MAPA DE VISITAS

¿Por qué nos cuesta tanto decir “te quiero” si es gratis?



Los mensajes en Twitter, los whatsapps, los comentarios de Facebook, las fotos de Instagram… todo, absolutamente todo, está lleno de corazones y de unas inicialesTQ vergonzosas. Sin embargo, cuando lo que ilumina nuestra cara ya no es el móvil y son los ojos de otra persona… ahí ya no. Cuidado. Estación de realidad en curva.
Hemos aprendido - de a saber dónde - que los “te quiero” solo se dicen cuando te estás muriendo de amor o cuando estás amando locamenti como si fueras una de Las Grecas. ¿Por qué no podemos decir “te quiero” con más facilidad y menos dramatismo? ¿Por qué tenemos que estar perdidamente enamorados para poder decirnos “te quiero”? ¿Por qué tenemos la sensación de tener que guardárnoslo hasta que la “cosa vaya a más”? Y lo más importante:

¿Por qué no podemos decir “te quiero” cuando queremos?



Podemos aguantarnos un “te quiero” en la punta de la lengua miles de años. Está comprobado. Bueno, no. Pero ya os lo podéis imaginar. ¿Cuántos te quieros os hubiese apetecido decir en un momento concreto pero los dejasteis en el banquillo esperando otra oportunidad? ¿Cuántos seguirán esperando? ¿Cuántos se habrán cansado de esperar? ¿Cuántos se habrán muerto del asco?
Maxresdefault

Normalmente esta autocensura absurda no es tanto por nosotros mismos sino por la persona que tenemos enfrente. ¿Por qué nos callamos hasta asegurarnos de que la otra persona aceptará el “te quiero” sin asustarse, llevarse las manos a la cabeza o salir corriendo? El mundo se asusta (nos asustamos) cuando oímos “te quiero” y nos planteamos cosas. Movidas. Que si realmente la persona que lo dice nos quiere, si nos ama, si nos visualiza desnudos, si lo llevará pensando mucho tiempo, si quizás no lo ha pensado bien antes de decirlo, si esa amiga que nos lo dice será lesbiana y quiere tema o si ese chico se sacaría el corazón para dártelo y cómo puede ser posible si sólo nos conocemos siete meses, si… qué sé yo. Somos idiotas. Bastante.
Te quiero. No es más que eso. Te quiero ahora, te quiero por lo que acabamos de hacer, de vivir. Te quiero por sacarme de casa un deprimente domingo lluvioso, por traerme café sin preguntar, por hacerme viajar sin levantarme de la silla. Te quiero por eso o por nada. Qué más da. Te quiero ahora pero luego no sé. Te quiero por cosas que poco tienen que ver con Julia Roberts o las cajas de bombones de licor de San Valentín. ¿Es posible?
Embarazados

Me gustaría decirle “te quiero” a tantas personas y por tantas cosas… y no estoy enamorada. Solo las quiero. Que poco no es.

Este contexto de postureo, imposiciones, de tópicos, de esquemas, de protocolos no me deja decir “te quiero” a quien yo quiero y cuando yo quiero sin que haya una letra pequeña que nos diga que detrás hay algo más. Quiero más te quieros que se queden en el aire, que caduquen, que sean presente y no futuro. Pero sobre todo, quiero practicar con el ejemplo. No pensar tanto. ¿Qué más da si no es el momento o la persona? ¿Qué más da si mañana me arrepiento?
20 Anos No Importan

Vivimos tensos por el qué dirán y no por el qué diremos y así nos va.

Los te quiero no son una amenaza ni tampoco un trauma. No quiero que me correspondas ni siquiera me hace falta que respondas. Te quiero pero no me estoy muriendo de amor, tranquilo. Te quiero pero no necesito conocer a tus padres, relájate. Te quiero pero no echaría un polvo contigo ni harta de rebujito, lo siento.
Os quiero. Así. A lo loco.

RECUERDA


TU PODER PERSONAL

Este no es un cuento cualquiera.

Escúchalo con tu corazón, con tu interior abierto.
Escúchalo más allá de tu mente.
Deja que el cuento (que están diseñados para ello) hable con tu Ser.
Ponte cómoda, o cómodo. Relájate.
Escúchalo y, mientras lo haces… atiende lo que sucede en ti… y escúchate a ti mismo/a.
Respira hondo,… y disfrútalo.
¿Te has dado cuenta?
Algo en ti conoce el deseo de salir, de vivir más intensamente, de atreverte a ser tú, a sentir tu propia fuerza, tu valentía, tu decisión, tu criterio….
Mira el vídeo, “Sal al bosque”, por ti, no renuncies a ti ni a tu vid

RECETA - Pizza vegetariana de tomate

Esta receta todavía no tiene nota. ¡Sé la primera! ¡Pon la tuya!
Pizza vegetariana de tomate
Plato principal
Vegetariano
Origen de la receta:  Alemana
Tipo de cocción:  horno
 
Tiempo de preparación: 15 minutos
Tiempo de cocción: 15 minutos
 
Ingredientes (Para 2 personas) :


Preparación: 

Prepara las láminas para la masa de manera que queden planas sin olvidarte de usar harina para que no se pegue a la base en la que vayas a cocinar.

