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Eclipse solar anular del 1 de septiembre: ¿Dónde se verá?

eclipse solar
¿Todavía te has quedado con ganas de más fenómenos astronómicos este año? No han sido pocos, hemos tenido unmes de agosto intenso y septiembre empieza pisando muy fuerte.
El eclipse solar de septiembre será especialmente espectacular. Así que apunta esta fecha para que no te lo pierdas: 1 de septiembre de 2016.

¿Qué es un eclipse solar anular?


Un eclipse solar tiene lugar cuando la Luna pasa entre la Tierra y el Sol, oscureciendo así totalmente o parcialmente la imagen que percibimos del Sol desde la Tierra.
El caso particular de un eclipse solar anular ocurre cuando la Luna se encuentra tan lejos de la Tierra que sudiámetro aparente es más pequeño que el del Sol, bloqueando así la mayor parte de la luz del Sol pero dejando un anillo de luz.
eclipse solar
*A: eclipse total, B: eclipse anular, C: eclipse parcial
Así, durante el eclipse solar anular del 1 de septiembre el cielo no se volverá completamente oscuro, sino que quedará un anillo de luz alrededor de la silueta de la Luna nueva.
Los eclipses solares anulares son más comunes que los eclipses solares totales. De hecho, de los 224 eclipses solares del siglo XXI (2001 a 2100), 68 son totales, 72 anulares y 77 parciales.

Desde dónde y cuándo ver el eclipse solar anular del 1 de septiembre


El próximo eclipse solar anular será visible desde las regiones tropicales del sur de África y Madagascar. Pero será visible como parcial desde muchas otras zonas de África, extremo este de Brasil, Antártida, sur de Indonesia, oeste de Australia y… ¡Canarias!
eclipse solar
El eclipse solar anular comenzará al amanecer en el océano Atlántico al oeste de África, cruzará África de oeste a este y terminará al atardecer sobre el océano Índico unas 3.6 horas después.
La mayor ocultación del Sol se producirá a mediodía cerca de la costa este de África, en Tanzania.
Aunque a escala global el eclipse solar anular dura unas 3.6 horas, para cualquier observador desde la Tierra situado en su trayectoria visible tan solo durará unos 3 minutos.
Pero antes y después del eclipse solar anular tendrá lugar un eclipse solar parcial, y este será visible en muchos puntos de su su trayectoria durante varias horas.
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Guía de observación del eclipse solar parcial desde Canarias


Si cogemos como referencia el Teide, el eclipse solar parcial empezará a las 07:57 h, el máximo se producirá a las 08:18 h y terminará a las 08:40 h.
Si quieres ver a qué hora se producirá el eclipse solar desde otros puntos, puedes consultarlo en este mapa de Google. Recuerda hacer el cambio de hora UTC a hora local.
Nunca mires directamente al Sol, ni a través de gafas oscuras, radiografías, prismáticos o telescopio sin protección. Para poder ver el eclipse solar sin dañar la vista tienes tres opciones:
  • Utilizar unas gafas de eclipse homologadas
  • Con prismáticos o telescopios provistos de filtro solar
  • Hacer un agujero en una cartulina y proyectar la luz el Sol a través de él en otra cartulina situada a un metro de distancia
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Más eclipses este año


El del 1 de septiembre será el último eclipse solar del año
hubo otro eclipse solar el 9 de marzo. Fue un eclipse solar total visible desde Asia, Australia, Hawai y Alaska.
Ya tuvimos también en 2016 un eclipse penumbral de Luna el 23 de marzo y tendremos otro el 16 de septiembre. ¡Este sí podremos verlo desde toda Europa!

LA CARTA DE UN PENSIONISTA ESPAÑOL

Estimado ciudadano.

Mi nombre es el de cualquiera de los pensionistas residentes en este país. Mi ideología política se ha ido diluyendo gracias a las desilusiones y desengaños que los años me han hecho vivir y a día de hoy ninguna etiqueta me viene bien por quienes son sus representantes y si algo he aprendido a lo largo de los años es que gobierne quién gobierne este país poco hará por mi o por los ciudadanos y lo poco que haga será a cambio de un alto precio que pagaremos los de siempre.

