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SI NOS VAMOS A ARRUGAR QUE SEA DE TANTO REIR

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Si nos vamos a arrugar que sea de tanto reír

Dicen que las arrugas nos recuerdan el lugar en el que han estado las sonrisas. Por eso, cada pliegue de nuestra piel puede ser el reflejo de una alegría inesperada que probablemente ni siquiera recordamos pero que nos solucionó la vida en los momentos más difíciles.
Hay surcos que guardan en su misterio la belleza del paso del tiempo y de las alegrías vividas los años. Nuestras sonrisas arrugan nuestro rostro y pliegan nuestros ojos, ejerciendo un gran poder y forjando a su vez una mirada limpia y noble que nos llena de bondad.
Así, la belleza envidiable es aquella en la que reposa plácidamente la serenidad. Esta se hace eco de lo ilimitada que es nuestra capacidad de sentir, aceptar y disfrutar de nuestras emociones.
“Déjenme todas las arrugas. No me quiten ni una. He tardado toda una vida para procurármelas”.
Anna Magnani a su maquillador antes de cada rodaje

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Lo importante no es sumar años de vida, sino vida a los años

Nuestro presente ha sido sembrado con las semillas del pasado. Por esta razón y dado que ya no podemos hacer retroceder las manecillas de nuestro reloj, es el momento de convertir nuestro presente en un buen futuro.
Solo nosotros podemos lograr vivir en plenitud, cuidarnos y disfrutar de cada día, siempre y cuando sea a nuestra manera. Somos los responsables de lidiar con nuestras propias guerras y ponerle entusiasmo a nuestras andanzas.
Para sumar vida a nuestros años no se nos pasa el arroz; por eso, debemos tomar conciencia de que cada sonrisa que acumulemos será un orgullo el día de mañana cuando miremos al pasado.
“Los años arrugan la piel, pero solo el abandono del entusiasmo arruga el alma. El pesar, la duda, la propia desconfianza, el miedo a la desesperación, son los años que encorvan el corazón y conducen el espíritu floreciente a las sombras.
Ya se tenga dieciséis o sesenta, siempre existe en cada corazón humano el impulso a la maravilla, el suave asombro ante las estrellas, el desafío a los acontecimientos, el apetito infantil por la vida”.
-Autor desconocido-

Borrón y sonrisa nueva

Cuando menos nos lo esperamos, todo puede salir bien. Por eso, cada día tenemos en nuestras manos la decisión de vestirnos con una sonrisa o con una triste decepción. Somos nosotros quienes determinamos lo que merece la pena y lo que merece la alegría en nuestra vida.
Una persona no envejece cuando se le arruga la piel, sino cuando se le arrugan sus sueños y sus esperanzas. En esto poco tiene que ver la cantidad de años que haya vivido, pues en realidad la suma de sus actos y de su espíritu se resume en la persecución de sus metas e ideales.

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Borrón y sonrisa nueva. Me levanté un día y, como no sabía qué ponerme, me puse feliz. Es mi vestido de la suerte, mi traje de gala.

Podemos ponerle ganas a todo aquello que nos aporta y que nos suma a la vez que dejamos de lado todo lo que nos resta. Destierra de tu mente el “no puedo” y proponte que normalmente el obstáculo principal en tu vida es la edad. Piensa que cuantas más disfrutes de los mares que surcan tus sonrisas, más grande se hará tu alma y tu corazón.
Porque el brillo de nuestra mirada crece y enriquece, haciendo que no perdamos la ilusión de vivir aunque nos falten las fuerzas. Haz que cada año de tu vida surque tu piel, convierte en eterno cada segundo de tu vida y no renuncies al placer de sentir un golpe de aire fresco en tu rostro.
No permitas que la amargura le gane la batalla a tus ganas, mira con orgullo tu vida, sonríele siempre que puedas y gana un lugar tranquilo en el que dormir junto a tu paz interior. Recuerda que estamos gozando de un viaje sin retorno.
Permite que la vida te hechice, atesora recuerdos, arráncale destellos a los años y recuérdale a tu piel dónde estuvieron aquellas sonrisas de las que disfrutaste.
Imágenes cortesía de Natilles, David Padilla y Nuvolanevicata

