El carpintero que había contratado para ayudarme
a reparar una vieja granja acababa de finalizar un duro primer día de trabajo.
Su cortadora eléctrica se dañó y le hizo perder una hora de trabajo y luego su
antiguo camión se negó a arrancar. Mientras lo llevaba a casa, se sentó en
silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos
dirigíamos a la puerta se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando
las puntas
de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta ocurrió una sorprendente transformación.
Su bronceada cara estaba plena de sonrisas.
Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Posteriormente me
acompañó hasta mi automóvil. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y
le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.
“ !Oh! ese es mi árbol de problemas, contestó. Sé
que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura:
los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que
simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la
mañana los recojo otra vez.Lo divertido es, añadió sonriendo, que cuando salgo
en la mañana a recogerlos, no hay tantos como losque recuerdo haber colgado la
noche anterior.”
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Elena Fernández Bayo
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MAPA DE VISITAS
EL ARBOL DE LOS PROBLEMAS
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