Algunos físicos están convencidos de que el viaje en el tiempo es posible. Un grupo de científicos de la Universidad de Queensland, Australia, han simulado cómo los fotones que viajan en el tiempo podrían comportarse; lo que sugiere que, a nivel cuántico, la paradoja del abuelo -que hace imposible el viaje en el tiempo- podría resolverse.
El estudio utilizó fotones – partículas simples de luz – para simular partículas cuánticas viajando de regreso a través del tiempo. Al estudiar su comportamiento, los científicos revelaron posibles aspectos extraños de la física moderna.
«Para empezar, las propiedades de las partículas cuánticas son ‘difusas’ o inciertas, por lo que esto les da suficiente espacio para evitar situaciones de viaje en el tiempo incoherentes. Nuestro estudio proporciona ideas sobre dónde y cómo la naturaleza podría comportarse de manera diferente de lo que nuestras teorías predicen», dijo el coautor, profesor Timothy Ralph.
El Daily Mail explica:
Debido a las teorías bien probadas de Albert Einstein de la Relatividad Especial y General, los físicos creen que el viaje en el tiempo es posible. La relatividad especial postula que el espacio y el tiempo son aspectos de lo mismo, conocidos como continuo espacio-tiempo, y que el tiempo puede disminuir o acelerar, dependiendo de lo rápido que se mueva, en relación con otra cosa. La relatividad general sugiere que sería posible viajar hacia atrás en el tiempo siguiendo una trayectoria espacio-temporal, es decir, un CTC que regresa al punto de partida en el espacio, pero llega a una hora anterior.
En 2012, los físicos David Wineland y Serge Haroche compartieron el Premio Nobel de Física por demostrar cómo la «rareza cuántica» no sólo podía existir en el nivel micro-mundial subatómico, sino que también podía mostrarse en el macro-mundo.
«La cuestión de los viajes en el tiempo aparece en la interfaz entre dos de nuestras teorías físicas más exitosas pero incompatibles – la relatividad general de Einstein y la mecánica cuántica. La teoría de Einstein describe el mundo a una escala muy grande de estrellas y galaxias, mientras que la mecánica cuántica es una excelente descripción del mundo a una escala muy pequeña de átomos y moléculas», dijo Martin Ringbauer, estudiante de doctorado en la Escuela de Matemáticas y Física en la Universidad de Queensland, y autor principal del documento.
Con varios problemas físicos y paradojas, ¿es realmente posible retroceder a través del tiempo? En un documental de la BBC, el astrofísico Stephen Hawking sugiere que simplemente no es posible retroceder en el tiempo. Y no hay mucho que esperar, tampoco. Sin embargo, los avances en las teorías cuánticas podrían quizás proporcionar alguna comprensión de cómo superar las paradojas del viaje en el tiempo.
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Según un estudio, soñar despierto nos produce infelicidad, por lo que en realidad no es un síntoma de nuestra infelicidad.
¿Otra vez está imaginándose que está con Olivia Wilde en una isla desierta? Puede que entonces no sea muy feliz en este momento.
Según un estudio las personas gastan el 46,9% de sus horas conscientes pensando acerca de algo distinto a lo que están haciendo en ese instante y este comportamiento les hace más infelices.
Matthew A. Killingsworth y Daniel T. Gilbert, de la Universidad de Harvard, han usado iPhones para hacer un seguimiento de la felicidad de la gente. En el estudio se han usado 250.000 datos para relacionar los pensamientos, sentimientos y acciones de los individuos en su vida cotidiana.
Según Killingsworth, “la mente humana es una mente errante y una mente errante es una mente infeliz”. Y Gilbert añade que “la habilidad de pensar acerca de lo que no está ocurriendo es un logro cognitivo que viene acompañado de un coste emocional”.
A diferencia de otros animales, los humanos gastan mucho tiempo pensando acerca de lo que no sucede alrededor de ellos: contemplan eventos que sucedieron en el pasado, que pueden suceder en el futuro o que puede que nunca sucedan. De hecho la “mente errante” parece ser un modo de operación defectuoso de la mente humana.