Por norma vivo en silencio, intento pasar desapercibido, no entrar en debates y discusiones entre fanáticos de uno u otro bando, para mi ninguno tiene toda la razón o ninguna, todos hacen mucho mal y poco bien. Ellos (los políticos) viven en sus burbujas alejados de la realidad de los ciudadanos, aislados en sus números "macro" de una economía global con un sistema financiero que ha olvidado a los ciudadanos, verdadero sostén y base de su nivel de vida y del funcionamiento del país.
Pero a lo que voy. Hace ya bastante tiempo, da igual quién haya estado en el gobierno se nos ha ido insertando en la cabeza y hemos ido interiorizando una mentira muy, pero que muy gorda respecto a las pensiones.

El sistema de pensiones fue creado para asistir a las personas mayores cuando ya no podían trabajar, a las personas que sufren un accidente o enfermedad que les impide ganarse la vida y con una muy pequeña cantidad económica a las personas que por circunstancias de la vida no han cotizado nunca.
Es muy normal leer u oír que "gracias a las aportaciones de los trabajadores en activo el sistema de pensiones se mantiene" o "de las aportaciones de un trabajador viven x pensionistas y parados" o "sin nuevas cotizaciones el sistema quebrará"... y tantas otras afirmaciones que dejan al pensionista como un parásito de la sociedad que recibe una pensión (mísera las más de las veces) gracias a la bondad de la sociedad, de los trabajadores actuales y por la bondad infinita de los gobernantes.
¡Y UNA MIERDA COMO UN PIANO DE COLA!
¡LOS COJONES ME ESTÁIS PAGANDO LA PENSIÓN VOSOTROS! queridos míos.Resulta que la inmensa mayoría de los perceptores de pensiones contributivas de España somos personas que hemos estado cotizando y aportando al sistema durante 30, 40, 50 años o más para a día de hoy recibir NUESTRA pensión no como un regalo o una limosna sino como la OBLIGACIÓN que tiene la Seguridad Social de cumplir con el trato que era "usted cotiza a lo largo de muuuuuchos años y después recibe una pensión para vivir dignamente lo que le quede de vida o si sufre una enfermedad o accidente también"La Seguridad Social es mi plan de pensiones impuesto por Decreto Ley. Además de MIS APORTACIONES a lo largo de los muchos años cotizados se ha podido pagar una muy escasa pensión o ayuda a muchas personas que no han podido cotizar. Se ha pagado mi sanidad, la de mi familia y la de otros y muchas cosas más. Con el dinero de mis aportaciones se constituyó una "caja de las pensiones" para que estos gastos estuviesen garantizados pasara lo que pasara.
Carta de un pensionista que está hasta los huevos

Ese era el trato. Si el dinero que cada mes a lo largo de más de 40 años me ha ido detrayendo la Seguridad Social de mi nómina hubiese quedado en mis manos yo podría haber contratado un Plan de Pensiones y un seguro privado con alguna entidad financiera y una aseguradora privada o mutua, el fruto de mi esfuerzo no habría pagado asistencia sanitaria para nadie más que para mi y mi familia, no habría ayudado a que ninguna persona sin recursos tuviese una pensión mínima, ningún desempleado habría recibido un euro mío... Y a día de hoy yo recibiría una pensión de una entidad privada tres veces mayor de la que recibo de la Seguridad Social o un pago único que me daría para vivir holgadamente el resto de mis días y además dejaría una buena herencia.

una buena pregunta sería ¿donde está el dinero aportado por los pensionistas a lo largo de los años. Si estuviese en su sitio ningún pensionista de este país tendría miedo de que mañana o pasado mañana le quiten SU pensión, el y yo hemos cumplido con nuestra parte del trato, si el dinero no está ya no es nuestro problema, es VUESTRO PROBLEMA, de quienes seguís aportando a un sistema que han convertido en una ESTAFA PIRAMIDAL que es imposible que sobreviva si no entran nuevos "clientes" para pagar a los que hay dentro.

Para terminar te pediría que en adelante evites insultarme y que no faltes a tu inteligencia diciendo que tu pagas mi pensión o la de nadie. Esa cuenta está pagada.