Me gusta la gente que ofrece luz aunque el día esté nublado


Copiado del Blog la Mente es Maravillosa


La Mente es Maravillosa
Me gusta la gente que ofrece luz aunque el día esté nublado
Decía Albert Einsten que la oscuridad, en realidad, no existe. Comentaba que la oscuridad no es más que la ausencia de luz, y ello, es lo que ocurre en ocasiones en muchas de las personas que nos rodean.
No sabemos por qué, pero todos disponemos de amigos o familiares que ante cualquier situación complicada, solo saben traernos aún más negatividad. Son incapaces de aportar estrategias, soluciones y aún menos, apoyo.
En cambio, hay personalidades tan íntegras que ni siquiera ellas mismas son conscientes de su autenticidad.  Son la paz en la tormenta, la compañía en tu soledad y la fortaleza en tus tristezas.
Todos sabemos también que este tipo de personas no suelen abundar en el día a día. Amigos, familiares así no llenan los dedos de una mano, y por ello, hemos de protegernos en cierta manera de esos otros que solo saben pintar nuestros días de gris, y nuestras esperanzas de incertezas.
Te invitamos a reflexionar sobre ello con nosotros, sugiriéndote además que si eres tú una de esas personas con luz propia, nunca dejes de brillar.

Las personas con luz propia, faros de nuestro día a día

¿Qué entendemos en realidad por una persona con luz propia? ¿Estamos cayendo quizá en una vertiente más espiritual que psicológica? No es tan complicado definirlas y aún menos reconocerlas.
Las personas con luz trasmiten facilidad de trato y serenidad. No son la luz al final del túnel porque con ellas, no existen los túneles, solo senderos de tranquilidad donde la vida parece más fácil, donde todo yace en sutil equilibrio.
Hay muchos rasgos psicológicos fácilmente identificables en este tipo de perfiles, no estamos hablando de magia. Son personas comunes que visten sonrisas cotidianas, que tienen la palabra adecuada para el instante necesitado.
me gusta la gente que ofrece luz aunque el día este nublado
No son personas que practican ese positivismo arbitrario regalando a todos un “no te preocupes, todo saldrá bien”, En absoluto.
  • Saben establecer cercanía porque disponen de una gran empatía y equilibrio interior. Son positivas pero es un positivismo práctico basado en la estrategia y el equilibrio.
  • Saben cuando se las necesita y saben también dejar espacio. No exigen, no piden nada a cambio.
  • Cuando se está junto a ellas podemos ser nosotros mismos. Sin presiones, sin tener que disimular y aún menos justificarnos.
  • Son personas que ofrecen luz porque reconfortan, y a pesar de que no den solución a nuestros problemas tampoco es lo que les pedimos. Solo necesitamos que “estén ahí”, sin juzgarnos, sin criticar, sin menospreciar.

Sí eres tú quien ofrece luz a los demás… Nunca dejes de brillar

Es muy posible que seas tú mismo/a una criatura de luz. Alumbras a los demás cada día deseando lo mejor, y lo haces de forma desinteresada porque es así como te sientes bien. Porque es así como entiendes la vida y porque no sabrías hacerlo de otra forma.
Si eres tú quien ofrece apoyo y esperanza a los demás, debes ir con cuidado. Hay quien se acercará a ti para envolverse de modo egoísta de tu calor, de tu integridad. Existen auténticos especialistas en apagar la luz de los demás con sus sombras…
Debes recordar que si tu forma de ser y de sentir la vida es ofreciendo apoyo a los que te rodean, y viendo la vida desde ese punto de vista más sencillo y humilde, estarás brillando siempre con luz propia.
No obstante, en ocasiones podemos también quedar agotados.
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– Es fácil ver la luz en la tormenta, pero en ocasiones quien está a nuestro lado puede reírse de ello. Pueden llamarte ingenuo/a, pueden ironizar con tu nobleza etiquetándote de blando/a, de ser la típica persona de la que se aprovechan los demás.
– Recuerda una vez más lo que te indicábamos al inicio tomando como referencia la frase de Einstein. La oscuridad no existe, en realidad es falta de luz. Es decir, podríamos decir que no hay auténtica maldad en esas personas que cometen el error de atacar tu forma de ser.

12 PASOS PARA SIMPLIFICAR TU VIDA - WAYNE DYER


MONASTERIO DE METEORA


10 claves para sacar lo mejor de ti cuando el mundo parece estar en contra


Por Jennifer Delgado

A veces, nos tomamos la vida demasiado en serio. Nos mantenemos atados a cosas que son insignificantes y dejamos que nos arruinen la existencia. Por ejemplo, tenemos un encontronazo en el trabajo y ello nos echa a perder el día, o llegamos a desayunar y la persona que está delante se lleva el último croissant, haciendo que nos pongamos de mal humor durante toda la jornada. También nos enojamos con nuestra pareja por motivos intrascendentes, nos enfadamos con el empleado de turno si no satisface nuestra demanda y nos frustramos si las cosas no salen como esperábamos.

