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Ni a favor, Ni en contra, sino Diferente…otro mundo es posible


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 Primero te ignoran,
después se ríen de ti,
luego te atacan,
y al final, tú ganas
Mahatma Ghandi 
 La clave del cambio: ni a favor, ni en contra, sino diferente. A partir de este nuevo curso he tomado una decisión muy importante. No me voy a hacer eco de aquellos discursos y mensajes en contra del sistema, del gobierno, de la corrupción. Si, por un lado, estoy convencida que el sistema se favorece de los que lo apoyan, aún más estoy convencida de que el sistema se alimenta, también y en mayor medida, de los que se posicionan en contra.
En consecuencia a partir de ahora sólo me haré eco y difundiré aquellas historias de vida que sean ejemplo de “ni a favor, ni en contra, sino diferente” y por tanto un camino nuevo, creado para generar un verdadero cambio en el mundo.
Como por ejemplo la historia de Bunker Roy, una historia de 45 años de amor con los pobres en la India.
En 19 minutos de charla, Bunker Roy nos transporta a otro mundo y comparte una historia de amor de 45 años con los pobres que ganan menos de un dolar al día. Tras recibir una educación elitista que casi acaba con él, este hombre se fue a vivir a una aldea donde, por primer vez en su vida, se encuentra con el hambre y la muerte.
Su vida cambia. Decide entonces vivir en una aldea y construir una Universidad para los pobres. El primer consejo para su construcción la recibe de los ancianos de la aldea: “por favor, no traigas a nadie con titulación”. Comienza así una Universidad para “pies descalzos”, gente analfabeta, individuos inútiles, desastrosos y fracasados pero que son profesionales, que trabajan con sus manos, zahoríes, parteras, alfareros. Los poseedores de una sabiduría universal, el auténtico saber hacer. Para él, un profesional es aquel que tiene Aptitud, Confianza y Fe.
Es un lugar para probar y crear ideas, sin miedo a fallar, la única Universidad donde los alumnos son profesores y los profesores son alumnos. Construida en 1986 por arquitectos analfabétos por el precio de un dolar y medio el metro cuadrado.
La aldea se transformó y tuvo jardines y huertos siguiendo el consejo de los ancianos, con techos aislados de la lluvia hechos por las mujeres, con tecnología solar construida por un cura hindú que nunca cursó la secundaria, con cocinas solares instaladas por las abuelas, con agua recogida de lluvia ideada para sobrevivir a 4 años de sequía y con escuelas nocturnas para los niños para que estos pudieran dedicarse a las tareas del campo y la ganadería durante el día, una escuela donde se enseña democracia y ciudadanía.
Esta es una historia emocionante, contada por su protagonista de manera sencilla y discreta, desde el corazón. Una experiencia que fue trasladada a distintos lugares de Afganistan y de África a través de la enseñanza impartida a mujeres, los seres que desean aprender para enseñar.
“Descubrimos que a los hombres no se les puede enseñar
ellos sólo quieren un título para irse a la ciudad y buscar trabajo
¿qué hicimos? enseñar a las abuelas.”
“La mejor manera de que algo se sepa
no es la televisión o el teléfono
¿cuál es?
decírselo a una mujer.”
Sí, está historia es la mejor prueba de que el mundo está cambiando, no gracias a grandes movimientos ni a grandes líderes sino a pequeños héroes que crean a partir de lo sencillo basándose en la sabiduría de los mayores, en el conocimiento local. Que su enseñanza se extienda por todo el Universo.
Para ver el vídeo que cuenta esta historia, haz click aqui.

“Apaga la tele
y comparte lo que te aporta risa, fe y esperanza
otro mundo es posible”

¡Proyecto Maasái, otro mundo es posible!, Premio Amigo Mujer después de los 40.

Mujer despues de los 40



Posted: 30 May 2014 03:00 AM PDT
proyecto maasai pikolinos olivia palermo
Proyecto Maasái es el "Premio Amigo de Mujer después de los 40" de junio, una iniciativa que nos enseña como las cosas, pueden hacerse de una forma diferente, que... ¡Otro mundo es posible!

El negro simboliza el color de África, el azul es el cielo, el rojo la sangre, el blanco la leche, y el amarillo el sol... todos ellos salpican las cuentas de colores con las que trabajan las mujeres maasái, y que Pikolinos convierte en maravillosas sandalias. Cualquier mujer luciría orgullosa un calzado así, porque lleva en sus pies un trocito de África,  y la lucha de un pueblo por sobrevivir en este nuevo mundo sin perder sus raíces y su identidad. Un proyecto que visto ahora, puede parecer sencillo, pero que ha necesitado del esfuerzo y trabajo de muchas personas para ser una realidad. Porque como bien nos dice, Juan Perán, presidente del Grupo Pikolinos, de nada sirve una idea sino la llevas a la práctica, y si lo haces, debe ser con pasión, constancia y ambición. Yo añadiría con corazón, y de eso tienen y mucho, los protagonista de este premio amigo. ¿Queréis conocerlos?
"Cada vez que veo uno de esos zapatos, veo el amor que hay detrás", Olivia Palermo.



