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La felicidad no existe: Es una consecuencia


La felicidad no existe: Es una consecuencia

En mi opinión, hay algunas personas que nunca se llegarán a encontrar con la felicidad, y eso se debe a que no saben lo que están buscando y, además, lo están buscando en el sitio equivocado.
Algunas personas buscan la felicidad pensando que es “algo” que les va a aportar todo lo que se asocia a la felicidad, que siempre es superlativo.
Pero la felicidad no existe. No tiene entidad. No está en ninguna parte. No hay nada que sea “la felicidad”.
La felicidad no puede ser buscada como tal, porque es una tarea inútil.
La felicidad es una consecuencia de un estado de ánimo, de una receptividad a recoger lo mejor de cada cosa, de una actitud de rechazo a las cosas que innecesariamente desestabilicen la felicidad, de una conformidad sencilla, de una rebaja en las pretensiones de lo que se nos tiene que dar y lo que esperamos, o de una capacidad para encontrar las maravillas que aportan las cosas simples.
Aquí tienes una buena pregunta para hacerte de vez en cuando:
¿Qué es la felicidad para mí?
Y otra más:
¿En qué baso yo mi felicidad?
Y tiene que ser “Qué es la felicidad PARA MÍ” y tiene que ser “En qué baso yo MI felicidad”, porque si uno se pregunta por “la felicidad”, como algo general, la mente tiende a dispersarse filosofando y se olvida de uno mismo –que es el protagonista de la pregunta-, y se olvida de que “MI” felicidad es absolutamente distinta de cualquier otra felicidad.
Porque… ¿Qué es la felicidad?
Ante esta pregunta, tan general, pueden aparecer millones de respuestas, posiblemente tantas como personas hay en el mundo. Y no sólo porque cada persona necesita de distintas cosas para sentirse feliz, sino que ni siquiera estamos de acuerdo en las mismas palabras, y si uno dice “Amor”, no es el mismo amor a que se refiere otro, y si uno dice “Paz”, esa paz no es la misma paz para todos.
La falta de felicidad proviene, en muchos casos, de ideas y prejuicios equivocados y actitudes erróneas.
Es muy posible que algunos se choquen de frente con la felicidad, que les rodee por todas partes y a todas horas, que se les presente incansable e insistentemente, pero como no saben que eso es la felicidad la rechazan una y otra vez.
Quienes esperan que la felicidad venga acompañada de fuegos artificiales y banda de orquesta no la verán cuando la tengan delante.
Quienes sean capaces de ver la felicidad en la simple observación de las cosas, en la delicia de las emociones que le recorren a uno como un pequeño terremoto, o en el amor que uno ve, ofrece o recibe, tienen todas las papeletas para poder llegar a sentir la felicidad y a considerarse felices.
Quienes pretenden encontrar una felicidad que cumpla ciento cincuenta requisitos… no la van a encontrar nunca.
La felicidad es más fácil de vivirla cuando uno tiene predisposición para ser encontrado por ella, de tener los abrazos abiertos para cuando se presente, y de allanar el camino para que la mínima felicidad sea apreciada y valorada.
Con  la felicidad pasa lo mismo con Dios, que es mejor estar receptivo a dejarse encontrar por Él, ya que si uno está abierto se va a presentar en todo.
La felicidad no se puede crear artificialmente –eso que se puede crear son los placeres, pero no es la felicidad-. Lo que sí se puede hacer es preparar un ambiente receptivo para que se manifieste sin objeciones.
Yo creo que ya nacemos felices y con la felicidad como componente intrínseco del Ser Humano. Sólo hay que fijarse en los niños: son felices hasta que empiezan a poner condiciones para permitirse sentir la felicidad.
Y esto de la felicidad de los niños es un excelente principio para una introspección profunda a partir de la cual poder ver la felicidad de otro modo.
Te dejo con tus reflexiones…
(Y si te ha gustado, ayúdame a difundirlo. Gracias)
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Descubre la mejor canción según el año en que naciste


