las personas y a los niños a que den lo mejor de sí, no es necesario recurrir a recompensas externas sino tan solo brindar un entorno adecuado que cumpla con estos tres requisitos:
  1. Sentir que tenemos cierto grado de competencia, de manera que la tarea no genere una frustración y una ansiedad exageradas.
  2. Disfrutar de cierto grado de autonomía, de manera que podamos buscar nuevas soluciones e implementarlas, sintiendo que tenemos el control.
  3. Mantener una interacción con los demás, para sentirnos apoyados y conectados.
Por último, os animo a disfrutar de este corto de Pixar, que se refiere precisamente a la importancia de dejar que los niños encuentren su propio camino y no darles respuestas y soluciones predeterminadas.
Ver: FUENTE

RECETA - CODILLO AL HORNO


Estos codillos seguro que estarán en mi mesa por navidad, porque están deliciosos, se hacen solos en el horno y acompañados de una buena ensalada para aligerar o unas verduras al vapor o unas patatas fritas que es como gustan en casa quedan espectaculares. Os aconsejo antes de sacarlos del horno, ir pinchando la carne con un tenedor, tiene que estar super tierna y melosa. En el horno tiene que estar su tiempo para que la carne quede bien tierna, es lo que más me gusta de los codillos. Si la hacéis, ya me contaréis una receta de carne muy rica y buena y a buen precio.
INGREDIENTES:
  • 4 codillos pequeños
  • 1 cebolla
  • 3 ajos
  • 2 ramas de perejil
  • 2 zanahorias 
  • 2 tomates
  • 1 vaso de vino blanco
  • 1 copita de brandy
  • 1 hoja de laurel
  • 1 pizca de comino
  • 1 pizca de orégano
  • 3 cucharadas de aceite
  • Pimienta
  • Sal
PREPARACIÓN:
Pela la cebolla y raspa las zanahorias, lava y trocea ambas. Lava los tomates y córtalos en cuartos. Pela los ajos, ponlos en el mortero junto con el perejil y májalos. Limpia los codillos, lávalos y sécalos con papel de cocina. Frota los codillos con el majado y salpimientalos, colócalos en una fuente apta para horno.
Añade las verduras y riega con el vino, el brandy, el aceite y 1/2 vaso de agua. Agrega la hoja de laurel, el orégano y el comino y asa 1 hora en horno precalentado a 180º, regándolos cada 20 minutos con sus jugos. sube la temperatura a 200º y déjalos hasta que la carne esté tierna y bien doradita, regándolos cada 20 minutos igual con sus jugos. Si quedara con poco líquido le pones 1/2 vaso de agua más.
(Pañito bordado a mano por mi hermana)
Pasa las verduras con los jugos del asado al vaso de la batidora y tritura hasta que obtengas una salsa espesita. Si la prefieres más fina pásala luego por el chino. Ponla de nuevo en un cazo y dale un hervor. Reparte los codillos en platos y riegalos luego con la salsa.

DEJAR FLUIR LA RISA


Estamos envenenándonos: Cómo reconocer los tomates GMO en dos fáciles pasos


Posted: 06 Jan 2017 05:02 AM PST
Estamos envenenándonos: Cómo reconocer los tomates GMO en dos fáciles pasos

Bueno, muchos expertos de todo el mundo dicen que deberíamos comer muchas frutas y 
verduras crudas. En eso tienen razón, sin embargo el mercado está «sobrecargado» con las frutas y verduras GMO 
(Organismo Genéticamente Modificado). Muchos estudios diferentes han descubierto que 
este tipo de frutas y verduras (GMO) puede causar efectos secundarios realmente malos para nuestra salud en general.

Y la verdad real y cruda es que hay mucha gente que no puede distinguir la diferencia
 – no pueden identificar los tomates GMO u otros productos GMO. En este artículo vamos 
a mostrarle una manera fácil 
que le ayudará a identificar estos tomates GMO y usted sabrá qué comer.

¿Cuán seguros son los GMO?

En primer lugar, usted debe saber que hay dos puntos de vista muy diferentes cuando se trata de la salud y la seguridad de los alimentos genéticamente modificados – los líderes de la industria y los científicos que apoyan los GMO, y aquellos que creen que los GMO son perjudiciales. También debe saber que los alimentos genéticamente modificados se han vinculado a reacciones tóxicas y alérgicas, el ganado enfermo, estéril y muerto, y el daño a prácticamente todos los órganos estudiados en animales de laboratorio. 
La mayoría de las naciones desarrolladas no consideran a los GMO seguros.

