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7 tipos de personas manipuladoras que pueden arruinarte la vida sin que te des cuenta



Personas manipuladoras podemos encontrarlas por doquier. De hecho, incluso es probable que nosotros mismos en alguna que otra ocasión hayamos recurrido a tácticas de manipulación emocional, de manera consciente o sin darnos cuenta. Sin embargo, las personas manipuladoras convierten este “juego emocional” en su forma habitual de relacionarse con los demás, para sacar provecho constantemente a costa del equilibrio psicológico de sus víctimas. 

La manipulación emocional consiste en controlar a alguien jugando con sus sentimientos y emociones, generalmente dañando su autoestima y autoconfianza. La táctica común de las personas manipuladoras consiste en hacer que su víctima dude de sí misma, para tomar el control y sacarle provecho a la situación.

Sin embargo, resulta difícil reconocer a las personas manipuladoras porque generalmente se trata de seres queridos con quienes mantenemos un profundo vínculo afectivo. Por otra parte, a menudo usan técnicas de manipulación emocional muy sofisticadas y sutiles que nos hacen dudar de nosotros mismos e incluso pueden hacer que pensemos que somos el "malo de la película".

Personas manipuladoras con las que debes tener mucho cuidado


1. El fanfarrón encubierto

La táctica de esta persona manipuladora consiste en hacernos sentir mal o inferiores de manera encubierta. Esta persona comprende que está mal visto vanagloriarse de sus logros porque los demás le tacharán inmediatamente de engreído. Entonces adopta una estrategia más sutil: se lamenta por sus logros, haciéndonos sentir mal porque estamos muy por debajo de su nivel.

El fanfarrón encubierto jamás nos dirá directamente que tenemos algunos kilos de más, pero se quejará de que no puede entrar en la talla “M” cuando nosotros usamos una “L” o incluso una “XL”. Es la persona que se lamenta porque no puede correr más de 30 kilómetros cuando sabe perfectamente que solo podemos correr 5 kilómetros antes de quedarnos exhaustos.

El fanfarrón encubierto usará su técnica en todas las esferas de la vida, se comparará sutilmente con nosotros para hacer patente que no estamos a su altura y que debemos sentirnos muy mal por ello. De esta forma también se erige como una especie de ídolo a seguir, para que nos pongamos a su disposición y satisfagamos sus deseos.

2. El plantador de ideas 

Estas personas manipuladoras usan una táctica muy sutil: nos presionan con ideas socialmente aceptadas y bien vistas para que estemos de acuerdo con sus puntos de vista y decisiones.

Generalmente su discurso comienza con frases como: "Estoy seguro de que estarás de acuerdo con..." o "No puedes negar que...". Por ejemplo, pueden decir: “Estarás de acuerdo con que un buen hijo cuida de su madre”. Se trata de generalizaciones que reflejan valores positivos pero que, sin duda alguna, tienen muchos matices y pueden variar de un caso a otro. Sin embargo, al presentarlas de esta forma nos ponen en una situación difícil ya que tendríamos que decir: “no, no estoy de acuerdo con lo que dices”.

De hecho, su táctica de manipulación consiste en presentar esas ideas como valores aceptados socialmente, de manera que si no los compartimos, nos convertimos automáticamente en malas personas, y ni siquiera nos darán tiempo para argumentar nuestra opinión. Así no solo logran que nos sintamos mal sino que también nos manipulan si no encontramos la fuerza para negar sus afirmaciones.

3. El decepcionado permanente

Cuando queremos a una persona, nos sentiremos mejor si hacemos algo que la enoja que si la decepcionamos. La decepción es un peso difícil de cargar, nos sentimos muy mal cuando sabemos que hemos decepcionado a alguien importante para nosotros y asumimos que somos malas personas por ello.

Este tipo de persona manipuladora lo sabe y juega esa carta a su favor. Por eso, la encontraremos permanentemente decepcionada. Cada vez que hacemos algo que le desagrada o que no satisfacemos sus demandas, esa persona nos hará saber cuán decepcionada está. El problema es que la sensación de culpa que experimentamos es tan grande que le damos la razón y nos ponemos a su merced.

No nos damos cuenta de que decepcionar a alguien solo significa que no hemos estado a la altura de las expectativas que esa persona tiene para nuestra vida. Decepcionar a alguien significa que esa persona trazó un camino en nuestro lugar y no lo seguimos. en realidad, tenemos todo el derecho del mundo de seguir el camino que elijamos y no debemos sentirnos mal por ello.

4. El victimista crónico

Este tipo de persona manipuladora nos hace sentir en deuda con ella. Nunca se cansa de resaltar todas las desgracias que ha sufrido a lo largo de la vida, por lo que sentimos que por alguna extraña razón que ni siquiera llegamos a entender, le debemos algo.

