Las crisis personales son como una fiebre cuando eras pequeño; te metías en la cama y salías habiendo crecido unos centímetros. Nuestras almas crecen y crecen de la misma manera hasta el día de nuestra muerte. Una y otra vez cosemos nuestras grietas durante el vaivén en este mundo roto tuyo y mío.
Macaco.
Macaco.
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