Posted: 09 Apr 2014 02:03 AM PDT
Ayer dejábamos a una Norma Jean que se desdibuja, mientras que Marilyn Monroe comienza a brillar para convertirse en una estrella. Para relataros estos años, seguiremos como hilo conductor la filmografía de este icono del siglo XX y la soberbia descripción de ese periodo de su vida, que hace Luis Gasca en "Marilyn Monroe, La Diosa del Sexo".
"Pertenecía al público... nunca antes había pertenecido a nadie"
En 1950 Marilyn rodó cinco películas, y gracias a John Carroll consiguió una prueba con el gran John Huston, que nada más verla quiso incluirla en el reparto de una de las grandes obras maestras del cine "Jungla de Asfalto". A esta siguieron otros títulos como "Eva al Desnudo", que obtuvieron éxito tanto de público como de critica. Y, aunque el gran jefe Zanuck no dejaba muy bien a Marilyn con algunos de sus comentarios, como que era una rubia tonta más, sabía que había que lanzar la carrera de la actriz para convertirla en su nueva estrella. Fue en esa época ya, a finales de 1950, cuando conoce al que unos años más tarde sería su tercer y último marido, Arthur Miller, e inicia con él una estrecha relación.
"No me importa vivir en un mundo de hombres, siempre que pueda ser una mujer en él” Marilyn Monroe.
En 1951 es nombrada "Miss Cheesecake" por las tropas de soldados en Alemania, y en marzo es invitada a participar en la ceremonia de los Oscar, con Fred Astaire de maestro de ceremonias, su ascensión es imparable. Rueda película tras película, con alguno que otro traspiés, y ya en 1952, en "Me Siento Rejuvenecer", la vemos aparecer con su característica melena ondulada de un maravilloso rubio platino (algunos dicen años antes se practicó una rinoplastia). El mito comenzaba a formarse, y mientras, la mujer que había detrás de las cámaras era muy infeliz, relaciones simultaneas y dicen que otro embarazo fallido abatieron de nuevo a Norma Jean. De hecho fue una cena sorpresa organizada por un amigo para animar un poco a la actriz, en la que conoció a Joe DiMaggio que poco tiempo después seria su fugaz marido. Así llegaron "Niágara", "Los caballeros las prefieren rubias" y "¿Cómo casarse con un millonario?" fueron sus primeros grandes papeles protagonistas en los que critica y público coincidieron. Fue una de las imágenes promocionales de "Niágara" la que Warhol utilizó para realizar sus famosos retratos de la actriz. Ese mismo año, apareció como portada de Playboy y realizó sus memorables actuaciones ante la tropa estadounidense... la gente amaba a Marilyn y ella mientras se volvió loca por el jugador de beisbol, Joe DiMaggio con el que se casó en 1954. Matrimonio fugaz, si tenemos en cuenta que se separó de él nueve meses más tarde. Muchos dicen que DiMaggio, desaprobaba la imagen de Marilyn, y se encolerizó cuando vio la mítica escena del vestido blanco en"La tentación vive arriba" . Fue en 1956, cuando Marilyn decidió estudiar interpretación en el Actor`s Studio de Nueva York. Hizo alguna aparición en el teatro, y regresó al cine con "Bus Stop", que algunos han descrito como unas de sus mejores interpretaciones. Marilyn convenció a propios y extraños con unanimidad. Fue nominada al Globo de Oro, y contrajo matrimonio con Arthur Miller con el que estuvo casada cinco años. Parecían buenos tiempos sino fuese por sus continuas crisis, y por otro aborto espontaneo que frustraba de nuevo sus deseos de ser madre, y que convirtió el rodaje del "Príncipe y la Corista" en 1957, en un verdadero calvario. Además el alcohol y los fármacos acompañaban a Norma en estos difíciles momentos, cada vez con más frecuencia. Escenas que se repetirían en otros rodajes causándole problemas con sus compañeros de reparto, como con Tony Curtis en "Con faldas y a lo loco". Aunque también se dice que el aborto que sufrió en esa ocasión podía ser fruto de un breve romance que vivió con este actor. De nuevo la critica y el público la aplaudieron y ganó el Globo de Oro por esta gran película de Billy Wilder. Tas finalizar su