Dado que cada vez que la encontramos tiene una desgracia nueva que añadir a su larguísimo elenco, no nos sentimos con fuerzas para convertirnos en el “monstruo” que va a añadir un nuevo problema a su vida mientras está pasando por ese mal momento.

El problema es que esa persona aprovechará esa sensación para pedirnos un gran favor y hacer que satisfagamos sus necesidades, incluso a costa de las nuestras. Sin embargo, si nos ponemos a sus pies, no dudará en pasar por encima nuestro para seguirle contando sus desgracias a otros, dejándonos con nuestros propios problemas sin resolver.

5. El oyente selectivo

Cuando estamos inmersos en una discusión, podemos perder la paciencia y decir cosas que no sentimos realmente o de las que nos arrepentimos. Sin embargo, este tipo de persona manipuladora se quedará aferrada a esa frase o actitud, y nos vapuleará con ella hasta el fin de los tiempos.

No importa lo que dijimos antes o después. Tampoco importa el contexto en el que lo dijimos o si intentamos disculparnos y reparar el daño, esa persona utilizará nuestro error para someternos a su voluntad, haciéndonos ver cuánto nos equivocamos y cuán malos somos.

Su estrategia consiste en esperar a que cometamos un error, sacarlo completamente de contexto y usarlo para manipularnos emocionalmente. Esta persona solo se centrará en nuestras equivocaciones porque son las que le permiten alcanzar su objetivo, y todo lo bueno que hagamos simplemente lo borrará. 

6. El mártir

Se trata de uno de los peores tipos de personas manipuladoras porque justifican sus malas acciones y su egoísmo con alguna causa superior. Podría tratarse de una causa religiosa o de algo más terrenal como ser un buen padre o una buena madre. 

Su frase preferida es: “lo hago por tu bien” o “solo estoy intentando ayudarte”, cuando sabemos perfectamente que no es así y que los principales beneficiados serán ellos mismos.

Sin embargo, si se lo hacemos notar, estas personas afirman que no encuentran ningún placer en su comportamiento, pero lo hacen porque es lo correcto. De hecho, pueden llegar a decirnos que esa decisión les duele y les hace sufrir, de ahí que asuman el rol de mártires. Y lo peor de todo es que nos hacen sentir personas horribles porque no somos capaces de apreciar su “sacrificio”.

7. El inquisidor

Esta persona manipuladora utiliza la crítica directa como su arma principal. Su táctica es hacernos sentir que no somos capaces de llevar las riendas de nuestra vida, que no estamos a la altura de la situación y que necesitamos confiar en ella para que todo finalmente se encauce.

Las críticas al inicio son sutiles e indirectas pero con el tiempo serán cada vez más ácidas, socavando profundamente nuestra autoestima. De esta forma va imponiendo su visión de la realidad, sus reglas y sus valores, hasta el punto que terminamos viéndonos a través de sus ojos.

El inquisidor es un auténtico maestro de la manipulación emocional y absolutamente todo lo que hagamos o digamos será usado en nuestra contra porque lo usará para juzgarnos y hacer que quedemos mal parados.

De cualquier manera, no permitas que tomen el control de tu vida. No dejes que te hagan sentir culpable o que juzguen tus decisiones basándose en su propia vara de medir. En ¡Cuidado! Manipulador a la vista, podrás hallar tácticas y estrategias para salir de las redes de la manipulación emocional.

UN CORTO GENIAL DEMUESTRA QUE “EDUCAR NO ES LLENAR LA MENTE SINO LIBERARLA DE LAS ATADURAS"

Posted: 29 Jul 2017 12:13 PM PDT

  Existe una línea que es muy sutil y fácil de cruzar entre educar y limitar las posibilidades de los niños. Y lamentablemente, los adultos a menudo la cruzamos, sin malas intenciones, pero quitando la posibilidad de un valioso aprendizaje por causa de nuestra interferencia.




 Con demasiada frecuencia, creemos que debemos enseñar todo, absolutamente todo, a los niños. Y aunque es cierto que los pequeños tienen mucho por aprender de la vida, no deberíamos caer en el error de pensar que nuestra manera de hacer las cosas es la única que existe o la única válida, y que el modo en que vemos y entendemos el mundo es el único modo correcto. 


   La función primordial de los padres y maestros no debería ser la de crear copias exactas de sí mismos, sino la de darles a los niños las herramientas para que puedan desarrollar al máximo sus propias potencialidades y alcanzar sus propias metas. Educar es sinónimo de enriquecer, no de limitar. La educación no consiste en llenar la mente con conceptos y formas de hacer, sino en liberarla para que sea realmente libre para pensar y crear.