Por  mayo 3, 2016





cancion nirvana

Esa etapa en la que descubrimos que tal vez el destino ya había marcado una tendencia en nosotros, por lo que buscamos en ese significativo año especial lo que estaba de moda y era de nuestro agrado. Al crecer podemos dejar atrás esas nimiedades, pero siempre es bueno recordar que esos 365 días componen un ciclo en el que el arte y la cultura dejaron un gran legado que se relaciona místicamente con nosotros. Las siguiente canciones suponen lo mejor de cada año según los críticos de la revista Rolling Stone. Décadas de investigación y curaduría les han dado la autoridad para imponerse sobre muchos medios y realmente poder establecer un único ganador anual, pero recordemos que el gusto es subjetivo, por lo que si no encuentras la canción que esperabas en el año de tu nacimiento, siempre puedes revisar sus listas completas.


1984
Prince and the Revolution – ‘When Doves Cry’



El año que le enseñó al mundo que el pop era mucho más de lo que la gente pensaba. No fue ‘Thriller’ de Michael Jackson, fue Prince quien equiparó la música masiva con el arte intelectual. ‘When Doves Cry’ es el mejor momento del soundtrack de “Purple Rain” y hoy, a poco tiempo del fallecimiento del artista, es más relevante que nunca.



1985
Artists United Against Apartheid – ‘Sun City’



La banda formada por el guitarrista de la E Street Band no tuvo una influencia más allá de 1985, pero ese año demostraron que la música se podía unir a la protesta social. A pesar de que el Live Aid y ‘We Are the World’ son recordadas como eventos trascendentales, ‘Sun City’ fue la canción que ese año no dejó de sonar en las estaciones y canales de música.



1986
Prince and the Revolution – ‘Kiss’



Durante años se olvidó la importancia de Prince en la música pop y es justo recordar que tanto en 1984 como 1986 sus canciones estaban en boca de todos. “Kiss” fue un experimento fallido en un principio. Unos ingenieros que trabajaban con Prince hicieron algunas composiciones y dejaron la cinta guardada, al día siguiente encontraron que Prince había hecho mucho más con la canción y querían usarla para su beneficio, por lo que el músico y Warner entraron en una pequeña disputa que finalmente el músico ganó y convirtió ‘Kiss’ en la canción del año.



1987
Bruce Springsteen – ‘Tunnel of Love’



Una metáfora del matrimonio. Springsteen canta diciendo que la unión debe ser simple y relajada, pero conforme avanza la canción se da cuenta de que el “juntos para siempre” es mucho más que momentos de felicidad y armonía.



1988
Tracy Chapman – ‘Fast Car’



La canción de Chapman hoy tiene muchas versiones (entre ella el más reciente éxito internacional de Jonas Blue que no se acerca para nada a la calidad de Chapman), pero la de 1988 es sin duda la incomparable ganadora. Una triste historia de amor y adicciones que demuestra que a veces las mejores intenciones no son suficientes para salvar una relación.



1989
Public Enemy – ‘Fight the Power’



Chuck D, Flavor Flav, Professor Griff, Kari Wynn y más arrasaron en 1989 con esta canción, demostrando que el hip hop podía trascender a un grupo racial. ‘Fight the Power’ se convirtió en un éxito internacional a pesar de que arremetía en contra de importantes personalidades como Elvis Presley y John Wayne.



1990
Sinéad O’Connor – ‘Nothing Compares 2 U’



Desde el principio O’Connor demostró que no era sólo una cara bonita. Además de su potente voz, la estadounidense llegó con una ideología que para la industria pop parecía radical. A pesar de romper una fotografía del Papa en medio de una presentación en Saturday Night Live, la cantante logró posicionar su canción como el mejor sencillo del año y Rolling Stone también le otorgó la mención como el mejor disco del año.



1991
R.E.M. – ‘Losing my Religion’



Una de las canciones más famosas de la banda. Tal vez una de las razones por las que esta canción los lanzó a la fama es porque es la que más suena a la esencia de R.E.M. Una canción que hace referencia a una expresión sureña de Estados Unidos que significa que alguien te hace perder el temperamento fue altamente aclamada a pesar de que muchos le dieron un tono de crisis religiosa a la melodía.



