MAPA DE VISITAS

EL SUDARIO DE TURIN



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Se dice que cuando Jesús fue crucificado, su cuerpo se envió a una cueva donde fue cubierto con una manta. Al tercer día, cuando unas  fueron a visitar la cueva, no encontraron nada, salvo el sudario  con su cuerpo.



No se supo nada del lienzo hasta el año 525 o 544, cuando la tela se encontró en medio de las piedras durante las obras de reparación de la muralla de Edesa. El sudario se puso en ese lugar por órdenes del rey Abgar V, cuando le atribuyó a éste el milagro de su curación de la lepra negra. A partir de entonces surgió una controversia sobre si la imagen que esta tela es la de Jesucristo, discusión que sigue en nuestros días.



En el año 944 el sudario fue trasladado desde Edesa a Constantinopla, porque se quería como protección ante el avance musulmán exponiéndolo todos los viernes. Durante las cruzadas el lienzo desapareció (comienzos del siglo XIII) desconociéndose su paradero; aunque se sabe de documentos que confirman que fue llevado a Turín. No fue sino hasta el año 1357 cuando el sudario fue expuesto en la iglesia de Lirey, a unos 150 kilómetros de París. Godofredo de Charny, el caballero que rescató la sábana, nunca explicó cómo la obtuvo luego de estar desaparecida 150 años. Investigaciones indican que los templarios la robaron de Constantinopla y la conservaron hasta 1291 en la fortaleza de San Juan de Acre para luego ser llevada a la templaria de Villenueve-du-Temple, en París. Luego la reliquia fue trasladada a la iglesia de Chambéry.




En la noche del 3 de diciembre de 1512 se produjo un incendio en la iglesia afectando el sudario; perdiéndose los hombros y uno de los codos, siendo enmendado por las monjas clarisas. La figura se distorsionó debido al uso de agua para aplacar el fuego.



El delicado estado de salud de San Carlos Bonomeo hizo que el sudario fuera transportado hasta Turín en 1578 para que pueda venerarla sin tener que ir hasta Francia. Además, había una promesa de llevarla a la ciudad italiana si es que la peste que atacaba Milán desaparecía. El lienzo no dejaría Turín hasta el día de hoy, adquiriendo el nombre de "Santo Sudario de Turín". En 1694 se construyó una capilla exclusivamente para el cuidado del sudario. Desde entonces estuvo bajo siete llaves, nadie podía verla por ningún motivo.



En 1888, la Iglesia dio permiso a un profesional para que le tomara una foto para ser analizada, ante las sospechas de la autenticidad de la imagen. Durante el siglo XX, la controversia sobre si el cuerpo impreso en el sudario era verdaderamente de Jesucristo se hacían más fuertes. Sólo en 1988 el sudario fue abierto nuevamente a las investigaciones y sometido a pruebas de Carbono 14, la cual determinaron que el sudario es del siglo XIV, justo en la época del incendio. Los creyentes de la autenticidad del sudario indican que por efectos del incendio las pruebas de Carbono 14 podrían distorsionarse. Cinco años antes, el Santo Sudario se convirtió en propiedad del Vaticano.



En 1989 otras investigaciones indicaron que las pruebas de Carbono 14 estaban mal interpretadas debido al incendio ocurrido en 1512, siendo imposible utilizar este método para saber la antigüedad del sudario. Más bien se confirmó que se trata de los restos de un ser humano al encontrarse microbios en la tela. En 1997 un nuevo incendio puso en peligro el lienzo, pero no sufrió daños.



Probada la autenticidad de la imagen proyectada en la sábana, sólo queda resolver el misterio de si aquella pertenece a Jesucristo. Tal vez esto nunca se esclarezca, pero lo cierto es que el Santo Sudario de Turín es uno de los tesoros más valiosos del mundo cristiano.
UN AS EN LA MANGA DE DIOS DOCUMENTAL DE JJ.BENITEZ:


Antes de cambiar el mundo, da una vuelta por tu casa

Antes de cambiar el mundo, da una vuelta por tu casa


Hay quien desea cambiar el mundo sin antes, darse una vuelta por su casa. Son los “salvapatrias” de armaduras de hojalata, personas que solo ven sus propios horizontes, sus sueños de grandeza pero no sus realidades más cercanas. Esa humildad cotidiana donde acontecen las verdaderas carencias y la oportunidad de las auténticas revoluciones.
Decía León Tolstoi con gran acierto que la mayoría de personas alzan la voz pidiendo cambiar el mundo. Sin embargo, son muy pocos los que empiezan por cambiarse a sí mismos. Porque, con un cambio de actitud, y ese coraje silencioso que calla y avanza, que observa y actúa es de donde han partido las grandes transformaciones.
Ernest Hemingway escribió una vez sobre un aspecto que está de plena actualidad. Se preguntaba por qué había personas que al llegar a un cargo de autoridad perdían por completo el contacto con lo real. Con las necesidades más cercanas. Llegada la oportunidad de hacer cosas verdaderamente buenas para la sociedad, esas personas “mutaban” en un espécimen digno de estudio.

Hemingway lanzaba la cuestión sobre qué tipo de “agente infeccioso” ocasiona la corrupción una vez que se alcanza el poder. Esa misma cuestión la seguimos teniendo ahora. ¿Por qué quién tiene la capacidad de mejorar el mundo, en ocasiones, lo daña? Te proponemos reflexionar sobre ello.
mujer ballena

Cambiar el mundo para que esté a mi medida

“Cambiar el mundo sí, pero para que calce mi talla. Haré cambios, desde luego, pero los justos para que cumplan mis expectativas y armonicen con mis egoísmos. Empezaremos hablando de este tipo de mentalidad, la de quienes habiendo llegado a la cumbre, se desligan por completo de los problemas reales hasta disolverlos en el olvido. En la nimiedad.

La mitología griega, siempre tan sabia, supo reflejar a la perfección el carácter humano, sus pecados capitales y sus abismos psicológicos. Al ego desmedido, por ejemplo, lo llamaron “hubris”. Solían usar este término cuando los héroes, al alcanzar fama, renombre y riqueza, cruzaban la línea de lo ético para llegar al abismo de lo delictivo.
No obstante, el hubris podía ser realmente peligroso. Porque cuando el héroe osaba retar a los dioses, al dar muestras de su poder mediante una violencia ebria, la grosería y un egoísmo desmedido, aparecía Némesis, la diosa de la justicia. De este modo, castigado el poderoso y corrupto, todo volvía a su sutil equilibrio. Ahora bien, en nuestra realidad, lejos de las esferas del Olimpo, la cosa es bien distinta.
hombre cuernos
Quien llega al poder y ansía cambiar el mundo para satisfacer los propios beneficios, no siempre recibe un castigo. Al contrario, lo más probable es que aparezcan los aduladores. Personas que aprovechan la oportunidad y que refuerzan al poderoso para obtener un beneficio conjunto. Para consolidar las malas artes y hacer del “hubris”, su modo de vida.
El mundo, por tanto, lejos de cambiar, queda atascado en esa realidad donde crecen aún más las carencias, las necesidades. Y en especial, la falta de esperanza ante el vacío de justicia.

Para hacer un mundo mejor, empieza por ti mismo

En nuestra sociedad, en ocasiones, somos testigos de comportamientos realmente contradictorios. Hay personas que defienden y ensalzan los valores del respeto, la igualdad y la solidaridad y en cambio, son especialistas en humillar a quienes tienen cerca. También están quienes no saben ver las prioridades. Quienes ponen su mirada en proyectos profesionales, descuidando por completo a su familia…
Cada persona ve y entiende el mundo a su manera, no hay duda. Sin embargo, quien se aleja de lo que es realmente importante pierde el rumbo. Quien no es coherente con sus palabras y actos, crea una realidad desafinada e incoherente. Son detalles de los que hemos ser conscientes y que sin duda, nos permitirían crear un mundo mejor.
Te proponemos reflexionar sobre estas dimensiones, sobre estas estrategias con las cuales, ser artífices de una realidad más positiva. Más esperanzadora.
gif pájaros