  Existen muchas formas de las que ni siquiera nos damos cuenta pero pueden limitar la mente de los niños y atarla a los convencionalismos...

  Cada vez que regañamos a un niño porque intenta hacer las cosas a su manera y le enseñamos a hacerla como nosotros aprendimos a hacerlas, pensando que es la única forma correcta y válida, estamos limitando su creatividad y evitando que encuentre su propia manera de solucionar sus problemas.

   Cada vez que regañamos a un niño porque ha cometido un error, le generamos miedo al fracaso y sentamos las bases para una autoestima negativa.

 Cada vez que le ponemos una etiqueta a un niño, cortamos un pedacito de su personalidad, limitándola a las expectativas de los demás y encerrándola en una caja que será cada vez más reducida.

 Cada vez que le impedimos aprender por su cuenta y le sobreprotegemos, le impedimos desarrollar sus habilidades y, lo que es aún más importante, la confianza en sí mismo.

.
 Cada vez que pretendemos que un niño siga nuestros pasos, porque pensamos que es lo mejor para él, le arrebatamos la posibilidad de soñar y perseguir sus propias metas.

  Este fantástico corto titulado “A cloudy lesson” se convierte en una excelente lección para los adultos. Fue realizado en 2010 por la directora Yezi Xue y dura apenas dos minutos. Su factura es impecable y se trata de una historia extraordinaria inspirada en la relación entre un abuelo y su nieto.




Estas son lecciones que podemos atesorar para la vida 


   1. No existe una manera correcta de hacer las cosas. Cada quien debe experimentar por sí mismo y encontrar la estrategia con la que se sienta más cómodo y refleje mejor su forma de ser. 

  Esto es particularmente importante en el caso de los niños pues tienen una creatividad asombrosa y si la cercenamos, después es muy difícil que vuelva a florecer. Podemos enseñarle las notas musicales, pero debemos dejar que sean ellos quienes compongan la melodía.


  2. De los errores pueden nacer grandes cosas. Los errores son parte del proceso de aprendizaje, por lo que no debemos temerles ni transmitirles a los niños una idea negativa sobre ellos. Por ejemplo, ¿sabías que los rayos X, la penicilina y el grafeno, entre otros muchos inventos, fueron descubiertos por error o simple casualidad?

   En vez de evitar y castigar los errores, debemos animar a los niños a que aprendan de ellos e intenten descubrir su lado positivo. De hecho, es un excelente ejercicio mental incluso para los adultos ya que nos anima a abandonar la actitud derrotista y buscar nuevas perspectivas.



 3. El apoyo es fundamental. Si el abuelo del corto le hubiera reñido a su nieto y no se hubiera animado a hacer nuevas nubes, el niño habría vivido esa experiencia como un fracaso que probablemente habría marcado para siempre su vida, generándole una gran sensación de culpa. 

  Sin embargo, el apoyo, la confianza y el amor lo cambian todo. ¡Nunca lo olvides! No son las experiencias, sino nuestra reacción ante ellas, lo que determina si nos estancamos o crecemos.

LAS MÁS HERMOSAS FRASES Y POEMAS DE CHARLES CHAPLIN

Posted: 29 Jul 2017 12:41 PM PDT

 El genial y multifacético Sir Charles Spencer Chaplin fue un actor cómico, compositor, productor, director y escritor británico conocido principalmente por ser todo un símbolo del humor y un destacado representante del cine mudo.


  Su fama, extendida entre otras cosas, gracias a su personaje de “Charlot”, le llevó obtener múltiples reconocimientos y nominaciones artísticas. Recibió en 1928 y en 1972 el Oscar Honorífico y fue candidato al Premio Nobel de la Paz en 1948. 

 Algunas de sus películas más emblemáticas son “Tiempos modernos” de 1935, “Luces de la ciudad” de 1931 y la que quizá es considerada su mayor obra, “El gran dictador” de 1940.

  Pero este gran personaje del siglo XX también fue un escritor, que aunque no se sabe generalmente, también podía emocionar con sus palabras, pues Chaplin estuvo en el corazón de la mayoría de los acontecimientos de su tiempo y con los dirigentes más relevantes, y lo observaba todo para expresarlo exquisitamente con sus reflexiones.
 
 Compartimos con ustedes estos hermosos pensamientos del gran actor que iluminó las pantallas a principio de siglo XX, y los corazones de millones de personas, hasta el día de hoy:
 


1.
 "El auténtico creador desdeña la técnica entendida como un fin y no como un medio."

2.
"A fin de cuentas, todo es un chiste."

3.
"El día en el que el hombre se dé cuenta de sus profundas equivocaciones, se habrá acabado el progreso de la ciencia."

4.
"El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto."

5.
"Existe algo tan inevitable como la muerte: la vida."