Con la batidora, prepara una pasta de aceitunas negras con aceite de oliva y cubre la masa uniformemente.

Después, coloca los tomates en rodajas por encima de la masa y rocía de nuevo con el aceite de oliva y el ajo en polvo.

Cuando el horno esté precalentado a 180ºC, mete la pizza durante 25 minutos y ¡listo!

QUÉ ES SER FELIZ?


Posted: 24 Apr 2016 02:56 PM PDT



REINVENTANDO LA FELICIDAD


La felicidad no es ausencia de luchas, dificultades y dolor, tampoco es perfección, dichas y gozos interminables, ni mucho menos la fortuna de poseer poder mundano y grandes fortunas materiales.
La felicidad es aprender a mantener la serenidad, la esperanza e ilusión, en medio de las vicisitudes y arideces de la vida, felicidad es saber disfrutar y agradecer las cosas sencillas de la vida; la felicidad es una elección, una decisión, y depende definitivamente de la actitud mental que se tenga frente a la vida y sus vicisitudes. ¡SOLO TÚ DECIDES!

CUANDO SABES QUE UNA RELACION ESTA ACABADA

Chica subida a un corazón por una escalera liberando corazones de su interior

Tal vez pienses que me he equivocado en el título del artículo, y la palabra cuando debiera llevar tilde, al ser interrogativa. Sin embargo, no es mi intención preguntar ¿Cuándo sabes que una relación esta acabada?, sino contar algunos sentimientos que vivimos cuando sabes que una relación está acabada.

Porque, por triste que parezca, muchos de nosotros alargamos relaciones mucho más allá de lo necesario, aún sabiendo que la chispa del amor ya se apagón, y no quedan ya ni los rescoldos de una hoguera que antaño ardió majestuosa y feliz.
Por eso debemos acabar la relación cuando ya sabemos que no queda nada. En honor a aquello que un día fue bello y hermoso. Alargar innecesariamente el sufrimiento solo es echar más tierra al fuego apagado, y solo se consigue enturbiar los recuerdos de la felicidad que antaño se vivía en esas almas amantes.
“¿Cuál es mi camino? ¿Esperarte? ¿Olvidarte? ¿Hacer lo que tú haces, ir de los brazos de uno y de otro, hoy dormir con alguien mañana con otro diferente?”
-Frida Kahlo-
Mujer triste mirando hacia abajo
Para el ser humano, la necesidad de sentirse protegido en sus rutinas es muy fuerte. De esta forma nos creemos menos solos, y sabemos que siempre habrá alguien esperando en casa.
Los hombres y mujeres de este mundo tenemos mucho miedo a la soledad, pues no nos han formado para vivir de esa manera. Siempre necesitamos que alguien espere en el hogar.
Desde muy pequeños, se nos enseña que una relación es cuanto necesitamos al llegar a adultos. Un trabajo, una casa, una pareja y ya tienes tu vida plena, cumplida y con los objetivos alcanzados.
Sin embargo, cada día observamos con más fuerza que eso no nos satisface. Necesitamos ser nosotros mismos, alcanzar otros sueños más ocultos, pero no nos encontramos preparados para llegar a esos objetivos, y esto causa frustración por la incapacidad de ser realmente felices con nosotros mismos.
En esos momentos, nos refugiamos en las rutinas de relaciones rotas, que sangran amor por los cuatro costadospero que nos ofrecen cierta tranquilidad y reposo, aunque distan mucho de ser lo que realmente necesitamos y soñamos.

El miedo a perder a alguien

En la vida nos han enseñado a tener miedo. Y uno muy grande es perder a la persona amada, aún a pesar de que no es amor lo que queda ya en esa relación.
“El más difícil no es el primer beso, sino el último.”
-Paul Géraldy-
Puede ser que el cariño perdure. También quedará algo de respeto, comprensión y amistad o camaradería. Pero eso no es amor, y el no saberlo, junto al terror a que se pierda, nos atora la mente, el alma y el corazón, y nos impide tomar la fatídica decisión que representa el fin de esa relación.
Tal vez, la inseguridad que aparece en nuestro corazón desde bien pequeños nos impide tomar las duras decisiones que están por venir, porque sabes que el amor ha acabado, pero no eres capaz de decirlo en voz alta, o de contártelo a ti mismo.
Tal vez el terror a la soledad y el no tener a nadie cuando llegues a casa te impide tomar esa decisión que sabes que sería la correcta, aunque no encuentras el valor para encaminar tus pasos en la dirección adecuada.
Pareja agarrada de las manos
Tal vez el miedo al qué dirán. ¿Cómo se lo tomará mi familia?, ¿qué pensarán de mí mis vecinos y amigos,  ¿cómo voy a hacerle esto a mis hijos? Y mientras, vives una existencia infeliz y penosa que arrastra tu dignidad por una relación que perdió la pasión hace años, y que cada día te mata un poco más por dentro de tu corazón.
No siempre es fácil mirar dentro de un corazón, y más aún si está roto. Pero es necesario, porque una relación acabada, en la que no queda amor, es una de las maldiciones más terribles que puede encerrar tu alma. Así que sé valiente, sincera tu pensamiento y haz lo que debes hacer si sueñas con volver a ser feliz algún día.