Claves para un mundo mejor

Nadie podrá crear un mundo mejor, si no se preocupa primero de ser mejor persona. Hay que “limpiar el alma” de egos (hubris), de rencores, desconfianzas, envidias y muchos, muchos prejuicios de los que no siempre somos conscientes. Es un viaje interior que, lamentablemente, no todos están dispuestos a realizar.
  • Conocerse a uno mismo y atender nuestro jardín interno es el primer escalón en este ascenso. Hemos de cultivar humildad para cosechar respeto. Hay que abonar de afecto el corazón para hacer de la empatía nuestra mejor arma.
  • El segundo escalón es el de ser intuitivo con las necesidades de quienes tenemos más cerca.Hacer el bien sin mirar a quien, siempre será una buena opción. No obstante, recuerda, que si ofreces nobleza, exige como mínimo respeto.
  • Porque para cambiar el mundo se necesita también de un sentido de la justicia basado en la consideración. Ahí donde no caben los juegos de fuerza, los sabotajes, las agresiones o las discriminaciones.
  • Haz algo bueno cada día. No te descuides a ti mismo, pero consigue que -cada noche cuando te vayas a la cama- la buena conciencia sea tu mejor almohada. Algo así se consigue sin duda haciendo felices a los nuestros, pero también a quienes no conocemos.
Colaborar con nuestras comunidades, cuidar del medio ambiente o formar parte de ONG´s es ayudar al bien común. No obstante, algo que no podemos descuidar son nuestras generaciones del mañana. Educa bien, educa en valores para que los niños del ahora sean esos adultos del mañana capaces de cambiar el mundo.

Carta de una mujer golpeada por su esposo


  • Enviado el : 11 October 2016
  •  
  • Por: Rocio
Carta de una mujer golpeada por su esposo
Esta carta te la que escribo a ti, mi querido esposo, con las últimas fuerzas que me quedan  después de tener una pequeña riña contigo. Recuerdo cuando nos conocimos,  lo caballero que eras. Elegante, atento , educado, un hombre como pocos según mis ciegos ojos y, a pesar de tu mala actitud, no me daba cuenta de nada y me fui enamorando como una loca por ti. 
Dependía de tus caprichos, ya sabes, educada a la antigua con moral, y con perjuicios. Tú por conjugar todo, me regalaste lociones, miles de estrellas, y buenos deseos. Sin duda me convenciste que eras con el que deseaba pasar el resto de mi vida.
Una tarde todo ilusionada y enamorada vestida de blanco, recorrí el sendero para llegar a ti , con la esperanza que nuestro mundo sería siempre de color de rosas , y llegó el tan ansiado “hasta que la muerte nos separe” . Todos aplaudieron, tus ojos brillaron, sellaste el pacto con besos de sangre invisible. Sólo 2 semanas de vida armoniosa, porque una mañana te enojaste pues tu camisa preferida no estaba planchada, ahí comenzó todo, me golpeaste y saliste apresurado. Pensé, tengo la culpa por no tener su ropa limpia, y te perdoné como si no hubiera pasado nada. A ti por la noche me entregue, aún con el cuerpo adolorido.
Este mal trato fue contínuo con la llegada de los niños, pues te incomodaban sus gritos. Sí, sin dudarlo corazón , eras precavido, me golpeabas diciéndome que ” era la forma de demostrarme tu cariño” y yo lo creía, necesitaba hacerlo porque te amaba, y no podía dejarte, la maldita excusa de siempre,  ¿que dirían de mi? o los niños están pequeños, necesitan a su papá y siempre te justificaba, por no aceptar que era mi cobardía, a enfrentar la vida en soledad, por lo que en verdad no te abandonaba además del juramento y la alianza de que nos separe la muerte, ¿cómo romperlo? Si esta vida lo había elegido yo, nadie me esforzó.
A veces tus golpes ya no me dolían, fuiste cruel y yo cobarde, hicimos de esto una rutina, me pagabas como para reafirmar jerarquía, tú eres el que manda, soy tu mujer, y debo obedecer. Nada ni nadie nos podía separar, creo que en lugar de casarnos, no noté que para ti fue comprarme para tu sirvienta y prostituta gratis, no una mujer para amar y compartir.
Esta noche me golpeaste como nunca en el vientre, la cara y todo el cuerpo y casi me desvanecí, te asustaste y saliste despavorido.  Yo tomé fuerzas de nada y salí a denunciarte (qué tarde), pues a media calle, mi cuerpo estaba inconsciente y mientras me llevan al hospital, voy pensando que es verdad, sólo la muerte nos va a separar, una promesa que cumpliremos, una muerte que loca y ansiosa en tus manos fui a encontrar, y todo por amarte y ser cobarde, no tolerar el  ¿qué dirán?
Ya se va acabar el sufrimiento, ahora  lloras e imploras mi perdón, llevando a mi tumba flores, como cuando éramos novios ¿para qué? esas no las quería ni en vida, sólo anhelaba tus caricias, y tu aceptación, y sólo obtuve golpes y mi propia humillación.
Te dejo amor mio, por fin la muerte nos separó, ( cumplí la promesa) eres libre, sólo te pido que ya no golpees a nadie más, mi cuerpo y mi alma por fin ya no sienten dolor.
Atentamente
Tú mujer a la que golpeabas y que por cobarde nunca se defendió.
Anónimo

