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RECETA - FIDEUÁ DE RAPE Y CALAMAR

Saca el Cucharón



Posted: 12 Sep 2017 02:00 AM PDT

Como ya os conté cuando prepare el último arroz, últimamente utilizó pisto o fritada como sofrito. El que os muestro en la foto es el utilizó normalmente, está muy rico y es muy completo. Le da a los platos un sabor muy rico.



Todos sabemos que lo casero es mucho mejor y si podemos preparar nuestro buen sofrito o pisto en casa,  mejor que mejor, pero esta es una buena opción si queremos ahorrar tiempo y preparar un plato sabroso.

Para preparar esta fideuá he usado esta fritada triturada, pero también podéis preparar un buen sofrito con cebolla, pimiento rojo y tomate triturado.


Ingredientes para 4 personas:

300 gr. de fideo grueso.

250 gr. de rape.

250 gr. de calamar.

1 cebolla

4 cucharadas de tomate frito 

1 cucharadita de pimentón dulce.


2 dientes de ajo.

Perejil.

Hebras de azafrán.

Aceite de oliva virgen extra.

Sal.



Elaboración:

Ponemos un poco de aceite en la base de la paellera y cuando esté caliente ponemos a dorar el calamar cortado en anillas y la cebolla

Cuando esté dorado, añadimos el pimentón dulce y seguidamente las cucharadas de tomate frito. Mezclamos todo bien y dejamos 1 minuto, que se cocine todo junto.

Ponemos los fideos y removemos, que se sofrían un poco.

Cubrimos los fideos con el caldo de pescado caliente y llevamos a hervir. Cuando rompa a hervir incorporamos un majado preparado con los ajos, un poco de perejil, unas hebras de azafrán y disuelto todo con un poco de caldo.

Yo para que se cocine bien por todos los lados y se tuesten los fideos por encima, meto la paellera en el horno precalentado a 200 grados, hasta que el fideo absorba todo el caldo y nuestra fideuá esté lista.

Ya podemos servir bien calentita.



*Si no queremos encender el horno podemos terminarla en el fuego.

Las mujeres son más felices si su pareja es menos atractiva

Rincón de la Psicología


Posted: 12 Sep 2017 05:03 AM PDT

La belleza no es sinónimo de felicidad, sobre todo cuando nos obsesionamos con seguir determinados cánones estéticos. Sin duda, es importante mantenerse en forma por una cuestión de salud, y también es importante sentirse a gusto con la propia imagen corporal, pero cuando caemos en los excesos y nos obsesionamos, terminaremos siendo profundamente infelices.

Sin embargo, en esa compleja ecuación intervienen diferentes factores. De hecho, la manera en que nuestra pareja enfrente este tema también terminará influyendo en nuestra imagen corporal, la forma en que lidiemos con nuestras “imperfecciones” e incluso en nuestro nivel de felicidad. Al final, cuando dos personas pasan mucho tiempo juntas, es normal que terminen influenciando las decisiones, formas de pensar y hábitos del otro.

Si quieres ser feliz, deja el atractivo fuera de la ecuación


Psicólogos de la Universidad Estatal de Florida analizaron las relaciones de 113 matrimonios recientes para comprender si el atractivo de sus miembros desempeñaba un papel importante en su felicidad.

En primer lugar, las parejas respondieron a un cuestionario sobre su deseo de mantenerse en forma, seguir una dieta y lucir atractivas. A continuación, se clasificaron según su grado de atractivo e indicaron cuán felices se sentían en línea general con la vida.

Los resultados revelaron que las mujeres que tenían parejas más atractivas eran más propensas a seguir dietas estrictas, preocuparse mucho por su peso corporal y querer lucir más atractivas. Esto les generaba una gran tensión, por lo que su índice de felicidad era más bajo que el de las mujeres que tenían parejas menos atractivas y vivían de manera mucho más relajada la relación sentimental.

El problema es que las mujeres que tenían parejas más atractivas sentían la necesidad de “estar a la altura” del otro, por lo que a menudo se sentían inseguras de la relación y se preocupaban mucho por su aspecto físico, llegando a sentirse insatisfechas con el mismo. Como resultado, la relación de pareja se convertía en una fuente de estrés.

