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Baños de bosque: ¿de verdad son saludables?

Adela, lectora y socia de eldiario.es, nos escribe el siguiente texto en un correo electrónico: "un amiga me ha propuesto ir con ella y un grupo a darnos un 'baño de bosque'. Se trata, según me ha contado, un paseo por un bosque cercano a Bilbao, de donde somos, en el que meditaremos un rato en una zona especialmente aislada... La idea me parece genial, pero lo que me escama es que haya que pagar a una empresa que lo organiza. Mi pregunta es: ¿esto realmente tiene fundamento o es una excusa para montar un negocio? Hay beneficios demostrados en pasear por el bosque o es como lo de las dietas detox?"
La terapia del shinrin-yoku, que se ha traducido al castellano como baño de bosque, no es una novedad reciente, aunque tampoco una tradición milenaria. Proviene de Japón, donde en 1982 la Agencia Forestal Nacional comenzó a promoverla entre los ciudadanos de las grandes ciudades con el fin de retornaran a la naturaleza en una sociedad fuertemente urbanizada. La idea era propiciar el conocimiento del entorno natural a la vez que se contribuía al mantenimiento de los bosques mediante un aumento de impuestos. 
La iniciativa tuvo un gran éxito y pronto fue exportada a Corea del Sur, donde también fue adoptada como propia. Consiste, tal como explica Adela, en dar paseos en pequeños grupos de persona, o solas, por el bosque en silencio, poniendo los cinco sentidos en las sensaciones que nos proporciona el entorno: el olor, los sonidos, el aire, la visión del follaje, los contrastes de luz, etc. En un momento dado existe la opción de sentarse a meditar en un entorno especialmente bello o aislado para después completar el paseo de regreso. 
Foto: Jordi Sabaté
Foto: Jordi Sabaté

Estudios a favor

Ahora bien, no fue hasta 2004 que el gobierno Japonés se decidió a subvencionar, con hasta  tres millones de euros investigaciones que confirmaran científicamente los beneficios para la salud del shinrin-yoku, si es que había alguno. Los estudios realizados se concentraron en aspectos fisio-psicológicos, así como inmunológicos.
Uno de ellos, realizado sobre 280 personas halló relación entre los baños de bosque y un menor nivel de cortisol -hormona del estrés- en la saliva, así como una menor presión arterial, un pulso más relajado y una mayor actividad del sistema nervioso parasimpático. Es decir que los practicantes se mostraban más relajados y con una mejor salud cardiovascular. De ahí se podría derivar que esta terapia es buena en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, por ejemplo.
Otro estudio relavante de la Universidad de Tokio analizó los niveles en orina de marcadores anticancerígenos -proteínas que neutralizan posibles células cancerígenas- en grupos de personas que hacían baños de bosque de varios días. Las conclusiones fueron que se producía un aumento en los niveles de estas proteínas en los días siguientes a los paseos y que los niveles se mantenían altos si se hacía al menos un paseo mensual de este tipo. Por contra, el estudio también analizó los niveles de estas proteínas en personas rurales que viajaban a la ciudad y se comprobó que no experimentaban ninguna variación al alza. 

Hábitos saludables

Para contrastar la validez de estos beneficios nos hemos puesto en contacto con la psicóloga clínica y terapeuta Núria Conesa, que no ha dudado en un primer momento en comparar los baños del bosque con el mindfulness. "Los fundamentos son los mismos: relajación, concentración en lo que vivimos en el momento, cesión de protagonismo a los sentidos postergando la conciencia y sus angustias diarias...", explica esta profesional, que concluye: "si eres capaz de abstraerte de lo cotidiano por un periodo de tiempo, por supuesto que funciona y puede reducir tu estrés, con los beneficios psicológicos que ello comporta". 
Foto: Jordi Sabaté
Foto: Jordi Sabaté
En este sentido, respecto al primer estudio, aunque destaca "que la muestra de 280 personas no puede ser en absoluto concluyente", Conesa cree que es verosimil obtener bajos niveles de cortisol, una menor presión arterial y un pulso relajado. "Si a ello sumas que andas unas cuantas horas, seguramente respirando aire no contaminado, el beneficio es claro en todos los sentidos y es coherente pensar que prevenga contra la diabetes de tipo 2". Pero avisa que más que una terapia revolucionaria, el shinrin-yoku "es un compendio de hábitos saludables de los de toda la vida.
Respecto al segundo estudio, Conesa se muestra más distante: "no puedo entrar en un tema ya más complejo, aunque todo lo que se relacione con bajos niveles de cortisol -estrés e inflamación- favorece los bajos riesgos de desarrollar enfermedades". También insinúa que "quizás haya que sumar como un efecto beneficioso las bacterias y hongos unicelulares existentes en el bosque y que respiramos y tragamos, enriqueciendo nuestra flora intestinal, lo cual mejora la respuesta a las reacciones autoinmunes de nuestro cuerpo".
Finalmente, respecto a la existencia de empresas que mercantiliza n esta actividad, Conesa no ve inconveniente siempre y cuando la experiencia que nos vendan no sea un timo: "si te llevan a un bosque especialmente bonito y relajante, si te enseñan a meditar o te muestran espacios propicios a la relajación, etc., no veo porque no contratar con ellas; otra cosa es que puedas hacerlo gratis y por ti misma, que ya depende de cada uno". 