RECETA . COQUITOS.

El jardin de mis recetas ♥


Posted: 12 Oct 2016 01:54 AM PDT

Desde que era bien pequeña me gustaron siempre los coquitos. Cuando ya empecé a hacer algún que otro dulce en casa los coquitos y la tarta de galleta quizás que fueran los que más hice junto con los flanes. La receta de los coquitos me la diera una chica y hice como os digo muchos, luego la receta la perdí y me olvidé un poco de ellos también, de lo contrario hasta a mi me saldría coco por las orejas jaja. Pues os quiero decir con esto, que un día andaba yo en busca de una receta fiable por Internet y me tope con una en canal cocina que la hacían unas monjitas, la receta en cuestión es esta que veis pero yo tuve que añadir otro huevo más. Dejé la masa reposar más de dos horas y el coco seguía igual, y claro, para luego pasar la masa por la manga pastelera me costo, por poco pega una estampida la manga jeje, lo que me costó!! sin embargo en el vídeo se ve como a ellas le queda una masa super manejable y sin ningún esfuerzo la sacaba de la manga, en fin!! los coquitos me supieron a poco después de tanto tiempo sin comerlos, pero volveré a intentarlo y dejar la masa más tiempo a ver si se hidrata el coco mejor...
INGREDIENTES:
  • 250 gr de coco
  • 250 gr de azúcar
  • 3 huevos
  • Galletas de barquillo (las de los helados)
PREPARACIÓN:
Coloca el coco en un bol, si el coco tiene algún grumo se lo deshacemos con una cuchara o mismo con las manos. Añade el azúcar removemos todo con una cuchara y agrega los huevos, amasa con una cuchara hasta que este todo integrado.

Deja reposar la masa en la nevera al menos 2 horas para que el coco se hidrate bien. Coloca la masa de coco en una manga pastelera con una boquilla grande rizada. En una bandeja de hornear coloca las galletas tal cual vienen, unas a par de las otras.


Ahora hacemos montoncitos de masa encima de cada galleta, no muy grandes. Una vez terminada la masa horneamos en horno precalentado a 200º unos 10- 15 minutos, cuando veamos que están doraditos están listos. Los sacamos del horno y los dejamos enfriar sobre una rejilla, luego yo le recorté con unas tijeras la galleta sobrante, dejamos enfriar del todo y listos para comer...

Estos son los eventos astronómicos de esta temporada

Estos son los eventos astronómicos de esta temporada

No habrá eclipses, pero durante esta temporada podremos disfrutar de varios

 eventos de astronomía, como lluvias de meteoros o planetas visibles en el cielo.



