MAPA DE VISITAS

RECETA - TARTA DE MANZANA AL RON


Esta receta todavía no tiene nota. ¡Sé la primera! ¡Pon la tuya!
Tarta de manzanas al ron
Origen de la receta:  Europea
Tipo de cocción:  horno
 
Tiempo de preparación: 40 minutos
Tiempo de cocción: 55 minutos
 
Ingredientes (6 personas):

    Para 6 personas
    Preparación: 40 mn
    Cocción: 55 mn

    Ingredientes
    Para la masa:
    200 gr de harina
    10 gr de levadura
    150 gr de mantequilla
    huevos
    10 cl de leche
    30 gr de azúcar

    Para el relleno:
    manzanas (golden, reineta o granny-smith)
    El zumo de ½ limón
    60 gr de mantequilla (+ 10 gr para el molde)
    4 c. soperas de azúcar en polvo
    100 gr de uvas pasas
    5 cl de ron moreno

Preparación: 

Cortar la mantequilla en pequeños trozos y dejar fundir a temperatura ambiente. Espolvorear la levadura en la leche templada. Batir los huevos con el azúcar. Poner las uvas pasas en un bol con agua hirviendo y el ron.

Tamizar la harina en un gran recipiente, añadir la levadura y mezclar bien con los dedos. Incorporar los huevos y trabajar la masa hasta que esté suave y se despegue fácilmente de las paredes del recipiente. Añadir la mantequilla trabajar la masa y una vez homogénea, dejar levantar una hora a temperatura ambiente.

Pelar las manzanas, cortar en cuartos y rociar con el zumo de limón.

Fundir 60 gr de mantequilla en una sartén a fuego medio. Cuando empiece a calentar, verter el azúcar y dejar caramelizar ligeramente. Colocar las manzanas pegadas las unas a las otras y rehogar 1 minuto de cada lado.

Precalentar el horno a 200°C y untar de mantequilla un molde con bordes bastante altos. Estirar la masa con un rodillo, colocar los cuartos de manzanas en la superficie con su jugo de cocción. Repartir las uvas pasas bien escurridas y dejar levantar aún durante 20 minutos. Meter en el horno, bajar la temperatura a 180°C y continuar la cocción durante 30 minutos.