Nota: En más de 60 países de todo el mundo, incluyendo Australia, Japón y todos los países de la Unión Europea, existen importantes restricciones o prohibiciones absolutas sobre la producción y venta de GMO.

Etiquetado de GMO

Esto es lo que usted necesita saber: en primer lugar, debe saber que las frutas y verduras que se cultivan de manera habitual (con inyección de productos químicos) están etiquetados con un código que consta de cuatro dígitos. Y las frutas y verduras orgánicas tienen un precio con un código que consta de cinco dígitos, comenzando con el número 9. Las frutas y verduras genéticamente modificadas (GMO) tienen un precio con un código que consta de cinco dígitos comenzando con el número 8.

Nota: Usted debe saber que estos consejos son muy importantes, probablemente debido 
al hecho de que en este momento, más del 80 por ciento de los alimentos procesados ​​en los 
Estados Unidos han sido modificado genéticamente. En muchos países europeos, la producción y venta de productos GMO está prohibida. Estos países son Austria, Francia, Alemania, Grecia, Hungría y Luxemburgo.

¿CÓMO ERRADICAR EL SUFRIMIENTO?

Posted: 06 Jan 2017 06:35 PM PST


Nada de lo que sucede en el exterior puede causarnos sufrimiento.
El único sufrimiento que existe es creado debido a nuestra resistencia y falta de aceptación de lo que es.
No puede haber sufrimiento si no hay resistencia.
En el momento en que sucede algo y lo negamos, cuando nos resistimos a experimentarlo, a sentirlo, a vivirlo, en ese mismo momento, surge el sufrimiento. 
Pero cuando dejas de negar eso, de poner resistencia, cuando realmente dejas de impedir sentir y experimentar eso, entonces, surge la paz, surge la calma, y con ello, nada de sufrimiento.

¿Cómo sabemos que nos estamos resistiendo?
Cada vez que sintamos incomodidad, malestar. Es decir, cada vez que un "no" en nuestra mente perturbe el estado paz de nuestra verdadera naturaleza. 
Podremos detectar esta sensación de incomodidad observando nuestro interior; nuestras emociones, nuestros pensamientos y también nuestro cuerpo físico, el cual, estará rígido y tenso.

Escucha tu cuerpo físico, observa tus emociones y tus pensamientos, y con la auto-observación podrás detectar esta sensación de malestar e incomodidad cada vez que te estés resistiendo a algo que suceda en este momento; puede ser una situación, un pensamiento, una emoción, etc., puede ser cualquier cosa. Pero no es la cosa u objeto en sí lo que te causa malestar, sufrimiento e infelicidad, sino que es tu resistencia a ello y falta de aceptación.

Permite que todo sea, deja de negar lo que es, deja de luchar contra lo que es... simplemente relájate y permite que sea...
No te identifiques con ello, solo observa, permanece como la Presencia Consciente que está más allá de las formas, y verás que nada, absolutamente nada puede afectarte... 
Nada puede dañarte en lo más mínimo... todo surge en tu mente, en tu negación y resistencia a lo que es.

La vida está ahí para reflejarte todas las cosas que debes aceptar... abrazar con amor y permitir que todo sea, sin estar apegado. Entonces, todo deviene paz, felicidad... y en esta paz, surge la dicha y el estado de gracia.



Camino al Despertar 

No hay blanco sin negro, no hay luz sin oscuridad

No hay blanco sin negro, no hay luz sin oscuridad


No hay blanco sin negro, no hay felicidad sin tristeza. En cuestión de colores nuestra elección se basa en los gustos, al menos en parte. Sin embargo, cuando hablamos de emociones todo parece menos variable. Rechazamos las que nos producen malestar, abrazamos las que nos producen bienestar. No obstante, sin lo unas no habría las otras, al menos no de la misma manera. ¿Serías capaz de valorar la alegría si nunca hubieses tenido la oportunidad de experimentar la tristeza?
Tendemos a escapar de las malas situaciones y, a veces, ni siquiera eso. En ocasiones nos conformamos con sufrir y ser víctimas de circunstancias que creemos que no están de nuestra mano cambiar. Una actitud bastante pasiva que nos hace alejarnos de la responsabilidad de nuestra propia vida. Pero, ya que te sumerges en todas estas experiencias negativas, ¿por qué no apreciar su opuesto?