Por supuesto, no se trata de elegir a la pareja teniendo en cuenta únicamente por su nivel de atractivo, pero debemos asegurarnos de que los cánones del otro no terminen saboteando nuestra felicidad haciendo que nos planteemos objetivos poco realistas o que añadan una fuente de tensión innecesaria.

En cualquier caso, no viene mal recordar una cita de José Ortega y Gasset: "La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora". Asegurémosnos de conectar desde nuestra esencia, siendo capaces de aceptar al otro y a la vez mantener nuestra identidad.


Fuente:
Reynolds, T. & Meltzer, A. L. (2017) Adopting a dyadic perspective to better understand the association between physical attractiveness and dieting motivations and behaviors. Body Image; 22: 48-52.
Posted: 12 Sep 2017 02:00 AM PDT
Técnica psicológica para superar la adversidad

























Antes o después, la adversidad toca a nuestra puerta. A veces incluso se acomoda sin que la hayamos invitado a pasar y se convierte en un molesto acompañante. Se trata de esas etapas en las que todo parece ir mal, en las que lo vemos todo gris y no divisamos la luz al final del túnel, por lo que podemos sentirnos profundamente desanimados y hasta deprimidos. 

Es importante estar preparados para afrontar y superar la adversidad, lidiar con esos momentos difíciles intentando proteger nuestro equilibrio emocional, de manera que en vez de salir maltrechos de esa experiencia, nos sirva para crecer y convertirnos en personas más resilientes. Una herramienta muy sencilla que todos deberíamos tener en nuestra “mochila para la vida” nos ayudará a hacerlo: las 3 A.


La visión de túnel que se crea entre la mente emocional y racional


Cuando estamos ante una situación difícil, las emociones pueden sobrepasarnos. Hay casos en los que se produce un secuestro emocional en toda regla, lo cual significa que la parte emocional del cerebro toma el mando.

Las emociones no son negativas, bien utilizadas y canalizadas pueden convertirse en potentes agentes dinamizadores de nuestra conducta, pero si dejamos que tomen el mando y acallen la mente racional podemos tener serios problemas que agraven aún más la situación adversa.

De hecho, tanto la tristeza como la euforia pueden hacernos tomar muy malas decisiones, simplemente porque actúan como filtros mentales que desarrollan una especie de visión de túnel, de manera que no somos capaces de valorar el problema en toda su complejidad.

La técnica de las 3 A facilita que la mente racional tome el mando y reencauce adecuadamente esas emociones, además de brindarnos un camino estructurado que nos ayude a resolver el problema y superar la adversidad.

¿En qué consiste la técnica de las 3 A?


1. Acción

Cuando nos enfrentamos ante un problema, la reacción más usual es quedarnos bloqueados, sobre todo cuando se trata de una situación adversa inesperada. El golpe emocional es tan fuerte que nos noquea. Es una reacción normal y ni siquiera es negativa ya que en teoría sirve para brindarnos el tiempo que necesitamos para pensar en cuál es la mejor manera de abordar el asunto. Debemos recordar que el cerebro emocional responde con extraordinaria rapidez pero el cerebro racional funciona de manera más lenta.

Sin embargo, es importante prestarle atención a qué hacemos después de ese primer impacto. En muchos casos simplemente nos limitamos a lamentarnos de nuestra mala suerte y quejarnos por lo ocurrido. De esta forma solo logramos empeorar el problema y limitar aún más la visión de túnel.

En su lugar, lo más inteligente sería valorar qué podemos hacer para cambiar las circunstancias y superar la adversidad. Para asumir una perspectiva más racional nos pueden servir de guía estas preguntas, enfocadas a elaborar un plan de acción sobre la base del nivel de control que tengamos.

- ¿Qué nivel de control tengo sobre la situación?

- ¿Qué puedo hacer para darle un vuelco a la situación?

- ¿Cómo puedo resolver el problema o qué parte del problema puedo solucionar?

- ¿Puedo resolver el problema solo o necesito ayuda?

2. Actitud

Si cambias el modo en que miras las cosas, las cosas que miras cambian”, dijo Wayne Dyer. Las emociones no son las únicas que desarrollan una visión de túnel, también juegan en nuestra contra las creencias y los patrones de pensamiento.

