Posted: 20 Jul 2017 05:41 AM PDT
Aunque las leyendas consideran a los atlantes y lemurianos los protagonistas de la escritura, la ciencia moderna atribuye este papel a los sumerios que se cree que fueron los primeros en establecer un patrón de escritura. Sin embargo, el descubrimiento de las tablas de Tărtăria en los años 60 estuvo a punto de cambiar el orden cronológico de los primeros escritos para siempre, e incluso la cuna de la primera civilización conocida en el mundo.
En 1961, el arqueólogo Nicolae Vlassa comenzó a trabajar en un sitio cerca del pueblo de Tărtăria, un área famosa por sus muchos artefactos de cerámica. A pesar de un comienzo vacilante, el trabajo del equipo arqueológico finalmente dio sus frutos cuando desenterraron tres tabletas de arcilla que reunieron a científicos de todo el mundo.
El hecho de que una buena parte de los acontecimientos históricos estuviera a punto de cambiar su rumbo, hizo que el mundo científico mirara este descubrimiento con dudas, siendo las tabletas de arcilla demasiado frágiles para sostener esta inmensa carga. Aparte de las tabletas, los arqueólogos también descubrieron 26 estatuas de arcilla y piedra, una muñeca hecha de almejas y un montón de restos humanos.
Sin embargo, las tres tabletas se convirtieron rápidamente en el centro de atención. Dos de ellos tenían una forma rectangular mientras que el otro era redondo. Los símbolos estaban incrustados en un lado, y los elementos rectangulares poseían un pequeño agujero que, según los investigadores, no era sólo una simple coincidencia. Dos de estas placas fueron cubiertas con las runas que representan viejos textos que datan por lo menos un milenio antes de las tabletas encontradas en Djemer-Nasr, Kia y Uruk en Sumeria. Los artefactos desenterrados en Tărtăria llevaron a los investigadores a creer que pertenecían a un hombre muy influyente en ese momento, un chamán o tal vez un sacerdote.
Lo que parecía ser uno de los mayores descubrimientos del mundo oriental, pero también para el resto de Europa, se convirtió en el temido tema de debate que dividió el mundo científico en dos campos: los que admitieron la gran importancia de estas tabletas de arcilla y los que lo consideraban sin sentido.
La mayoría de los arqueólogos e historiadores dataron los artefactos aproximadamente en el 5.000 a.C, empujando hacia atrás la elaboración de la escritura por más de un milenio de lo que se creía anteriormente, y también cambió el lugar de nacimiento de la escritura de Mesopotamia a la Cuenca Danubiana. Entonces, ¿es posible que una civilización próspera y poderosa existiera un milenio antes de las mayores potencias del mundo, Sumeria y Egipto?