Gracias, Manuel Alcántara Villegas

A la sombra de aquel molino - Federico García Lórca


La casa molino Las Pasaderas, alrededor de los años sesenta. La foto pertence a la familia del autor de este texto.

Me revelaron durante mi adolescencia que donde pasé los veranos también pudo ser el lugar donde esperó Lorca su muerte



La casa molino Las Pasaderas, alrededor de los años sesenta. La foto pertence a la familia del autor de este texto.




Agosto es la fruta de la infancia. El corazón del verano que se huele, se muerde y se derrama. Lo descubrí de niño en el molino de mis abuelos que un día dejó de llamarse Las Pasaderas para rebautizarse como La Colonia en los libros sobre la muerte de García Lorca, porque albergó dos veranos a los alumnos de las Escuelas Nacionales. Nunca ese apodo me nombró la infancia. Siempre fui el niño de las Pasaderas. El molino que en mi memoria es un paraíso donde las mañanas descendían temprano en forma de plato con higos, ciruelas y albaricoques. El molino en el que me revelaron, durante mi adolescencia a mitad de los setenta, que también pudo ser el lugar donde esperó Lorca su muerte.
Es la teoría que ha prevalecido hasta surgir ahora el testimonio de Luis Molina afirmando que el coche pasó de largo, que se fingió una avería para hacerle empujar junto con los que lo custodiaban y aprovechar el momento para ajusticiarle un tiro en la nuca. Antes de esta versión, recogida por Juan Ramón Iborra en El Cultural del pasado julio, el molino fue la antesala de su muerte. El golpe militar contra la República tomó Víznar, un pueblo cercano a Granada, ocupando las casas más grandes: el palacio de Damas, el molino de Rafael, la casa de Doña Rita, la Fábrica textil y Las Pasaderas. Desde el carril de acceso al molino partían diferentes veredas a otras paratas de siembra que no eran de mi familia. Sus propietarios pasaban a diario, con el saludo de paz a gente de paz, y al mediodía sentándose un descanso a la sombra de un vino y a la vera de la acequia fría que cruzaba el molino con rumores verdes, que de noche eran una nana de agua.
Un molino no es una huerta. Si en otras circunstancias lo hubiese conocido, a Federico le hubiese gustado su brisa oliva, el canto amarillo de las chicharras, la luciferina de las luciérnagas, la siesta de los lagartos al borde de los juncos: personajes de su romance en verso con la naturaleza. Lo mismo que el nombre de la culebra cristalina, que brota en herradura en Fuente Grande, y recorre la carretera hasta derramarse en los pilares en cuesta y desde los botijos hasta la garganta. Aynádamar, el manantial de las lágrimas. Haber bebido un vaso de su agua antes de su muerte le hubiese dado aún más duende al enigma que la rodea. Ochenta agostos de tumbas equivocadas, de confesiones contradictorias y de libros, y no se sabe con certeza el dolor de lo sucedido entre sombras.
Yo crecí con la suya. Un susurro de historias en guardia entre los hombres del pueblo que ahorcaban el seis doble del adversario con un palillo entre los dientes, recordando el toque de queda, los disparos a lo lejos, aquellos zapatos blancos de verano encontrados a pie de un sendero adentrándose en los pinares. Unos decían que sucedió en la curva de Los Pozos a la derecha del acueducto por el que los niños nos retábamos el valor sobre el vértigo del barranco. Otros que lo mataron junto a un olivo de tres troncos cerca del Caracolar o que bajo el campo de tiro, frente al Cortijo de La Pepina, convertido en un terreno en pendiente donde la rivalidad entre los dos pueblos y sus veraneantes se jugaba un trofeo de fútbol. Qué difícil centrar desde la banda de abajo al extremo en alto y a contraviento. Éramos agosto corriendo detrás de la moto de Custodio el pescadero, gritándole a las tormentas en Puerto Lobo, recorriendo la sierra de La Alfaguara repleta de nidos de ametralladora con corazones tiznados. Los niños a los que de vez en cuando alguien preguntaba desde la ventanilla de un coche el camino a La Colonia donde estuvo Lorca.
A nadie del pueblo le gustaba durante el franquismo que llegasen invocando al poeta. Tampoco en Las Pasaderas, cuyas paredes se raspaban y encalaban a finales de mayo, y en las que tres veces busqué unos versos, una frase, la última caligrafía de Lorca contra la pared blanca del miedo. Nunca encontré nada.
Los agostos se enhebran igual que las moras en tallos de hierba seca. Ochenta llevamos sin saber qué pasó aquella noche en la que un coche la cruzó por dentro, con los grillos amordazados. Quizá se detuvo en La Colonia y Federico tembló a solas escuchando la casida del llanto, sin ángeles cantando ni perros que ladren. Tal vez pasó de largo hasta la curva de una serenata negra. No sabemos qué lugar abriga sus restos. García Lorca es un personaje de Borges en un libro de arena.
Este jueves, en Víznar y en todos los poemas del mundo, recordamos a Lorca, y a todos los Lorca de los barrancos de nuestra guerra. Hoy la luna llena los mira y ellos la están mirando.