(Foto: Carlos Fernandez)
El otoño ha llegado al hemisferio norte, aunque las altas temperaturas de las que disfrutamos en estos países resulten engañosas. La tercera estación del año viene marcada por la vuelta a la rutina y el regreso a las tan temidas alergias. En esta temporada también arranca llena de espectáculares eventos astronómicos.
Tras el eclipse penumbral de Luna del pasado 16 de septiembre, no podremos contemplar más eventos como este durante los próximos meses. A cambio, será posible disfrutar de tres Lunas llenas (16 de octubre, 14 de noviembre y 14 de diciembre).
Este mes de octubre, disfrutaremos de eventos astronómicos como lo que se conoce como Luna del cazador, al ser un momento favorable para la caza, según explica el astrónomo Rafael Bachiller en El Mundo. Nuestro satélite se verá más grande de lo normal, en particular, un 16% más amplio y un 30% más brillante. Por eso se llamará Superluna, como en el caso de noviembre y diciembre.
Restos de la Supernova 1604.(NASA ESA)
Asimismo, como en octubre disfrutaremos de dos Lunas nuevas (la del pasado 1 de octubre y la del próximo día 30), la segunda se denomina Luna negra.
Además, Júpiter será visible al amanecer, mientras que Urano podrá ser observado toda la noche al principio de otoño. A mediados, podremos ver este planeta, junto con Venus, Marte y Saturno, únicamente en el cielo vespertino.
Aquellos aficionados a la astronomía que disfruten de una reducida contaminación lumínica podrán contemplar las constelaciones del Cisne, Casiopea, la Osa Menor y la Jirafa alrededor de la estrella Polar.
Sin embargo, el gran espectáculo de esta guía de eventos astronómicos llega en forma de lluvia de estrellas. El primer fenómeno importante de este tipo, las Dracónidas, tendrá su máximo el próximo 8 de octubre. Otro evento conocido es el que sucede con las Leónidas, que sucede aproximadamente sobre el 17 de noviembre.
Órbita de 3200 Phaeton, cuyos restos son los causantes de la lluvia de estrellas conocida como Gemínidas. Fuente: Mungany (Wikimedia)
Órbita de 3200 Phaeton, cuyos restos son los causantes de la lluvia de estrellas conocida como Gemínidas. Fuente: Mungany (Wikimedia)
La lluvia de meteoros más intensa llega con las Gemínidas, estrellas fugaces bastante intensas que podrán verse al máximo ritmo el 13 de diciembre. Este fenómeno se produce cuando nuestro planeta cruza la zona donde se encuentran los restos del asteroide 3200 Phaeton. Los fragmentos del asteroide pasan por nuestra atmósfera a una velocidad de 35 kilómetros por segundo, lo que hace que estos restos, convertidos en auténticos “bólidos de fuego”, se vean como destellos brillantes en el cielo.
El problema de esta lluvia de estrellas será que su máximo coincidirá con una Luna llena, lo que dificultará su observación. Desde el Instituto Geográfico Nacional recomiendan contemplar este tipo de espectáculos de la astronomía, siempre que sea posible, en Luna nueva, para así evitar la iluminación y observar con claridad el cielo, salvo que queramos ver directamente a nuestro propio satélite.
En las noches oscuras, los expertos también apuntan que será factible intentar ver galaxias como la de Andrómeda o nebulosas como Orión en el caso de contar con un pequeño telescopio.
Si sólo disponemos de grandes prismáticos, es posible observar las lunas más brillantes de Júpiter. Esta pequeña guía nos ayudará a disfrutar de estos auténticos espectáculos celestes para así disfrutar de las maravillas de la astronomía.

COLON - 12 de Octubre por Eduardo Galeano

El Club de los Libros Perdidos


Galeano

Colón
12 de octubre de 1492, Guanahaní


   Cae de rodillas, llora, besa el suelo. Avanza, tambaleándose porque lleva más de un mes durmiendo poco o nada, y a golpes de espada derriba unos ramajes.

   Después, alza el estandarte. Hincado, ojos al cielo, pronuncia tres veces los nombres de Isabel y Fernando. A su lado, el escribano Rodrigo de Escobedo, hombre de letra lenta, levanta el acta.
   
   Todo pertenece, desde hoy, a esos reyes lejanos: el mar de corales, las arenas, las rocas verdísimas de musgo, los bosques, los papagayos y estos hombres de piel de laurel que no conocen todavía la ropa, la culpa ni el dinero y que contemplan, aturdidos, la escena.