Si creemos que no seremos capaces de salir de esa situación y se instaura una especie de indefensión aprendida, seremos nosotros mismos quienes alimentemos el problema. Al contrario, si confiamos en nuestra fuerza para afrontar la adversidad, tendremos mucha más energía y estaremos mejor dispuestos para hacerle frente a los desafíos que aparezcan.

Los patrones de pensamiento castastrofistas, así como centrarse únicamente en todos los problemas y consecuencias negativas, también es muy desmoralizante y nos drena la poca energía que podríamos tener. Por supuesto, no se trata de asumir una actitud positiva ingenua, pero tenemos que intentar equilibrar la balanza, que normalmente tiende a caer del lado negativo.

Algunas preguntas te ayudarán a asumir una perspectiva más equilibrada que te permita superar la adversidad y deshacerte de los pensamientos negativos recurrentes:

- ¿Cómo mi actitud está empeorando la situación? ¿Qué puedo hacer para cambiarla?

- ¿Qué oportunidades o aspectos positivos estoy pasando por alto?

- ¿Cuáles son mis fortalezas?

- ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Cómo podría lidiar con ello? 

3. Aceptación 

La aceptación de lo que ha sucedido es el primer paso para superar las consecuencias de cualquier desgracia”, dijo William James. Hay ocasiones en las que los problemas que debemos afrontar se nos escapan de las manos porque no tenemos suficiente control de la situación. En otras ocasiones, por increíble que parezca, no podemos superar la adversidad simplemente porque no aceptamos lo ocurrido, preferimos esconderlo en algún lugar de nuestra mente porque el suceso causa mucho dolor o no se corresponde con nuestras expectativas.

El problema es que hasta que no convirtamos esa experiencia traumática en un hecho narrativo, esta se quedará como una huella dolorosa en nuestro cerebro que se activará ante el menor estímulo. Convertir un fracaso, problema o contratiempo en una experiencia narrativa significa despojarlo de su impacto emocional, para insertarlo en nuestras experiencias de vida y pasar página.

Tara Brach propone una técnica muy eficaz: la aceptación radical, que se basa en dejar de sufrir y adoptar un papel activo. Básicamente, consiste en convertir nuestros pensamientos negativos en ideas de aceptación. Puedes decirte: “Estoy atravesando por este mal momento, no me gusta y me causa dolor, pero asumo que no puedo cambiar lo ocurrido y que aún así, estaré bien”. 

Aceptar no es asumir una actitud pasiva sino aprender a no negar lo ocurrido y sus consecuencias, para poder lidiar con ello de la mejor manera posible. Aceptar implica mirar a la vida de frente, por fea que nos pueda parecer, y decidir cómo cambiar la situación en la medida de nuestras capacidades.

Estas preguntas te ayudarán a practicar la aceptación radical:

- ¿Por qué me niego a aceptar lo ocurrido? ¿Qué mensaje es tan doloroso que prefiero esconderlo de mí mismo?

- ¿Qué necesito aceptar de las cosas que no puedo cambiar?

- Dentro de diez años, ¿cómo veré o qué pensaré de esta situación?

- ¿Qué puedo hacer para que esta situación me convierta en una persona más fuerte?

EL AUTORRECHAZO


Descubren aldea en Canadá 10.000 años más antigua que las Pirámides de Egipto

Posted: 07 Sep 2017 07:35 PM PDT

Por cientos (tal vez miles) de años, las generaciones de la Nación Heiltsuk – un grupo indígena en Columbia Británica – han transmitido las historias orales de su procedencia.

La Nación afirma que sus antepasados ​​huyeron para sobrevivir a una zona costera en Canadá que nunca se congeló durante la Edad de Hielo.

Una nueva excavación en la isla de Triquet, en la costa central de Columbia Británica, ahora respaldó esa afirmación, según el canal de noticias local CBC.


La arqueóloga Alisha Gauvreau, estudiante de doctorado de la Universidad de Victoria y académica del instituto de investigación Hakai, dirigió un equipo que excavó el sitio a finales de 2016.

Descubrieron varios artefactos de lo que parece ser un antiguo pueblo, incluyendo herramientas de madera tallada y trozos de carbón, en una delgada capa horizontal de suelo, llamada paleosol.


El equipo entonces envió las hojuelas de carbón a un laboratorio para la datación del carbono, y encontró que las piezas datan aproximadamente entre 13,613 a 14,086 años, miles de años antes de que Egipto construyera sus pirámides.