Sin embargo, la verdad es que no podemos cambiar a nadie. Las cosas son como son. Solo tenemos control sobre nuestras reacciones. Podemos dejar que las otras personas y las situaciones dicten nuestras emociones o podemos tomar las riendas de nuestra vida y decidir conscientemente cómo reaccionar. Después de todo, recuerda que cómo te traten los demás, es su problema; como reacciones, es el tuyo.

Aprender a navegar con la corriente


1. No te lo tomes como algo personal

Recuerda que no se trata de una afrenta personal, el universo no conspira en tu contra. No llueve solo para amargarte el día y el empleado de la oficina no desea hacerte la vida imposible, probablemente se comporta así con todo el mundo. Cuando comprendes que no se trata de ti, encontrarás que todo es más fácil porque puedes asumir una distancia emocional de la situación y controlar mejor tus reacciones.

2. Piensa en el tamaño del Universo

Solemos creer que somos el centro del mundo, pero si analizamos con perspectiva el universo nos daremos cuenta de que somos simplemente una mota en la escala espacio-tiempo. El objetivo de esta reflexión no es menospreciarnos o sentirnos insignificantes sino tan solo poner todo en su justa perspectiva. Cuando te parezca que tus problemas y los obstáculos son insuperables, considera que existen infinitos caminos que puedes tomar para solucionarlos, siempre hay una solución.

3. Pon un pie fuera del ciclo de negatividad

Cuando estamos tan atrapados en nuestra propia negatividad, cuando pensamos que estamos teniendo un día pésimo o que tenemos que lidiar con alguien insufrible, a veces todo lo que necesitamos es un pequeño estímulo que nos devuelva a la realidad. Por eso, la próxima vez que te sientas angustiado, agobiado o estresado, simplemente pon una canción que te guste y cántala a pleno pulmón, mejor aún si la bailas. Los problemas no desaparecerán como por arte de magia pero romper ese ciclo de negatividad que ronda tu mente te ayudará a serenarte y encontrar una solución.

4. Obtienes aquello en lo que te centras

Todos hemos pasado por situaciones en las que nos enfadamos y perdemos el control. Sin embargo, mientras más te centres en ello, peor te sentirás. Recuerda la regla: todo en lo que te centres, crecerá. Por tanto, si te focalizas en lo negativo, en los defectos y las preocupaciones que no llevan a ningún sitio, eso es lo que crecerá en tu mente. De esta forma, estarás viendo el mundo a través de un prisma negativo y muchas situaciones que en realidad tienen una impronta neutra, las percibirás como negativas. La clave radica en cambiar ese prisma y cultivar una perspectiva más positiva.

5. Respira profundamente

No podemos engañarnos, hay situaciones que harían perder la paciencia incluso a un monje budista. En esos casos, simplemente respira. Cuando nos enfadamos, irritamos o estresamos ocurren una serie de cambios a nivel fisiológico que le indican a nuestro cerebro que debe aumentar el nivel de alerta. Como resultado, estaremos más sensibles e irritables, dispuestos a saltar a la yugular de cualquiera ante el menor signo de alarma. La respiración diafragmáticapuede devolvernos la coherencia cardíaca y hacer que regresemos a la calma, para poder pensar mejor. 

6. Responde de manera diferente

Una canción de Los Beatles decía: “All you need is love”. Y lo cierto es que a menudo muchas de las personas amargadas que encontramos en nuestro día a día solo necesitan una dosis de amor. Por eso, aunque nuestra primera reacción es ponernos en su misma longitud de onda y responder con agresividad o enfado, todo podría cambiar si nos calmamos y le respondemos con una sonrisa en los labios. A veces, responder de la manera más inesperada es suficiente para que esa persona cambie su actitud. En todo caso, si no lo hace, nos sentiremos mejor con nosotros mismos porque logramos mantener el control.

7. Enfrenta el mundo con sentido del humor

La risa es el mejor antídoto contra las emociones negativas. De hecho, solo podemos decir que hemos superado realmente un miedo cuando miramos atrás y nos causa risa el simple hecho de haber albergado ese temor. Cuando eres capaz de encontrar el matiz hilarante en una situación, esta pierde sus tintes dramáticos y serás capaz de reaccionar con mayor entereza, poniendo cada cosa en su justo lugar. Recuerda que nuestra mente tiende siempre a exagerar los problemas y a menudo funciona en "modo catastrofista".

8. Acepta que ves el mundo como eres, no como es

Considera que tu percepción está mediatizando la situación en la que te encuentras. No podemos aspirar a ser objetivos al 100% porque nuestras experiencias pasadas, nuestras ilusiones y, sobre todo, nuestras expectativas, están determinando el significado que le conferimos a las situaciones que vivimos. De hecho, la mayoría de las veces no reaccionamos ante las situaciones en sí mismas sino ante la frustración y la decepción que sentimos porque nuestras expectativas no se vieron cumplidas. Sé consciente de que no percibes el mundo como es en realidad, sino como quieres que sea.