Los maasai, una comunidad en peligro de extinción.

Los maasái son un pueblo de unos 880.000 individuos distribuidos en asentamientos o manyattas en Kenia yTanzania. Son un pueblo pastor, que ha visto reducido su territorio dentro zonas de protección y parques naturales de Tanzania y Kenia, por diferentes gobiernos, lo que dificulta su forma de vida y subsistencia. Este acoso, el turismo de safaris y la emigración de algunos jóvenes a las ciudades, ponen en peligro una rica y ancestral cultura que lucha por sobrevivir.

Tienen el reconocimiento de la ONU como pueblo indígena en peligro, un galardón que lejos de representar ningún orgullo, nos debe poner sobre aviso del riesgo tan grande que corren. 

La tribu maasái, representa una forma de vida en simbiosis perfecta con su medio natural. Si hubiese que buscar adjetivos para definirlos, podríamos utilizar alegres, sonrientes, buenos músicos, grandes cuenta-cuentos, habladores, solidarios y sobre todo ecologistas.  Un pueblo que es ejemplo de armonía, porque las cosas en elMaasái Mara, suceden a un ritmo lento, al de la vida, que nuestro mundo occidental olvida o entierra entre intereses y una ausencia total de valores. Fue el Secretario General de la ONU, él que hace unos años señaló que las tradiciones indígenas ancestrales pueden ayudar a superar los problemas modernos. Y deberíamos tomar buena nota de ello, y seguir las enseñanzas de este gran pueblo, que nos recuerda que lo importante es el corazón de los hombres, el respeto a la Madre Tierra y el cuidado de nuestra comunidad.

proyecto maasai pikolinos olivia palermo

Maasái + Fundación Adcam + Pikolinos = "Another World is possible"... Moda sostenible.


¿Y cómo llegan a unirse en este singular proyecto, el gran pueblo maasái de guerreros pastores, con una empresa familiar y comprometida como Pikolinos, y una mujer que es un icono de moda internacional, y cuál rey Midas convierte en oro todo lo que toca? Sí hablo de Olivia Palermo.

Pues fue en el 2009, cuando Pikolinos decide poner en marcha el proyecto massái, a través de la Fundación Juan Peran Pikolinos, constituida en 2007 y que realiza diferentes proyectos solidarios en España, Perú, Guinea Bissau, Kenia... Una iniciativa que surge de Kinakae Ole Pere, o como le conocemos en Europa, William KiKanae, líder de la comunidad Maasái. Éste durante más de diez años intentó contactarcon instituciones, empresas u organizaciones que pudieran ayudar a su comunidad, hasta que el destino quiso que conociese a Rosa Escandell de ADCAM (Asociación de Desarrollo de Comercio Alternativo y Microcréditos). Una maga, como él la describe, que le puso en contacto con Pikolinos, para hacer realidad el proyecto de lanzar una linea de calzado cuyos beneficios fueran destinados a cubrir las necesidades de la comunidad.

En este proyecto además, las mujeres tienen un papel protagonista, pues son ellas quienes bordan artesanalmente la piel, con su artesanía basada en textiles, tallas de madera, adornos de hematita, y abalorios con cuentas de colores. Miles de años de tradición, con diseños y símbolos de identidad propios. Las piezas de piel se cortan en España en base a sus diseños, y se envían al Maasái Mara en Kenia dónde las mujeres las bordan. Y de vuelta a España, se confeccionan los zapatos y accesorios que más tarde vemos en las tiendas.
proyecto maasai pikolinos olivia palermo

Los resultados son espectaculares, se ha creado una escuela para más de 400 niños y 1600 familias han podido escolarizar a sus hijos, comprar ganado o cubrir necesidades básicas. Las mujeres cuentan con un sueldo fijo unos seis meses al año, que Pikolinos abona antes incluso de que las piezas lleguen a las tiendas. Además, la empresa, les hace entrega de los beneficios de las ventas de la colección, lo que está permitiendo a la comunidad maasái poder hacer frente a necesidades como la hospitalización de los enfermos. Comercio justo, moda sostenible y sobre todo compromiso, empatía y responsabilidad por parte de todos sus protagonistas.

Durante estos años, el proyecto ha contado con la inestimable colaboración de varias embajadoras, mujeres increíbles como Adriana KarembeuEugenia Silva Olivia Palermo, que repite por segundo año como embajadora del proyecto. De hecho este pasado abril presentó, junto a todo el equipo de Pikolinos y William en Madrid, la nueva colección 2014, aquí podéis verla.


Pikolinos, una empresa muy grande con mucho corazón.