Los artefactos son algunos de los más antiguos encontrados en América del Norte. En 1977, los arqueólogos de la Universidad Estatal de Washington excavaron una punta de lanza y hueso de costilla de mastodonte (una especie extinta relacionada con elefantes) cerca de la Península Olímpica de Washington.

Después de la tomografía computarizada en 2011, los fósiles empujaron las estimaciones de la primera vivienda humana en la costa oeste en 800 años (a unos 13.800 años antes de la actualidad).

El último descubrimiento ayudará a los arqueólogos a entender con más detalle cómo más civilizaciones norteamericanas, como la Nación Heiltsuk, comenzaron.

Una teoría popular es que los primeros norteamericanos nativos se aventuraron desde Asia sobre un puente de tierra libre de hielo, de Alaska hasta lo que ahora es el este y el centro de Canadá durante la Edad de Hielo.

Otra teoría, que apoya la investigación de la Universidad de Victoria, es que eran cazadores de mamíferos marinos y viajaban en barco.
En un artículo de 2016, Gauvreau también señala que otras historias orales podrían ser más legitimadas a través de excavaciones arqueológicas.

«Este hallazgo es muy importante porque reafirma una gran parte de la historia que nuestra gente ha estado hablando durante miles de años», dijo William Housty, miembro de la Nación Heiltsuk, a CBC News.

En este momento no estoy para nadie porque me necesito


 Raquel Lemos Rodríguez 1, Septiembre 2017 en Emociones11515 compartidos
mujer con luna en su cabello representando cuánto me necesito
Hoy no estoy para nadie porque me necesito. Sin embargo, esta elección hay muchas personas que no la comprenden. “Antisocial”, “rara”, “egoísta” son algunas de las palabras que he tenido que escuchar y que cuestionaban mi decisión de querer refugiarme conmigo misma.
Apagar el móvil, pasar tiempo a solas, estar un día sin salir a ninguna parte… En definitiva, cerrar las puertas a todo el mundo y abrazar el tiempo en soledad son comportamientos que no todos comprenden. A pesar de estar en la época de la conexión y la demanda continua de disponibilidad, necesito desconectar para cuidarme y respirar el olor a libertad.
Hay muchas personas que se enfadan cuando no estás disponible las veinticuatro horas del día. Consideran que desconectarte del mundo es una actitud egoísta. A mi me gusta llamarlo “amor propio”.
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He llegado al límite, me necesito

Más veces de las que me gustaría, la frustración aparece en mi vida junta a la irritabilidad y la impacienciaEs como si permaneciera en una situación de tensión constante. No sé de dónde proviene y, por lo tanto, desconozco la manera en que puedo deshacerme de ella. Sin embargo, cuando me paro a analizar la situación descubro que son señales de alerta que me indican que debo frenar. Ya ni siquiera descanso bien, aún durmiendo 8 horas al día.
A veces son señales de frustración que me gritan que he dado demasiado, incluso tanto que he olvidado priorizarme. Otras son señales de irritabilidad que tienen el poder de hacerme saltar hasta por la más mínima tontería y que no son más que un indicio de mi saturación. O quizás, señales de apatía que me llevan a vivir en piloto automático y que reflejan lo hundida que estoy bajo todas las responsabilidades que me he echado encima.
La cuestión es que cuando todas estas señales se manifiestan y llego al límite, una fuerza despierta en mi interior y lucha por salir de esta situación. Quizás sería más fácil no llegar a esta situación, pero a veces me resisto a ver lo que está ocurriendo. Solo las señales anteriormente mencionadas son las únicas capaces de espabilarme y hacerme ver que hay muchos momentos en los que me necesito.
Muchas veces necesito estar conmigo misma, pero el miedo a estar sola y ser juzgada provocan que ignore las señales de alerta
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Estar a solas no me hace una persona egoísta

Me necesito y sé que esto no me hace una persona egoísta, a pesar de que la sociedad y principalmente, mi entorno, en ocasiones me hagan dudar y finalmente, acabe dejándome en segundo plano. Pero cuando lo hago, sé que no estoy haciendo lo que quiero, sino lo que los demás esperan.
Priorizarse es algo que está muy mal visto y que cuando se hace, uno arriesga a que lo tachen de persona egocéntrica. Incluso, estar con uno mismo en soledad también provoca que los demás puedan creer que se rechaza el contacto con ellos. No comprenden que estamos siempre conectados, participando en eventos sociales, atendiendo pequeñas urgencias, escuchando, apoyando a los demás en sus problemas… No comprenden que olvidarse a sí mismo es un flaco favor a la autoestima y el bienestar y que a la larga repercute en las relaciones.
mujer con vestido azul y cuernos