   Luis de Torres traduce al hebreo las preguntas de Cristóbal Colón:

   ¿Conocéis vosotros el Reino del Gran Kahn? ¿De dónde viene el oro que lleváis colgado de las narices y las orejas?

   Los hombres desnudos lo miran, boquiabiertos, y el intérprete prueba suerte con el idioma caldeo, que algo conoce:

   ¿Oro? ¿Templos? ¿Palacios? ¿Rey de reyes? ¿Oro?

   Y luego intenta la lengua arábiga, lo poco que sabe




 ¿Japón? ¿China? ¿Oro?El intérprete se disculpa ante Colón en la lengua de Castilla 
Colón maldice en genovés, y arroja al suelo sus cartas credenciales, escritas en latín y dirigidas al Gran Kahn. Los hombres desnudos asisten a la cólera del forastero de pelo rojo y piel cruda, que viste capa de terciopelo y ropas de mucho lucimiento.

   Pronto se correrá la voz por las islas:

   ¡Vengan a ver a los hombres que llegaron del cielo! ¡Tráiganles de comer y de beber!


La capital de los aztecas

8 de noviembre de 1519, Tenochtitlán


   Mudos de hermosura, los conquistadores cabalgan por la calzada. Tenochtitlán parece arrancada de las páginas de Amadís, cosas nunca oídas, ni vistas, ni aún soñadas… El sol se alza tras los volcanes, calles, acequias, templos de altas torres, se despliega y fulgura. Una multitud sale a recibir a los invasores, en silencio y sin prisa, mientras infinitas canoas abren surcos en las aguas de cobalto.

   Moctezuma llega en litera, sentado en suave piel de jaguar, bajo palio de oro, perlas y plumas verdes. Los señores del reino van barriendo el suelo que pisará.

   Él da la bienvenida al dios Quetzalcóatl:

   Has venido a sentarte en tu trono —le dice—. Has venido entre nubes, entre nieblas. No te veo en sueños, no estoy soñando. A tu tierra has llegado…

   Los que acompañan a Quetzalcóatl reciben guirnaldas de magnolias, rosas y girasoles, collares de flores en los cuellos, en los brazos, en los pechos: la flor del escudo y la flor del corazón, la flor del buen aroma y la muy amarilla.

   Quetzalcóatl nació en Extremadura y desembarcó en tierras de América con un hatillo de ropa al hombro y un par de monedas en la bolsa. Tenía diecinueve años cuando pisó las piedras del muelle de Santo Domingo y preguntó: ¿Dónde está el oro? Ahora ha cumplido treinta y cuatro y es capitán de gran ventura. Viste armadura de hierro negro y conduce un ejército de jinetes, lanceros, ballesteros, escopeteros y perros feroces. Ha prometido a sus soldados: Yo os haré, en muy breve tiempo, los más ricos hombres de cuantos jamás han pasado a las Indias.

   El emperador Moctezuma, que abre las puertas de Tenochtitlán, acabará pronto. De aquí a poco será llamado mujer de los españoles y morirá por las pedradas de su gente. El joven Cuauhtémoc ocupará su sitio. Él peleará.

«La Noche Triste»
30 de junio de 1520, Teocalhueyacan 

   Hernán Cortés pasa revista a los pocos sobrevivientes de su ejército, mientras la Malinche cose las banderas rotas.

   Tonochtitlán ha quedado atrás. Atrás ha quedado la columna de humo que echó por la boca el volcán Popocatépetl, como diciendo adiós, y que no había viento que pudiera torcer.

   Los aztecas han recuperado su ciudad. Las azoteas se erizaron de arcos y lanzas y la laguna se cubrió de canoas en pelea. Los conquistadores huyeron en desbandada, perseguidos por una tempestad de flechas y piedras, mientras aturdían la noche los tambores de la guerra, los alaridos y las maldiciones.

   Estos heridos, estos mutilados, estos moribundos que Cortés está contando ahora, se salvaron pasando encima de los cadáveres que sirvieron de puente: cruzaron a la otra orilla pisando caballos que se habían resbalado y hundido y soldados muertos a flechazos y pedradas o ahogados por el peso de las talegas llenas de oro que no se resignaban a dejar.