¡Tal vez no seamos los primeros, ni los más rápidos, pero somos constantes y llegaremos muy lejos! Esa frase es lo primero que lees cuando llegas a las oficinas del Grupo Pikolinos, toda una declaración de intenciones, que enseguida corroboras cuando escuchas hablar a su fundador y presidente, Juan Peran, y a sus hijos Juan Manuel y Roxana.

Quizás el nombre pueda parecer pequeño, según nos contó el mismo Juan Peran, viene precisamente de piccolino, pequeñito en italiano, pero nada más lejos de la realidad. Grupo Pikolinos es una gran empresa... grande en liderazgo, en innovación, en compromiso, y sobre todo, grande en corazón. Además este año, su marca Pikolinos celebra su 30 aniversario, ya os prepararé otro post contándoos con más detalle su bonita y ejemplar historia, porque hoy nos centramos en "Proyecto Maasái".
pikolinos
El pasado mayo tuve la ocasión de visitarles, y de hablar de primera mano con Juan Perán, y al hacerlo, entendí perfectamente como una iniciativa tan maravillosa como "Proyecto Maasái" ha podido ver la luz. "Otro mundo es posible", porque hay empresas como esta, y empresarios como Juan y sus hijos que capitanean con él, el Grupo Pikolinos. Y para que conozcáis el proyecto desde su origen, aquí tenéis una breve entrevista conCristina Vilchez, de Comunicación de Pikolinos.

1. Viendo los resultados puede hasta parecer sencillo, pero ¿cómo se da forma a un proyecto como este? ¿cómo nació la idea de Proyecto Masáai? Sus inicios...

Cristina, me remitió a este vídeo para contestar esta pregunta y en cuanto lo veáis entenderéis el por qué:


2. Habéis colaborado con mujeres increíbles en este proyecto, y con actual embajadora, Olivia Palermo, parece tener una simbiosis perfecta, ¿qué aporta Olivia al Proyecto Maasái?

Olivia es nuestra imagen como referente de la moda. Apoya la moda sostenible y esta colección es pionera en este sentido. Apostó por el proyecto desde el principio y es un honor contar con ella por segundo año consecutivo, por su implicación y dedicación.

3. ¿Y contar con William KiKanae, líder de la comunidad maasái?, ¿cómo ha sido trabajar con él?

Trabajar con él es un placer, se adapta a cualquier situación y, sobre todo, cree y lucha por su sueño, que no es más que sacar adelante a su comunidad. Que las mujeres puedan tener unos ingresos, que los niños maasái puedan tener educación y, sobre todo, que la cultura maasái no desaparezca. 

Él, como líder de la tribu, es el mejor representante de su comunidad. Es leal, luchador y fiel a su identidad. Para él al principio todo esto era nuevo, no entendía de medios de comunicación, pero de lo que sí entiende es de personas, así que le encanta conocer a gente de todo el mundo, contar el proyecto, cómo empezó todo. Es muy sociable y le gusta interactuar con todo aquél que quiera aprender sobre el pueblo maasái.

4. ¿Estáis satisfechos con los resultados?, ¿hasta dónde queréis llegar? 

Mucho. Es un proyecto de Responsabilidad Social Corporativa. De momento este es el quinto año que trabajamos con la comunidad maasái y la verdad es que los resultados son muy positivos. El 100% de los beneficios de estas sandalias se destinan al desarrollo de proyectos solidarios en el Maasái Mara y, además, cada mujer maasái que participa en el proyecto recibe un salario estable que le permite tener acceso a bienes básicos como medicación, alimentos o educación para sus hijos. 

¿Hasta dónde queremos llegar? Pues es una pregunta complicada, de momento los resultados son buenos y el proyecto es muy satisfactorio. También llevamos a cabo muchos otros proyectos de RSC a través de la Fundación Juan Perán-Pikolinos en muchos otros países (incluyendo España, por supuesto). De modo que este es un peldaño más en nuestro compromiso social que, de momento, no tiene fecha de caducidad.

5. ¿Cuál es vuestro siguiente reto?, ¿vais a sorprendernos con algo más?

Nuestro reto, siempre, es seguir apoyando la moda sostenible, seguir diseñando productos comprometidos con el medio ambiente, cómodos, elaborados con las mejores materias primas, con mucho esmero y cariño y, sobre todo, acorde con las nuevas tendencias, para adaptarnos a la demanda del mercado y a los parámetros de la moda, pero siempre sin salir de nuestro estilo, ADN y filosofía, primando la calidad y el confort en todos nuestros productos.


Espero que este premio amigo, os haya dejado una sonrisa, la misma que tengo yo cuando toco la pulsera maasáique luzco con orgullo desde hace unas semanas, porque este proyecto nos enseña que podemos hacer cosas juntos, aprovechar lo mejor de cada comunidad y de cada individuo y lograr una simbiosis perfecta, la misma que tiene este mítico pueblo con su hogar, la sábana africana. Y que hoy tiene más de 1600 razones para sonreír.

"Maasái Proyect, Another world is possible"