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Cuando vivimos de espaldas a nosotros mismos

Conversaciones conmigo



Posted: 26 Apr 2016 05:01 AM PDT
“Cuando uno no vive como piensa, acaba pensando como vive.”
Gabriel Marcel – filósofo, dramaturgo  y crítico francés (1889-1973)

Vivimos en una sociedad cada vez más enferma, donde las conductas que podríamos considerar ‘normales’ se distorsionan, exigidos por múltiples obligaciones, cumpliendo con trabajos que no nos gustan, o en ambientes familiares donde las relaciones son inadecuadas o agresivas, y así vamos llevando el tiempo acostumbrándonos a lo que no debiéramos tolerar, sin darnos cuenta del daño que a todo nivel eso nos produce.

Pero no debemos caer en el razonamiento simple y facilista de decir que –sólo de nosotros depende cambiar tales situaciones-,  porque no depende únicamente de nuestra voluntad, muchas veces estamos atados a responsabilidades familiares, sin importar cuál sea nuestra posición como padres o hijos, somos responsables de situaciones económicas que no podemos desatender, obligándonos a mantener relaciones laborales que nos disgustan, o  estamos dentro de una relación familiar que nos desgasta de la que no nos podemos liberar creyendo así beneficiar a los hijos.




Cada uno sabrá que condicionamientos están presentes en su situación personal, y más allá de los libros que leamos, de las recetas que nos den, de los condicionamientos individuales, el límite hasta donde nos permitimos llegar lo ponemos nosotros, sin olvidar que vivir situaciones difíciles repetidas en el tiempo produce un acostumbramiento en el que sin querer nos vamos abandonando, porque como alguien dijo, no siempre las cosas son fáciles de resolver y soplar ‘no siempre es hacer botellas’.

La sociedad nos quiere convencer que la vida es maravillosa, aunque parezca una utopía, tal vez llegar a la felicidad implica transitar caminos que no son fáciles, hay que esperar el momento oportuno para que los cambios necesarios puedan hacerse realidad, y ahí si –sólo de nosotros depende- el darnos cuenta cuando es el momento en que no debemos seguir sometidos a lo que nos hace mal y si estamos frente a la oportunidad de poner un alto, cuando ya hemos tolerado más de lo deseable, cuando no podemos seguir sometiéndonos a ese vapuleo de nuestra dignidad.

Los tiempos, las decisiones, los límites hasta donde llegamos y cuando no debemos seguir permitiendo que el egoísmo ajeno nos maltrate, los ponemos nosotros y como cada casa y cada vida es un mundo diferente, cada uno sabrá hasta cuánto está dispuesto a soportar y cuanto y cuando puede arriesgar de hacer esos necesarios cambios para poder instalarse en ese mundo ideal, que no siempre conseguimos alcanzar a pesar de los intentos.

Una cosa sí es clara, no existen recetas mágicas, los psicólogos darán guías para orientarse, pero los demás no podrán hacer por nosotros lo que nosotros mismos no estemos dispuestos a hacer, no vivamos de espaldas a nosotros mismos, no esperemos tocar fondo o sufrir el cimbronazo de una situación límite, no caigamos en los extremos de la tolerancia o la intransigencia total, el hasta cuando es exclusivamente nuestra decisión, el tomarla o no es la diferencia entre vivir o sólo existir.

“Si es un deber respetar los derechos de los demás, también lo es el defender los propios.
Herbert Spencer – naturalista, filósofo, psicólogo, antropólogo y sociólogoi ingles (1820-1903)