Enamorarse después de los sesenta

Existe en nuestra sociedad la idea generalizada de que el amor de pareja es algo propio de la juventud. Al igual que ocurre con las relaciones sexuales, pareciera que, después de los sesenta años, el enamoramiento es algo que "no debiera pasar". "De hecho, cuando los mayores muestran abiertamente un interés sexual o amoroso por alguien, en ocasiones los vemos como algo 'que ya no toca', o ridículo, o anormal, propio de 'viejos verdes'", explica Feliciano Villar, doctor en psicología y coordinador del Grupo de Investigación en Gerontología (GIG) de la Universidad de Barcelona.
"Sin embargo, hoy sabemos perfectamente que los mayores son perfectamente capaces de enamorarse y continúan teniendo deseos e intereses sexuales", añade Villar. "Son fenómenos que no dependen de la edad". Más allá de esa certeza científica, los tabússiempre son difíciles de erradicar. Por ello, la duda acerca de si "es posible" enamorarse después de los sesenta todavía es, en cierta medida, un punto a considerar.
"No por su realidad, sino por su construcción mítica: deberíamos pensar qué pasó con una cultura que negó esta posibilidad, como si el amor a esta edad se volviera solo de una manera tierna o infantil, y no ligado a lo sensual", propone Ricardo Iacub, también doctor en psicología, especializado en gerontología, autor de Erótica y vejez y una docena de otros libros sobre problemáticas vinculadas con los adultos mayores.

¿Cómo es enamorarse después de los sesenta?

Si bien desde un punto de vista científico el enamoramiento después de los sesenta no es muy distinto del que ocurre a los veinte, hay varias y notorias diferencias. La primera es que, mientras en la juventud la expectativa de enamorarse es una presencia casi permanente, para los adultos mayores a menudo resulta un hecho inesperado. Saben que la posibilidad existe, pero, como provienen de la misma sociedad que lo ve como algo más bien extraño, "se sorprenden de su propia posibilidad de enamorarse", apunta Iacub. 
Luego es la propia experiencia la que lleva a vivirlo de otra manera. Los adultos mayores "son más conscientes de la relatividad de los sentimientos, de que con el tiempo las cosas pueden cambiar", apunta Villar. Como consecuencia, estas personas "no van con una actitud tan ciega como quizá sí van los adolescentes o jóvenes, sino con una actitud más prudente".
Y sin embargo esa prudencia no le quita intensidad al amor. Todo lo contrario. Iacub, que para sus trabajos recogió numerosos testimonios de personas que han vivido esta experiencia, cuenta que la sensación que muchas expresan es: "Ahora es más intenso que en otro momento". Esto se debe a varios motivos.
Por un lado, una buena parte de los miembros de esa generación se casaron para salir de sus casas y no tuvieron matrimonios felices. Por otro, haber sufrido la soledad, que puede ser muy apremiante. "A esta edad lo valoras más porque sabes lo que es el vacío", es otra de las respuestas recurrentes citadas por el investigador.
Es cada vez más frecuente, por cierto, que las personas mayores formen parejas pero no dejen de vivir por separado, cada uno en su casa. "Son capaces de compartir emociones y pasarlo bien juntos, incluida la dimensión sexual, pero al mismo tiempo valoran mantener ciertas esferas de privacidad y cierto espacio personal", detalla Villar. De este modo, acceden a "lo mejor de los dos mundos: aprovechar lo bueno que tiene estar en pareja y no tener que ceder en modos de hacer cotidianos con los que ya se está a gusto". 
Foto: Joaquin Aranoa
Foto: Joaquin Aranoa