Para hacer un seguimiento de este comportamiento estos dos investigadores desarrollaron una aplicación para iPhone y contactaron con 2250 voluntarios de entre 18 y 88 años de edad pertenecientes a una amplia gama de estratos sociales y ocupaciones, de los cuales un 77% eran estadounidenses. Estos voluntarios fueron seleccionados de entre las 5000 personas de 83 países distintos que respondieron al anuncio de la página web creada para el proyecto.
A intervalos aleatorios se fue preguntando a esos 2250 individuos si estaban contentos, qué estaban haciendo en ese momento y si estaban pensando acerca de la actividad presente o acerca de algo diferente que podía ser placentero, neutro o desagradable.
Este método permitía hacer un seguimiento instantáneo que no descansase sobre lo que los individuos pudieran escribir en una libreta acerca de cómo recuerdan lo que sentían en un momento dado del día.
Los sujetos podían elegir 22 actividades tales como andar, comer, comprar, ver televisión, hacer el amor, etc. para describir su actividad. En promedio, informaron que sus mentes estaban divagando el 46,9% del tiempo (y no menos del 30%) durante las actividades del día, excepto cuando hacían el amor.
Al parecer, según este estudio, la mente errante parece ser ubicua en todas las actividades, por lo que nuestra vida mental estaría dominada hasta cierto punto por el no-presente.
Según estos investigadores la gente era más feliz cuando hacían el amor, practicaban algún ejercicio o mantenían una buena conversación. Eran menos felices cuando descansaban, trabajaban o usaban el ordenador de casa.
Estar fantaseando era un buen indicador de la felicidad (o infelicidad) de la gente y según Killingsworth cómo de frecuentemente nuestra mente abandona el presente para fantasear en otro mundo es un buen predictor o vaticinador de nuestra felicidad que las actividades en las que estemos involucrados.
Los investigadores estimaron que sólo el 4.6% de la felicidad de la persona en un momento dado estaba atribuido a una actividad específica que estuviera haciendo, mientras que el estado de estar fantaseando daba cuenta del 10,8% de su felicidad.
El análisis de tiempos realizado por estos expertos sugiere que la mente errante era generalmente la causa y no la consecuencia de su infelicidad. El análisis estadístico mostró que si los voluntarios fantaseaban temprano un día, esto estaba correlacionado con estar más infelices más tarde, pero no al revés. Por tanto, la infelicidad con la actividad realizada en el momento no provocaba que la mente se escapara. Era la mente a la deriva la que causa de la tristeza.
Una mente errante entristecía a los sujetos durante las actividades más aburridas como limpiar la casa. Killingsworth está seguro que en algunas situaciones una mente a la deriva puede ser de ayuda pero que según sus resultados este caso se da muy pocas veces.
“Muchas tradiciones filosóficas y religiosas enseñan que la felicidad se encuentra en vivir el momento y sus practicantes son entrenados para resistir la tentación de errar con la mete para así estar aquí y ahora”, dicen estos autores en su artículo de Science. “Estas tradiciones sugieren que una mente errante es una mente infeliz”. Según los autores de este artículo esta investigación sugiere que esas filosofías están en lo cierto.
Según Lisa Feldman Barrett, de Northeastern University en Boston, este resultado desafía las bases de la Psicología. Los psicólogos asumen que la mente responde a los estímulos del mundo, pero según este estudio parece que los estímulos son irrelevantes.
Entonces, según este estudio, si usted quiere estar contento no debería soñar despierto y por el contrario debería centrarse en el presente, aunque éste sea desagradable. Pero si no le funciona quizás simplemente no pertenece a la gente que tiene un iPhone y que ha participado en el estudio.
Será mejor que deje de vivir en este momento y abandone este escrito, he quedado para cenar con Olivia Wilde y no quiero llegar tarde.
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