6.
"No esperes a que te toque el turno de hablar: escucha de veras y serás diferente."

7.
"Sin haber conocido la miseria es imposible valorar el lujo."

8.
"Todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da tiempo para más."

9.
"Por simple sentido común no creo en dios, en ninguno."

10.
"La vida no es significado; la vida es deseo."

11.
"Nunca te olvides de sonreír porque el día que no sonrías será un día perdido."

12.
"No hay nada permanente en este malvado mundo. Ni siquiera nuestros problemas".

13.
"Luchar para vivir la vida, para sufrirla y para gozarla... La vida es maravillosa si no se le tiene miedo."

14.
"Mirada de cerca, la vida es una tragedia, pero vista de lejos, parece una comedia."

15.
"Sé tú, e intenta ser feliz, pero sobre todo, sé tú."

16.
"Las palabras parecen tan insignificantes, tan inútiles. Solo puedo decir que... Gracias por el honor de ser invitado aquí... Oh son gente maravillosa y dulce, gracias."

17.
"Aprende como si fueras a vivir toda la vida y vive como si fueras a morir mañana."

18.
"Ríe y el mundo reirá contigo; llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar."

19.
"Hay que tener fe en uno mismo. Ahí reside el secreto. Aun cuando estaba en el orfanato y recorría las calles buscando qué comer para vivir, incluso entonces, me consideraba el actor más grande del mundo. Sin la absoluta confianza en sí mismo, uno está destinado al fracaso."

20.
"La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida... Antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos."



POEMAS DE CHARLES CHAPLIN

"El teatro de la vida"


  La vida es una obra de teatro que no permite ensayos...
  Por eso, canta, ríe, baila, llora
y vive intensamente cada momento de tu vida...
...antes que el telón baje
y la obra termine sin aplausos.

  ¡Hey, hey, sonríe!
más no te escondas detrás
de esa sonrisa...

  Muestra aquello que eres, sin miedo.
  Existen personas que sueñan
con tu sonrisa,  así como yo.
  ¡Vive! ¡Intenta!

  La vida no pasa de una tentativa.

  ¡Ama!

  Ama por encima de todo,
ama a todo y a todos.
 No cierres los ojos a la suciedad del mundo,
no ignores el hambre!

  Olvida la bomba,
pero antes haz algo para combatirla,
aunque no te sientas capaz.

  ¡Busca!
  Busca lo que hay de bueno en todo y todos.
  No hagas de los defectos una distancia,
y si, una aproximación.

  ¡Acepta!
  La vida, las personas,
haz de ellas tu razón de vivir.

  ¡Entiende!
  Entiende a las personas que piensan diferente a ti,
no las repruebes.

   ¡Eh! Mira...
  Mira a tu espalda, cuantos amigos...
 ¿Ya hiciste a alguien feliz hoy?
 ¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo?

  ¡Eh! No corras...
  ¿Para que tanta prisa?
  Corre apenas dentro tuyo.

  ¡Sueña!
  Pero no perjudiques a nadie y
no transformes tu sueño en fuga.

  ¡Cree! ¡Espera!
  Siempre habrá una salida,
siempre brillará una estrella.

  ¡Llora! ¡Lucha!
  Haz aquello que te gusta,
siente lo que hay dentro de ti.

  Oye...
  Escucha lo que las otras personas
tienen que decir,
es importante.

  Sube...

  Haz de los obstáculos escalones
para aquello que quieres alcanzar.
  Mas no te olvides de aquellos
que no consiguieron subir
en la escalera de la vida.

  ¡Descubre!
  Descubre aquello que es bueno dentro tuyo.
  Procura por encima de todo ser gente,
yo también voy a intentar.

  ¡Hey! Tú...
ahora ve en paz.
  Yo preciso decirte que... te adoro,
simplemente porque existes.



Cuando me amé de verdad 


  Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier
circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora
correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme.

  Hoy sé que eso tiene un nombre…”autoestima”.


  Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y
mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy
contra mis propias verdades.

  Hoy sé que eso es…”autenticidad”.


  Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a
mi crecimiento.

  Hoy eso se llama…”madurez”.


 Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es
ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, solo
para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el
momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.

Hoy sé que el nombre de eso es…”respeto”.

 Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que
no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó esa actitud egoísmo.

  Hoy se llama…”amor propio”.


  Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí
de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.

  Hoy sé que eso es…”simplicidad”.


  Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y
con eso, erré menos veces.

  Hoy descubrí que eso es la…”humildad”.


  Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.

  Y eso se llama…”plenitud”.


  Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y
decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, ella
tiene una gran y valiosa aliada.

 Todo eso es…¡saber vivir!”.


   “No debemos tener miedo de confrontarnos…
…hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas. ”


Fuente: Muy interesante