rodaje, Wilder dijo de ella que era la mujer más desconsiderada y más absolutamente fabulosa ante la cámaras que había conocido, exceptuando a la Garbo. Sin embargo, en este caso, lo que ocurrió entre bastidores salió a la luz cuando la revista "Life" lo publicó antes del estreno. La industria del cine no le perdonaba a su muñequita rubia sus faltas y se inició una campaña en su contra, mientras su matrimonio con Arthur Miller hacia aguas, lo que la sumió en una gran depresión, marchando al rodaje de "El Millonario" sin decírselo al dramaturgo. Allí se refugió en los brazos de Yves Montand. Ya en 1960, en julio marchará a Reno para iniciar el rodaje de "Vidas Rebeldes". Que será duro y dramático, Clark Gable cansado, Montgomery Cliff destruido y con graves secuelas tras su accidente, y Marilyn a punto de hacer público su divorcio y al borde de una nueva crisis. De hecho, la película debe interrumpirse para ingresarla en el hospital y no se reanudará hasta septiembre. Tras dos meses se finaliza el rodaje, pero la posterior muerte de Gable de un ataque al corazón, hace que se centren todas las criticas sobre ella, a la que se llegó a acusar de causar el fatal desenlace debido a tan intenso rodaje. Eso y el anuncio de su divorcio la sumen en una crisis que llevan a su agente y colaboradores a ingresarla sin su conocimiento en un manicomio, del que logra salir tras conseguir telefonear a Joe diMaggio y rogarle que la sacase de allí. A su salida busca refugio en la mansión de Frank Sinatra y sueña en convertirse en su señora y flamante esposa, por lo que cuando este anuncia su compromiso con otra actriz, se derrumba. Sin embargo, su reaparición en 1962, muestra una mujer diferente con un brillo especial en los ojos. Marilyn está enamorada y además inicia el rodaje de una nueva película,"Mi mujer favorita", que un día abandona sin pedir permiso para cantar el mítico cumpleaños feliz en la fiesta presidencial de John Kennedy. Una relación, que aunque da mucho que hablar en ese momento viene de tiempo atrás, con encuentros esporádicos en hoteles o en la misma Casa Blanca. Y que tiene su último encuentro en febrero de 1962, ya que se rumorea que Marilyn tenía un nuevo amor, un abogado que no es otro que Bobby Kennedy, hermano del presidente. Mientras parece que todo va ocupando su sitio como en un guión, la industria del cine que quiere librase de su ambición rubia, su casa que está siendo vigilada por el FBI y la CIA, un nuevo aborto ilegal en México, un Joe DiMaggio que comienza a telefonearla a diario y un consumo excesivo de Nembutal y alcohol. Así llegamos al 4 de agosto en el que recibe varias visitas, como la de su psiquiatra que presencia varias llamadas, una de ellas encoleriza a Marilyn que se consuela con el fiel Joe. A partir de ahí, encontramos una mentira tras otra. La versión oficial es que su gobernanta se acerca a la casa por petición del médico y viendo que Marilyn duerme se va de allí para dejarla descansar, pero de madrugada se sobresaltada y regresa a la casa temiendo lo peor. El dormitorio está cerrado y las cortinas sin echar, así que ve por el jardín como Marilyn está tumbada en la cama con el teléfono en la mano. Alarmada llama al doctor Greenson que rompe el cristal, accede al dormitorio y certifica su fallecimiento, por un probable suicido se leerá en el expediente polícial 81.128. La realidad fue muy distinta, informes policiales y pruebas forenses desaparecidas, nuevos testimonios que aparecieron 20 años más tarde, una concentración en el cuerpo de Pentobarbital mortal, registros telefónicos confiscados, el hecho de que no se tomasen huellas dactilares, etc... Fue Bob Slatzer, quien contrató al detective Mike Speriglio, que corroboró con testigos y vecinos como tres hombres visitaron la casa y nunca se sabrá pero con toda probabilidad, ante el ataque de histeria de Marilyn le inyectaron barbitúricos y la trasladaron en ambulancia, al Hospital de Santa Monica donde falleció, para nuevamente ser llevada a su casa.