Dedicarme tiempo es practicar el amor propio

Todo esto, con el tiempo, me lleva al límite porque me roba energía. Una energía que tengo que recuperar pasando un tiempo a solas sin que nadie tenga que juzgarme por ello. Necesito cuidarme, quererme y atenderme. En definitiva, necesito practicar el amor propio para estar bien.
Además, cuando me necesito y me lo permito, me doy cuenta de que estar conmigo misma no solo me recarga las pilas, sino que me permite restablecer de nuevo mi autocontrol y mejorar mis relaciones. Aunque parezca un sinsentido, al regalarme tiempo, soy capaz de relativizar roces cotidianos y pequeñas riñas que en ocasiones etiqueto como muy graves, cuando en realidad son tonterías.
Sobre todo, mi cerebro puede desconectar y esto es algo que mis neuronas, sin duda, agradecen. Concederme tiempo a solas, me ayuda a aclarar mi mente y pensar con mayor claridad. Pero lo que más me gusta y disfruto es poder conectar conmigo misma.Establecer esa conexión con mi “yo” interior para conocerme mejor, saber qué deseo y cómo estoy.
“Me necesito” y hoy no tengo vergüenza en admitirlo. He decidido priorizarme.
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garzas en la luna
De este modo, cuando me siento agotada o noto que no saboreo la vida, me alejo del ajetreo diario y me doy tiempo para estar conmigo. Y si me es muy difícil pruebo con algunos minutos o una hora al día.
No siempre tenemos que dedicar todo el tiempo que tenemos a los demás o a otras responsabilidades. Nosotros también somos importantes. Si no nos cuidamos, si no nos priorizamos, ¿quién lo hará?

Querida vida, voy a vivirte hasta dejarte sin aliento


 Valeria Sabater 28, Agosto 2017 en Psicología18979 compartidos
bailarina con luces alrededor disfrutando de la vida
Querida vida, quiero pedirte perdón por todas esas veces en que te descuidé y no saqué el máximo partido de todo lo que me ofrecías. Ahora que han caído mis miedos, mi timidez y mis prejuicios, prometo bailarte hasta el amanecer, prometo quererte, escucharte y hacerte reír hasta que te duela la tripa, hasta que quedes sin aliento. Porque tú y yo nos entendemos, porque valemos la alegría.
Decirnos esto mismo en algún momento de nuestro ciclo vital puede suponer sin duda todo un punto de inflexión, o como diría cualquier amante de la espiritualidad, un “despertar”. Sin embargo, no siempre logramos desplegar todos nuestros recursos y actitudes para iniciar un compromiso tan firme con nosotros mismos como para permitirnos disfrutar de todos esos días que nos quedan por delante.
Tal vez, dicho propósito, el de vivir de forma intensa hasta quedar sin aliento nos parezca algo demasiado hedonista. Sin embargo, tras esta visión se encuentra algo muy simple en lo que coinciden desde antropólogos hasta sociólogos, pasando por los psicólogos positivistas. Cada una de las acciones que llevamos a cabo las personas responden a dos pulsiones muy básicas: sobrevivir, y mientas lo logramos, ser felices.
Existir, abrir los ojos cada día, poner los pies en la calle y relacionarnos son dimensiones que responden a un proceso continuado de “ensayo-error” del cual aprender para poco a poco lograr aquello que tanto deseamos: la estabilidad, la calma interior, el bienestar y en esencia… la felicidad. Ahora bien, para alcanzar este fin es necesario que añadamos un ingrediente en esta receta: la pasión.
Chica bailando