1992
Arrested Development – ‘Tennessee’



VH1 la posicionó como la canción #71 de los 90, el Rock and Roll Hall of Fame la mencionó como una de las 500 piezas claves para entender el rock, pero en 1992 Rolling Stone la clasificó como la mejor canción del año; un galardón que realmente se merece. El suave tono de R&B de Arrested Development no se salvó de la controversia, pues usaron parte de la canción ‘Alphabet Street’ de Prince para su obra maestra. Sin embargo, el artista conocido por ser muy celoso de su trabajo creativo no les dio un pase libre y aunque no los obligó a darle todas las ganancias de la canción, sí requirió 100 mil dólares del bolsillo de la banda.



1993
Soul Asylum – ‘Runaway Train’



Los noventa no se salvaron de las power ballads que fueron tan características de la década anterior, pero el caso de Soul Asylum es especial. La canción parece una melodía atemporal que bien podría haber sido lanzada en los años 60 o en 2015. Aunque no lo creas, la banda tiene más de 30 años de carrera y continúan dando conciertos en los que ‘Runaway Train’ siempre es el éxito de la noche.



1994
Beck – ‘Loser’



Un año bastante importante para la música. A pesar de tener el Unplugged de Nirvana y la canción ‘Closer’ de NIN, fue Beck quien acaparó el año con su más grande éxito. ‘Loser’ tiene un ritmo relajado y divertido que invita a ser escuchado en cada reunión entre amigos.




1995
Coolio – ‘Gangsta’s Paradise’



1996
The Smashing Pumpkins – ‘1979’



1997
The Verve – ‘Bitter Sweet Symphony’


1998
Lauryn Hill – ‘Doo Wop (That Thing)’



1999
TLC – ‘No Scrubs’



2000
Madonna – ‘Music’



2001
Missy Elliott – ‘Get Ur Freak On’



2002
Missy Elliott – ‘Work it’



2003
Outkast – ‘Hey Ya!’



2004
Jay-Z – ’99 Problems’



2005
Green Day – ‘Boulevard of Broken Dreams’



2006
Gnars Barkley – ‘Crazy’



2007
Jay-Z – ‘Roc Boys’



2008
Beyoncé – ‘Single Ladies (Put a Ring on It)’



2009
U2 – ‘Moment of Surrender’



2010
Kanye West – ‘Runaway’



2011
Adele – ‘Rolling in the Deep’



2012
Alabama Shakes – ‘Hold On’



2013
Daft Punk – ‘Get Lucky’



2014
Beyoncé feat. Jay-Z – ‘Drunk in Love’



2015
The Weeknd – ‘Can’t Feel my Face’



Tal vez en 2016 una de las canciones de David Bowie con su majestuoso “Blackstar” llegué a tener la mejor canción; aunque artistas como Drake, Beyoncé o Kanye West no se quedan atrás. Habrá que esperar hasta diciembre para saberlo, pero aún más importante, son muchos años los que necesitamos para saber qué opinarán las personas que nacerán durante 2016 acerca de su mejor canción.


***
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Fuente:

Rocklistmusic
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RECETA - crêpes de pollo asado, tomate y queso emmental.

Ahora que los tomates ya empiezan a tener buen sabor de verdad, no me canso de añadirlos a todas las comidas, no solo en ensaladas. En platos templados y fríos combina muy bien con la carne cocinada de ave, y un toque de queso sabroso como el emmental dejar bien jugoso el relleno de estos crêpes. Si os gustan más finos podéis ajustar el espesor de la masa añadiendo más leche o un poco de agua, y cocinándolos en una capa mucho más ligera a la hora de añadirla a la sartén.

Ingredientes para 4-5 crêpes

  • Para la masa: 10 g de mantequilla sin sal, 80 g de harina de repostería, 1 pizca de sal, un poco de tomillo o romero, 2 huevos L, 120 ml de leche, mantequilla o aceite para engrasar.
  • Para el relleno:sobras de pollo asado troceado, 2 tomates ligeramente maduros, queso emmetal rallado, orégano, pimienta negra, aceite de oliva virgen extra, sal.