9. Asume que tu equilibrio emocional no es negociable

¿Sabías que cada pequeña discusión e incluso esos enfados repentinos que tragamos en seco y no mostramos alteran nuestra coherencia cardíaca? ¿Y sabías que un ritmo cardíaco irregular es un predictor muy fiable de infarto? Por tanto, cuando tengas que enfrentarte a una persona difícil o a una situación complicada, haz tuyo este mantra: “mi equilibrio emocional no es negociable”. No pienses en términos de ganancias y pérdidas, de vencedores y derrotados, porque lo más importante en estas situaciones es que no logren resquebrajar tu paz interior. Eso conlleva a que te preguntes qué peleas vale la pena luchar.

10. Date permiso para equivocarte

En todo caso, es prácticamente imposible que siempre logremos mantenernos tranquilos y sonrientes. El exceso de autocontrol también puede llegar a ser desgastante. Por tanto, no te conviertas en tu peor juez, date permiso para equivocarte. No te recrimines por haber perdido el control, en vez de eso, busca las causas y aprende la lección. Recuerda que el objetivo es que seas más feliz, no te vapulees constantemente ni asumas una actitud hipervigilante que te impida disfrutar de la belleza del mundo simplemente porque estás demasiado ocupado controlando tus reacciones.
Rincón de la Psicología ~ 10:00

Lo hay que hacer (y lo que no) para dormir bien


Posted: 25 Sep 2015 03:17 AM PDT
Dormir bien y descansar
Entre el 30 y el 40% de los españoles ha sufrido insomnio en alguna ocasión y se calcula que alrededor del 10% de la población padece insomnio crónico. Con estos datos es evifdente la magnitud del problema. Las consecuencias de no dormir adecuadamente son mayor iiritabilidad, menor rendimiento, cansancio y aumento de las posibilidades de cometer errores o de sufrir accidentes.
Levantarse descansado no necesariamente es cuestión de horas en la cama. Cada persona necesita más o menos horas de sueño. Pero lo que todos necesitamos es que ese sueño sea de calidad y reparador.
Hay varios temas a tener en cuenta para  disfrutar de un sueño reparador que nos ayude a afrontar el día con energía. Es importante que vayas observando y adaptando a tu caso concreto todo lo que te proponemos.

Antes de ir a dormir


Es importante prepararse antes de caer en los brazos de morfeo. De alguna manera hay que hacer un “break” entre la vida diaria y el dormir. Esta es una lista de cosas a tener en cuenta:
  • no cenes tarde y vete a la cama con la digestión hecha
  • evita excitantes como el café o el chocolate varias horas antes
  • aparca las preocupaciones, por la noche no las vas a poder solucionar, pero si duermes bien al día siguiente mantendrás la mente más despejada y con mayores probabilidades de resolver los problemas
  • no es conveniente ver la televisión o trabajar con el ordenador justo antes de ir a dormir
  • una muy buena forma de terminar el día es meditar o realizar algunos ejercicios de yoga
Click aquí para ver el vídeo de este post

¿Cuándo y cuánto?

¿Cuándo dormir? Pues la respuesta lógica es por la noche. El cuerpo humano está preparado para dormir cuando no hay luz. Pero en la sociedad moderna, al menos la española, observo que estamos un poco descompensados. Por un lado vamos a dormir tarde y por la mañana desaprovechamos las primeras horas de luz.
¿Y cuántas horas dormir? Aunque ya hemos señalado que es muy importante la calidad del sueño. También hay que tener en cuenta las horas. Es evidente que una sola hora de un sueño muy profundo no es suficiente para nadie. El tema de la cantidad es muy variable y es trabajo de cada uno ir observándose. Hay quienes tienes suficiente con 6 horas y otras personas no descansan suficientemente si duermen menos de 8-9 horas.
Irse a dormir siempe a la misma hora (incluidos fines de semana) ayuda a conciliar el sueño. Aunque no siempre es fácil porque cuando no tenemos que ir a trabajar hacemos una vida más “especial”. Tampoco ayuda nada trabajar a turnos o viajar a paises lejanos y sufrir jet lag.