Diferencias de género

Montserrat Celdrán, también doctora en psicología y miembro del GIG de la Universidad de Barcelona, destaca que, según algunos estudios, las parejas entre adultos mayores son más habituales entre los hombres que entre las mujeres. Por su parte, una investigación de 2004, realizada en Estados Unidos, señalaba que solo los hombres viudos con poco apoyo social por parte de sus amigos mostraban más interés que las mujeres en volver a estar en pareja.
Existe, además, para el caso de las personas heterosexuales, un problema cuantitativo: a partir de los sesenta años de edad, hay más mujeres que hombres. De acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en la franja de 60-75 años la diferencia no es tan grande, pues del poco más de 7 millones de personas que constituyen esa población, el 53 % son mujeres y el 47 % hombres. Pero a partir de los 75 años se hace más importante: las mujeres son el 61 % del total de 4,3 millones de personas. Esto quiere decir que, entre los mayores de 75, hay casi un millón de mujeres más que de hombres.
Las mujeres también sufren con más frecuencia las presiones de los hijos, por lo general los hijos varones, quienes suelen tener "reacciones más bien paternalistas", dice Celdrán. Esos hijos se oponen a las nuevas relaciones y en ocasiones incluso interceden para intentar que esa historia se termine. Por supuesto, se debe procurar que eso no ocurra. "La clave es la comunicación clara entre las partes -explica la psicóloga-, exponer los temores y las oportunidades que plantea la nueva relación, y siempre intentar poner la decisión y el bienestar de la persona mayor en primer lugar".

Consejos para romper los tabús y animarse

¿Qué consejos se pueden dar para tratar de romper los tabús y los obstáculos sociales y ayudar a que los adultos mayores se den la oportunidad de enamorarse? Feliciano Villar destaca la importancia de "vivir la vida de acuerdo con los propios criterios y prioridades, especialmente en la vejez, cuando quizá se es más libre en cierto sentido, tras haberse liberado de compromisos laborales y de crianza". También pone énfasis en la capacidad de "valorar el presente y aprovechar lo que uno tiene hoy". Y en atreverse a llevar el control de la propia vida y "evitar que otros decidan por ti".
Las palabras de Ricardo Iacub van en el mismo sentido: "Aquellos que puedan encontrar una pareja, que no le tengan miedo a lo que puedan decir los demás". Y, como una forma de animar, recurre una vez más a los testimonios recogidos durante su trabajo: "Es como empezar la vida de vuelta", "Tener amor y no tenerlo es una de las diferencias más fuertes que puede haber".
"No hay compañía como la compañía de una pareja -subraya Iacub-. Debemos tenerlo claro. Uno puede hablar de redes de apoyo y de un montón de cuestiones que por supuesto son importantes, pero ni los hijos ni nadie da el apoyo que da una pareja que medianamente funcione". Y es que en la pareja interviene una cuestión clave: el deseo.
Es lo que hace que alguien se sienta acompañado, saber que hay alguien que se interesa por uno, que lo espera, que lo quiere. Es algo a lo cual, señala este especialista, "la sociedad debería dar muchísimo más valor, porque tiene que ver con la salud, con el bienestar, con la vida, con todo".

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PROTEGE A TUS HIJOS DEL ACOSO EN INTERNET