Cómo hacer crêpes de pollo asado, tomate y queso emmental

Derretir la mantequilla y dejar enfriar un poco. Disponer la harina en u recipiente mediano, añadir la pizca de sal y el tomillo o romero y mezclar con unas varillas. Formar un hueco y añadir los huevos ligeramente batidos, la leche y la mantequilla. Mezclar todo bien hasta tener una masa líquida sin grumos.
Tapar con plástico film y dejar reposar unos 20 minutos en la nevera. Engrasar una buena sartén o plancha antiadherente con mantequilla o aceite y calentar. Añadir cucharones de masa, girando la sartén para extenderla bien y dejar los crêpes finos, o del grosor que más guste. Cocinar un par de minutos por cada lado a fuego medio. Retirar a un plato y repetir con el resto de masa.
Para formar los crêpes, repartir en la mitad de cada unidad unas rodajas finas de tomate, carne de pollo asado desmenuzado y queso emmental rallado. Salpimentar y añadir orégano y un poco de aceite de oliva virgen extra. Cerrar por la mitad y calentar un poco para que el queso se derrita ligeramente.
Crêpes de Pollo. Pasos
Tiempo de elaboración | 50 minutos
Dificultad | Fácil

Degustación

Los crêpes de pollo asado, tomate y queso emmental son perfectos para un almuerzo perezoso en casa de fin de semana, o para una cena sin complicaciones. Lo bueno es que apenas tenemos que cocinar nada, podemos reaprovechar sobras de otras comidas y la masa de los crêpes se puede dejar lista con antelación en la nevera. Si sobran, lo mejor es guardarlos bien envueltos en plástico film y darles un golpe de calor justo antes de servir. Aunque a mí me gusta que se resequen un poco, lo confieso, era el capricho que compartía con mi hermano siendo niños con las sobras de crêpes que preparaba mi padre.

Ruta enoturística por la D.O.Rueda. España

Es una de las pocas zonas vinícolas europeas especializadas en la elaboración de vino blanco y en la protección y desarrollo de su variedad autóctona, el Verdejo. Rueda ya era conocida por sus vinos en tiempos de los Reyes Católicos, y hoy en día se sigue dedicando principalmente al cultivo de la vid y la elaboración de vino. Y, por supuesto, al enoturismo.
En la centro de Castilla y León, se encuentra la cuna de la uva Verdejo, que da lugar a un vino blanco de calidad con matices de hierba de monte bajo, con toques afrutados y una excelente acidez.
La fuerte personalidad de la Verdejo, la suma de otras variedades, así como un viñedo que ha aprendido a sobrevivir a la dureza de su entorno, para entregar al vino lo mejor de sí mismo, configuran el perfil de los vinos blancos de Rueda; Verdejo Sauvignon Blanc, Viura y Palomino Fino.
La zona de producción amparada por la D.O. Rueda está formada por 14 municipios y una mancomunidad.
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7581277842 B0e0fc048e BIglesia de la Asunción en Rueda
En Rueda, antes o después de pasar por sus bodegas, disfrutar de sus maridajes en las cartas de los restaurantes locales, o disfrutar de las explicaciones de los expertos enólogos, también podemos hacer algo de turismo. Visitar, por ejemplo, la Iglesia de la Asunción del s. XVIII, una espléndida muestra del barroco español, y la Ermita desde la que se tiene una de las mejores panorámicas de la villa.
Y ya puestos a visitar bodegas tenemos un amplio territorio para conocer. Encontraremos establecimientos dedicados a gestar los mejores Rueda en esta misma localidad, y también en La Seca, Nave del Rey, Mojados, Madrigal de las Altas Torres, Pozaldez, Matapozuelos, Medina del Campo, Olmedo, Villaverde de Medina, Serrada, Rubí de Bracamonte, Tordesillas y Villanueva de Duero.
Toma nota y dedícate a recorrer viñas y probar estos vinos blancos. Recuerda además que muy cerca de aquí tienes a Peñafiel, con su historia y tradición, su castillo, el museo, sus vinos y mas propuestas gastronómicas para sumar a una escapada con mucho sabor.
Fotos | Tourinews

No te juzgues con los ojos de los demás

Algunas críticas pueden ser devastadoras. De hecho, es probable que si escarbas en tu pasado recuerdes una frase que te ha marcado para toda la vida. También es probable que esa frase encierre una crítica destructiva. Y es probable además que esa frase se active de vez en cuando, sobre todo en los momentos más difíciles, cuando sientes que has fracasado, que ya no tienes fuerzas para más o te atenazan las dudas. Sin saberlo, esa frase ha marcado tu vida, te ha definido como persona y sigue siendo un obstáculo. 

