Desde que a nosotros, los humanos se nos ocurrió aterrizar en este mundo, todos de una u otra forma buscamos la felicidad. Y ahora me dirás ¿Que es la felicidad? ¿Donde la encontramos? ¿Como la obtenemos?
Lo único que te puedo decir es que me encantaría darte respuesta a estas preguntas, aunque creo que no va a ser del todo posible pues creo que la felicidad tiene una parte común que compartimos todos los seres humanos, pero además existen diferentes matices, diversas pinceladas generadas por nuestras vivencias que conforman la felicidad de cada uno y la hacen única y diferente para cada uno de nosotros.
En este blog ya hemos tocado el tema de la felicidad en muchas ocasiones ¿Recuerdas Un decálogo para encontrar la felicidad? Y El virus de la felicidad ¿Has contagiado a alguien?
La vida tenemos que dibujarla cada uno de nosotros a nuestro modo, a nuestra forma de ser, de vivir, de sentir, de amar… y de la misma manera no podemos esperar de otros que sepan encontrar por nosotros esa llavecita que llevamos oculta en nuestro ser y que abre las puertas de ese estado mental que conocemos por felicidad.
El Dalai Lama sostiene que “el verdadero propósito de la vida es buscar la felicidad”. Con sinceridad y con todo mi respeto no sé si estoy de acuerdo al 100% con sus palabras, quizás fruto de un conocimiento espiritual menor, pero no lo tengo claro del todo.
Asimismo y también el Dalai Lama, nos indica que la verdadera felicidad se consigue educando o entrenando corazón y mente:
“La mente es el único instrumento que necesitamos para alcanzar la felicidad absoluta”
Y ahora me dirás ¿Cómo hallamos la verdadera felicidad?
Al ser la felicidad un estado mental, esta nace desde nuestro interior, y dibuja una realidad única y personal.
En el mundo oriental la felicidad se percibe como una cualidad resultado de un estado de armonía y paz interna que se convierte en un sentimiento de bienestar que perdura en el tiempo. Pero sin embargo, en el mundo occidental la felicidad estimamos que se trata de un estado de ánimo pasajero.
Pues… ¡Qué quieres que te diga! Quizás se me estén rasgando los ojos de tanto comer sushi, o es que en otra vida fui una sufrida geisha, pero me identifico mucho más con la idea oriental acerca de la felicidad que con la que me tocaría tener. Siempre me he considerado un tipo feliz, con altibajos eso si, pero en esencia feliz… y eso conecta más con la idea de permanencia de ese estado mental en el tiempo, como una forma de ser, una actitud.
En lo que creo que si coincidimos tu y yo es que sea más efímera o perdurable en el tiempo, la felicidad nace de nuestro interior, y es ahí donde tenemos que darla forma, y aunque no es necesaria la meditación o la introspección para llegar a ella, quizás ambas técnicas ayuden y mucho.
Si me preguntas, para mi la felicidad total se podría parecer a un arco iris que siempre está ahí pero que aparece cuando las condiciones son favorables, y si encima estas son óptimas se hace aún más brillante y luminoso.
Sócrates dijo algo así como que “para alcanzar la felicidad, hay que descender a las profundidades de uno mismo y lograr ver nuestra alma buena… “ aunque por mi parte también creo que está en todos y cada uno de los instantes de nuestra vida, se trata de actitud, de buscarla con decisión. ¿Persigues la felicidad?
Para acabar la escritura de este post (Al final hay un video que no te debes perder), te quiero dejar con estás preciosas y profundas palabras cuyo autor desconozco y me encantaría encontrar ¿Me ayudas? Creo que este texto es revelador y por lo menos yo quiero que forme parte de mi ADN espiritual.
“De repente todo se vuelve tan simple que asusta.Perdemos las necesidades, se reduce el equipaje.Las opiniones de los demás, son realmente de los demás, incluso si son sobre nosotros; no importa.Abandonamos las certezas porque ya no estamos seguros de nada.Y no nos hace falta. Vivimos de acuerdo con lo que sentimos.Dejamos de juzgar, porque ya no hay bien o mal, sino más bien la vida que eligió cada uno.Finalmente entendemos que todo lo que importa es tener paz y tranquilidad, es vivir sin miedo, es hacer lo que alegra el corazón en ese momento. Y nada más.Cuando descubrimos todo eso es cuando llega la satisfacción plena. La verdadera felicidad”.
Para finalizar quiero recomendarte que veas este video. Quizás ya lo hayas visto, pero las condiciones para que salgo tu propio arco iris de la felicidad tras visionarlo, son mucho mejores.
¡Qué tengas un día rebosante de felicidad! ¡Seguiremos hablan