Protege a tus hijos del acoso en Internet
©Pexels

El anonimato que ofrece Internet facilita que los preadolescentes y adolescentes sean objeto de acoso por parte de compañeros de escuela y otros muchachos de su edad. ¿Qué puedes hacer para evitar que tu hijo o nieto sea víctima de este tipo de acoso?
1.- Evita que tenga una cuenta en una red social o una cuenta de correo electrónico para adultos hasta que tenga al menos trece años. Esto es un requisito necesario para abrir una cuenta de correo electrónico o en una red social y muchos padres piensan que no pasa nada por mentir acerca de la edad de sus hijos para que tengan acceso a Internet.
2.- Cuando tenga edad para tener una cuenta en una red social tipo Facebook, hazte amiga de él en Internet. Explícale los peligros de Internet, y ayúdale a mantener privados sus datos personales y a que aprenda a discernir qué tipo de información debe y no debe compartir en Facebook u otra red social. Cuando tenga su propio correo electrónico, el pacto es que tú debes saber siempre las contraseñas.
3.- Establece las bases para una buena comunicación con tu hijo. Recuerda que eres su madre o su abuela y no su mejor amiga de la escuela, pero precisamente por eso debes mantener siempre abiertas las vías de comunicación. Explícale que si alguien lo acosa en persona o en Internet, debe decírtelo cuanto antes, para que puedas tomar las medidas necesarias para protegerlo. No es algo de lo que deba avergonzarse.
4.- Limita el tiempo que emplea en Internet o texteando a sus amigos. Los niños de hoy, al igual que los adultos, se han acostumbrado a textear en cualquier parte, incluso mientras caminan. Enséñale que es de malos modales textear mientras mantienen una conversación en persona. Limita el tiempo que puede pasar en Internet cada día y cada semana.
5.- Evita que tenga una computadora en su dormitorio. La computadora familiar debería estar en un lugar accesible para todos. Cuanto más tiempo pasen los muchachos en tu presencia, menos probabilidades tendrán de meterse en problemas en Internet.
Protege a tus hijos del acoso en Internet
©Pixabay
6.- Modela con el ejemplo. Si tus hijos te ven enviando mensajes de texto durante la cena o siempre en Facebook en lugar de tener una conversación con ellos, les parecerá lo normal. Internet es una gran fuente de información y socialización, pero hay que aprender a equilibrar su uso.
7.- Observa el comportamiento y la actitud de tu hijo o nieto. Aunque creas que tu hijo o tu nieto te cuenta todo, no lo des por hecho. Si ves que está más triste de lo habitual, que sus notas escolares bajan, dice sentirse enfermo o no quiere ir a la escuela, indaga. Explícale que no debe tener miedo de contarte si alguien lo está acosando.
8.- Si tu hijo es víctima de acoso físico, verbal o cibernético, toma acción de inmediato. Habla con los maestros, cambia el número de teléfono del muchacho, cierra su cuenta de correo electrónico y su cuenta de red social, e incluso informa a las autoridades si es preciso. El bullying ha costado la vida a preadolescentes y adolescentes y hay que tomarlo en serio.
9.- Involúcrate en su vida social. Conoce a sus maestros, a sus compañeros de escuela, a sus amigos y a los padres de sus amigos. Está muy bien lo de permitir que tenga privacidad, pero cuando sea adulto. La niñez, la pre-adolescencia y la adolescencia es el momento de saber siempre con quién anda y en qué anda metido.
10.- Ayúdale a tener confianza en sí mismo. Los niños tímidos, acomplejados o con alguna diferencia física, étnica, o social, tienen más tendencia a ser víctimas del acoso escolar o cibernético. Ayúdale a desarrollar confianza en sí mismo mediante el deporte, la pertenencia a un club o el desarrollo de una afición.

TRUCOS DE COCINA


TODA LA VERDAD SOBRE LA ISLA DE PASCUA


EL SIGNIFICADO DE LA PAZ


La casa de las miniaturas

CRÍTICA VERTELE una mujer contra los juguetes del poder

‘La casa de las miniaturas’, una mujer contra los fantasmas del puritanismo
‘La casa de las miniaturas’, una mujer contra los fantasmas del puritanismo

















































  •  estrena el prestigioso drama de época de la BBC que adapta el best-seller de Jessie Burton, la historia de una mujer atrapada social y moralmente en la Holanda del XVII