Sin embargo, si quieres ser realmente libre y alcanzar todo tu potencial, es fundamental que aprendas a juzgarte según tus propias reglas, olvidando las críticas malsanas de los demás. Se trata de mirar en tu interior y dejar de criticarte usando el rasero que aplican los demás. Por supuesto, no es una tarea sencilla, sobre todo porque desde pequeños hemos estado sometidos a una dura crítica, ya sea por parte de nuestros padres, maestros o coetáneos.

Muy pronto aprendimos que para ganarnos la aceptación de algunas personas era necesario cumplir con ciertos estándares. Esto que no solo significaba que debíamos seguir sus normas sino que poco a poco también fuimos asumiendo su visión del mundo. De esta forma, dejamos de valorarnos por lo que éramos y comenzamos a valorarnos según los criterios de los demás. Dejamos de disfrutar de las cosas que nos gustaban para hacer aquellas cosas que les gustaban a los demás. En ese momento cambiamos el placer porque el deber y caímos en una espiral negativa que nos fue arrebatando poco a poco algunas de nuestras posesiones más valiosas: la autoestima y la autoconfianza.


¿Por qué no deberías juzgarte siguiendo las reglas de los demás?


1. Porque jamás lograrás satisfacer a todos. Cada persona es un mundo, intentar satisfacerlos a todos a todos es imposible. Siempre habrá quien no esté de acuerdo con tus decisiones porque cada cual te juzga según sus propios valores y usando su propia vara. De hecho, Woody Allen afirmó en una ocasión: “No conozco la clave del éxito, pero se que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo”.

2. Porque te quedarás sin energía para lo que realmente importa. Al intentar complacer a todos pierdes una energía preciosa. Mientras intentas comprender las expectativas que los demás han puesto sobre ti y te esfuerzas por agradarles, gastas gran parte de tu energía, una energía que puedes usar en proyectos que realmente te reporten una satisfacción personal y te hagan crecer.

3. Porque desperdiciarás tu tiempo. Intentar complacer a los demás y valorarse según sus criterios no solo es desgastante sino que también representa una enorme pérdida de tiempo. Mientras sigues las normas y los sueños de los demás, tu propio tiempo transcurre inexorablemente, por lo que corres el riesgo de llegar al final del camino y darte cuenta de que has vivido una vida que no te ha satisfecho, te arrepentirás de haber ido siempre en pos de los demás.

4. Porque te perderás a ti mismo. Uno de los problemas principales de juzgarte con los ojos de los demás es que pierdes tus coordenadas. A medida que haces tuyo su sistema de valores y adoptas su visión del mundo, te alejas de tu esencia, hasta que llega un momento en que te desconectas por completo. Por eso, no es extraño que cuando a algunas personas les preguntan qué quieren de verdad, no sepan responder. Han hecho suyos los deseos de los otros, perdiéndose en ese laberinto de convenciones sociales.

5. Porque nunca serás feliz. La felicidad no es algo externo a nosotros, proviene de nuestro interior. Por eso, seguir las normas de los demás es el camino más directo a la infelicidad. Cada vez que desistes de tus sueños, desoyes tus necesidades y pierdes el gusto por la vida, la felicidad se aleja un poco más.

¿Cómo aprender a juzgarte usando tu propia vara?