Foto: © Valéry Guedes / Natacha Arnoult 

Todo lo que sabemos sobre el cerebro, explicado en siete claves

AA
Aunque aún no cumple los 50, Carlos Chaguaceda (León, 1966) es una cara muy conocida en el entorno del periodismo y la comunicación corporativa. Y uno de los más claros ejemplos de ida y vuelta entre los dos mundos, tan interdependientes el uno del otro. Empezó su carrera como redactor económico, pasando por ExpansiónLa Gaceta de los Negocios y Antena 3 –donde fue jefe de economía, subdirector de informativos y corresponsal en Bruselas– y hasta el pasado diciembre fue director de comunicación corporativa de Coca-Cola, compañía en la que ha estado durante más de una década.
Durante su paso por la multinacional fue presidente del Instituto Coca-Cola de la Felicidad, un cometido que le llevó a interesarse por todo lo que la ciencia puede explicarnos sobre nuestras emociones. La puesta en marcha de esta iniciativa llevó a Chaguaceda a conocer a divulgadores como el neurocirujanoMario Alonso Puig o Eduardo Punset. Y todo lo aprendido durante estos años se refleja ahora en el libro El mono feliz. Descubre cómo la ciencia explica nuestras emociones (Plataforma Actual), en el que Chaguaceda explica de qué manera nuestro cerebro nos permite ser felices.
Estas son las principales ideas que Chaguaceda explora en el libro, tal como las ha diseccionado en su visita a la redacción de El Confidencial.
1. La razón es secundaria, lo que nos rigen son las emociones
Chaguaceda explica que nuestro cerebro es el resultado de un largo proceso evolutivo en el que se ha ido dotando de capacidades más complejas pero, aún así, no se ha modificado la base primitiva en la que se sustenta.
“Como el hombre es un ser racional tendemos a pensar que todo lo que hacemos es racional”, explica el periodista. “Pero lo que ha ido descubriendo la ciencia es que las intuiciones y las emociones pesan más que lo racional. Lo subjetivo siempre está por delante de lo objetivo”.
Nuestro cerebro capta información como una esponja pero sólo somos conscientes de la parte que captamos racionalmente
El exdirectivo de Coca-Cola pone un ejemplo:“Cuando ves a alguien no sabes si te cae bien o mal, pero de hecho te está cayendo bien o mal. Yo soy consciente de que antes de abrir la boca la persona que está delante de mí se ha hecho una idea de mí, por cómo he sonreído, por cómo llevo el pelo, por cómo me he dirigido a él… Nuestro cerebro capta información como una esponja pero sólo somos conscientes de la parte que captamos racionalmente. Capta cosas de la que no nos damos cuenta”.
2. La realidad objetiva no existe
“El análisis y los datos que obtenemos de la realidad pueden ser objetivos, pero la construcción que haces es siempre subjetiva”, explica Chaguaceda.“Tú puedes medir una distancia, pero si esta es larga o corta lo decides tú”.
El periodista pone como ejemplo un viaje en coche: “Cuando haces un trayectolos kilómetros se te hacen más cortos cuando ya los has recorrido, aunque la distancia es la misma. Si estamos en Madrid y vamos a Alicante hasta que no hemos pasado el desvío de la A-3 y la A-4 no pensamos que estamos llegando, pero cuando estamos volviendo a 150 km ya estamos, porque todo es más reconocible. De la misma manera que siempre pensamos que está más cerca el tiempo por venir que el tiempo que ha pasado”.
(E. Villarino)(E. Villarino)
3. Todos nuestros pensamientos están condicionados por la subjetividad. Por eso es importante el diálogo
Esta reconstrucción subjetiva de la realidad, que todos realizamos de forma inconsciente, hace que nuestros pensamientos, que consideramos tan racionales, estén en verdad totalmente condicionados por nuestros deseos y nuevas creencias.
“El cerebro siempre capta mejor los argumentos en los que ya creías”,explica Chaguaceda. “Primero está la creencia y luego está la razón. Por eso a los que tienen una determinada postura su cerebro les da la respuesta que necesitan. Como yo creo que la reforma fiscal es buena o mala a partir de mi creencia mi cerebro me da los argumentos que la sustenta. Por eso los contrarios a la reforma sólo encuentran los peros y los que no los favorables”.
Tenemos que entender que cuando estamos discutiendo de un tema es porque tenemos visiones diferentes, no porque la realidad sea intrínsecamente diferente
En opinión del periodista, es necesario que aprendamos a analizar las emociones, para así ser más comprensivos con las subjetividad propia de toda interacción social: “Tenemos que entender que cuando estamos discutiendo de un tema es porque tenemos visiones diferentes, no porque la realidad sea intrínsecamente diferente. Cuando se plantea sobre la mesa un argumento entre un par de comunidades y el resto se suele hablar de ‘datos objetivos de la situación’. Pero es que esto no existe, tú tienes una visión y yo tengo otra. No todo es negro y blanco, la vida es gris. Hay que encontrar términos medios, puntos de conexión”.
4. El egoísmo funciona, pero el altruismo más
“El egoísmo”, explica Chaguaceda citando a Juan Luis Arsuaga, “tiene un componente evolutivo, porque entre otras cosas somos un conjunto de genes, y si no pensáramos que merecemos sobrevivir más que el de al lado nos dejaríamos ir. Si hemos sobrevivido es porque tenemos una pulsión a la supervivencia. Y dentro de un grupo el egoísmo tiene un premio, en términos evolutivos”.
Ahora bien, matiza el periodista, como el ser humano es un ser social, solo el altruismo entre los miembros del grupo permite que éste triunfe: los grupos que colaboran obtienen mejores rendimientos que los que no lo hacen.
“Esa necesidad de ser egoístas y colaboradores al tiempo nos mantiene en una balanza”, explica Chaguaceda. “Si tú tiras todos los balones a puerta y los metes igual, serás el mejor de tu equipo, pero tu equipo irá de pena, y a los equipos que colaboran les va mejor, y como les va mejor a todos, a ti también”.
(E. Villarino)(E. Villarino)
5. Las emociones nos conectan, pero pueden ser un problema
Esta dualidad del ser humano entre el egoísmo y el altruismo hace que nuestras emociones no siempre nos lleven por el buen camino.
Las emociones se contagian y pueden unirnos. “En la calle no conoces a la gente de nada, pero si hay un incendio, o pasa algo gordo, seguramente la capacidad de conectar entre nosotros sería muchísimo mayor”, explica Chaguaceda a modo de ejemplo.
No puede ser que después de años de intentar salir de la superstición y llegar a la razón ahora digamos que la razón no sirve
Pero si no controlamos estas emociones, apunta el periodista, también pueden aislarlos: “Si la emoción predominante es yo soy de Villarriba de arriba y tú de Villaarriba de abajo, mal vamos. Hay que dar peso a las emociones, pero no se trata de dejar la sociedad en manos de las emociones, porque si no un día se nos va la cabeza. La capacidad de leer los emociones de los demás es necesaria para progresar, eso es lo que hay que reivindicar, pero no puede ser que después de años de intentar salir de la superstición y llegar a la razón ahora digamos que la razón no sirve”.
6. Todos los humanos somos muy parecidos…
“Somos 7.000 millones de personas en el mundo y no hay 7.000 millones de tipos de sonrisas, hay sólo siete”, apunta Chaguaceda. “Yo creo que, aunque creamos que somos muy distintos, somos muy parecidos. Nada se parece más a un ser humano que otro ser humano. Si ves el fútbol la emoción es que gane tu equipo y no el otro, pero si fueras un marciano verías que sentimos lo mismo en situaciones idénticas”.
7…Pero somos imprevisibles
Sí, los humanos somos muy parecidos, pero en lo que más nos parecemos es en nuestra subjetividad, lo que nos hace imprevisibles. “Todos en función de donde nos pongan actuamos de una u otra manera”, explica Chaguaceda.“Sabemos que somos todos tremendamente parecidos, pero luego somos imprevisibles: ante la publicidad, la política, la viralización… Mira lo que pasa con las redes sociales. Hay vídeos que lo petan y todas las compañías buscan replicarlo, pero nadie lo consigue. Somos previsibles en cómo vamos a valorar las cosas pero luego somos imprevisibles sobre qué vamos a hacer”.