Una buena persona siempre tiene una pizca de inocencia



Una buena persona siempre tiene una pizca de inocencia
Una buena persona suele tener una pizca de inocencia. Sus miradas son mágicas y sus sonrisas honestas, pero sus corazones, en ocasiones, esconden secretas derrotas. Heridas calladas por haber esperado demasiado de quien nunca le dio nada y lágrimas tragadas por quien jugó a placer con su alma noble, inmensa, pero inocente.
En un interesante estudio llevado a cabo en la Universidad de Stanford (Estados Unidos), demostraron que la bondad es percibida como una forma maravillosa y excepcional de conectar con las personas. Ahora bien, a pesar de ser rasgo muy valorado socialmente, hay quien ve en la persona buena a ese estilo de carácter que puede ser fácilmente manipulable en beneficio propio.
La buena persona puede ser algo inocente, pero su inocencia es el reflejo de la nobleza, nunca de la ingenuidad. Por ello, a pesar de ser los últimos en darlo todo en sus batallas personales, también son los primeros en no volver.
Algo curioso a tener en cuenta es que quien actúa siempre con el corazón por delante sin atender costes ni esperar beneficios, no suele cambiar con el tiempo. No es tan fácil arrancar nuestras esencias así como así, porque aunque duelan los desaires, las decepciones o las pequeñas traiciones, nadie puede huir de su identidad.
Las personas buenas son, por encima de todo, auténticas y ser auténtico es ser uno mismo, guiado siempre desde la sinceridad interior. Ahí donde no caben los fingimientos, las mentiras o los egoísmos.
pareja en la Luna

La persona buena y la compasión

Si hasta no hace mucho a la hora de definir a las buenas personas solía hablarse de la empatía, la reciprocidad, el altruismo o el respeto, desde la Universidad de Psicología de Stanford nos indican que es necesario incluir una dimensión más que enhebraría en realidad cada pieza, cada matiz y cada latido de estas almas más nobles: la compasión.Este constructo psicológico conecta directamente con lo más íntimo de nuestras emociones, hasta vertebrar incluso muchas partes de ese cerebro social en las que subyace una clara preocupación por otro ser. La compasión es por tanto una respuesta emocional al percibir el sufrimiento ajeno en los demás y sobre la que experimentamos a su vez un auténtico deseo de ayudar.
pareja en la Luna
Si la persona buena muestra en ocasiones una sutil pero entrañable pátina de inocencia, no es en absoluto por ingenuidad o por no saber valorar el riesgo de dicha inversión personal hasta el punto de darlo todo a cambio de nada. El “instinto compasivo” es algo innato en muchas personas, es un tipo de motivación intrínseca donde no se busca ninguna recompensa, ningún beneficio.
Esa inocencia es por tanto algo genético, un rasgo maravilloso, que según nos indican los científicos del “Instituto Max Planck” también muestran los bebés e incluso muchos animales. Cuando un niño pequeño, por ejemplo, ve llorar a otro bebé y percibe una situación como dolorosa o amenazante, su ritmo cardíaco se eleva y sus pupilas se dilatan. No obstante, cuando notan que el otro niño recibeconsuelo y ayuda, también ellos se calman.
mujer en el sol
Podríamos decir que todos venimos al mundo con ese instinto natural por la compasión. Nuestro cerebro ejerce un  sofisticado mecanismo de recompensa cuando el sufrimiento ajeno desaparece, porque con ello, se garantiza al fin y al cabo la supervivencia de la especie.
Ahora bien, a medida que crecemos y debido quizá a la influencia de ciertos contextos, esa compasión natural desaparece o se debilita. Hasta el punto de que en ocasiones, hay quien al ver practicar en otros ciertos actos compasivos, lejos de empatizar, ironiza o desprecia.

