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“Baila sin pena y busca la fuerza para no rendirte”: Los inusuales deberes que un profesor les deja a sus estudiantes




En los últimos tiempos ha aumentado el número de padres que se lamentan por la cantidad de deberes escolares que sus hijos llevan a casa. Sin embargo, creo que la mayoría de los padres asumiría de buena gana los deberes que les propuso a sus estudiantes el profesor Cesare Catà, quien trabaja en el Instituto de Ciencias Humanas “Don Bosco”, en la ciudad italiana de Fermo, enseñando Filosofía y Literatura. De hecho, esta inusual lista de deberes ya ha recorrido Italia y ahora está dándole la vuelta al mundo.

El motivo de tal revuelo es muy sencillo: en vez de indicar lecturas obligatorias y ejercicios, este profesor le aconsejó a sus estudiantes algo completamente diferente, les dio consejos de vida dirigidos a mejorar el bienestar psicológico, alejándose de la clásica memorización mecanicista de contenidos. 

Los 15 consejos de vida de un profesor a sus estudiantes para que aprovechen el verano


1. Alguna que otra mañana, pasea por la orilla del mar en soledad total: mira el resplandor del sol en el agua y piensa en las cosas que más amas. Sé feliz.

2. Intenta usar las palabras nuevas que aprendiste a lo largo del año: mientras más puedas decir, mejor podrás pensar; y mientras más pienses, más libre serás.

3. Lee, todo lo que puedas. No lo hagas porque debes hacerlo sino porque el verano inspira aventuras y sueños y la lectura te dará alas para volar. Lee porque es la mejor manera que tienes de rebelarte y, si necesitas consejos de lectura, no dudes en acudir a mí.

4. Evita las situaciones y las personas que generen negatividad y provoquen una sensación de vacío. Involúcrate en actividades estimulantes y busca la compañía de personas que te enriquezcan, comprendan y aprecien por lo que eres.

5. No te preocupes si te sientes triste o tienes miedo, el verano, al igual que todas las cosas maravillosas de la vida, siembran confusión en el alma. Lleva siempre contigo un diario y escribe cómo te sientes. Si te apetece, lo leeremos juntos cuando comiencen las clases.

6. Baila, sin pena. En todas partes, en la pista de baile o a solas en tu dormitorio. El verano es una danza y sería un desperdicio no bailar a su ritmo.

7. Al menos una vez, disfruta del amanecer. Permanece en silencio y respira profundamente. Cierra los ojos y siéntete agradecido.

8. Practica mucho deporte.

9. Si encuentras a alguien que te guste, díselo con sinceridad y respeto. Si esa persona no te comprende, es que no estaba en tu destino. Si te entiende y te corresponde, entonces camina a su lado; ese verano será inolvidable.

10. Vuelve a leer los apuntes que tomaste en clases: cuestiona los autores y los conceptos e intenta aplicarlos a lo que te sucede.

11. Sé feliz como la luz del sol e indomable como el mar.

12. No utilices palabras malsonantes, intenta ser cortés y amable.

13. Ve buenas películas cuyos diálogos hagan resonancia emocional en tu interior, mejor aún si son en inglés porque perfeccionarás el idioma y desarrollarás la capacidad de soñar. No permitas que la película se termine con los créditos, revive esas escenas en tu verano.

14. Aprovecha el sol brillante de las mañanas y las noches cálidas del verano para imaginar cómo será tu vida. Busca la fuerza para no rendirte y haz todo lo que puedas para alcanzar ese sueño.

15. Sé bueno.

Cesare Catà reconoce que estos consejos están inspirados en el personaje que interpreta Robin Williams en la película “El club de los poetas muertos”. De hecho, quizás nuestra educación va necesitando una nueva lavada de cara. 

No se trata de olvidarse de las matemáticas, la historia y la física pero sí de comenzar a preocuparnos por algo más allá de los contenidos. Porque amueblarnos la cabeza no significa llenarla de información sino enseñarnos a pensar. Ya lo decía el escritor y poeta italiano Arturo Graf: “excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de aprender”. 

Ojalá este ejemplo inspire a otros educadores :)
Rincón de la Psicología ~ 11:3
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