Jessie Burton sabía poco o nada de Ámsterdam cuando fue por primera vez, de vacaciones. Estuvo apenas cuatro días pero antes de marcharse, pasó por el Rijksmuseum y allí, escondida entre grandes cuadros del Siglo de Oro neerlandés -el de Rembrandt y Hals-, descubrió una casa de muñecas minuciosamente detallada y confeccionada perteneciente a una mujer llamada Petronella Oortman.
Burton quedó hipnotizada por el realismo de aquel hogar en miniatura, algo más que un juguete. Se trataba de una réplica de una casa construida en 1686 que había costado lo mismo de crear que lo que costó la auténtica de ladrillo. Ante el descubrimiento, "mi antena de narradora se puso en funcionamiento: una mujer que se había gastado tanto dinero en camas donde jamás iba a dormir o en comida que no podría comer… tenía algo que contar", confesaba en la entrevista realizada en el programa de TVE Página 2.
Y tanto que lo tenía: Jessie Burton, nacida en 1982, estudió en la Universidad de Oxford y en la Central School of Speech and Drama y fue actriz antes que escritora. Pero con su primera novela, La casa de las miniaturas, se marcó el nada desdeñable tanto de ser traducida a treinta y seis idiomas y vender más de un millón de ejemplares de su primera incursión literaria.
Como con casi todas las tradiciones, la de BBC y sus estrenos navideños no se sabe muy bien cuándo empezó, pero hoy queda claro que se ha convertido en acervo popular. Año tras año, la cadena británica cumple con una costumbre que dicta que el Boxing Day -el 26 de diciembre-, debe estrenar en prime time un drama de época de producción propia. Este año le tocó a La casa de las miniaturas, adaptación del best-seller homónimo que Filmin estrena ahora en nuestro país. Se trata de un thriller que engaña al simular cierta inspiración victoriana, pues se desarrolla muchísimo antes y lejos del Imperio Británico. Ámsterdam, 1687: una joven campesina acuciada por las deudas se casa con un rico comerciante holandés que guarda más de un secreto.

La resaca moral del siglo de oro neerlandés

Petronella Oortman viaja en un carruaje por las calles, puentes y canales de Ámsterdam, aferrada a la jaula de su periquito Peebo. Ambos se sienten atrapados. El ave por razones obvias, ella porque la perspectiva de vivir en la gran ciudad le asusta pero la conocer su nuevo hogar y sus habitantes le aterra. Y sin embargo allí está, a punto de empezar su nueva vida. La casa de las miniaturas ofrece, desde su tenso arranque, una excelente recreación de la Holanda de finales de siglo XVII en plena transformación social y cultural.
Tiempo antes, las siglas VOC habían sido sinónimo de todo el poder de los Países Bajos. Las letras hacían referencia a la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales -Vereenigde Oost-Indische Compagnie-, que contaba con cientos de barcos que comerciaban por África, Europa y Asia. Un verdadero ejército compuesto por 50.000 trabajadores y 60 bewindhebbers -socios capitalistas-, paradigma del auge económico que vivieron aquellas tierras en las que se decía que el pobre holandés comía mejor que cualquier otro pobre europeo.
La pujanza duró casi ocho décadas hasta que en 1672, conocido como Rampjaar o "año del desastre", dio comienzo la Guerra franco-neerlandesa tras la que los Países Bajos perdieron su posición privilegiada en el tablero. Entonces, el poder se atomizó en las provincias marítimas gobernadas por una serie de oligarquías locales temerosas de Dios y de perder su status quo.
En este clima absolutamente dominado por una represiva moral religiosa, Petronella se ve obligada a casarse con Johannes Brandt, uno de los pocos comerciantes que ha salido airoso al conflicto, para paliar las deudas que ahogan a su familia. Sus temores se desvelarán nimios cuando se percate de que va a vivir en una ciudad corrompida e hipócrita que vive bajo el yugo de una suerte de policía del pensamiento del buen cristiano. Urbe del terror que destruye a quien guarde secretos… de los que su marido atesora un buen puñado.
Antes de que pensemos en La casa de las miniaturas como un melodrama de alcoba clásico, la serie se rodea de un halo de misticismo -que la conecta de forma involuntaria con la serie de HBO Taboo-, relacionado con el objeto que da nombre a la obra. Eternamente ausente, Johannes hará construir una réplica de juguete de la casa en la que tiene prácticamente presa a Petronella, que ella podrá decorar a su gusto. En un primer momento, la joven verá aquello como una forma de evadirse de su realidad, pero pronto empezará a recibir figuritas que parecen dictar el futuro que les espera.
Anya Taylor-Joy es Petronella Oortman, una mujer valiente enfrentada a su época
Anya Taylor-Joy es Petronella Oortman, una mujer valiente enfrentada a su época