Nuestro sistema de valores, metas e incluso nuestras expectativas están influenciados por la sociedad. No podemos evitarlo. De hecho, no es algo negativo ya que, al fin y al cabo, debemos vivir en sociedad. Sin embargo, podemos aprender a reconectar con nuestra esencia. Escuchar lo que nuestro cuerpo y nuestro corazón nos dicen, en el sentido metafórico. Al inicio apenas los escucharás ya que hablarán casi en un susurro porque durante años no les has prestado atención, pero poco a poco irán ganando confianza y su voz será más fuerte.

Entonces podrás descubrir qué quieres de verdad, comprender qué te hace feliz, te emociona y te hace sentir vivo. En ese punto estarás preparado para juzgarte usando tus propios cánones, y descubrirás que son muy diferentes de los que te han enseñado. Recuerda que la vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento.

¡Buen viaje!
Rincón de la Psicología ~ 10:00

Con el tiempo queremos más, pero a menos gente


Deben buscarse los amigos como los buenos libros. No está la felicidad en que sean muchos ni muy curiosos; sino pocos, buenos y bien conocidos”, dijo Mateo Alemán, un novelista español. Y lo cierto es que no andaba desacertado ya que con el tiempo vamos aprendiendo a querer más, pero a menos personas.

Lo cierto es que las experiencias vitales que vamos viviendo hacen que nuestro círculo de amigos sea más selecto. No se trata de que nos desencantemos o de que nos convirtamos en antisociales sino de que vamos separando la paja del grano y finalmente comprendemos que no importa la cantidad sino la calidad de las relaciones que establecemos.

Los años nos ayudan a elegir mejor


A medida que maduramos también ocurre otro fenómeno: nuestras prioridades cambian y nos interesa más rodearnos de las personas que realmente cuentan, de gente que nos aporte y que mire en nuestra misma dirección. A medida que nos queda menos por vivir, comprendemos que nuestro tiempo es una posesión valiosa y es comprensible que solo queramos compartirlo con ciertas personas. Por eso, poco a poco, vamos decantando nuestro círculo de amistades.

De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Rochester desveló que a los 20 años priorizamos la cantidad de amigos sobre la calidad de estos, y así nos sentimos a gusto. Sin embargo, a medida que pasan los años comenzamos a priorizar la calidad sobre la cantidad. A partir de los 30 años, tener amigos verdaderos es lo que nos ayuda a mantenernos alejados de la depresión y la soledad, mejorando nuestro equilibrio emocional. 


La amistad duplica las alegrías y divide a la mitad las tristezas


A lo largo de la vida también va cambiando nuestro concepto de amistad. Durante la infancia prácticamente todos los compañeros de clase son nuestros amigos, pero al llegar a la adolescencia y la juventud vamos perfilando ese grupo de amigos, que es más cerrado pero sentimos una mayor pertenencia ya que compartimos los mismos intereses y valores. En ese momento de la vida estamos buscando nuestra identidad. 

Sin embargo, más tarde, alrededor de los 30 años, cuando ya hemos encontrado nuestro lugar en el mundo y sabemos lo que queremos, seleccionamos mejor a las personas que nos rodean, las elegimos en base a lo que nos aportan y cómo nos hacen sentir. En ese momento queremos a nuestro lado a personas que no solo dupliquen la alegría sino que también nos ayuden a aliviar las penas. Queremos a amigos que nos comprendan y nos hagan sentir que somos importantes para ellos. 

Con el tiempo aprendemos a valorar la amistad y nos convertimos en mejores amigos


Con el tiempo no solo elegimos mejor a nuestros amigos sino que también nos damos cuenta de su importancia. Las experiencias que hemos vivido nos han demostrado la importancia de tener un hombro sobre el cual llorar, a una persona que nos motive cuando nadie más lo hace o simplemente a alguien que esté a nuestro lado.

Por eso, compensamos los “amigos” que vamos perdiendo con la madurez con relaciones mas profundas y comprometidas. Queremos a menos personas, pero queremos más, nos comprometemos más. Con esos amigos del alma creamos un vínculo más profundo que no solo resiste el paso del tiempo sino también los desencuentros y las diferencias de opinión. Podemos enfadarnos, pero sabemos que estará a nuestro lado si le necesitamos. 

Sin duda, en el mundo de las redes sociales, donde muchos están obsesionados con el número de amigos e incluso presume de ello, este es un mensaje sobre el que debemos reflexionar.