El colchón, la ropa de cama y el ambiente de la habitación

El colchón es una de las inversiones más importantes en una casa y, a menudo, descuidadas. No es vano pasamos de media una tercera parte de nuestra vida sobre uno de ellos. El colchón es imprescindible que sea de buena calidad y debría renovarse aproximadamente cada 10 años. En cuanto a la ropa de cama ha de ser agradable al tacto. Y para el invierno ¿manta o edredón? Pues yo doy muchas vueltas durante la noche y prefiero la ligereza del edredón… pero esto es cuestión de gustos.
Otros aspectos a tener en cuenta es que haya el máximo silencio posible en la habitación y que la temperatura sea moderada.

El despertar también es importante

Saltar de la cama, tomar el cafe mientras te afeitas y salir corriendo de casa… quizás no es la mejor forma de empezar el día. Seguro que es menos estresante levantarte poco a poco y realizar alguna pequeña meditación, unos suaves estiramientos o simplemente desayunar tranquilamente mirando por la ventana cómo despunta el día. Muchas personas dirían “yo no puedo hacer esto, me levanto muy temprano y voy on el tiempo justo”. ¿Y si te acuestas y te levantas unos minutos antes?

Snowden tiene una hipótesis sobre la falta de contacto con civilizaciones extraterrestres



Edward Snowden ofrece una solución alternativa a la paradoja de Fermi, que plantea por qué no hemos encontrado vida inteligente en el universo: sus comunicaciones podrían estar cifradas
Ha sido durante una conversación con el astrofísico Neil deGrasse Tyson, en la que también ha insistido en la importancia de cifrar nuestras comunicaciones
Cientos de miles de galaxias en el universo ¿alguna tendrá civilizaciones inteligentes? / Telescopio Hubble
Cientos de miles de galaxias en el universo ¿alguna tendrá civilizaciones inteligentes? / Telescopio Hubble
Si hay una alta probabilidad de que se hayan desarrollado civilizaciones extraterrestres ¿por qué no hemos contactado con ellas? En 1950, en medio de una conversación informal, Enrico Fermi planteó una cuestión que aún no tiene respuesta, o al menos, no una científicamente válida. Desde entonces se han planteado muchas hipótesis, desde las más disparatadas e irracionales, hasta las más meditadas. Ahora, Edward Snowden ha planteado otra posibilidad, que las comunicaciones de los extraterrestres estén cifradas y que por eso no hemos sido capaces de diferenciarlas del cualquier otra señal de ruido del universo.
Edward Snowden, el antiguo empleado de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) que en 2013 hizo públicos los planes de vigilancia masiva del gobierno de EEUU, planteó esta posibilidad durante una conversación con el astrofísico y divulgador Neil deGrasse Tyson, en su programa Startalk. "Si una comunicación cifrada está adecuadamente codificada, no hay manera de verificar si es un mensaje cifrado", en otras palabras, "no es posible distinguir una comunicación cifrada de una señal aleatoria", afirmó Snowden.
Edward Snowden se encuentra refugiado en Moscú, desde donde realizó la entrevista / EFE
Edward Snowden se encuentra refugiado en Moscú, desde donde realizó la entrevista / EFE
Desde el principio de la entrevista Tyson ya advirtió que la conversación no iría por los cauces típicos que seguiría una conversación periodística con un personaje tan controvertido como Snwoden y así fue. Lejos de tratar temas relacionados con geopolítica y estrategias de espionaje, Tyson abordó temas más relacionados con el mundo científico, especialmente sobre el cifrado de las comunicaciones. En medio de la conversación, el astrofísico preguntó cómo podría afectar el cifrado a nuestras posibles comunicaciones con una supuesta civilización extraterrestre.
Snowden planteó que cuando una sociedad va avanzando, poco a poco empieza a ser consciente de la "necesidad" de proteger sus comunicaciones. Esto quiere decir, según Snowden, que "solo hay un pequeño periodo en el desarrollo de una civilización en el que se sus comunicaciones estarán desprotegidas". Una vez terminado ese periodo, que por comparación con lo que ha sucedido con la humanidad duraría apenas unas décadas, cualquier comunicación extraterrestre estará tan cifrada que teóricamente sería irreconocible. "No seríamos capaces de distinguir un mensaje alienígena de la radiación de fondo cósmico de microondas", afirmó Snowden. Si esto fuera cierto, la humanidad podría estar recibiendo comunicaciones extraterrestres sin siquiera saberlo.
La hipótesis de Snowden no deja de ser una de las muchas posibles respuestas a una paradoja que lleva 50 años intrigando a la humanidad. Sin embargo, el mensaje que se esconde tras su propuesta dista mucho de ser un juego teórico. Durante el resto de la entrevista, el exconsultor de la CIA insistió en la necesidad de cifrar las comunicaciones y en la importancia de defender el derecho a la privacidad.
"Cuando alguien dice que no le preocupa que se vulnere el derecho a la privacidad porque no tiene nada que esconder, es como si dijera que no le preocupa que se viole la libertad de expresión porque no tiene nada que decir", sentenció. Habría que ver si en alguna de esas posibles civilizaciones extraterrestres hubo también un Snowden que les recordara la importancia de cifrar sus mensajes. Toda una paradoja.