Racismo, sodomía y dictadura del puritanismo

En los ojos de Anya Taylor-Joy, a quien conocimos como la protagonista de un fascinante relato terror atmosférico llamado La bruja, y que ahora encarna a Petronella Brandt, el espectador va descubriendo que nada es lo que parece. Habitación tras habitación, lo representado no es nunca lo verídico en una sociedad en la que el secreto es una arma para acabar con el vecino. La casa de las miniaturas deconstruye toda una época partiendo de unos juguetes que parecen ser personas, y unas personas que no son más que juguetes en manos del poder.
Así, esta serie de época irá mutando del drama tocado de realismo mágico al más crudo retrato político y moral. Convirtiéndose, paulatinamente, en una radiografía del pasado que reflexiona sobre el racismo imperante hasta en la más sofisticada sociedad burguesa, la homosexualidad y su persecución por parte de un estamento religioso que hace con la ley lo que quiere, y la sororidad como herramienta emancipadora de la mujer de ayer y hoy.
Todo, desarrollando su trama bajo la influencia del fantasma del puritanismo propugnado por el calvinismo. Lección para quienes hoy utilizan el término de forma baladí, atacando al feminismo contemporáneo. En la Holanda del XVII, la Iglesia utilizaba la 'purificación del alma' para atar una piedra al cuello al acusado de sodomía y arrojarlo al canal, someter y esclavizar los deseos de la mujer, y hasta prohibr el jengibre considerando que el dulce pervertía el alma. El puritanismo sembraba el terror y era sinónimo de este.
La seguridad de su planteamiento, austeramente defendido por el director barcelonés Guillem Morales, construyen una ficción ambiciosa e inteligente. De esas obras que encierran más discurso del aparente, como una casa de muñecas llena de secretos.
Romola Garai (izq.) y Anya Taylor-Joy (dcha.) son Marin y Petronella Brandt, dos mujeres que se harán fuertes ayudándose
Romola Garai (izq.) y Anya Taylor-Joy (dcha.) son Marin y Petronella Brandt, dos mujeres que se harán fuertes ayudándose

ENTREVISTA A ALESSANDRO BARICCO - El oficio de escribir


¿Sirven para algo los libros de autoayuda?

¿Sirven para algo los libros de autoayuda?

Por Axel Piskulic, 
Reuniones de Un Curso de Milagros en Buenos Aires con Axel Piskulic
La lectura y el estudio normalmente conducen a un conocimiento más profundo. Esto vale en general para cualquier tema.
Hace muchos años vivía en una “ecoaldea”, una comunidad rural formada por personas interesadas en llevar adelante un proyecto ecológico y sustentable.
Ecoaldea Gaia
La ecoaldea Gaia, donde viví por algún tiempo.
Allí faltaba un apicultor. Me decidí entonces a comprar unas colmenas y estudiar acerca de las abejas. Y como me gustan mucho los libros, me conseguí todos los que había disponibles acerca de este tema en las librerías de Buenos Aires. Los leí con verdadero entusiasmo y el asunto me interesaba tanto que no tuve dificultad en aprender todo lo necesario.
Claro que un apicultor debe saber realizar diversas operaciones en sus colmenas que son eminentemente prácticas. Pero están debidamente explicadas en cualquier manual de apicultura, muchas veces junto a alguna foto o dibujo. En general con eso basta.
También es cierto que hay otras maneras de acceder al conocimiento. Seguramente habrá excelentes apicultores que nunca leyeron un libro. Pero está claro que los buenos libros nos permiten aprender acerca de los temas más variados.
Y los libros de autoayuda… ¿realmente enseñan a superar limitaciones, a recorrer un camino espiritual? Bueno, creo que estos libros merecen algunas reflexiones aparte.

Los buenos libros de autoayuda son inspiradores

Hace muchos años, en mi adolescencia, el libro Tus zonas erróneas fue una influencia muy positiva para mí. Su lectura me resultó inspiradora.
Ecoaldea Gaia
Portada del libro Tus zonas erróneas, de Wayne Dyer.
Sin embargo, nada recuerdo hoy acerca del contenido del libro… tal vez no era tan importante. Quizás lo realmente útil de esa lectura era que me invitaba a pensar en asuntos a los que nunca había prestado atención. Su autor, Wayne Dyer, que falleció a los 75 años, seguramente cambió de opinión en diversos asuntos luego de publicar ese libro, cuando sólo tenía 36. Probablemente haya aprendido muchas cosas a lo largo de tantos años y podría haberlas reflejado en una versión mejorada de ese verdadero clásico de la autoayuda. Pero no lo hizo, no fue necesario. Porque su libro, tal como fue escrito originalmente, sigue siendo útil ahora debido a que las ideas que contiene funcionan como estímulos, no es necesario que sean verdades absolutas presentadas de una manera impecable.
Cuando una persona necesita desesperadamente evolucionar, muchas veces obligado por el dolor que experimenta frente a situaciones que no consigue superar, encontrará respuestas en su entorno, allí donde mire. Tal vez reciba esa valiosa información de otra persona durante una conversación irrelevante, o viendo una película cualquiera, o escuchando una canción… o, ¿por qué no?, leyendo un libro de autoayuda.
Los libros de autoayuda sólo ayudan... a quien quiere ser ayudado.