No hay blanco sin negro

La realidad de por qué nos sumergimos en lo negativo sin ser capaces de abrir los ojos antes lo positivo tiene su origen en las ilusiones y expectativas de lo que consideramos que nos hace felices. Creemos que una vida plena debe estar llena de dicha, en al que no exista la falta de dinero, los despidos, las enfermedades, las relaciones tóxicas…

Huimos de todo esto al igual que lo hacemos de los errores cometidos. Cuando no podemos escapar, nos entristecemos por ello. No estás haciendo lo correcto. Gracias a todo esto sabes apreciar todo lo contrario. La belleza del equilibrio, de la cotidianidad, de la abundancia, de la satisfacción de tus necesidades.
niño con lobo blanco sin negro

¿Por qué despreciamos lo malo si ello nos permite discernir y hasta llevarnos hasta lo bueno? Si nunca te hubieses equivocado, probablemente hoy sabrías menos de la mitad de lo que conoces. Si jamás te hubiesen mentido, no sabrías valorar el hecho de que no lo hagan, porque no conocerías lo tentadora que puede en algunas ocasiones esa opción. Igualmente, si ningún amigo te hubiese decepcionado, no conocerías hoy lo que es la verdadera amistad…y es que gran parte de nuestro conocimiento nace de los antagonismos.
En lo malo siempre hay algo bueno, en lo feo siempre hay algo bonito. Todo es cuestión de abrir los ojos y ver de verdad.
Es en nuestras relaciones donde más sufrimos, donde más notamos esa necesidad de estar siempre cargados de emociones positivas y nunca de las negativas. Todo ello porque cometemos los errores ya mencionados, aunque en este plano mucho más pronunciados. En las relaciones, ya sea de amistad o de pareja, son nuestras expectativas las que condicionan en gran medida las desilusiones que nos llevamos.

La importancia de ser realistas

Nadie está libre de sufrimiento y esto no es una desgracia. Hay muchas personas negativas en este mundo y muchas circunstancias que te pondrán a prueba. Si no te hubiesen hecho daño, jamás hubieses sabido discernir a aquellas personas verdaderas de las que quieren aprovecharse de ti. Todo lo malo que te ocurra, tiene una parte positiva.
Quizás pienses que detrás de una infidelidad no hay nada bueno, especialmente si es tu pareja la que te engaña con otra persona. Sin embargo, a la larga te darás cuenta de que, viéndolo con perspectiva, ha sido algo positivo para ti: su infidelidad te dio la motivación suficiente para terminar con una relación que ya no tenía nada más que darte.
Igualmente, la experiencia en “relaciones desastrosas” puede haberte dado el bagaje suficiente para que ahora tengas muy claro lo que quieres y lo que no. De hecho una ruptura siempre enseña algo, y es que hay una persona que no era para ti. Además, en estas relaciones también aprenderás cuál es tu tendencia a actuar en situaciones complicadas, esas que afrontas ya con la paciencia agotada.
mujer en agua
Sin darnos cuenta, a veces buscamos la propia oscuridad. ¿Cuántas veces has creído que tener cosas te haría feliz?, ¿por qué si no puedes tener hijos ya te sientes condenada?, ¿cuándo fue la última vez que te sentiste una víctima cuando estaba en tus manos no serlo? Las respuestas -en forma de lecciones valiosas- a estas preguntas solo las da el emocionante ejercicio de vivir.
No hay blanco sin negro, no hay nada sino hay algo. La vida se mueve en torno a dos polos opuestos que se atraen.
Todo lo que implique emociones nos marca más. Por eso, tenemos siempre tantos problemas en nuestras relaciones. A veces volcamos nuestras necesidades en los demás: carencias afectivas, miedos, necesidad de que nos hagan felices… Sin embargo, no hay nada de negativo en todo esto. Es a través del dolor y del sufrimiento cuando aprendemos. Solo así podemos crecer como personas. Porque nunca hay blanco sin negro y esto es bueno.
Copiado de LamenteesMaravillosa