Cuando confías en lo que sucede, descubres quién eres

Cuando miras a tu alrededor y solo ves caos, sufrimiento, miedo y tensión, es difícil confiar en las circunstancias. Cuando la vida parece ir cuesta arriba y nada sale como esperábamos, confiar es casi un acto de fe, nos resulta más natural desesperarnos, imprecar y negar lo que está sucediendo. 

Sin embargo, es precisamente en esos momentos cuando más necesitamos confiar en las circunstancias y, por supuesto, en nosotros mismos. En ese momento es cuando debemos dejar de aferrarnos a las preocupaciones para poder soltar el peso y ser más libres. Y solo podemos lograrlo si tomamos conciencia del aquí y ahora, si confiamos en nosotros mismos y tenemos la certeza de que en nuestro camino nos aguardan cosas maravillosas.

¿Por qué es tan importante confiar en lo que sucede?


Considera que todo lo que te rodea no existe si no lo percibes, no tiene un sentido para ti si no lo conoces. Por eso, cuando percibimos algo, ya sea una circunstancia, una persona o un simple objeto, no podemos abstraernos de nosotros mismos, vemos el mundo como somos. 

Como resultado, cuando conocemos algo o alguien, en realidad nos redescubrimos. Cuando percibimos algo, nos conocemos a través de eso. Así ocurre un milagro: mientras más buceamos en nuestras circunstancias, más profundo podemos llegar en nuestro interior. A la vez, mientras más escudriñamos dentro de nosotros, mejor podremos comprender las circunstancias. Porque todo está unido, indisolublemente.

En el momento en que empiezas a confiar, sin oponer resistencia, es como si todas las piezas de un rompecabezas encajaran. Hasta ese momento, tus preocupaciones, apegos y emociones solo te permitían ver la maraña de hilos que se esconde detrás del tapiz, es como si estuvieras mirando desde abajo. Sin embargo, cuando aprendes a fluir, todo cobra sentido porque puedes ver el tapiz de frente, puedes apreciar las situaciones desde una perspectiva más amplia. Eso amplía tu comprensión de la vida y de ti mismo.

Si miras a tu alrededor sin resistencias, llegarás a tu interior


Un principio taoísta señala: “Aprende a confiar en lo que está ocurriendo. Si hay silencio, déjalo aumentar, algo surgirá. Si hay tormenta, déjala rugir, se calmará”. La clave radica en convertirse en un espectador atento, sin intervenir constantemente porque de esa forma solo bloqueamos el proceso. 

Es lo que se conoce como “no resistencia”. Aunque se trata de un principio difícil de poner en práctica porque estamos demasiado acostumbrados a luchar por el control. No obstante, resistirnos implica aferrarnos, apegarnos al sufrimiento, a las situaciones que nos generan estrés y a las relaciones tóxicas

La persona que se resiste no solo se opone al cambio, que es una constante en la vida, sino que también deja de confiar en sus capacidades. Resistirse al cambio implica que no confías en tu capacidad para hacerle frente a esa nueva situación, por lo que, en el fondo, es un acto que denota miedo e inseguridad.

Vale aclarar que la no resistencia no implica convertirse en espectadores pasivos de nuestra vida o someterse a la voluntad de los demás. No significa dejar que las circunstancias nos arrastren, renunciando a nuestro poder de decisión. El concepto de la no resistencia está vinculado al "wu wei", que significa no forzar sino aprender a fluir, para no quedarnos atascados en las circunstancias que nos dañan.

La no resistencia es soltar nuestros temores y sufrimientos, entregarnos y dejar de luchar. En ese estado nos sumergimos por completo en las circunstancias, sin pensar, sin hacer, solo estando presentes. Así aprendemos a confiar en la vida y en su proceso, aprendemos a confiar en nosotros mismos, con la certeza de que, antes o después, todo estará bien.

La práctica de la no resistencia te brinda la posibilidad de detenerte un momento, para conectar con tu “yo” e identificar cómo te sientes y qué necesitas. Una vez que hayas identificado las emociones que te perturban, no debes aferrarte a ellas, libéralas. Cuando cambies tus pensamientos, cambiará tu realidad. Solo debes confiar.