Fuente:
Carmichael, Cheryl L.; Reis, Harry T. & Duberstein, Paul R. (2015) In your 20s it’s quantity, in your 30s it’s quality: The prognostic value of social activity across 30 years of adulthood. Psychology and Aging; 30(1): 95-105.
Rincón de la Psicología ~ 16:0

El Olivo, película de Icíar Bollaín

parte de: 

actualizado: 
04/05/2016
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El Olivo   es una historia conmovedora con mensaje ecologista profundo, sobre un árbol milenario que se erije en protagonista del largometraje de la cineasta Icíar Bollaín, la cual no dirigía desde el año 2011 (uno de los últimos filmes, y también de temática ecológica, fue También la lluvia).El Olivo es un film protagonizada por Anna Castillo, Javier Gutiérrez y el actor novel, Manuel Cucala, un anciano que aunque sin experiencia borda el personaje, ya que se identifica totalmente con el mismo.  El Olivo, es una película que más allá de la aventura en la que bucean los protagonistas, habla del vacío físico y espiritual que provoca en una familia la ausencia del árbol milenario quien sólo él puede salvar a la familia.
El Olivo narra la aventura personal de Alma que tiene 20 años y trabaja en una granja de pollos en un pueblo del interior de Castellón. En este ambiente hay su abuelo, un hombre que dejó de hablar hace años y que para ella es la persona que más le importa en este mundo. Cuando su abuelo toma la decisión de dejar de comer también, Alma se obsesiona con que lo único que puede hacer "volver" a su abuelo a su estado natural. Después de varios intentos percibe que el conflicto está en la sustracción que se hizo de un olivo milenario de su familia y que la familia vendió contra la voluntad del abuelo 12 años antes. Así que un buen día, sin decir la verdad, sin un plan, y sin apenas dinero, Alma embarca a su tío "Alcachofa", arruinado por la crisis, y a su compañero de trabajo Rafa y a sus sus amigas Wiki y Adelle y a todo su pueblo, para emprender una empresa casi imposible: recuperar el monumental olivo que se arrancó de la finca de su abuelo para traerlo de vuelta a la masía familiar y que fue replantado en algún lugar de Europa (dicho sea de paso el olivo que se arranca en la película en realidad es una réplica de uno real que se construyó en seis semanas).
El Olivo desarrolla la trama de un guión firmado por el compañero de Icíar Bollaín, el laureado guionista Paul Laverty, con el que se construye una historia de calidad humana y con una clara vocación de sensibilización ambiental. El Olivo recoge el drama que sufren muchos olivares abandonados que al no ofrecer una alta rentabilidad a corto plazo, por las ansias de especulación o simplemente por desidia van siendo invadidos por la vegetación silvestre. Actualmente, en España hay varios centenares de miles de olivos abandonados y muchos de ellos con árboles centenarios que suponen un atractivo para ser arrancados y comercializados como objetos ornamentales. En la Comunidad Valenciana está prohibido desde 2006 la extracción de olivos centenarios, pero no en Andalucía o Aragón, donde se sigue permitiendo. Algunos olivos centenarios se han subhastado por más de cincuenta mil euros.
El Olivo es el alegato de un viejo agricultor frente a sus hijos, y un acto de lucha para que reflexionen tras la venta de un olivo milenario de la familia para tapar agujeros de sus maltrechas economías. Es el contrapunto en el pan para hoy y el hambre para mañana, una reflexión sobre los constantes servicios de la naturaleza frente a la urgencia inmediata de la ambición humana. Al escoger el territorio de la franja mediterránea valentina,Icíar Bollaín ha retratado ese otro paisaje en segunda línea de costa preparado para la burbuja inmobiliaria, las prisas y la corrupción.