Fabiola Martínez se calienta y muestra su indignación con Montañez

ESCRIBIÓ UN DURO COMENTARIO EN TWITTER
AA
Una semana después de las declaraciones con las que Beatriz Montañez prendía la mecha con sus declaraciones sobre la democracia de Venezuela, las reacciones continúan. Esta vez ha sido Fabiola Martínez, la mujer de Bertín Osborne, la que ha levantado la palabra. La venezolana, quien no debió acoger con júbilo lo que dijo la presentadora de Hable con ellas en la entrevista con su marido, ha estallado y ha mostrado públicamente su “indignación” con el programa en general y con la periodista en particular.
“Indignada en lo más profundo de mis raíces venezolanas. Sí a la paz pero sin parodia @Bea_Montanez. No me gusta #hableconellas14. Buenas noches”, decía Fabiola en su perfil de Twitter este lunes por la noche.
Para intentar zanjar la polémica que había generado su discusión en el programa de Telecinco, Bertín Osborne acudió de nuevo a hablar con ellas. Allí una irónica Beatriz Montañez reconoció que existían vídeos de Pablo Iglesias elogiando el régimen venezolano y que, por ello, se disculpaba. “Lo siento. Me he equivocado. No volverá ocurrir”, fueron las palabras –pardodiando la famosa disculpa del Rey Juan Carlos– que utilizó la presentadora para reconocer su error de la semana anterior, pero que no sentaron nada bien a Fabiola.
Para la mujer de Bertín, Montañez intentó hacer gracia tirando de ironía en un asunto demasiado serio. Estaba de acuerdo con que ella y su marido hicieran las paces, pero no tirando de frases con dobles interpretaciones que hacían dudar de su arrepentimiento.
Por su parte el cantante y presentador alabó la decisión de Montañez de donar los 1.000 euros de la apuesta que había perdido a una ONG venezolana.

La Reina Letizia al cine con las niñas

CONTINÚAN CON SUS SALIDAS PRIVADAS y el Rey Felipe VI de tapas con amigos
AA
Tarde de chicas para la Reina de España y sus hijas. El viernes 4 de julio, sobre las 6 de la tarde, Doña Letizia, acompañada de la Princesa de Asturias y la infanta Sofía, se desplazaba hasta el madrileño centro comercial Príncipe Pío para disfrutar de la nueva película de Disney, Campanilla, hadas y piratas, que se acaba de estrenar en España.
Letizia con Leonor y Sofía (Gtres)Letizia con Leonor y Sofía (Gtres)
La Reina iba de incógnito vistiendo una camisa blanca, pantalones negros y luciendo sus gafas de sol, complemento que no se quita cuandono quiere ser reconocida. Aun así, muchos de los presentes se percataron de su presencia e intentaron acercarse para fotografiarla. Sin embargo, el equipo de seguridad que llevaba no dejó que se tomara ninguna instantánea de la Reina y sus hijas, algo que ya ha ocurrido en otras ocasiones.
Tan sólo un día más tarde, el sábado 5, el Rey Felipe VI se dejaba ver por la plaza de los Cubos de Madrid, muy cercana a los cines Renoir de la calle Princesa. Este es el cine al que con más asiduidad acuden Don Felipe y Doña Letizia, pues emiten las películas en versión original.
Tras disfrutar de la cinta, el Rey se fue de cena a un bar próximo a la plaza llamado Indalo Tapas. En este establecimiento, por la compra de la bebida a 2,70 euros te dejan elegir entre una gran variedad de montaditos sin coste adicional. Muchos de los comensales que se encontraban allí advirtieron la presencia del Rey y no dudaron en saludarlo: “Buenas noches, Majestad”, le dijeron desde una mesa. El monarca, mostrándose muy campechano, contestó: “¡Qué aproveche!”.
El Rey Felipe posa con algunos de los clientes del bar El Rey Felipe posa con algunos de los clientes del bar
La familia Borbón Ortiz es una gran aficionada al séptimo arte. Es de lo más habitual verles por algunos cines de Madrid, eso sí, intentando pasar desapercibidos. No les importa ver películas para todos los públicos e incluso en muchas disfrutan como auténticos niños. MaléficaPeabody y Sherman oRio 2 son algunos de los largometrajes que han ido a ver.