Diferentes tipos de libros de autoayuda

Hay libros que nadie dudaría en clasificar dentro de la categoría “Autoayuda”. “Usted puede sanar su vida”, de Louise L. Hay es un buen ejemplo. Es un excelente libro de autoayuda. Es autoayuda en su estado más puro, incluso desde el título.
En cambio, Eckhart Tolle (autor de “El poder del ahora”), trata más bien de compartir o comunicar su propia experiencia de iluminación. En sus libros no hay muchas sugerencias prácticas acerca de cómo proceder ni capítulos enteros llenos de ejercicios para alcanzar ese anhelado estado en el que sólo somos conscientes del aquí y ahora. Son libros diferentes, aunque en las librerías están siempre en la sección “Autoayuda”.
En una categoría completamente aparte colocaría al libro “Un Curso de Milagros”. Por su estructura en forma de curso y por la gran cantidad de ejercicios que nos propone, uno para cada día del año, no habría dudas acerca de que se trata de un verdadero libro de autoayuda. Pero cualquiera que lo haya tenido en sus manos y se hubiera tomado unos minutos para leer algunos párrafos salteados, habrá comprendido que es otra cosa, que es una obra completamente diferente, de una profundidad asombrosa.
Portada del libro Un Curso de Milagros
Un Curso de Milagros no es precisamente un libro de autoayuda…
Pero la ayuda espiritual puede llegarnos también de otro tipo de libros, que son bellísimas obras de arte. Hermann Hesse, premio Nobel de Literatura, nos dejó libros muy inspiradores. “Siddhartha”, “Demian” y “El lobo estepario” describen los singulares caminos que puede recorrer una persona cuando está realmente comprometida con su crecimiento interior. Estos libros definitivamente no son de autoayuda… pero pueden leerse como si lo fueran, en la búsqueda de esas misteriosas claves que nos ayuden a evolucionar.

Los libros de autoayuda sólo señalan el camino

Para que haya un cambio real, profundo y duradero en nuestras vidas, es necesario que llevemos a la práctica lo aprendido en esos libros… y esto es mucho más complicado que simplemente sentarse a leer.
Es muy importante no caer en la trampa de creer que porque nos interesamos en temas espirituales o psicológicos y porque leemos o investigamos un poco, realmente vamos a evolucionar.
En estas cuestiones es muy fácil engañarse. El ego prefiere que no hagamos ningún cambio que pueda afectar el poder que tiene sobre nosotros. Es enemigo de nuestro crecimiento espiritual y generará todo tipo de distracciones para que olvidemos cuáles son nuestros verdaderos objetivos. Y no debemos confundir los medios, como leer un libro, con el auténtico fin, que es abandonar viejas creencias que ya no nos sirven y superar las limitaciones que nosotros mismos nos imponemos.
Cozy reading (Lectura acogedora), by Sandy Vazan
La imagen es de Sandy Vazan
Nuevamente mi experiencia puede ser un buen ejemplo. Mi blog se llama “Amarse a uno mismo”. Recibe miles de visitantes cada día. Muchas personas me consultan respecto de problemas relacionados con la autoestima. Gran parte de mi actividad gira en torno de cómo aprender a quererse. Se supone entonces que yo no debería tener ningún problema relacionado con la autoestima… Sin embargo, a veces estoy tan ocupado que pierdo mi centro, me exijo más de lo debido y me olvido de tratarme bien, de tratarme con amor.
Los cambios positivos en nuestra vida no guardan relación con la cantidad de libros que hayamos leído, sino con nuestro compromiso para incorporar lo aprendido a nuestra realidad de cada día.
La conclusión que quiero compartir es que está bien leer acerca de temas espirituales, o tomar un curso, o hacer terapia. Todo eso está realmente bien. Pero que esas actividades no nos distraigan de lo realmente importante. Es imprescindible que todo esto no quede sólo en una actividad teórica donde falte justamente lo esencial, que es llevar a cabo los cambios profundos que tanto necesitamos para ser definitivamente libres y felices.
Axel Piskulic