La película no se libra del tinte español exponiendo en parte unos seres quijotescos en inician un viaje a ninguna parte en medio de un mundo que ni conocen ni entienden bien. El peso de la aventura recae sobre Alma, que encarna la actriz protagonista, Anna Castillo, prácticamente nueva en cine, pero que llena su personaje con una increible naturalidad dando vida a una chica que ha encuentra en la naturaleza y en el amor de su abuelo sus señas de identidad. El abuelo y la tierra, el olivo y los amigos son los elementos que abrazan y dan calor a la historia.
Como reconoce Bollaín: “Abuelo y olivo son lo mismo. El olivo es su raíz, su infancia, su tierra”. Y no quiere que se lo arranquen. “Lucha frente a esa pérdida, porque es luchar frente a la falta de valores. Y la crisis tiene desde luego una dimensión económica dramática, pero también una parte de que nos arrancan valores y señas de identidad”. El abuelo y el olivo representan lo que se pierde en un mundo de prisas y especulación que construye piscinas absurdas con estatuas de la Libertad; y la protagonista no deja de ser una radical (radical de querer tener raíces).
El otro protagonista es el olivo arrancado de su tierra que acaba malviviendo en una jaula arquitectónica acristalada donde decora un edificio de oficinas en Alemania. La película tiene estructura de cuento: el abuelo, la nieta y el árbol. El film no hace sino retratar la suerte que  han corrido muchos de los olivos centenarios cuando no milenarios de los paisajes españoles y que han sido exportados por todo el planeta. Ahora afortunadamente ya se están tomando medidas de protección.
Hay iniciativas que ofrecen productos oleicos de estos árboles centenarios con el sello de aceite de olivos milenarios (como en la comarca de la Sénia, donde hay unos 4.000 olivos milenarios protegidos; el lugar del mundo donde más hay), y cuyo aceite se comercializa a través de unas ocho marcas que envasan el aceite procedente de estos olivos). Otras son iniciativas de sensibilización, como los proyectos de Apadrina Un Olivo. Apoyar estas iniciativas es dar posibilidad a la conservación de un paisaje tradicional, histórico y patrimonial de nuestra herencia.
El cultivo del olivo está muy arraigado en la región mediterránea desde hace más o menos unos 3.000 años, y con él su principal producto: el aceite. El olivo es un árbol longevo y en muchas regiones han acumulado centenares de años de vida y la forma de estos árboles es realmente una belleza sin parangón.
La película El Olivo ha querido asociarse al proyecto Apadrina Un Olivo para dar mayor sentido o que el espectador sienta que puede hacer también su pequeño gesto. Así lo cree José Alfredo Martín, co-fundador de Apadrina Un Olivo, nacido en el pueblo turolense de Oliete donde llevan años dando visibilidad al abandono de los olivares de la comarca. El caso es que Oliete (Teruel) era una población con 2.400 habitantes, y ahora tiene sólo 480. Se cultivaban 378 hectáreas de olivar, y ahora sólo 56, por lo que esto supone que hay unos 100.000 olivos abandonados. Una situación parecdia la encontramos en muchos núcleos rurales en España; porque hay 3.600 municipios con menos de 500 habitantes. Esta iniciativa cuenta en la actualidad con 800 padrinos y madrinas y 2.000 olivos recuperados mediante acuerdos de custodia del territorio, y en ella hay ya 22 personas involucradas.
El Olivo está producida por Juan Gordon de Morena Films, en coproducción con Match Factory Productions (Alemania), y contó con un presupuesto de cuatro millones de euros. En España la distribuye eOne Films, una empresa que, dicho sea de paso ha negado el acceso al dossier de prensa a nuestra web, a pesar de argumentarles que llevamos más de diez años reseñando películas ecológicas y que somos el repositorio de reseñas de filmografia ambiental en España más extenso.

Cartel del film de Icíar Bollaín (2015).
Ficha técnica
Título original: El olivo
Dirección: Icíar Bollaín
Guión: Paul Laverty
Reparto: Javier Gutiérrez, Anna Castillo, Pep Ambrós, Manuel Cucala, Miguel Ángel Aladrén
Música: Pascal Gaigne
Fotografía: Sergi Gallardo
Productora: Coproducción España-Alemania; Morena Films / Match Factory Productions
Género: Drama
Año: 2016
Duración: 100 min.
País: España
Artículo elaborado por la redacción de terra.org. Imágenes del propio film.