LEE TAMBIÉN:PATAS ARRIBA, libro recomendado de Eduardo Galeano

La espada de fuego

13 de agosto de 1521, Tlatelolco 

   La sangre corre como agua y está ácida de sangre el agua de beber. De comer no queda más que tierra. Se pelea casa por casa, sobre las ruinas y los muertos, de día y de noche. Ya va para tres meses de batalla sin treguas. Sólo se respira pólvora y náuseas de cadáver; pero todavía resuenan los atabales y los tambores en las últimas torres y los cascabeles en los tobillos de los últimos guerreros. No han cesado todavía los alaridos y las canciones que dan fuerza. Las últimas mujeres empuñan el hacha de los caídos y golpetean los escudos hasta caer arrasadas.

   El emperador Cuauhtémoc llama al mejor de sus capitanes. Corona su cabeza con el búho de largas plumas, y en su mano derecha coloca la espada de fuego. Con esta espada en el puño, el dios de la guerra había salido del vientre de su madre, allá en lo más remoto de los tiempos. Con esta serpiente de rayos de sol, Huitzilopochtli había decapitado a su hermana la luna y había hecho pedazos a sus cuatrocientos hermanos, las estrellas, porque no querían dejarlo nacer.

   Cuauhtémoc ordena:

   Véanla nuestros enemigos y queden asombrados.

   Se abre paso la espada de fuego. El capitán elegido avanza, solo, a través del humo y los escombros.

   Lo derriban de un disparo de arcabuz.


   Tenochtitlán 

   El mundo está callado y llueve

De pronto, de golpe, acaban los gritos y los tambores. Hombres y dioses han sido derrotados. Muertos los dioses, ha muerto el tiempo. Muertos los hombre, la ciudad ha muerto. Ha muerto en su ley esta ciudad guerrera, la de los sauces blancos y los blancos juncos. Ya no vendrán a rendirle tributo, en las barcas a través de la niebla, los príncipes vencidos de todas las comarcas.

   Reina un silencio que aturde. Y llueve. El cielo relampaguea y truena y durante toda la noche llueve.

   Se apila el oro en grandes cestas. Oro de los escudos y de las insignias de guerra, oro de las máscaras de los dioses, colgajos de labios y de orejas, lunetas, dijes. Se pesa el oro y se cotizan los prisioneros. De un pobre es el precio, apenas, dos puñados de maíz… Los soldados arman ruedas de dados y naipes.

   El fuego va quemando las plantas de los pies del emperador Cuauhtémoc, untadas de aceite, mientras el mundo está callado y llueve.



Cuauhtémoc
28 de febrero de 1525, Tuxkahá 
   
De la rama de una antigua ceiba se balancea, colgado de los tobillos, el cuerpo del último rey de los aztecas.
Cortés le ha cortado la cabeza.

   Había llegado al mundo en cuna rodeada de escudos y dardos, y estos fueron los primeros ruidos que oyó:

Tu propia tierra es otra. A otra tierra estás prometido. Tu verdadero lugar es el campo de batalla. Tu oficio es dar de beber al sol con la sangre de tu enemigo y dar de comer a la tierra con el cuerpo de tu enemigo.

Hace veintinueve años, los magos derramaron agua sobre su cabeza y pronunciaron palabras rituales:

   —¿En qué lugar te escondes, desgracia? ¿En qué miembro te ocultas? ¡Apártate de este niño!

   Lo llamaron Cuauhtémoc, águila que cae. Su padre había extendido el imperio de mar a mar. Cuando el príncipe llegó al trono, ya los invasores habían venido y vencido. Cuauhtémoc se alzó y resistió. Fue el jefe de los bravos. Cuatro años después de la derrota de Tenochtitlán, todavía resuenan, desde el fondo de la selva, los cantares que claman por la vuelta del guerrero.

   ¿Quién hamaca ahora su cuerpo mutilado? ¿El viento o la ceiba? ¿No es la ceiba quien lo mece, desde su vasta copa? ¿No acepta la ceiba esta rama rota, como un brazo más de los mil que nacen de su tronco majestuoso? ¿Le brotarán flores rojas?

   La vida sigue. La vida y la muerte siguen.


EL AUTORRECHAZO