Cinco principios básicos para aprender a confiar

1. Tómate el tiempo que necesites. Cuando tienes tiempo para reflexionar, puedes ver con mayor claridad lo esencial de ti mismo y de los demás. Recuerda que cuando vas por la vida demasiado rápido, tu propia velocidad te aturde. Mientras más apremiantes sean tus sentimientos y más te atormenten tus preocupaciones, más necesitas pasar tiempo contigo mismo. 

2. Libérate del empeño. No te esfuerces, deja que todo fluya. Mientras más te liberes de esa obsesión por controlarlo todo, más abierto y receptivo estarás y con más facilidad sabrás qué está ocurriendo a tu alrededor. El taoísmo nos enseña que “cuando no entiendas lo qué dice una persona, no persigas cada una de sus palabras. Ríndete y silénciate interiormente para escuchar tu ser más profundo”. 

3. Busca la calma. Una de las habilidades más valiosas que puedes aprender en tu vida es a retirarte en ti mismo y calmarte. Cuando una persona se siente en calma, lo complejo se hace simple, porque es capaz de despejar la nube de las emociones que le impedía ver las cosas con claridad. Cuando buscas la calma conectas contigo mismo y comprendes qué quieres y necesitas realmente.
4. Despréndete de todo lo innecesario. Un principio taoísta indica que “solo cuando te desprendes de lo que tienes, recibes lo que necesitas”. Y es que en nuestra sociedad estamos demasiado aferrados a las cosas y a las personas, de manera que no logramos conectar con nuestro “yo” más profundo para saber cuáles son nuestras verdaderas necesidades. Sin embargo, la felicidad no está en nada que se desgaste, se rompa o deje de funcionar. Por eso, solo cuando nos deshacemos de lo superfluo, podemos descubrir qué nos hace felices.

5. Simplifica. Toda situación, por amplia o complicada que sea, empezó de manera simple y pequeña. Desde los problemas de pareja hasta las guerras, tuvieron un inicio pequeño. Por eso, la clave para resolver muchos de los problemas que tenemos en nuestra vida consiste en regresar atrás y reconocer los comienzos.

¿Cómo aplicar estos principios a tu vida cotidiana?


El objetivo final es que, a través de las circunstancias y sin oponer resistencia a estas, puedas conectar con tu “yo” más profundo, para recuperar la confianza en ti mismo y comprender qué necesitas para vivir de forma más plena.

- Mira a tu alrededor y bucea en tu interior. El primer paso para aprender a confiar en lo que sucede consiste en convertirse en un observador atento. Mira a tu alrededor, observa las circunstancias y las personas con las que compartes tu día a día. No critiques ni juzgues, tan solo observa. Intenta reconocer la forma de ser de esas personas y comprende las circunstancias que os rodean. Inmediatamente reconocerás los sentimientos que estas generan en ti y en los demás. No los rechaces ni intentes apartarlos, tan solo déjalos fluir. Reconoce la existencia de dolor, ira, frustración o tristeza. Recuerda que en este punto no se trata de entender sino tan solo de sentir.

- Toma las riendas. No intentes culpar a nadie por lo que sucede, porque de esta forma solo estarás alimentando más sentimientos negativos. Tampoco se trata de culparte porque así solo añadirás más peso interno al que ya llevas. En vez de eso, asume la responsabilidad a partir de ese momento. El pasado ya no existe, pero puedes escribir el presente. Toma las riendas y cambia lo que te molesta. Transforma tu realidad para que puedas vivir con mayor armonía. Avanza sin cargas en la espalda y sin rencores, abierto a las nuevas experiencias de la vida.

Confía en lo que está sucediendo porque es un regalo, son perlas de sabiduría que puedes utilizar para crecer y conocerte mejor. Permite que las circunstancias se desenvuelvan ante tus ojos sin oponer resistencia. Tú solo confía…
Rincón de la Psicología ~ 10:00

Maduramos con los daños, no con los años


Envejecer es inevitable, pero ello no implica que hayamos madurado. No es el tiempo lo que nos hace cambiar nuestra perspectiva y crecer como personas sino las experiencias que hemos vivido. Porque cuando se trata del camino de la vida, a menudo lo importante no son los logros que alcanzamos, sino la persona en la que nos hemos convertido mientras tomábamos nuestras decisiones.

De hecho, durante décadas se pensó que la vejez era una etapa de pérdidas. Hoy sabemos que, al igual que el resto de las fases de nuestra vida, durante la vejez perdemos algunas habilidades pero ganamos otras. Por ejemplo, nuestra inteligencia pasa a ser cristalizada, lo cual significa que se basa más en las experiencias y habilidades que hemos adquirido a lo largo de la vida. También somos más prudentes, empáticos, comprensivos y mucho más inteligentes emocionalmente.