Una vida con pasión, ese es el secreto

La psicología humanista sigue siendo una de las corrientes de pensamiento más importantes y útiles de la psicología. A su vez, no podríamos entenderla sin dos grandes personalidades como fueron Carl Rogers y Abraham Maslow. Fueron ellos quienes nos indicaron por primera vez que somos nosotros los únicos dueños de nuestra realización, nosotros quienes estamos en la obligación de trabajar cada día en nuestro crecimiento y en nuestra felicidad.
Hasta el momento, corrientes como el psicoanálisis freudiano o incluso el conductismo nos perfilaban como seres pasivos, como figuras incapaces de influir en nuestro entorno. Nada más lejos de la realidad, porque tal y como nos enseñó el propio Rogers, pocas cosas pueden ser más importantes para el ser humano como percibirse a sí mismo como alguien funcional, alguien capaz de cambiar aquello que le rodea mediante cuatro componentes básicos: una mentalidad flexible, sensación de libertad, auto-confianza y apertura a la experiencia.
A su vez, son muchos los psicólogos que siguiendo este mismo enfoque han añadido un componente más al que se ha llamado “el propósito apasionado”. Para alcanzar esa autorrealización que encumbra la pirámide de Abraham Maslow, necesitamos también de la pasión para poder crear así un impacto positivo y significativo en nuestra vida. De este modo, damos forma a un compromiso firme y leal con nosotros mismos para hacer frente a la adversidad, para dejar caer miedos y desvelos teniendo cada día el empuje de la motivación y el destello de las ilusiones.
Quien vive la vida con pasión, quien decide vivirla con ganas, sin temor ni reticencia alguna es alguien que entiende que detrás de cada cosa que hace hay un “por qué”, un propósito que le complace, que le divierte que le da alegrías…
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mujer pintando estrellas

A partir de hoy voy a vivirte con ganas, con todo mi ser y todo mi aliento

Podríamos decir casi sin equivocarnos que la actual sociedad de consumo nos ha querido convencer de que la felicidad es un estado del ser momentáneo y fugaz, asociado casi siempre al ocio o a la posesión de determinados productos. Un buen coche, un teléfono de una marca determinado, ciertas comodidades en el hogar, un estilo de ropa particular asociado también a una firma muy concreta… Todo ello nos confiere una felicidad desechable, un falso bienestar que nos convierte en auténticos adictos.
Tal vez convendría asumir ahora otra perspectiva diferente y mucho más lógica. Aceptemos por una vez que la felicidad no tiene por qué ser momentánea ni fugaz. Para lograr una vida acorde a lo que queremos, necesitamos y que a su vez puede darnos un bienestar permanente, necesitamos trabajar a diario en una serie de dimensiones que sin duda, nos serán de gran utilidad.
Te proponemos reflexionar sobre ellas.
Pareja con bicis disfrutando de la vida en el campo

Claves para una vida más plena

  • El propósito apasionado. Hablábamos de él hace un momento: para llevar una día a día más feliz y garantizar que el bienestar sea permanente y satisfactorio debemos hallar esas pasiones internas que nos definen y que a su vez pueden dar forma a nuestro estilo de vida. Debemos por tanto concienciarnos de que cada cosa que llevemos a cabo, debe satisfacernos, debe estar en sintonía con nuestros valores, identidad e intereses personales.
  • Pensamiento racional. Sabemos que en la actualidad el tema de las emociones y las intuiciones tienen un peso relevante a la hora de entender nuestro comportamiento. Sin embargo, debemos tenerlo claro: en nuestro propósito por ser felices debemos tomar decisiones racionales, firmes y objetivas. Ello implicaría por ejemplo, decidir alejarnos de ciertas personas, dejar el trabajo para iniciar nuevos proyectos… Todas estas decisiones implican un pensamiento lógico y racional que no podemos descuidar y que a su vez, requieren de otra dimensión: valentía.
  • Auto-disciplinaPara vivir la vida al máximo, más allá de lo que muchos puedan creer, se requiere de cierta disciplina. Porque a veces, por ejemplo, es necesario dejar a un lado la gratificación inmediata para obtener mayores recompensas a largo plazo.
Asimismo, quien sabe ser feliz evita la procrastinación, invierte en su propio crecimiento personal y a su vez, sabe luchar por aquello que quiere.
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Para concluir, tal y como podemos ver para dar forma a una existencia mucho más significativa y positiva hace falta una buena fuerza de voluntad, disciplina y algo de coraje. Porque en ocasiones, y eso lo sabemos todos, es necesario tomar una serie de decisiones bastante serias con las cuales alcanzar aquello que tanto estábamos esperando.