Nunca te arrepientas de ser una buena persona

La vida no nos va a tratar mejor solo por ser buenas personas, por actuar de acuerdo a lo que nos dice nuestro corazón o ese instinto compasivo integrado en nuestro cerebro. En ocasiones, quien siembra bondad no siempre cosecha respeto, y eso es algo que vamos a tener que aprender a la fuerza, pero sin perder nunca nuestra dignidad ni aún menos nuestra esencia.
Tal y como nos dice el neurocientífico Jordan Grafman desde el “National Institutes of Health”, actuar con compasión y altruismo nos aporta beneficios intrínsecos excepcionales, hasta el punto de que el cerebro codifica esas acciones como algo gratificante, algo que recompensar con un buen torrente deendorfinas.
árbol
Desde la psicología positiva siempre se ha valorado a su vez la bondad, el respeto y la compasión como formas de invertir en bienestar psicológico y en la oportunidad de propiciar entornos más felices, y por su puesto, más respetuosos.
Ahora bien, la persona buena debe ser consciente de que para seguir siendo un árbol fuerte y bello, debe nutrir sus raíces cada día y, para ello, es necesario que pongamos en práctica estas sencillas acciones:
  • Atiende tu intuición, es posible que tu personalidad tenga esa pincelada de maravillosa inocencia con la cual ver siempre las virtudes de las personas antes que sus defectos. Ahora bien, permite que tus experiencias pasadas te pongan en alerta, atiende tus instintos para que un “no” a tiempo sea el mejor muro para proteger tu autoestima.
  • Que las decepciones no apaguen la luz de tu corazón, que no tiñan de amargura tu almaespontánea, tu ser auténtico. Un fracaso no es más que una experiencia que saber asumir, aceptar y dejar ir. Sigue siendo valiente cada día de tu vida, porque la valentía no es más que aferrarse de nuevo a nuestras nobles raíces para seguir creciendo, sin miedos, sin dudas…

Ríos azules de camarón bioluminiscente chorrean sobre rocas en la orilla del mar en Okayama, Japón

Ríos azules de camarón bioluminiscente chorrean sobre rocas en la orilla del mar en Okayama, Japón

Fotografiado en la costa de Okayama, Japón, Las Piedras en Llanto es una serie de fotos de la dupla creativa Trevor Williams y Jonathan Galione de Tdub Photo que captura la misteriosa luz azul emitida por una especie nativa de camarones bioluminiscente. Más comúnmente conocida como luciérnagas marinas, estas raras criaturas viven en la arena en las aguas de mar poco profundas, flotando en algún lugar entre los extremos de la marea alta y baja. Con tan sólo 3 mm de largo los camarones son una extremadamente pequeña fuente de luz, pero cuando se agrupan toman modelos abstractos que iluminan el agua a su alrededor.
Con el fin de agrupar un gran número de luciérnagas de mar, o Vargula Hilgendorfii, Williams y Galione tuvieron que recolectar a las criaturas atrayéndolos con tocino crudo en tarros y reposicionando sus cuerpos diminutos en las rocas. Los camarones bioluminiscente fueron colocados al lado de la orilla para asegurarse de que los fotógrafos no les hicieran daño, y les permitiera regresar rápidamente a los animales de vuelta al agua.

Se puede ver un proyecto anterior del dúo creado con camarones bioluminiscente en su página web, y puedes ver más de sus viajes a través de su Instagram y Facebook.

[Tdub Photo | Instagram | Facebook.]