Sin embargo, no es el paso del tiempo quien nos hace estos dones, son las experiencias que hemos vivido, las situaciones difíciles que hemos tenido que afrontar y los conflictos que hemos resuelto. Por eso, también hay personas jóvenes que tienen una gran madurez y muestran una gran resiliencia, mientras que algunos adultos continúan teniendo un pensamiento infantilizado plagado de estereotipos.

No es el tiempo lo que nos hace comprender que debemos aprender de nuestros errores y fracasos, son los daños que hemos sufrido los que nos impulsan a renovar nuestro espíritu. Y es que salir heridos de las batallas de la vida nos enseña que hay mil causas que nos pueden hacer sufrir, pero hay mil y una razones para recomponerse y seguir adelante.

La sal de la vida


Un buen día, un maestro hindú se cansó de escuchar las quejas de su discípulo y decidió darle una lección. Le envió a buscar un puñado de sal. Cuando este regresó, le pidió que tomara un poco de sal y la echara en un vaso de agua, para luego beberla.

- ¿Que tal sabe? – le preguntó el maestro.

- ¡Está salada y amarga! - respondió el discípulo.

El maestro, con una sonrisa en el rostro, le pidió que le acompañara al lago. Le pidió que echara la misma cantidad de sal y que bebiera el agua. Así lo hizo el joven.

- ¿A qué sabe el agua? – le volvió a preguntar.

- Está muy fresca.

- ¿Te supo a sal?

- No, en absoluto.

Entonces, el maestro le dijo: "El dolor que hay en la vida es como la sal. La cantidad de dolor siempre es la misma, pero el grado de amargura que probamos dependerá del recipiente donde versemos la pena. Por tanto, cuando experimentes dolor, lo único que debes hacer es ampliar tu perspectiva sobre las cosas. Deja de ser un vaso de agua y conviértete en un lago".

El valor de los años


Los años también son valiosos, por supuesto. El paso del tiempo nos permite asumir cierta perspectiva, alejarnos de las pasiones y los sentimientos que experimentamos en su momento para valorar la situación con mayor objetividad. Con los años podemos mirar atrás y encontrar un lugar para cada cosa, dándole a cada hecho su justa dimensión.

Con los años podemos reírnos del temor que nos infundía el maestro del colegio o de la ansiedad que despertaba la perspectiva del primer beso. El tiempo no borra las experiencias, pero mitiga su impacto emocional, nos serena para que podamos mirar atrás y, de cierta forma, reescribir nuestra historia.

Sin embargo, para lograr ese cambio de perspectiva que nos haga crecer, para dejar de ser un vaso y convertirnos en un lago, es necesario estar dispuestos a cambiar, aceptar y dejar ir. El simple paso del tiempo no suele ser suficiente para olvidar un amor o perdonarse un gran error, es necesario que pongamos de nuestra parte.

El valor del dolor


El dolor, las dudas, la incertidumbre, los conflictos, las pérdidas y los errores también son grandes maestros de vida. Y son necesarios para que podamos comprender las cosas en su verdadera magnitud. Las lágrimas pueden ser saladas y escuecen en las heridas pero también tienen el poder de limpiar nuestros ojos para permitirnos ver el mundo con mayor claridad.

Solo cuando hemos sufrido podemos entender que el mundo es hermoso y que hay cosas por las que vale la pena luchar. En ese momento entendemos que el camino no es demasiado largo ni penoso si el destino vale la pena. Después de haber sufrido, comprendemos que todo es relativo y podemos ver el mundo bajo una luz nueva, dejamos de ser un pequeño vaso para convertirnos en un lago.

De hecho, las personas que no han tenido una vida fácil se han visto obligadas a recorrer los caminos más complicados que existen, los de ellas mismas. Estas personas han tenido que mirar dentro de sí, para comprender sus emociones, tomar decisiones difíciles y seguir adelante. En ese proceso, han encontrado su verdadero “yo”, han crecido.

En el miedo, han aprendido a no temer y en el dolor, han aprendido a lidiar con el sufrimiento. Esas enseñanzas son cicatrices de guerra que serán como migas de pan que les indiquen el camino la próxima vez que deban enfrentar obstáculos similares. Porque al mirar atrás, habrán aprendido la lección más valiosa de todas: nada es permanente, todo pasa.

Esto implica que, aunque no debemos buscar de forma masoquista el dolor, tampoco es necesario huir de este o intentar esconderlo porque siempre tiene una lección que enseñarnos. El dolor nos hace más humanos, más sabios y nos permite crecer.

Recuerda que siempre es tu decisión: verter el dolor en un vaso o en un lago.
Rincón de la Psicología ~ 10:00