Kate Middleton ha vuelto a la escena pública para celebrar el bautizo de su tercer hijo, el príncipe Louis, en una ceremonia privada que ha tenido lugar en la capilla de St. James. A las 17:00 horas (hora española), los Cambridge han hecho su aparición precedidos por el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles y seguidos por los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle.
La duquesa llevaba en sus brazos al pequeño de la casa, que dormía plácidamente, mientras el príncipe Guillermo se encargaba de los dos mayores, George y Charlotte. Esta última ha vuelto a hacer gala de su buena educación saludando al obispo de Canterbury, que les esperaba a las puertas de la capilla, dándole la mano. Como ya es habitual, George se ha mostrado algo más tímido que su hermana.
Siguiendo lo que es ya una tradición, Kate ha confiado en la aguja de Alexander McQueen y en el color blanco, como ya hizo en los bautismos de George y Charlotte. La duquesa de Cambridge se ha decantado por un vestido de escote pico y mangas ligeramente abullonadas. Una elección clásica y elegante que casaba a la perfección con el estilo de la esposa del príncipe Guillermo.
Kate ha cambiado los tocados y las pamelas que suele llevar por una original maxidiadema con aplicaciones flores de Jane Taylor que adornaba un sofisticado moño bajo. También en forma de flor eran los pendientes, que son nuevos y que según cuentan podrían ser un regalo del duque de Cambridge a su mujer con motivo del nacimiento del pequeño Louis.
Por su parte, la princesa Charlotte llevaba un vestido blanco de nido de abeja y manga corta con estampado azul y blanco, calcetines blancos y zapatos y diadema azules. Su hermana mayor lucía bermudas navy, una camisa con ribetes azules, calcetines y mocasines.
Los detalles del bautizo
Los padrinos elegidos por los duques de Cambridge son íntimos amigos y una prima de Kate Middleton: Nicholas van Cutsem, Guy Pelly, Harry Aubrey-Fletcher, lady Laura Meade (la esposa de James Meade, otro íntimo amigo de Guillermo), Hannah Gillingham (la esposa de Robert Carter, otro cercano a la pareja) y Lucy Middleton.
El pequeño Louis llevaba una réplica del faldón de satén y encaje con el que se ha bautizado a todos los bebés reales de los Windsor desde los hijos de la reina Victoria. Después del bautizo de la princesa Louise, la hija de Eduardo de Wessex, se decidió sustituir el original por una copia para no dañarlo más. Los hermanos de Louis, George y Charlotte, ya llevaron este bellísimo y delicado faldón que realizó personalmente Angela Kelly, la modista de la reina Isabel.
Una de las cuestiones que más ha llamado la atención ha sido la ausencia de la reina Isabel. Según fuentes de la Casa Real, la soberana acordó su no asistencia con Guillermo y Kate hace unas semanas. ¿El motivo? Le espera una semana llena de actos que terminará el viernes con su encuentro con Donald Trump y prefiere reposar.