Fue Joe DiMagio el que se encargó de celebrar su funeral, con los más allegados, prohibiendo el paso al mismo Sinatra, Lawford o Sami Davis. Envió tres veces por semana rosas rojas a su tumba, y cuando éstas dejaron de llegar en 1982, Bob Slatzer contrató a una floristería para que siempre hubiese una rosa blanca.
“En Hollywood te pueden pagar 1.000 dólares por un beso, pero sólo 50 centavos por tu alma”,Marilyn Monroe.
Neurótica, depresiva, frágil, adicta a los fármacos, impuntual...
En su vida hubo muchos hombres, sus cuatro maridos y una larga lista de amantes, algunos irreales y otros fruto de la leyenda que siempre la rodeó. Digo cuatro porque durante el rodaje de"Niagara" se casó en Tijuana con su eterno novio y valedor Bob Slatzer, pero fue obligada por Zanuck a invalidar tan poco publicitario matrimonio. Pero parafraseando a la misma Marilyn, nunca se arrepintió, ya que ella misma dijo que... si te han hecho feliz, no es un error.
El problema es que no todos la hicieron feliz, muchos de los hombres que pasaron por su vida, la deseaban, amaban y despreciaban en la misma medida. Una mujer sin ningún tipo de tapujos, con una moral propia y que hacía uso de su sexualidad como lo haría cualquier galán cinematográfico de su época. Lo que para muchos era imposible de digerir.
Una personalidad inestable, frágil, con continuos ataques de histeria, seguidos de episodios depresivos, además sufría insomnio, y desarreglos que hacían de sus periodos menstruales verdaderos episodios de dolor y sufrimiento. Y por si todo ello fuese poco, el alcohol y los barbitúricos la acompañaban allí dónde iba. Muchos compañeros de reparto y directores acabaron exhaustos, por sus continuos retrasos, falta de concentración que obligaba a repetir las tomas una y otra vez (hasta 50 tomas tuvo que hacer Wilder en algunas escenas de "Con faldas y a lo loco"), largas horas encerrada en su camerino mientras el equipo la esperaba, o profesionales como los maquilladores que a veces tenían que maquillarla tumbaba porque no podía ni sostenerse en pie. Marilyn era una mujer rota y en muchos de esos momentos enferma, como durante el rodaje del "Príncipe y la corista", cuando sufrió un aborto y debía soportar de su co-protagonista gritos y desprecios. O las insinuaciones y humillaciones de su compañero de reparto, Robert Mitchum en "Río sin Retorno".
Una gran actriz dotada especialmente para la comedía, que cautivo a la industria del cine y al mundo entero. Representaba un icono de belleza femenina diferente y rotundo, los productores la sometían a continuas dietas que ella se saltaba en cuanto finalizaba el rodaje de cada película. No necesitaba hablar, un simple arqueo de cejas, su cadencia al andar que algunos sostienen que conseguía acortando el tacón de uno de sus zapatos un cuarto de pulgada, su sonrisa, o una mirada dulce e ingenua con la que nos regalaba bastaba. Un verdadero monstruo de la interpretación que siempre se sintió fracasada como actriz, como mujer y como esposa. Algunos la cuidaron y respetaron, otros muchos la despreciaron e insultaron, y precisamente estos pasarán a nuestra memoria por haber formado parte de la vida de esta increíble mujer, que era capaz de enmudecer a un batallón de soldados con un simple movimiento, y de someterse dócilmente a algunos de sus machistas y egocéntricos amantes.
Sus fantasmas la persiguieron toda su vida, de hecho ella misma decía que había pasado la mayor parte de ella huyendo de sí misma, y aunque todos conocemos cuál fue su fatal final. Como en esos libros en los que se pueden elegir varios finales, prefiero imaginarla, ya anciana, relatándoles a sus nietas sus romances con los guapos galanes de la época y riendo a carcajadas con ellas comentando las manías y secretillos de unos y otros.
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